SUMARIO: Zaccagnini admitió haber "mentido" cuando negaba que las cartas de Moro fuesen "auténticas". Sciascia comenta esta admisión afirmando que ni Zaccagnini ni la Democracia Cristiana en realidad han entendido lo que ha sucedido: "Los democristianos.... han optado por la muerte.... lo cual ha demostrado la debilidad de las instituciones y no su fuerza". La prensa se ha comportado de forma "infame", como prensa del régimen. Sciascia contesta a las preguntas sobre el comportamiento de los partidos en el caso y delinea en especial un retrato de Moro prisionero de las Brigadas Rojas, "que se volvió más humano cuando perdió poder". Tras la muerte de Moro, según Sciascia, se ha instaurado en Italia una auténtica "política mafiosa", en la que se usa la "intimidación y la denuncia penal" en lugar del debate y de las ideas.
(NOTICIAS RADICALES, 13 de octubre de 1980)
Roma - 13 de octubre de 1980 - N.R. - Hasta el viernes 10 de octubre, los italianos no supieron que Benigno Zaccagnini(1), por aquel entonces secretario de la Democracia Cristiana, ha admitido haber mentido cuando negaba que las cartas de Moro(2) fuesen "auténticas".
A Leonardo Sciascia, miembro de la comisión de investigación sobre el delito Moro, diputado radical, que con su libro "El caso Moro" ha trazado uno de los análisis más lúcidos de este drama del Estado, Giuliano Zincone ha formulado algunas preguntas y ha realizado para "Il Lavoro" la entrevista que "Noticias Radicales" reproduce.
Pregunta: "Zaccagnini y los democristianos admiten que las cartas de Moro eran "espontáneas". Cuál es su primera reacción?"
Sciascia: "Finalmente lo admiten, pero les ha hecho falta lo suyo. No sé a qué interés ni a qué político corresponde esta nueva convicción".
Pregunta: "Si las cartas eran auténticas, porqué Zaccagnini, que era amigo y secuaz de Moro, rechazó, en su día, las peticiones del prisionero?"
Sciascia: "Creo que eso no lo sabe ni tan siquiera Zaccagnini".
Pregunta: "Pero era el secretario de la Democracia Cristiana, el más grande partido italiano..."
Sciascia: "Era el secretario, pero no creo que fuese un hombre muy capaz de comprender las situaciones. Su comportamiento, al igual que el de sus amigos de partido, es difícil de analizar: los democristianos habían pensado en que convenía políticamente, pero para entenderlos mejor haría falta un psiquiatra..."
Pregunta: "Sobre el comportamiento de los democratacristianos han influido, tal y como se escribió, la "ragion di Stato", la "ragion" de partido...."
Sciascia: "Sí, la llamada "ragion di Stato". Ellos tal vez creían respetar la Constitución. Pero la justicia imponía que un Estado impotente para prevenir el terrorismo y para reprimirlo escogiese el camino de las negociaciones, intentase, por lo menos, salvar una vida humana. Por lo que se refiere a la "ragion" de partido, me pregunto, si ese partido, la Democracia Cristiana, tiene una razón cualquiera. Los democristianos, por cálculo político, han optado por la muerte, una opción que ha demostrado la debilidad de las instituciones, no su fuerza".
Pregunta: " Qué opina usted del comportamiento de la prensa durante el secuestro de Moro?"
Sciascia: "Infame, casi en su totalidad. Una prensa del régimen que ha obedecido a los velos del régimen. Los periódicos llegaron a escribir que alguien se hubiese quemado en la plaza, si se hubiese negociado para liberar a Moro. Una invención tonta y despreciable, como otras muchas".
Pregunta: " Y los partidos?"
Sciasia: "Bah, los comunistas se han comportado según su naturaleza y su historia. Por su parte era legítimo esperar que se produjese la intransigencia y el maquiavelismo que han demostrado. Pero de los demás, de un partido de cristianos, cabía esperar un mínimo de caridad. Incluso los intelectuales, por otra parte, guardaron silencio, ausentes. Respetaron su tradición de desempeño, de indiferencia".
Pregunta: "Mi sangre será derramado sobre vosotros", escribió Moro a los democristianos..."
Sciascia: "Es una afirmación bíblica, una profecía. Moro se dio cuenta de su propio destino, de la situación de la DC y de la de Italia. Sabía lo que iba a suceder. Sus palabras eran una condena absoluta del grupo dirigente democristiano, una condena política y moral. La de Moro fue una tragedia del poder, de la criatura humana que, en un momento determinado, pierde el poder, y con él la posibilidad de negociar, el derecho a la vida.
Pregunta: "Por ello, tal vez, el calvario de Moro ha suscitado más compasión a la gente de la calle, en aquellos que incluso ni compartían sus ideas, que no a los dirigentes de su partido..."
Sciascia: "Sí. Cuanto más se aleja uno del poder, más se tiene la posibilidad de expresar sentimientos auténticos. Se es más libre y más rico en humanidad. De hecho, Moro se hizo más humano precisamente cuando perdió el poder".
Pregunta: "Muchos escribieron, en tiempos de su secuestro, que negociar para la salvación de Moro ponía en entredicho la dignidad y la estabilidad de las instituciones..."
Sciascia: "Yo creo que la muerte de Moro se decidió en el mismísimo momento en el que fue capturado. No obstante, era un deber negociar, hacer todo lo posible para salvarle la vida. Por el contrario, sus compañeros de poder inmediatamente aceptaron y defendieron la idea del homicidio. Las instituciones, en realidad, no corrían ningún riesgo, a parte del crónico, fruto de su debilidad. Y sin embargo, aquellos que, como yo, estaban a favor de las negociaciones, eran tratados como una especie de subversivos, que respaldaban a las Brigadas Rojas. De esta manera al terrorismo se contestó con otra forma de terrorismo".
Pregunta: "Y esto, aparentemente, ha modificado en profundidad el estilo del debate político en Italia. Ha nacido "la política mafiosa", la utilización de la intimidación y de la denuncia penal en lugar de la confrontación de las ideas y los programas".
Sciascia: "Sí, tras la muerte de Moro, salta a la vista. No hay más que pensar en el caso de Donat Cattin. Pero se trata de un fenómeno cuyas raíces hay que buscar en profundidad, en este país sin verdades, lleno de desvergüenzas y de chantajes. Desde hace tiempo, desde los tiempos de la oscura muerte del bandido Giuliani, la delincuencia es un sistema de gobierno, el código de la mafia es el código del poder.
Quiénes mandan conviven desde hace tiempo con la mafia. Y eso se ve".
N.d.T.
(1) ZACCAGNINI BENIGNO . (Faenza 1902) ministro del trabajo (1959) y de obras públicas (1960-62), presidente (1969-75) y secretario general (1975-1980) de la DC.
(2) MORO ALDO . (Maglie 1916 - Roma 1978). Político italiano. Secretario de la Democracia cristiana (1959-65). Artífice de la política de centro izquierda. Ministro en repetidas ocasiones, Presidente del Consejo (1963-68, 1974-76). A partir de 1976 presidente de la democracia cristiana (DC). Preconizó el acercamiento del Partido Comunista Italiano (PCI) al gobierno delineando al hipótesis de una "tercera fase" (tras la del "centrismo" y la del "centro izquierda") del sistema político. Secuestrado por las Brigadas Rojas en Roma, el 16 de marzo de 1978, fue encontrado muerto el 9 de mayo del mismo año.