Intervención de Marco Pannella ante el Parlamento europeoSUMARIO: Cuando un Estado se sitúa fuera de la ley con respecto a los derechos del hombre, supone un peligro para la paz y para la vida de nuestros pueblos y para el mundo. En los países del comunismo real, los derechos civiles están fuera de la ley. Por ello tenemos que preguntarnos si tenemos que limitarnos a deplorar la cosa y seguir siendo conniventes con dichos gobiernos, o bien si hemos de hacer de manera que la vía de la libertad se consolide. Solicita que "se derroque" una cierta actitud de "complicidad sustancial" con dichos países, cuando violan los tratados internacionales y las leyes supremas "de la humanidad y del derecho". De lo contrario haremos como los "pacifistas" Daladier, Laval o Chamberlain que prepararon la guerra. Lamentablemente, por el contrario, la política con la que nos confrontamos es la política de complicidad de la OTAN con el Pacto de Varsovia.
(DISCUSIONES DEL PARLAMENTO EUROPEO, 22 de octubre de 1980)
Pannella. Señor Presidente, creo que muchos son en realidad los parlamentarios que aprueban nuestra postura, pero sus presidencias de grupo y sus partidos tienen una postura distinta. Cuál es nuestra preocupación, Señor Presidente? Nosotros consideramos que cuando un Estado se sitúa fuera de la ley con respecto a los derechos del hombre, y por lo tanto está fuera de la ley con respecto a los Tratados internacionales, dicho Estado representa un peligro no sólo para la paz, sino concretamente para la vida de nuestros pueblos, y para la situación actual del mundo.
Me parece evidente, Señor Presidente, que en los países que definimos de comunismo real, por lo que se refiere a los acuerdos de Helsinki, los derechos sindicales, la carta de las Naciones Unidas, dichos Estados están al margen de la ley. Y nosotros tenemos que establecer de una vez por todas si queremos contentarnos con deplorar esta situación, y ser pues conniventes con estos gobiernos, o bien si queremos por el contrario hacer de manera que la libertad se consolide, consolidando de esta manera el derecho, sobre todo sin tener que obligar a los obreros, a las mujeres y a los hombres de los países del comunismo real a jugarse la vida o la libertad para conquistar lo que no constituye un privilegio para ellos sino un derecho para todos nosotros y todos ellos.
Por consiguiente, Señor Presidente, nosotros hemos propuesto que una vez más, o mejor dicho de una vez por todas, se acabe con esta actitud de complicidad sustancial con los gobiernos de los países del comunismo real cuando violan los tratados internacionales y las leyes supremas de la humanidad y del derecho. Para ello, consideramos que cabe tener el valor y la franqueza de no colaborar con los violentos; los violentos no colaboran con la violencia. De lo contrario, son "pacifistas" lo repetimos, como Daladier, Laval o Chamberlain quienes prepararon la guerra colaborando con los violentos.
Por este motivo, Señor Presidente, estamos convencidos en realidad de que la política con la que tenemos que echar cuentas es política de complicidad de la OTAN con el Pacto de Varsovia y viceversa, con respecto a los derechos y al derecho, por lo que nos abstenemos en esta propuesta de resolución tras el rechazo de nuestra enmienda.