de la Asamblea Nacional de la DC

SUMARIO: Llamamiento a los dirigentes democristianos para que se identifiquen con la batalla contra el exterminio causado por el hambre en el mundo y sobre todo para que se apruebe la moción presentada por 170 diputados de todos los grupos políticos, con la que se solicita al gobierno que se comprometa urgentemente a salvar, antes de 1982, por lo menos a tres millones de personas de lo contrario destinadas a morir (texto nº 1723)

Señor Presidente,

en los países de gran tradición democrática parlamentaria y política, invocar al Señor marca toda gran momento de la vida pública de la ciudad y del Estado. Y en ese caso, el nombre del Señor no se pronuncia en vano: es el nombre propio con el que una civilización bautiza el tener que ser de cada miembro, bautiza la conciencia necesaria de ser ciudadano así como persona. Esta conciencia me sugiere dirigirme brevemente a los amigos reunidos para esta Asamblea de Ustedes, cuyos trabajos serán en cualquier caso importantes para todos nosotros, para nuestra República.

Benedetto Croce (1) nos advertía de que el "Veni Creator" tiene que ser también la plegaria laica de quién laicamente se une y lucha para consolidar los valores y las ideas en las que cree, a las que debe intentar dar voz y cuerpo. Al haberlo hecho en silencio muchas veces con motivo de Asambleas de mi partido, oso pronunciar dichas palabras con motivo de sus trabajos.

Aldo Moro (2), en las espléndidas páginas escritas en calidad de testigo, de testigo de la esperanza no violenta y democrática, dialógica, y de una política capaz de afirmar vida y derecho, Aldo Moro, él inerme ante la inerte bestialidad de sus desesperados carceleros y asesinos, nos ha enseñado a todos que en los momentos más difíciles y dramáticos las reglas interiores, el derecho, los propios valores tienen que afirmarse y defenderse, sin pasarse de listo, sin atajos, en la integridad de lo personal y lo político de toda existencia que no deja ilusoriamente en manos de su alma su prosecución de la renuncia. Si Aldo Moro ha podido extraer de sí tanta fuerza sabiendo que se hallaba en circunstancias extremas, en circunstancias difíciles y dramáticas, pero no comparables a las suyas, el deber y el punzón de una no inerte esperanza sabrán sin lugar a dudas animar, entre Ustedes, al amigo más tentado por la renuncia o la resignación.

Señor Presidente, a los amigos democristianos reunidos en el intento y en la esperanza no lícitos pero sí ineludibles con respecto al país de hacer de su propia crisis una crisis de crecimiento de la democracia y de los valores que les pertenecen, a Ustedes, nuestros adversarios de toda la vida, adversarios que no enemigos, les deseamos sinceramente que sepan ganarse por sí solos, y compitiendo y luchando democráticamente contra nosotros, cuanto consideramos en cambio puede proceder sólo de la victoria de nuestras ideas y nuestro proyecto político.

Ninguna sorpresa sería más de nuestro agrado, puesto que el convencer y vencer juntos y no el "vencer" es la esencia de nuestra actuación como radicales.

La Moción que más de cien diputados democristianos (hasta el momento presente, pero confiamos en que muchos más irán llegando en estos dos días útiles para ello) junto con más de 70 parlamentarios socialistas, republicanos, liberales, socialdemócratas, independientes de izquierda y radicales a lo largo de estos días presentado a la Cámara y que tendrá que votarse el miércoles 2 de diciembre en su evangélica precisión y claridad política puede ser para todos nosotros un presagio o un paso en esta dirección.

Dicha Moción, de hecho, no es más que el anuncio de vida segura y de esperanza segura para los millones de personas que de lo contrario serán sin lugar a dudas víctimas del nuevo holocausto, del nuestro reincidir en una política errónea, el año que viene.

Existe por lo tanto una posibilidad de tremenda esperanza y responsabilidad que confiamos esta ocasión saber aprovechar, respetar, imponer contra la tentación política de consumir lo posible en vez de crearlo.

Señor Presidente, ruego a la Asamblea querer creer - incluso por las consideraciones y los motivos que he evocado cuando no realizado - en la fuerza y en la sinceridad del saludo y del deseo de un fecundo trabajo que como Secretario federal del Partido radical envío a la Asamblea.

Marco Pannella

Roma, 26 de noviembre de 1981

N.d.T.

(1) CROCE BENEDETTO . (Pescasseroli 1866 - Nápoles 1952). Filósofo, historiador y escritor italiano. Tras un breve acercamiento en sus años mozos a Marx, junto a Giovanni Gentile tuvo el mérito del renacimiento idealista y hegeliano a finales del siglo pasado. Antifascista, sustancialmente libreral-conservador, en la post-guerra se sumó al Partido liberal y entró en uno de los primeros gobiernos de la Italia postfascista. Durante el fascismo, ejerció gran influencia en sectores importantes de la juventud. Como filósofo, a parte de su reforma de la dialéctica hegeliana, cabe recordarlo por sus estudios de estética y de lógica. Cabe señalar sus estudios históricos ("Historia de Europa en el siglo XIX", "Historia de Italia de 1871 a 1915, etc.) en los que reivindica el desarrollo liberal de la Europa de antes de la guerra, en polémica con la "crisis" de los totalitarismos postbélicos.

(2) MORO ALDO . (Maglie 1916 - Roma 1978). Político italiano. Secretario de la Democracia cristiana (1959-65). Artífice de la política de centro izquierda. Ministro en repetidas ocasiones, Presidente del Consejo (1963-68, 1974-76). A partir de 1976 presidente de la democracia cristiana (DC). Preconizó el acercamiento del Partido Comunista Italiano (PCI) al gobierno delineando al hipótesis de una "tercera fase" (tras la del "centrismo" y la del "centro izquierda") del sistema político. Secuestrado por las Brigadas Rojas en Roma, el 16 de marzo de 1978, fue encontrado muerto el 9 de mayo del mismo año.