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Sciascia Leonardo - 12 gennaio 1982
EL PARTIDO COMUNISTA ITALIANO ROMPE VINCULOS CON MOSCU.
Leonardo Sciascia

SUMARIO: Al autor le maravilla que alguien pueda pensar que de la dirección del Partido Comunista Italiano (PCI) pueda salir "un documento de neta ruptura con la URSS". Esperar una cosa por el estilo significa no conocer la historia del comunismo, del "comunismo italiano", etc. Un "gran" comunista decía que cuando un partido "revolucionario" deja de ser revolucionario "no es nada". Este es, precisamente, el riesgo que corre el PCI, "a pesar de su enorme fuerza electoral". Puede "decir" que es revolucionario, pero una "mínima acción" en dicho sentido lo conduciría a "arrimarse a las Brigadas Rojas". El único hilo de unión con la revolución es la relación con la URSS: romper este vínculo conduciría a una "excomunión", y tal vez el PCI está haciendo todo lo posible para que sea la URSS la que "emprenda la excomunión".

(NOTICIAS RADICALES, 12 de enero de 1982)

Roma, 12 de enero de 1972 - N.R. - El diputado Leonardo Sciascia ha escrito para la revista "Quaderni Radicali" el siguiente artículo:

"Los que esperaban que la dirección del Partido Comunista Italiano (PCI) redactase un documento de neta ruptura con la URSS, o por lo menos una clara denuncia del leninismo, o no saben nada ni nada comprenden del comunismo, del comunismo italiano, de la historia del comunismo italiano dentro de la historia del comunismo, o fingen no saber y no comprender: por finalidades que pueden ser opuestas - de amistad o de adversión hacia el PCI - aún a pesar de utilizar los mismos medios. «Qué estupor!, «qué candor!: Cómo no han roto aún con la URSS?", " Cómo no han roto aún con el declarado leninismo caduco?".

Un gran comunista (grande en sus estudios humanísticos, no en su ser comunista) me dicen solía decir que cuando un partido revolucionario deja de ser revolucionario no es nada. Sentencia de lo más acertada sobre la que comunistas y no comunistas deberían meditar. Lo que a lo largo de estos últimos años el PCI ha arriesgado y sigue arriesgando es precisamente el no ser nada - nada a pesar de la enorme fuerza electoral con la que cuenta (es más, bajo ciertos aspectos, debido a dicha fuerza: que lo obliga a movimientos lentos y tardíos, a movimientos que son más bien toda una serie de inmovilismos). En su credo, en sus actos de fe o de contrición, todavía puede seguir diciendo que es revolucionario. Pero lo demuestra con acciones mínimas, pues de lo contrario lo conduciría a arrimarse a las Brigadas Rojas cuando no a elegirlas como propia vanguardia.

El único hilo que lo une a la revolución es precisamente la relación con la URSS: el estado nacido de la revolución marxista-leninista-stalinista. Roto este vínculo, podría ser provocado y sancionado por una excomunión. Pero jamás porque así lo definan, ni tampoco porque abjuren. Eso no lo harán nunca. Si el PCI quiere que sea la URSS la que lleve a cabo la excomunión, de forma cauta moviéndose hacia la misma pero sin intención alguna de declararlo, actúa de la única manera razonablemente posible. Podrán echárselo en cara sus adversarios, pero no sus adeptos ni sus amigos. Las Brigadas Rojas ya existen. Si se añade un partido de obediencia (de financiación) soviética, qué va a distinguir al partido de Enrico Berlinguer(1) al de Pietro Longo(2)?. (es inútil decir que este artículo mío lleva el sabor del abogado del diablo: placer que, en el umbral de 1982, espero poder seguir concediéndome)".

N.d.T

(1) LONGO PIETRO . (Roma 1935). Político italiano, secretario del Partido socialdemocrático italiano (PSDI) desde 1978, abandonó la secretaría y la política porque se vio implicado en graves escándalos.

(2) BERLINGUER ENRICO . (Sassari 1922 - Padua, 1984). Político italiano. Diputado desde 1968, secretario general del Partido comunista italiano (PCI) desde 1979 hasta su muerte, tras la crisis y el asesinato de Allende forjó el "compromiso histórico", que produjo desde 1976 hasta 1979 la llamada "mayoría de la no-desconfianza", máxima realización de la estrategia togliattiana para un acuerdo orgánico con la Democracia Cristiana. Su proyecto de dar vida al que se ha dado en llamar "Eurocomunismo", es un intento de proyectar en occidente un reformismo que no renegase del todo la experiencia comunista.

 
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