Leonardo SciasciaSUMARIO: El autor manifiesta su estupor ante la entrevista concedida por Nando Dalla Chiesa a "L'Espresso", en la que el hijo del general le acusa ("delirio, cosas del otro mundo, 'rebuznos'") de haber mantenido relaciones con Michele Sindona al que dio hasta "consejos", así como de haber escrito una especie de "contraofensiva", tal vez por presión de la mismísima Democracia Cristiana. Sciascia asegura que se trata, en ambos casos, de "insinuación" sin bases ni fundamento.
(L'ESPRESSO, 6 de marzo de 1983)
[Introducción de "L'Espresso"] »El profesor Nando Dalla Chiesa(1) el pasado año reprendió a los intelectuales (con una carta abierta publicada por "La Repubblica") acusándoles de no hacer lo suficiente para contrastar la mafia que había asesinado a su padre, el general Carlo Alberto Dalla Chiesa(2). Posteriormente (en una entrevista publicada por "Panorama") Nando Dalla Chiesa entró en polémica con Leonardo Sciascia que en el "Corriere della Sera" había cavilado sobre la mafia, analizando los aspectos nuevos y considerando que tal vez el general no los había comprendido en su totalidad. Acusado directamente por Nando Dalla Chiesa, Sciascia ha escrito un artículo en el que puntualiza sobre "L'Espresso" n. 7 que lleva fecha del 20 de febrero (con el título "También los generales se equivocan"). El profesor Dalla Chiesa ha replicado con una entrevista en "La Repubblica" del 20-21 de febrero. A la entrevista, Leonardo Sciascia responde como sigue.
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Un Dalla Chiesa muy chiquitito
Leonardo Sciascia
El domingo pasado, antes de que me trajesen el periódico "La Repubblica" con la entrevista al hijo del general Dalla Chiesa, recibí gran número de llamadas telefónicas que me advertían de la misma y me la comentaban. Todos la calificaban de "delirante", y más de uno añadió: "cosas del otro mundo".
Cuando la leí más tarde, constaté que era realmente delirante y que se decían cosas del otro mundo - es decir, precisamente, del mundo del delirio, de la manía. Y mi primera reacción fue dejarlo correr y escribir simplemente al director de "L'Espresso" para pedirle que me hiciera el favor de publicar de nuevo la entrevista entera. Me encantaría que se hiciese, pero me hago cargo de las razones que se oponen a ello me limito a suplicar a aquellos que no la leyeron que la busquen: se encuentra en la página 9 de "La Repubblica" del domingo 20 de febrero. Pero a esta primera reacción siguió otra, suscitada porque me vino automáticamente a la memoria una frase simbólica, grande, de Don Quijote de la Mancha. El delirio, las cosas del otro mundo; pero Cervantes advierte que cuando de las cosas que parecen del otro mundo proceden rebuznos, es señal de que son de este mundo. Y la entrevista era casi todo un rebuznar constante, un rabioso rebuzno de este nuestro mundo en el que ya no se analizan los hechos ni se discu
ten las opiniones.
Pero dejando a un lado los rebuznos a los que, obviamente, no se puede contestar más que rebuznando - cosa de la que soy totalmente incapaz - hay algunos momentos de la entrevista en los que aparece algo que, de forma mucho más inexorable que los rebuznos, pertenece a nuestro mundo, o por lo menos a un cierto sector de este nuestro mundo: se trata de la vergüenza, de la difamación vergonzosa y de la calumnia, la fría mezquindad. Este pasaje de la entrevista, por ejemplo, vale la pena reproducirlo: "No querría que en todo esto, alguien siguiese el mismo razonamiento que hizo en su día Michele Sindona(3) con respecto a Sciascia, cuando le mandó emisarios para pedirle que lanzase una campaña de opinión a su favor, cosa que Sciascia no hizo, limitándose simplemente a darle algún que otro consejo".
Conté sin más, a todos mis amigos, la visita que tuvo con mi paisano residente en América y que sólo me había hablado de la inocencia de su amigo Sindona y de que era víctima de una maquinación. Sin pedirme nada, me dijo que haría que llegase a mis manos unos documentos que demostraban dicha inocencia y maquinación. Documentos que jamás obraron en mi poder; y fue el verano del pasado año cuando llegó hasta mí un memorial, que aún no he leído. Más tarde, a través de una carta de Sindona publicada por una revista semanal, supe lo que dicho Sindona quería de mí pero que mi paisano no se había atrevido a pedirme. Que yo haya dado "algún que otro consejo" es por lo tanto una mentira y una difamación. Y si el hijo del general no especifica qué fuentes le han informado de que yo haya dado consejos a Sindona y en qué consistían dichos consejos, me veré en pleno derecho de considerarlo un pequeño sinvergüenza.
Otra desvergüenza es la frase final de la entrevista, cuando el hijo del general considera mi artículo publicado por "L'Espresso" como posible inicio de una contraofensiva que confía "no pase de las palabras". No sólo se olvida - quiere olvidar y hacer olvidar - que fue él el que provocó mi artículo, sino que además insinúa que me ha sido - cómo decirlo? - encargado por la Democracia Cristiana (y para el la DC es a secas la mafia) y que a las palabras, «a mis palabras! pueden seguir los hechos. Y sólo un ser privo de inteligencia y repleto de bajezas-ambiciones puede llegar a insinuar una cosa por el estilo.
La cuestión es que a este pobrecillo se le ha hecho creer que no se debe y no se puede hablar mal del general Dalla Chiesa tal y como en otros tiempos (y tal vez todavía) de Garibaldi. Pero la figura del general pertenece a la crónica de los últimos años y a la historia; ni ha sido mi intención hablar mal de él en general. He hablado de algunos hechos y he manifestado mi opinión al respecto. Pero su hijo se ha negado a tocar este terreno. Como se suele decir allá se las componga. Y creo que veremos dentro de poco lo que va a componer.
N.d.T.
(1) DALLA CHIESA FERNANDO conocido como NANDO. (FLorencia 1949). Hijo del general Carlo Alberto Dalla Chiesa. Elegido diputado en el movimento "la Rete" en la XI legislatura.
(2) DALLA CHIESA CARLO ALBERTO. (Saluzzo 1920 - Palermo 1982). General de los carabineros. Coordinador de las investigaciones sobre las "Brigadas Rojas desde 1978. Afiliado, junto a su hermano, a la logia masónica de Licio Gelli "P2", aunque afirmó que se afilió para controlarla. Fue nombrado en 1982 gobernador civil con poderes especiales de Palermo para luchar contra la mafia. Asesinado junto a su mujer en Palermo el 3 de septiembre de 1982.
(3) SINDONA MICHELE . (Patti, 1920 - Voghera 1986). Financiero italiano. Entre 1969 y 1974 construyó un imperio financiero ante cuya caída huyó a EE UU. Implicado en un nuevo crack, fue arrestado y condenado. Se mató, en circunstancias poco claras, en la cárcel de Voghera el 22 de marzo de 1986.