Marco Pannella

SUMARIO: Que estalle la condena de la partidocracia a través del rechazo del voto, anulando la papeleta o presentándola en blanco. El programa radical: decreto de vida para tres millones de personas, reforma de las pensiones, aumento del mínimo de pensiones, reconversión de la industria bélica. A quiénes quieran votar como de costumbre, proponemos el único voto compatible con una política de vida y de calidad de la vida, votar por las listas radicales.

(NOTIZIE RADICALI N. 8, 2 de mayo de 1983)

(Es necesario que el país, a través de la afirmación del rechazo a votar, de la papeleta propuesta (anulada), de la papeleta blanca, le niegue a estas elecciones dignidad y legitimidad democráticas, para que los partidos se vean obligados a cambiar drásticamente políticas y comportamientos. Los radicales estarán preparados, inmediatamente después de las elecciones, a acoger y potenciar el éxito del 26 de junio o cambiar las indicaciones más negativas para el país. Por ello, es necesario que día a día el partido crezca).

Nuestra postura en esta ronda electoral, con respecto a sus resultados inmediatos, es tan clara cuanto difícil. Actuamos para que entre los ciudadanos estalle la condena incluso electoral de la partidocracia, de elecciones "timo", de un Parlamento degradado, de un Estado fuera de la ley, de una política que es un fracaso a nivel de valores, de objetivos, de resultados sociales, económicos, civiles, estalle a través de la afirmación del rechazo a votar, de la papeleta de propuesta (anulada), de la papeleta en blanco.

Actuamos para que aumente a lo largo de estas semanas la posibilidad de grandes victorias de vida y de calidad de la vida, ante las que los precedentes sobre el divorcio y el aborto serían de entidad infinitamente menor, al igual que las primeras acciones de gobierno y de legislatura: el decreto de vida para al menos tres millones de personas en 1983, la reforma de las pensiones y de los mínimos de las pensiones a través de la conversión de gastos militares en gastos civiles.

Actuamos para que el partido radical, el partido de la esperanza democrática y civil, de la integridad cristiana y socialista, de la no violencia y de la paz, de la política de justicia, del derecho, de la honestidad no sea eliminado ni vencido, sino que logre una fuerza cualitativa y numérica que le es vitalmente necesaria en el marco histórico en el que debe operar.

Los programas del Partido apuntan de forma especial al post-26 de junio. Los mítines nacionales que estamos organizando recubren las semanas sucesivas. Las peticiones siguen en pie y progresivamente deben convertirse en base sólida, el compromiso prioritario de cada uno de nosotros y de todos: su éxito y garantía única para el partido de 1983. Las elecciones, por el contrario - comprensible aunque resulte caro - distraen a la mayoría de nosotros. Precisamente, para esta lucha hemos decidido la operación técnico-política de depositar las listas electorales.

Estas peticiones necesitan un programa político de legislatura, el único existente en Italia. A sus temas específicos no hay más que añadir los temas de los referéndums solicitados a lo largo de la última década por el Partido, y se traza una plataforma programática, política, social, civil y de gran coherencia interior y alternativa real al régimen.

Lo sé. Se espera de mí que contribuya por enésima vez a nivel de la lucha electoral, de su claridad táctica, así como estratégica. Creo que esta espera es índice de una situación de debilidad o de eliminación de la perfecta conciencia en cada un de nosotros de lo que tenemos que hacer y decir, pero de lo que se tiene casi miedo, de lo grande que es el objetivo.

Nosotros luchamos para que el mayor número de ciudadanos les niegue a estas elecciones dignidad y legitimidad democrática, con un comportamiento que tenga por objeto obligar a los partidos a cambiar drásticamente de política. Confiamos en que el mayor número de electores siga nuestra invitación y nuestro ejemplo. Pero a todos los demás, a todos aquellos que quieran votar como de costumbre, tradicionalmente incluso en estas circunstancias extraordinarias, no podemos más que indicar en el voto radical el único compatible con una política de vida, de calidad de la vida, de paz, de democracia, de justicia y de libertad.

Resumiendo, hay dos "votos radicales" posibles. El indicado por el Partido está inequívocamente a la altura de sus esperanzas y de su tener que ser, el otro se nos presenta como subsidiario y secundario, un mal menor, la tutela de un mínimo de haber y haberes.

El ser, nuestro "ser", nuestro tener que ser estará determinado, en cualquier caso, por otros factores, juzgados a priori o permitidos. Es necesario crear el Partido, día a día. Inscribirse, hacer que la gente se inscriba; sumarse a los proyectos y hacer que la gente se sume; firmar hacer que la gente firme las peticiones; organizarse para lo que vendrá después,prepararse hoy para acoger y potenciar el éxito del 26 de junio o para cambiar las indicaciones negativas. Lo sé: es difícil. Pero, que se nos indique, de haberlo, un camino más fácil, que no comporte de por sí la inutilidad del camino y la falacia de la esperanza....

«Animo y amor, compañeras, compañeros!