Rossana RossandaSUMARIO: En este artículo de "Il Manifesto" (1)publicado a su vez por Noticias Radicales, Rossana Rossanda(2) afirma que la candidatura de Enzo Tortora(3) al Parlamento europeo no sirve más que para suscitar el escándalo que es el único medio necesario para que la opinión pública se dé cuenta de que una legislación es inicua y tal vez para que se aprueben leyes que, preparadas por la segunda legislatura, pasen a los jueces de primera instancia las competencias de delitos menores de manera que la magistratura ordinaria pueda dedicarse a los procesos más importantes.
(NOTICIAS RADICALES nº. 62, 24 de marzo de 1984)
Hacen bien los radicales presentando a las elecciones europea a Enzo tortora. Hacen bien aunque el caso de Negri(4) no les ha ayudado mucho que digamos. Hacen de ello, empecinadamente, una cuestión de principio. Una cuestión justa.
Por qué?. Pues porque vivimos en un país en el que es necesario suscitar lo excepcional, el escándalo para sensibilizar a la opinión pública de que la legislación es inicua. Y porque, cuando finalmente se ha logrado descubrir, no basta un año para corregirla, ni de forma archiprudente con los proyectos sobre la reducción de las modalidades de prisión preventiva que penden sobre el Senado. Y sin embargo, como todos sabemos, se dice, se escribe y se repite que en Italia se puede estar todavía en la cárcel sin proceso hasta nueve años y pico, si no actúa un número consistente de políticos. De los 43.000 detenidos del 83 (en aumento con un ritmo que debería conducirles a 50.000 a finales del 84) dos tercios se hallan en espera de juicio. Tienen razón los radicales porque una resistencia opaca y tenaz se opone al estudio de una ley sencillísima, preparada por la pasada legislatura, que pasaría a los jueces de primera instancia los casos de delitos menores de manera que la magistratura ordinaria dispusiese de más
tiempo para los procesos de mayor envergadura - puesto que quienes están en contra de la reducción de las modalidades de prisión preventiva a menudo se cubre con la imposibilidad de acabar en tiempos decentes los procesos sumariales y celebrar rápidamente los procesos debido al exceso de trabajo que pende sobre el aparato judiciario. Al menos esta excusa podría quitarse del medio fácilmente, y no se hace.
Tienen razón porque es poco convincente la reacción moralista de quienes observan que "para Negri y para Tortora se encuentra siempre una salida y en cambio para los pobres de turno no". Quién tiene la culpa de que en Italia sólo cuando el personaje es conocido se advierte lconocido se advierte la injusticia?, sólo cuando se trata de un showman del escenario político o televisivo. Buena lección para los que aprecian el mundo del espectáculo. La verdad es que el temple democrático del países ha rebajado mucho. Miles de personas acaban entre rejas sin que nadie diga ni pío - y - sin embargo la injusticia es la misma, flagrante. Y, además, cuando reaccionan las fuerzas políticas como no se va a indignar uno?. Galloni, en vez de decir: "Reduzcamos esta maldita prisión preventiva", se sale con que es necesario cambiar la ley electoral. No sabe, pobrecillo, que sería necesario cambiar la Constitución, para la que ningún ciudadano es culpable y por lo tanto puede ser privado de los derechos civiles hasta la sente
ncia definitiva. Y los demás, ministros o diputados que protestan "No es este el camino", por qué no hacen algo deprisa para emprender el camino justo?. Acaso ignoran que nuestro país practica con mucho gusto la prisión preventiva como pena aplicada a aquél cuyo delito es ser sospechoso o que molesta al establishment, o que es objeto de las maniobras de un "arrepentido"?. Tal vez los cinco años de Dalmaviva, los ocho de Naria y los otros tanto de Cortiana son n puro inconveniente judiciario, y no condenas aplicadas independientemente del juicio, por una sociedad que les castiga su condición de "subversivos". Por favor estos desahogos de virtud no tienen razón de ser. Algo anda estropeado en lo más hondo, en un país y en un poder legislativo que no sabe ni tan siquiera echar una ojeada a los tiempos, ni los modos con los que se practica la justicia y el ciudadano cuenta con ciertas garantías en otros Estados. En donde la idea de libertad se aplica no como principio, sino según las simpatías personales de g
rupo o culturales. De ello se deberían preocupar nuestros gobernantes, y hacer un serio examen de conciencia; preguntándose si sus manías de penalización, si su tendencia a recurrir con desenvoltura a los tribunales ante cada conflicto que no saben gobernar, si su adhesión entusiasta a la utilización de "arrepentidos" no hayan causado efectos perversos e incontrolables para todos. Y si acaso no habrá llegado la hora de poner punto final tanto a la prisión preventiva y a los arrepentimientos. Porque mientras sigan sucediendo estas cosas, será necesaria una gran fuerza; una elevada idea de sí mismo; una conciencia política muy compleja para poder decir que "no" a la oferta de una posible libertad tal y como lo hicieron ayer los enjaulados del 7 de abril: muy alta; puesto que sobre ellos pende un sumario por el que todos son culpables, inclusive aquellos para los que no hay ni rasgo de pruebas, e Italia no se ha indignado nunca. Muy elevada, tras más de cinco años de cárcel antes del juicio de primer grado, Qu
é tipo de ordenamiento tiene derecho a ser injusto y a solicitar, a quién es víctima de su injusticia, que defienda los principios que no sabe respetar?.
Publicado por "Il Manifesto" el 8 de mayo.
N.d.T.
(1) IL MANIFESTO: Movimiento político surgido en torno a la publicación mensual del mismo nombre, fundado en 1969 por exponentes del Partido Comunista Italiano, posteriormente expulsados del partido. 69-70; 70; 73-74; 74).
(2) Rossana ROSSANDA : (Milán 1924) periodista, ex dirigente del PCI del que se alejó en 1969 con un grupo con el que fundó "Il Manifesto".
(3) Enzo TORTORA : (Génova 1928 - Milán 1988) famoso presentador de televisión italiano y eurodiputado radical arrestado y condenado por presunta pertenencia a la mafia, y posteriormente absuelto.
(4) Toni NEGRI : exponente de un grupo de extrema izquierda, se tiró cinco años la cárcel esperando el proceso. Desencarcelado tras ser elegido diputado del Partido Radical.