SUMARIO. Se verá muy pronto si las fuerzas políticas "han fingido federalismo" o si este es un Parlamento que empieza "con la intención de luchar contra el tiempo". Las únicas mayorías y minorías del PE tendrán que formarse "por indicación de la creación .... de los Estados Unidos de Europa". Toca dos puntos importantes del problema de la seguridad: los que dicen que hablan "en nombre de la seguridad de Europa" se aparecen a aquellos que hablaban en la Francia y la Gran Bretaña de los años 30. Actualmente, Europa tendría que utilizar el "arma alimentaria" contra el bloqueo soviético, y estar en contra del envío de treinta millones de toneladas de cereales a Moscú. Y cabe denunciar una Europa que quiere los misiles en vez de utilizar "las armas de la propaganda", el arma financiera, el arma tecnológica con respecto a los países totalitarios. Los viejos pacifismos y los viejos rearmismos sólo pueden comportar el final de la esperanza europea.

(DISCUSIONES DEL PARLAMENTO EUROPEO, 25 de julio de 1984)

Pannella. Señora Presidenta, veremos en la cita del debate de mañana si las fuerzas políticas han fingido federalismo europeísta hace veinte días o si este es un Parlamento que empieza, con el intento de luchar contra el tiempo, contra la putrefacción y contra la descomposición de la política de la Comisión, por no hablar del Consejo, aunque ello puede gustarles a mis amigos daneses quienes en efecto están en contra de Europa y en contra de la Comunidad y por lo tanto están siempre de acuerdo con el Consejo, razón por la que cuando excepcionalmente se da una indicación distinta, tal y como ha hecho el presidente Mitterrand, entonces les entra el pánico.

Ya mañana, así pues, el debate se vuelve duro, en términos de textos concretos y de resoluciones. Las mayorías viejas y putrefactas, con las que ayer y hoy se han repartido ustedes las presidencias, son mayorías de desgracia. Las únicas mayorías o minorías, en este Parlamento, tienen que formarse por indicación de la creación, a través del método y el texto del Parlamento europeo, de los Estados Unidos de Europa, si quieren, en mi lenguaje, o bien de la Unión europea, en el lenguaje formal.

Hay dos puntos sobre los que ahora que han entrado finalmente en este Parlamento nuevas fuerzas, muy cercanas a nosotros históricamente, tocar el problema de la seguridad. Nosotros acusamos, señora Presidenta, a aquellos que creen estar a favor de la seguridad en Europa: les acusamos de estarlo como la vieja Francia y la vieja Inglaterra; pero la vieja Francia de los años 30 confiaba su seguridad a la estrategia de la línea Maginot. Esto es lo que nosotros denunciamos: una Europa y un Occidente que no usan el arma alimentaria y contra el bloqueo soviético y contra las acciones inmundas y peligrosas que cumple un Occidente que envía treinta millones de toneladas de cereales en un año a Moscú; una Europa que quiere misiles, que son la nueva forma de la línea Maginot de hoy en día, en vez de utilizar las armas de la propaganda, las armas de Helsinki, en vez de utilizar el arma tecnológica; una Europa que lo que hace es mandar a sus capitalistas, tal y como sucede de veras, a estipular contratos en Rusia, y a pr

esentarse luego, de boca para afuera, como anticomunistas con respecto a Afghanistán y prosoviéticos, no procomunistas, para retirar sus beneficios.

En este esquema, creo realmente que cabe denunciar el sueño en el que ustedes, señores colegas, andan sumidos, mientras dicen estar a favor de la seguridad. Ustedes están a favor de la línea Maginot de estos años, porque la verdad sea dicha, no pueden utilizar ni utilizan el arma alimentaria, el arma tecnológica, el arma financiera, porque en Polonia, por ejemplo, por lo que a Jaruzelski se refería, ustedes aplaudían, aquí, de boca para afuera, a Solidarnosc, pero luego, a otros niveles, por el contrario, aprobaban la confirmación de la financiación de los que en Varsovia habían restablecido el orden de esa manera.

Esto, para aclarar que los viejos separatodo, los viejos pacifismos de pacotilla, y los viejos rearmismos pueden conducir sólo al final de la esperanza europea y de la realidad europea actual.

Como partido radical, confiamos realmente poder asistir a un debate de lo nuevo, y no a los debates cutres de los años 50: misiles sí y misiles no: por una parte y por otra, movilizados todos en nombre del miedo, de la muerte, creyendo que de esta manera podremos hacer surgir una nueva Europa. «Se equivocan ustedes! En la movilización puntual cada vez, por alguna ley de vida (y la ley que crea los Estados Unidos de Europa es una ley de vida) nosotros podemos realmente confiar en luchar por justicia, por libertad y por paz.

«Basta ya con sus viejas monsergas, basta con la putrefacción de la derecha, basta con la putrefacción hacia la izquierda, basta con sus acuerdos de poder putrefactos! "Sí" a algún proyecto político. Lo repito, ante el acontecimiento de ayer, a los once únicos votos para el cargo de presidente del Parlamento que fueron al autor principal de esta acción, a Altiero Spinelli (1): a partir de la línea del tratado, de la línea de Spinelli, de la línea el federalismo, nosotros podremos de veras representar algo muy distinto de la Europa de ayer, la Europa de papá, sus desastres, sus catástrofes.

N.d.t.

(1) SPINELLI ALTIERO . (Roma 1907 - 1922). Encarcelado durante el fascismo (desde 1929 hasta 1942) por sus actividades antifascistas, pues fue líder de las juventudes comunistas. En 1942, escribió con Ernesto Rossi, uno de los fundadores del Partido radical, el Manifiesto federalista de Ventotene, en el que se afirma que sólo una Europa federal podrá vencer definitivamente los peligros de un retorno de las guerras fratricidas en el continente europeo. Al final de la guerra fundó junto a Rossi y Eugenio Colorni, entre otros, el Movimiento federalista europeo, y después pasó a ser miembro de la Comisión europea, siguiendo de cerca y criticando la evolución de las estructuras comunitarias. En 1979 fue elegido diputado en el Parlamento europeo por las listas del Partido Comunista Italiano (PCI), y se convirtió en el cerebro del proyecto de tratado que fue posteriormente adoptado por el Parlamento europeo en 1984 y más conocido como "Proyecto Spinelli".