SUMARIO: Texto del llamamiento al Presidente de la República, al Parlamento, al Gobierno, al Consejo Superior de la Magistratura, etc., firmado por Leonardo Sciascia y otras personas, para que en Nápoles, a lo largo del juicio a 640 acusados de asociación camorrista, se les aseguren las "garantías básicas" de justicia".
(NOTICIAS RADICALES del 25 de febrero de 1985)
El "Comité por una justicia justa" hizo público ayer el texto de un llamamiento que publicamos a continuación. Los primeros signatarios del mismo son el presidente del Comité, Leonardo Sciascia, y Alessandro Galante Garrone.
»La administración de la justicia italiana está atravesando en Nápoles una prueba durísima.
No cabe la menor duda de que la sociedad debe defenderse de la criminalidad organizada, y que el Estado debe derrotar las distintas mafias y camorras. Sin embargo, sí hay dudas sobre el hecho de que dichos objetivos puedan ser alcanzados con un maxi-proceso con cientos de acusados. Un juicio no es una campaña de propaganda contra la camorra. Un proceso debe brindar justicia a cada uno de los acusados,
Cómo se puede garantizar el derecho a la defensa de 640 acusados? Cómo se puede comprobar la responsabilidad penal que en nuestro sistema es siempre "personal"?
No pretendemos discutir aquí la cuestión del adviento del arrepentismo(1) en los juicios contra la criminalidad asociada, pero lo que sí queremos afirmar con fuerza es que una acusación, cuanto más se basa en las declaraciones de los arrepentidos, más debe estar contrarrestada por otras pruebas y evaluada con absoluta objetividad. Dirigimos con honda preocupación y alarmados estas preguntas al Presidente de la República, al Parlamento, al Gobierno, al Consejo Superior de la Magistratura, al Ministro de Justicia y a los magistrados. No sería un proceso auténtico ni justo si no fuese capaz de alcanzar la verdad. No sería justicia la que no tuviese el valor de admitir los errores y enmendarlos.
Solicitamos que estas garantías básicas sean aseguradas en Nápoles. Un Estado de derecho lo es cuando garantiza incluso al peor de sus enemigos la totalidad de las garantías constitucionales .
N.d.T.
(1) ARREPENTISMO . Neologismo acuñado ante la "ley de arrepentidos" por la que personas que cumplen condena acceden a confesar a cambio de grandes ventajas judiciales, y que ha fomentado que gran número de detenidos se "arrepintiesen" acusando a menudo a personas exentas de culpa.