SUMARIO: Mientras se está celebrando la cumbre de Luxemburgo, entre los jefes de Gobierno de los doce países de la Comunidad europea para discutir sobre la propuesta de Tratado de la Unión aprobado por el Parlamento europeo, Marco Pannella afirma que la bifurcación es clara: por una parte quienes proponen "de forma realista" limitarse a medidas financieras y económicas para postergar al día de mañana la Unión Política y quien, por el contrario, considera que sin una autoridad política europea, democrática y jurídicamente garantizada Europa se quedará en manos de las grandes confrontaciones Norte-Sur Este-Oeste.

(REPORTER, 4 de diciembre de 1985)

" Ampliar poderes? - Ha exclamado en el Consejo la señora Thatcher a propósito del Parlamento europeo - Es necesario acabar de una vez por todas con su elección directa". La Dama de hierro da en el clavo: para salvaguardar la putrefacción de Europa y los coletazos de los Estados nacionales, es necesario volver a trabajar y no discutir ni de política ni de alta estrategia. Es necesario que las diplomacias vuelvan a ser los siervos-patrones de los Estadistas, sin que se les moleste. Tal y como ha sucedido ahora, cuando el error político gravísimo de haber confiado los trabajos de la Conferencia intergubernamental a funcionarios, error lamentablemente cometido por responsabilidad italiana, ha hecho que no sea más que una farsa, destruyendo en seis meses toda la adquisición del Parlamento Europeo, de la Comisión Dodge, de la Presidencia italiana, para llegar a la obtusa situación de estos dos días.

Mientras escribo estas líneas, no conocemos todavía el resultado de la cumbre de Luxemburgo; no sabemos si la otra Italia habrá dado el brazo a torcer o no. Pero ya esta mañana, en Bruselas, en cualquier caso, la Comisión institucional del Parlamento Europeo, presidida por Altiero Spinelli, volverá a reunirse, y en esta sede prepararemos la respuesta que el Parlamento deberá dar en su próxima sesión, el 11 de diciembre, en Estrasburgo. Y, por lo que a mí se refiere, si Italia hubiese cedido, a pesar de la postura equívoca de Andreotti, en Roma se produciría una crisis: si le hemos aprobado la firmeza a Sigonella, aún en un contexto turbio y sospechoso, no era por aprobar o tolerar la aniquilación y el abandono en Europa. Sobre todo cuando el Parlamento ha manifestado estar totalmente de acuerdo con la Comisión e asuntos exteriores, en los pasados días, precisamente para evitar dicha eventualidad.

Las noticias, por otra parte y por suerte, son por el momento distintas: una cascada de reservas y de oposiciones es presentada por la delegación italiana, por Craxi, contra la secuela indecorosa de parciales reajustes sectoriales, a veces incluso despectivos, sobre la cuestión monetaria, sobre la concertación, sobre los poderes del parlamento, sobre la tecnología etc...

En cualquier caso, vayamos al grano. Mi convicción es que: "ce n'est qu'un début", a partir de la última baza por jugar, el proyecto de Tratado propuesto por el Parlamento europeo, básicamente aprobado por el Comité Dodge, expresión política de los Gobiernos, liquidada por esta indecorosa Conferencia Intergubernamental, convocad por petición del parlamento, era y es sin lugar a dudas bueno. Puede mejorarse y lo vamos a mejorar: pero para llegar con ritmo político a la Unión Europea, a los Estados Unidos de Europa.

La bifurcación hoy por hoy está clara: hay quien sigue proponiendo el "realismo" de la putrefacción actual, y de la rendición a través de medidas económicas y financieras en 1996 o en el 2000 (no bromeo: me apunto propuestas y proyectos), y quien, por el contrario, considera que sin una autoridad política europea, democrática y jurídicamente garantizada, nos convertiremos antes del 200 en zona "mediterránea", más o menos como el Líbano, desde Dublín hasta Copenhague, desde Lisboa hasta Atenas, pasando por Londres, París, Bonn y Roma. La concreción de "Eureka" (para más inri extracomunitaria) es la de una tomadura de pelo; la política agrícola común hace de nosotros ya en estos momentos vasallos de la multinacionales del arma alimentaria, nuestra política Norte-Sur inexistente, de manera que nos quedamos en manos de la del Este-Oeste en la que no tenemos nada que hacer y todo por sufrir.

Ayer por la mañana, en Nantes, un militante radical, Jean Paul Sultanut, fue condenado a 6 meses de cárcel: es objetor de conciencia, que "a parte del resto" pretende ser un "individuo de derecho europeo"; por lo mismo motivos se halla en la cárcel en Bruselas, condenado a 24 meses, Olivier Dupuis. En Luxemburgo, ayer, ondeaban las banderas de la federación del PCI de Ferrara y de los democristianos de Trapani.

Si alguien pone en duda que, en Italia, se está pensando en una gran Reforma política e institucional, basada en una disposición anglosajona de elecciones uninominales hace bien en dudar, pero al mismo tiempo que considere desde ahora que la bifurcación será federalista europea, y en la otra orilla se hallarán los "europeístas" de la tragicomedia de los "pequeños pasitos", pequeños pasos realmente hacia la catástrofe, internacional y nacional.

De "catástrofe" oí hablar, ayer, en la reunión de la Presidencia del Parlamento europeo por sir Fred Caterwood, que representaba el grupo conservador, al unísono con lo que opinaba Spinelli y con algunas exigencias que pretendían plantear. Y salvo algunos grupos franceses, la atención de Reporte y de la Unidad, y la hostilidad casi no escondida por "La Repubblica", son otros síntomas que nos parecen muy buenos, para emprender el camino de una "nueva" claridad política; de un política, a parte de una "izquierda" posible, que necesitan sobre todo una información nueva y europea...

Mitterrand, Kohl, son la sombra de sí mismos, al igual que sus opositores: no proponen nada, e intentan disfrazarlo. Son el dramático - y en parte doloroso - testimonio del aniquilamiento con el que pretenden conservar el poder contra las urgencias políticas que se ciernen y no permiten decisiones de mera conservación nacional, corporativas, de seguridad y de defensa basadas en su poder "militar".

Craxi y Andreotti, si aguantan, podrían darse cuenta de que el "aislamiento" que recriminan actualmente muy a menudo será el de los demás: en definitiva "intereses" y "pueblos" europeos, actualmente, se encuentran con que tienen que caminar junto precisamente en la dirección que parece la suya, y de amplia unidad "italiana".