Radicali.it - sito ufficiale di Radicali Italiani
Notizie Radicali, il giornale telematico di Radicali Italiani
cerca [dal 1999]


i testi dal 1955 al 1998

  RSS
dom 19 mag. 2024
[ cerca in archivio ] ARCHIVIO STORICO RADICALE
Archivio Partito radicale
Sciascia Leonardo - 1 gennaio 1986
Así habló Buscetta
Introducción de Leonardo Sciascia al libro de Lino Jannuzzi "Così parlò Buscetta", publicado en 1986 por Sugarco Edizioni.

SUMARIO: Análisis crítico e irónico del proceso penal contra la mafia en Palermo. Leonardo Sciascia dicta la introducción del libro de Lino Januzzi. "Desde la pesada y atroz materia - escribe Sciascia - del proceso que se celebra en Palermo [...] casi se suscita un no sé qué de parodia y de cómico"; es el "sistema" mafioso que sale de las revelaciones" de ambos "imputados-acusadores" que es - sigue Sciascia - "el sistema del constituirse de una creencia, del alcanzar un punto culminante de casi perfección, del declinar y del disgregarse" tal y como sucede con todos los imperios. "La creencia que sostenía a la mafia está en crisis..."; es una "creencia de envoltura, una creencia en la que ya nadie cree", con el venir a menos del "principal artículo de fe que la constituía: la regla del silencio, de la "omertà"". Buscetta y Contorno, con sus revelaciones intentan afirmar la creencia, pero en vano, en el momento mismo en el que de hecho la reniegan..."

Estas y otras consideraciones "son el origen de la lectura de las actas instructorias y de las cuentas rendidas en el debate ... que Lino Januzzi hace en estas páginas... Una lectura inteligente, sagaz....", llena de "diversión"...

----------------------

Introducción

Entre Ortega y Gasset y "A algunos les gusta caliente", entre el "sistema de la historia" de Ortega y "los amigos de la ópera italiana" - aquí y ahora: "los amigos de la ópera de los chavalines siciliana" - de la película de Billy Wilder: desde la pesada y atroz matraca del proceso penal que se está celebrando en Palermo contra la mafia - es decir contra un grupo de sus capos y afiliados (presuntos, se entiende) tan numeroso y representativo como para dar la falsa impresión de que han metido entre rejas a la mafia al completo - a veces casi surge algo de parodia y comicidad. Y condescender podría parecer cínico o peor, en el catálogo de los delitos que el proceso desarrolla, pero en efecto es la mejor manera de asumir y analizar críticamente el material instructorio y de debate que por lo general y como es costumbre, en nuestro país, en aquellos lugares ya sean altos o bajos en los que la información exenta de toda opinión se soba y manosea y transmite, se recibe acríticamente, como resultados apodícticos, c

omo certezas. Pero tal vez sea decir poco, que como certezas son recibidos los materiales instructorios y de debate: para los instrumentos de la comunicación de masas parece que hasta los mandatos de captura son certezas judiciales. Lo cual quiere decir que lo tenemos crudo.

Lo que a modo de parodia nos hace recordar a Ortega es el "sistema" mafioso que se desprende de las revelaciones de los dos cardenales imputados-acusadores (cardinales en sus veces de cardinales (1) pero también por las precauciones y las medidas con las que se les rodea): que es el sistema de constituir una creencia, alcanzar un ápice de casi perfección, declinar y disgregarse: que es para Ortega el sistema que constantemente se repite al nacer, afirmar y disolverse de los imperios, y no sólo, también de toda creencia que desaparece superviviendo elementos en la que la constituye. Y en el disolverse de la creencia mafiosa - sin abandonar la parodia - se puede entrever - seguimos con Ortega - el "esquema de las crisis". La creencia que sostenía a la mafia está en crisis con las mismas modalidades con las que otras han sostenido y siguen sosteniendo los imperios. Por decirlo de forma simplona: una creencia de envoltorio, una creencia en la que ya nadie cree. Y precisamente, salta a la vista, el no seguir crey

endo en la creencia, la afirmación de creer en ello por parte de los que por el contrario se distraen y la niegan cuando viene a menos el artículo de fe básico que la constituía: la regla del silencio, la "omertà" (2). Buscetta (3) y Contorno (4) no sólo no reniegan de lo que Pitrè calificaría de su "sentir mafioso" (5), sino que no reniegan ni tan siquiera de su "actuar mafioso": casi como si la mafia fuera un Estado del que se es ciudadano de la misma manera que para hacer nacer en otro lugar no hubiese más que el lugar en el que se nace, un Estado en el que se está como en el propio pellejo. El Estado como piel, sigue diciendo Ortega hablando de la historia romana de la expulsión de los reyes ante el adviento de los emperadores es decir, de los años en los que la creencia era tan vigorosa que se adaptaba a toda novedad y exigencia, tanto que la permeaba, y la absorbía. A semejanza de la república romana, la mafia fue la piel del ciudadano mafioso. Pero luego - para seguir con la imagen - le salieron las p

upas, y el picazón. Dichas pupas y dicho picazón creemos son analogía de lo que paralelamente sucedía en la sociedad civil (lo de civil es un decir): la sublevación contra la "meritocracia". A nivel de la soldadería (6) mafiosa (término exacto, según la nomenclatura buscettiana) gracias al mapa legibilísimo de las islas de los ilícitos tesoros, y fácilmente alcanzables, empezó a aparecer empresa fácil ascenderse a generales, hacer de generales. Y era efectivamente fácil, política y droga abriendo y brindando bastos y manejables espacios: sólo que un ejército enterito de generales puede ser tal vez concebido en utopía, y en cualquier caso demente no deja de ser. En realidad, los generales hacer falta la hacen, hasta en las guerras en las que parece fácil lo de vencer. Generales que tengan su intuición y su práctica, puesto que estudio y teoría no son suficientes; tal y como nos muestra a modo de ejemplo Matteo Bandello (7), cuando al narrar una maniobra que Machiavelli (8) pretendía que una tropa hiciese en p

laza de armas; y se produjo una confusión tal que fue menester llamar a Giovanni dalle Bande Nere (9) para que dictase un par de órdenes recias y se efectuase la maniobra que Machiavelli quería y luego se pudiese comer. En la Mafia, tal vez un Giovanni dalle Bande Nere ya no lo hay o, tal vez con mayor probabilidad, no lograba hallar reconocimiento y obediencia: la cuestión es que las maniobras acabaron en enfrentamientos.

Buscetta y Contorno, tal y como se ha dicho, afirman la creencia en el mismísimo instante en la que de hecho la reniegan: lo cual quiere decir que ya no saben reconocerla y que fingen una inauténtica, de poco fiar, que vale sólo para justificar su conducta de hoy y para obtener venia por la de ayer. De sus revelaciones se desprende un certificado de muerte de la creencia. Que no es, que nadie se llame a engaños, un certificado de muerte de la mafia, que todavía anda de maniobras y de encontronazos. Encontronazos a los que el más corriente periodismo tacharía de segundo nivel, considerando el tercero - y el más alto - el de los políticos y el primero que se podría decir el de los asalariados, ínfima mano de obra "una tantum". Nivel por lo más "abandonado", debido a la ansiedad de llegar hasta el tercero (tal vez inalcanzable): pero que se tiene la impresión de que se esté por subir al segundo, aprovechando del revés policial y judicial que están sufriendo los efectivos del viejo segundo nivel, parcialmente id

entificado. Y se entiende que estamos hablando de la mafia palermitana y de su expansión y de sus reproducciones: que a través de las revelaciones de Buscetta y Contorno y de otros menores impropiamente llamados arrepentidos (10) (y no lo son para nada, pues no son más que vencidos que le piden al Estado que les vengue; lo que por su parte es inconcebible, en caso de que estuviesen realmente dentro de la creencia), se ofrece un fragmento creíble en sus pormenores, increíble en su conjunto. En las revelaciones hay una contradicción intrínseca y esencial: afirmar la mafia como hecho unitario, que como una catedral se concluye en la "Cúpula", y dar al mismo tiempo una representación de desorden, de desconfianzas internas impresionantes, de internas prevaricaciones y atropellos. Una contradicción, que si no se coge a tiempo, si nos arriesgamos a aceptar la tesis de que todos los delitos acaecidos en Palermo en los últimos años - y sobre todo los delitos de los que han sido víctimas los representantes del Estado

- cabe imputarlos a aquellos elementos ya detectados que están entre las rejas del Tribunal de Apelación o que todavía se hallan en paradero desconocido: elementos de aquella parte que se da en llamar - impropiamente - vencedora.

Y en cambio, si lo miramos bien mirado, una tesis semejante deja fuera muchos delitos, no los explica, no les otorga un móvil ni tan siquiera vago. Y por ejemplo: El asesinato del procurador Costa, acaso no cabría imputárselo a la parte perdedora? La conclusión a la que sensatamente se puede llegar es que la parte vencedora y la parte perdedora, grupos de vieja constitución y grupos que, en vías de constituirse, buscaban - cabe decirlo - su "ubi consistam" compitiendo en delitos "fuertes" hayan actuado por encima o por debajo de la creencia que ya no funcionaba, de las reglas que ya no servían: entre las que destacaba la de ignorar al carabinero, a la magistratura investigadora, al periodista (y volverse malo, blandir y convencer, sin amenazas ni violencias en ningún momento, a la magistratura que juzgaba: como decía el viejo fiscal, el general Mirabile, a quién personalmente le debemos la más neta noción del fenómeno mafioso como creencia y como organización: de la mafia de la que, en su día, fue implacabl

e acusador. Se puede añadir, condensar y simplificar la tesis, digamos, de este trabajo, que existe en el proceso de Palermo una contradicción interna al plantear a todos los miembros de la Cúpula o Comisión como si tuviesen idénticas responsabilidades en todos los delitos: mientras que es evidente que la parte perdedora, y que estaba dentro de la mismísima Cúpula, era objeto de la ofensiva de la parte vencedora y por lo tanto no podía ser el cerebro de ciertos delitos. Estas consideraciones, que deberían desarrollarse y profundizarse en una argumentación más larga, son el origen de la lectura de las actas instructorias y de los informes de los debates - y en especial a los relativos a los testimonios de Buscetta y Contorno - que Lino Jannuzzi hace en estas páginas. Una lectura inteligente, sagaz, sin perjuicios: que no sólo rompe moldes en lo que se da por descontado y lo conformista que en las crónicas del proceso de Palermo predominan, sino que sugiere evaluaciones críticas de lo que corre confundidamente

por el proceso: y por la confianza previamente acordada a ambos acusadores, y por la desconfianza por la que ahora parecen tocados; que son la otra cara de la moneda de la emotividad suscitada por sus revelaciones, que por el contrario cabe someter a frío y crítico juicio, tal vez agradeciéndoles lo que han dicho, y que realmente ayuda a comprender en instancias sociológicas e históricas, así como judiciales; pero sin perder conciencia de lo que han callado - legítimamente callado, si en civilizaciones jurídicas menos incompletas que la nuestra se da advertencia a un presunto culpable del momento en el que lo que dice puede utilizarse contra él. Nada de engaños, así pues, la "diversión" que en estas páginas transcurre y a la que hemos intentado participar (en especial se ha divertido Jannuzzi al ordenar casi en forma de diccionario ciertas definiciones sin par así como comentarios jocosos de Buscetta y de Contorno): tras la "diversión" yace el problema de la justicia que se agita, en Italia de forma grave y

alarmante.

Leonardo Sciascia

(1) Juego de palabras del autor entre cardenal y cardinal.

(2) OMERTA . La ley del silencio.

(3) BUSCETTA TOMMASO . Mafioso siciliano, arrestado en Brasil el 24 de octubre de 1983, colabora con la magistratura americana e italiana brindando información - considerada fidedigna - sobre la mafia.

(4) CONTORNO ANTONIO conocido como TOTUCCIO. Capo de la mafia, colabora con la justicia desde 1984.

(5) "il sentire mafioso" es una expresión usada frecuentemente por Leonardo Sciascia para indicar precisamente un modo determinado de concebir la vida y el mundo, profundamente arraigado, propio de los sicilianos.

(6) En italiano "soldataglia".

(7) BANDELLO MATTEO (Castelnuovo Scrivia 1485 - Agen 1561). Dominico, al servicio de Ippolita Sforza, Ranuccio Farnese y Cesare Fregoso; a la muerte del último, siguió a su señora hasta Francia, en donde se encargó del obispado de Agen. Sus 241 Novelas (1554-75) rompen con la tradición de Bocaccio e introducen en la narrativa ritmos novelescos. En él se inspiraron Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega, Stendhal y Byron. Bandello dejó un Canzoniere petrarquesco.

(8) MACHIAVELLI NICOLO' (Florencia 1469-1527) Político y escritor. Secretario de la cancillería de la república, participó en varias embajadas, redactando informes agudos; Descrizione del mondo tenuto dal duca Valentino nello amazzare Vitellozzo Vitelli, Oliverotto da Fermo, ec. (1503) Ritratto delle cose della Magna (1512). Al regreso de los Médici (1512) tuvo que retirarse a San Casciano, en donde escribió las obras más importantes "Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio (1513); Il principe (1513); Dell'arte de della guerra (1519-20); Mndragola (1518). Al resurgir la República se retiró y murió en la pobreza. Está enterrado en la Santa Croce.

(9) GIOVANNI DALLE BANDE NERE . (Forlì 1498 - Mantua 1526) capitán de ventura. Hijo de Giobanni de' Medici y de Caterina Sforza, estuvo al servicio del Papa León X.

 
Argomenti correlati:
stampa questo documento invia questa pagina per mail