SUMARIO: El autor subraya la necesidad de que el Consejo de seguridad de las Naciones Unidas intervenga para frenar el exterminio causado por el hambre en el hemisferio sur, y la posibilidad de utilizar los ejércitos para intervenciones de emergencia.

Permitidme una premisa, de alguna manera cronológica, de nuestro convenio: antes de ayer, el Santo Padre Juan Pablo II quiso recibir al consejo de Food and Disarmament International. Ha sido un acto de diálogo, alentador, de amistad, y lo ha sido no sólo en las intenciones sino en la realidad del encuentro.

Quiero decir que todas las palabras de Juan Pablo II, las palabras y el dolor que ha expresado sobre el aborto como elemento esencial para seguir hasta las raíces la esperanza, el derecho y el deber de vida, deben, no digo ser reprimidas por nuestra cuenta, sino deben ser conscientemente elemento constitutivo de nuestra historia - y lo son -; de lo contrario se trata de la falacia de una defensa parcial que no es grande, que no es ambiciosa y que está destinada a fracasar.

Permitidme acabar así esta premisa, que quiero sea formal: que también en ésto si nos hemos dividido en el momento en el que era necesario elegir cuales podían ser las leyes oportunas de César, las más oportunas normas mundanales para intentar combatir el azote de la tragedia en la indiferencia pasiva de la mayoría, Adele Faccio, Emma Bonino, Gianfranco Spadaccia daban forma a esta exigencia de vencer aquella tragedia y este azote, de convertirlos en responsabilidad de vida; y de atacar la pretensión mortal de delegar a César, de delegar al Estado opciones de conciencia; y de dejar las cosas en manos del terror, del miedo, de las prosecuciones o no de una creación bestial, en vez de elevarse y suscitar la concepción, la concepción cristiana de la vida o no.

He ahí por qué hemos entrado en lo vivo: el derecho. Y lo oímos ayer del profesor Bedjaoui, el derecho positivo a la vida debe estar armado de sanciones, armado con la conciencia de todos nosotros. Tenemos que convertirnos en ejército de aplicación del derecho; dar fuerza a la vida contra el hecho consabido de que las conquistas de la ciencia jurídica, y no sólo jurídica, la historia y el poder oponen el rechazo de hacer de ello ciencia aplicada, aplicación de ciencia y de conciencia, confiando la doctrina a las abstracciones y a la brutalidad de la lógica de las cosas, que de por sí es lógica de muerte, haciendo la ley a la que se obsequia con el poder y no con la ley y con el derecho.

Una campaña, creo, que puede partir sólo de esta concienciación: los premios Nóbel lo escribieron en aquel manifiesto político, absolutamente político, deliberadamente político que ha producido el desconcierto de historias, de compartimentos herméticos, y por primera vez en la historia contamos con 95 premios Nóbel, creo el 70% de los premios Nóbel que aún viven, que han firmado un manifiesto político, en el que en realidad se pide constituir nuevos partidos, nuevas organizaciones. Partidos en pro de la vida, partidos que se constituyan en "parte", para perder o para vencer, para convencer, para hacer de la ley de concepción, de realización del derecho a la vida la premisa prioritaria de la organización de algunos individuos.

Creo, así pues, que tras el Manifiesto de los Nóbel, tras la resolución del Parlamento europeo, tras la ley italiana y la ley belga, no tras su realización, sino tras estos votos, hoy por hoy a través del documento de los doce (por el momento) jefes de Estado se da un paso adelante para que cobre vigor el derecho y la claridad del partido creador de vida y de derecho en todas partes.

Estos jefes de Estado se acuerdan que en el Caribe hace tres años, y en Berlín hace dos, en una reunión de los Acp Cee se votó, gracias a la aportación unánime de los países Acp y a pesar de la oposición de muchos europeos, una propuesta nuestra: asegurar la prioridad contextual, del derecho a la vida, del derecho al desarrollo, del derecho a las libertades, entre comillas burguesas o revolucionarias.

Contextual. Y qué quiere decir que doce jefes de Estado vuelvan a proponer en su texto actualmente esta lectura?. Hablémos sin tapujos, amigas y amigos de Occidente: cuando en nuestros países la locura terrorista comporta cien, doscientos, trescientos muertos, inmediatamente en nuestros Parlamentos se dice que hay que suspender por un momento la plena legalidad burguesa y constitucional, y se acude al derecho de emergencia, porque ante doscientos, trescientos, cuatrocientos o quinientos muertos la democracia política no puede o no podría expanderse y ser arma de paz, de lucha contra el terrorismo.

Y se quiere hacer ver que en países en los que la causa del desorden internacional, político, económico, jurídico, a causa del orden y del desorden de Cancún para entendernos, mueren millones, niños y ancianos, y mueren por decisiones políticas adoptadas o no, es el subdesarrollo el que no permite la plena expansión o la adopción de Constituciones liberales, anglosajonas o de democracia burguesa.

«Qué barbaridad! (...)

Nos hemos de prepar para ser "task force" para dar fuerza a las leyes y cambiar las leyes de nuestros países.

Un ejemplo que puedo añadir: nosotros sabemos (a grosso modo) que en nuestros países este año contaremos con un aumento del producto nacional gracias a la caída del precio del petróleo y del dólar.

Se puede calcular, en el año 86, en un cinco por ciento: si nosotros tuviesemos la facultad, la capacidad, de proponer inmediatamente nuevas leyes que se aplicasen en el Parlamento europeo (y tal vez lo estemos logrando), podríamos por ejemplo solicitar que el 20 por ciento de este don de la historia, de este cinco por ciento con el que los gobiernos se encontrarán, se destine a la intervención integrada e interdependiente.

Entonces, no estamos volviendo a la utopía sino a la sabiduría; nosotros debemos exigir la conversión de la estructura militar y del gasto militar. Esta es la realidad y la fuerza histórica de nuestro Occidente: está superarmado, pues aprovechémoslo, convirtamos estos ejércitos, rompamos las cáscaras de los transportes, con los aviones, los barcos de los ejércitos, movamos las flotas de guerra... Cada vez que existe carestía se puede hacer. La tecnología dulce, tradicional de los viejos carices militares europeos es la que funcionaría expléndidamente para la reconstrucción del territorio y del ambiente.

Así pues, estas dos propuestas son las que nosotros presentamos: Task force, y recorrer el camino del derecho. El Parlamento europeo ha señalado gracias a las interpretaciones del profesor Bedjaoui, que en la combinación dispuesta por algunos artículos del Tratado de la Onu es posible configurar el derecho-deber del secretario general - siendo el problema del exterminio causado por el hambre el problema de seguridad y de paz - de intervenir jurídicamente, no sólo con task forces sino haciendo que esté en vigor y que sea obligación aplicar, desde el punto de vista del derecho, los acuerdos internacionales o multinacionales firmados y no aplicados.

Cabe decir, lo debemos decir nosotros los italianos, pero también vosotros, amigos del Acp, lo tenéis que decir en voz alta: a cambio de limosna y de dinero que se restriega, Italia y Europa no han asegurado lo que habían prometido y habían anunciado.

Tenemos que actuar inmediatamente.

Ayuda integrada; al mismo tiempo es necesario actuar en la Onu para defender el derecho.

Si no perdemos tiempo y no aceptamos el chataje de los llamados "concretos"; si por el contrario sabemos darnos cuenta de que el problema estriba en ser realmente, lúcidamente, lo que somos en nuestros corazones, partido de vida, de derecho y de acción, y si conseguimos en los próximos dieciséis, dieciocho meses hacer que Food and Disarmament no viva sólo gracias a la riqueza de la pobreza de todos aquellos que viven dentro de ella, sino que viva gracias a las contribuciones más amplias y más difundidas, pues bien, yo creo que muy pronto podremos medirnos con la tremenda, gran responsabilidad de ver, gracias al derecho existente, que lo permite, a los cascos azules que actúan como tales en el frente de la intervención integrada. El terreno exige intervención política puntual desde el punto de vista de la deuda de ese país, de ese lugar; con las estupendas sugerencias que Susan George(1) daba, escalar progresivamente la deuda pública y la deuda extranjera con la inversión que se realiza en los sectores idóneo

s y que comportan la reconstrucción del ambiente. Salgamos en estos días con el arma grande y nueva de esta declaración política vinculante con respecto a los propios pueblos, y no sólo a nosotros, de los doce jefes de Estado. Confiamos en que la cifra aumente, y les damos las gracias, porque nos han dado no sólo esperanza sino integridad de razonabilidad, para comprender cuál es la vía integrada, necesaria, de consolidación del derecho a la vida, del derecho al desarrollo, del derecho a la libertad, del derecho a la democracia política y del derecho al pluralismo. Todo ello son cosas que hay que perseguir juntos porque si las perseguimos por separado están destinadas a morir.

N.d.T. (1) Susan George: Escritora francesa. Ha escrito diversos

libros sobre el Tercer Mundo.