SUMARIO: Evoca la batalla para la introducción del divorcio en Italia. La voluntad de borrar de la memoria colectiva esa gran victoria di civismo para no permitir que nadie se identifique con el partido que la logró.

(Stampa Sera, 17 de noviembre de 1986)

A Marco Pannella, uno de los protagonistas de la campaña para el divorcio, le hemos pedido que evoque el clima y los acontecimientos que condujeron a la aprobación de dicha ley.

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Argentina Marchei es una romana del pueblo, de Trastevere, tiene casi ochenta años, cuando la ley Fortuna es aprobada por el Parlamento, en la noche entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre de 1970. Hace más de cincuenta años, a los pocos meses de casarse, el marido se fue, y no apareció nunca más. Volvió a formar muy pronto una nueva familia, abuela en varias ocasiones, pero "fuera de la ley". Su compañero estaba enfermo y querían casarse antes de irse, de separarse definitivamente. Con sus piernas rebosantes de varices, enseñando su carnet comunista de 1992, Argentina Marchei del 65 al 70 y luego hasta el 74 participó en todas las manifestaciones, las marchas, los ayunos de la Lid y de los radicales.

En Avola, aislado pero incansable, entrado en sus buenos sesenta, activo "nostálgico" musoliniano, representante del msi, reconocido por todos como súper honesto, tiene un sinfín de hijos y nietos, pero todos "fuera de la ley". El, ante la ley, está casado con una mujer que hace décadas que no ve, pero no puede ser ni tan siquiera un "convivente" con la madre de sus hijos. Es un militante, representante de la Lid, y a la vez comprometido en las luchas anticoncordatarias que sólo el Pr lleva a cabo en dicho periodo.

Desde Macomer nos escribe un brigada del ejército: "Mi mujer me ha dejado con una niña recién nacida. Se ha echado a la calle, por esos mundos del continente. En el cuartel llevo años diciendo que está enferma. No puedo tener una mujer a mi lado que cuide de la niña sin verse humillada. Ahora, estoy recogiendo las adhesiones de la Lid. Pero yo os doy las gracias, como persona, como soldado, como ciudadano era un cornudo, soy un divorcista, un demócrata".

Las crónicas, más o menos mundanas, mientras tanto, narran "divorcios a lo grande de la Sacra Rota. Actores, artistócratas, millonarios, obtienen la anulación de su matrimonio rato y no consumado. En presencia de herederos, a veces numerosos, al término de "procesos" de alucinante barbarie. Mientras decenas de miles, no sólo en el profundo sur, de "viudas blancas", esperan, mendigan declaraciones de "muerte presunta" de cónyuges desaparecidos desde hace décadas, cuando se empezó a cantar "Ya zarpan los navíos, hacia tierras lejanas".

Se afrontan concepciones y decisiones radicalmente cristianas, laicas las unas, clericales las otras. El matrimonio, la familia, tienen que basarse en la libertad y en la responsabilidad, en el amor, o en la autoridad de la ley, en el imperio de los jueces o de los carabineros? El sacramento católico tiene que estar tutelado por las conciencias de los creyentes o impuesto a todo el mundo como valor absoluto, de "derecho natural" por el Estado?

Con Loris Fortuna (1), Mauro Mellini, desde hace cinco años, en todas partes, en las plazas, en las calles, en las sedes de los partidos, en las aulas de la Sacra Rota, en el Parlamento, en los medios de comunicación, con la Lid, la Liga para la institución del divorcio, hemos llevado a cabo la más dura, histórica y vencedora de las batallas civiles.

Incluso demócratas de la estatura moral y política de Ugo La Malfa (2) le temen a nuestra acción como a la peste, pues pone en crisis al "centro-izquierda", de la misma manera que para el PCI el "compromiso histórico" (3) para la trimurti sindical la "unificación" de las masas obreras. La Malfa lleva años insistiendo para que se echen atrás sobre el divorcio y el matrimonio sólo civil, poco más del uno por ciento en Italia.

Pero se apremia desde la base, desde lo "profundo" cristiano, laico, demócrata, cívico del país. Gracias a "ABC" (4) de Enzo Sabàto, decenas de miles de postales llegan al Parlamento, puntuales para desenterrar a son de artículos reglamentos parlamentarios los proyectos divorcistas. Diarios de propiedad por aquel entonces burguesa, gracias a los editores de por aquel entonces (Perrone de "Il Messaggero" e "Il secolo XIX", Crespi para "Il Corriere della Sera", "Il Piccolo" de Alessi), otros, como "La Stampa", gracias al maravilloso compromiso de jueces que actúan siguiendo la cultura y la civilización de Peretti Griva, a colaboradores como Mario Berutti y los galante Garrone, permiten apremiar el politiqueo con la reivindicación de una política noble, difícil y creativa.

En el Parlamento, pocos, empezando por Baslini, Ballardini, los Fausto Gullo y los Terracini, representan la obra de la Lid y del Partido radical, al que mientras tanto se ha afiliado hasta Loris Fortuna, con su carnet doble, junto a la del psi. Se inauguran, con esta ocasión, los instrumentos de lucha gandhiana, no violenta, ayunos, autodenuncias, carteles. En el Parlamento, la dc y el msi son vencidos por un sólo voto, por la alineación "laica" "obligada" a constituirse y a actuar, a vencer por primera vez en la historia republicana.

El presidente de la Cámara, Pertini, se halla en primera línea al defender los derechos y los deberes de los reglamentos parlamentarios, contra las praxis de enterramiento, de obstruccionismo, durante décadas y décadas. Pero también el presidente del Senado Fanfani (5) se mueve con sumo respeto de sus propias funciones. Y cuanto más se le reconoce el mérito, menos su acción política de presidente del Consejo y de líder democristiano, su cultura personal, lo hicieron capaz de compartir o incluso de comprender la herejía divorcista y liberal.

Por acérrimo anticomunismo, no pocos laicos, incluso prestigiosos, se hallaron en estos años convergentes con las altas cúpulas del PCI que acabaron por tragar como una purga obligatoria la opción laica. El divorcio no tenía que existir. Por una vez estos Don Rodrigo y estos "Innominables" (6) perdieron. Cuando la ley fue aprobada, periódicos prestigiosos de distintos continentes se dieron cuenta por primera vez. Titularon las primeras páginas con la noticia de una Italia que apostaba por Europa.

Es tan cierto, era tan cierto, que la RAI de 1986 al celebrar aquellos días pasados en 1970, logró censurar totalmente dicho acontecimiento, mencionándolo durante 12 segundos mientras que dedicaba más de ocho minutos a los debuts de Carrà (7) y otras amenidades, afrontaba sencillamente la efemérides de un gran acto de gobierno como la ampliación del "Estatuto de los trabajadores", ilustraba y documentaba la elección (no la caída ni el asesinato) de Allende, para poder una vez más, en la memoria, "abolir" a Loris Fortuna, ni tan siquiera nombrado, sin ni tan siquiera un fotograma, "abolir" el Parlamento que en dicha ocasión representó de forma inédita y nunca más repetida, el civismo de nuestro país; "abolir", sobre todo con Mellini, con miles de militantes, el partido y "el pueblo" radical.

Hay un riesgo, de hecho, en el no abolir la historia de este país, lo mejor de su historia, que la conciencia democrática de hoy sufra un susulto y que por "re-conocimiento"(8), por gratitud, por concienciación, no consiente que se disuelva el partido radical que hoy por hoy parece fatal, y lleguen, el puñado de días que queda, las cuatro mil inscripciones necesarias para su vida. No podían arriesgarse a convocarme - como Gino Giugni - al programa de televisión de Frajese.

Todo se jugó y se venció aquel año, aquel principio de diciembre de 1970. El referéndum de 1974 no fue más que una consecuencia, en gran parte tan entusiasmante cuanto consabida.

N.d.T.

(1) FORTUNA LORIS . (Breno 1924 - Udine 1985). Político italiano. Presentó en 1965 el proyecto de ley sobre el divorcio aprobado en el parlamento, tras años de iniciativas y batallas llevadas a cabo junto al Partido radical, en 1970. Presentó asimismo proyectos de ley sobre el aborto y la eutanasia pasiva (este último no fue aprobado). Ministro de Defensa civil y de asuntos comunitarios.

(2) LA MALFA UGO . (Palermo 1903-Roma 1979). Político italiano. Uno de los fundadores del Partido de acción (1942), se sumó posteriormente al Partido Republicano Italiano (1948) transformando su fisionomía para intentar crear un partido liberal moderno ligado a las fuerzas productivas. Fue secretario del mismo (65-75) y presidente. Ministro en repetidas ocasiones y vicepresidente del consejo (1974-76).

(3) COMPROMISO HISTORICO . Proyecto político, basado en una colaboración orgánica entre comunistas y católicos, forjado en particular por Enrico Berlinguer - secretario del Partido comunista italiano (PCI) - tras la crisis y el asesinato de Salvador Allende. El compromiso produjo desde 1976 hasta 1979 la llamada "mayoría de la no-desconfianza", máxima realización de la estrategia togliattiana para un acuerdo orgánico con la Democracia Cristiana.

(4) ABC . Revista italiana popular, semi-pornográfica y muy dada al escándalo, de mediados de los años 60. Dirigido por Enzo Sabàto, patrocinó con éxito la batalla del divorcio. No confundir con el periódico español "ABC" de tendencia diametralmente opuesta.

(5) FANFANI AMINITORE . (Arezzo 1908). Político italiano, profesor de historia económica, personalidad eminente de la democracia cristiana, de la que fue secretario desde 1954 hasta 1959 y posteriormente desde 1973 gasta 1975 otorgándole un fuerte carácter corporativo con la utilización de la industria pública como punto del desarrollo económico. Jefe de gobierno (1958-59; 1960-62; 1962-63; 1982-83), en repetidas ocasiones ministro de asuntos exteriores (1964-65; 1965-68), presidente del Senado (1968-73; 76-82).

(6) citando a un protagonista de la novela italiana I PROMESSI SPOSI . "Los novios". Gran novela histórica de Alessandro Manzoni (Milán 1785-1873), obra maestra de la literatura europea.

(7) RAFFAELLA CARRA', cantante y presentadora italiana.

(8) En italiano "riconoscimento" quiere decir agradecimiento.