Gianni Bucci

SUMARIO: Nuestra tarea consiste en recoger la herencia de Altiero Spinelli para llegar a la federación política europea. El partido radical europeo deberá poseer las características de un movimiento literalmente gandhiano. Vamos a unificar nuestro Continente a través de la gran lucha no violenta.

(IL GIORNALE, 22 de enero de 1987)

Estrasburgo - Primer día de presidencia, primera "metedura de pata" para Sir Henry Plumb, el conservador que acaba de ser elegido como guía del Parlamento. Habla sólo inglés pero, a sus sesenta y un años y pico, anuncia que va estudiar otra lengua. Cuál?. "El turco", contesta. Silencio incómodo de sus interlocutores porque el ingreso de Turquía en la Comunidad es un argumento que arde.

Este presidente demuestra ya en sus primeros movimientos que quiere que hablen de él. En el discurso oficial sorprende por las graves críticas contra la política reaganiana. Las hubiese compartido Margaret Thatcher, su "jefa" política?. Plumb deja sentado, para quien quiera entender que "hay que convencer a la gente de que aquí se debate y se decide en su nombre y no en nombre de los Estados miembros". Parece que Plumb ande jugando con una cierta libertad su carta europeísta. Por ello define las medidas de retorsión americanas como "un intento de someter a los europeos" y explica: "nuestro terrible crimen consiste en haber ampliado la comunidad a España y Portugal". Ataca duramente: "La Administración americana no tiene más que decir si quiere una Europa unida hacia Occidente o hacia Oriente". Alude: "Reagan pone más impuestos a nuestros coñacs que al vodka ruso". Y concluye: "La Comunidad debe estar preparada para defender sus mercados, la ocupación y la supervivencia de sus empresas".

En resumidas cuentas, quiere caracterizarse inmediatamente como hijo de Europa (la duda de sus censores era que no dejase de ser visceralmente británico) y ha hecho circular la voz de que va ha hacer que Inglaterra se vuelva más europea. Plumb ha dado un título de honestidad al jefe de la Comisión ejecutiva del Parlamento europeo, el belga, Delors, provocando el desdén de Marco Pannella: "Con este juicio positivo sobre Delors - dice - nos demuestra que tenemos que volver a empezar casi desde cero la lucha por los Estados Unidos de Europa".

Protagonista de la batalla parlamentaria que él ha desencadenado y animado a lo largo de estos días, para evitar que la elección se convirtiese en un binomio conservador-socialista, Pannella ha tenido que acabar cediendo, y ha renunciado a empujar a un "tercer hombre" el democristiano francés Pflimlin, o a la liberal Simone Veil, porque la izquierda ha insistido en la candidatura imposible del español Baron. "Esta izquierda está realmente unida. En la derrota..." nos dice en su estudio en una entrevista-relámpago. Pannella tiene una carta que ha recibido de Ursula Spinelli en la que lo califica como "hijo espiritual" del gran europeísta desaparecido hace un año. Impone un cierto miedo recoger esta herencia. Quiere decir que tendremos que trabajar como locos si es necesario para llegar a la federación europea en estos años", comenta. Y sin embargo, parece estar bien instalado en este Parlamento que le da más crédito que el italiano. Y, al menos por una vez, defiende a la Cámara: "senatores boni viri, senatus

mala bestia". Osea que, a parte de lo obtusos que son los comunistas, los parlamentarios italianos han participado en muchas de las batallas civiles de los radicales.

Volvamos a Plumb. Qué línea política seguirá?. Ni lo sé ni lo envidio. Si contrasta con la Thatcher es un suicidio, y si no lo hace contribuirá a separarnos más todavía del proyecto de los Estados Unidos de Europa". Pannella sonríe, a propósito de la procedencia rural del nuevo presidente: "Coldiretti, italiana, toda contenta dice que Plumb es uno de los suyos. Al igual que Agnelli es del sector metal-mecánico". Luego se da cuenta de ser ingrato y añade: "No he votado por Plumb, pero tengo que reconocer que si alguna vez este Parlamento se ha parecido a un auténtico Parlamento, se lo debemos a los conservadores".

En cambio se la ha tomado con los "obtusos de la izquierda", que le han desencajado el juego tendente a evitar el éxito de Plumb. "He inducido a la gente honesta a quitarle al menos unos cuarenta votos, la situación política en este Parlamento da pena: se hacen cálculos mezquinos sobre las presidencias de los grupos, sobre los pactos con los gaullistas para decidir sobre los nombres que se escogerán. Solo los liberales han demostrado tener valor votándome a mí, que no prometo puestos a nadie".

"Europa se hará tal y como se hizo la India", acaba Pannella delineando el perfil del Partido radical europeo: "Deberá ser un partido literalmente gandhiano, para unificar Europa a través de la gran lucha no violenta". Ayunos inclusive?. Pannella, hombre de buenas papilas gustativas, está preparado para el martirio: "Sí, también".