SUMARIO: Vuelve sobre el argumento, ya tratado en repetidas ocasiones, de su juicio de valor sobre el magistrado Borsellino y su ascenso. Cuando escribió el artículo del 10 de enero no conocía bien al juez Borsellino, ahora lo conoce un poco mejor. No tiene nada contra él, pero vuelve a citar las actas en las que figuran las motivaciones con las que el Consejo superior de la magistratura lo prefirió a otro candidato, el Sr. Alcamo (jamás "investido con procesos de carácter mafioso"). A Sciascia se le reprende el no saber que el Consejo Superior de la Magistratura, no tiene en cuenta a la hora de ascender a alguien, el criterio de antigüedad. Pero el escritor duda de la veracidad de dicho argumento. Sin embargo, el periodista Giampaolo Pansa sí cree en ello, y se decanta a favor de la postura de la Coordinadora Antimafia y ataca a Sciascia en un artículo publicado por "La Repubblica" el 15 de enero. Sciascia evoca ciertas posturas del periodista con respecto al proceso Tortora, para sostener que "Pansa es abs

olutamente reacio a la idea del derecho".

(L'ESPRESSO, 25 de enero de 1987).

Hay gente que tal vez sabe escribir, y escribe, y publica en los periódicos lo que escribe, pero no sabe leer en absoluto. Está muy claro que en mi artículo publicado por el "Corriere della Sera" el 10 de enero, que mis dudas no eran con respecto al ascenso del juez Borsellino(1) sino a la manera en la que se había producido. En cambio, fueron muchos, incluso de entre los que compartían la sustancia de mi artículo, los que me echaron en cara que yo había atacado a Borsellino. Pero cuando escribí el artículo, no sabía nada de él, en lo que a su capacidad y sus métodos y méritos se refiere. Y no sólo no me permito nunca juzgar a las personas que no conozco, sino que lo hago con mucha cautela con las que conozco.

Con respecto al juez Borsellino ahora sé un poco más sobre él. Pero la cuestión no tenía nada que ver con su persona sino con su nombramiento tal y como lo explica el extracto del acta del Consejo superior de la magistratura "relacionados con el nombramiento del cargo de fiscal del tribunal de Marsala", en donde en un momento determinado se lee la siguiente perla: que el Sr. Alcamo, que aspiraba a ocupar dicho cargo, no podía ser tomado en consideración por la "laguna" de no haber desempeñado su labor en juicios a la mafia. Laguna de la que él no es culpable en absoluto, pues no se puede pretender que suplicase que se le asignasen este tipo de juicios". Y, por lo tanto, se postula que los procesos de carácter mafioso son los que hacen que un magistrado pueda ser ascendido e incluso que se puede llegar incluso a "suplicarlos". Terrible y alarmante palabra, para quien tiene una idea más bien elevada, más bien noble, de la administración de la justicia.

Pero, además, se me echa en cara que ignoro que el Consejo superior de la magistratura no tiene en cuenta en sus ascensos el criterio de antigüedad. Lo cual no era así hasta que se produjo el ascenso de Borsellino, prueba de ello es que el Consejo busca una justificación por no haber considerado dicho criterio con respecto al Sr. Alcamo. A partir de ese momento, parece ser que ha sido adoptado el criterio de la competencia personal, de la profesionalidad, de la especificidad o especialización en los juicios a la mafia. Pero, en qué se basa dicha competencia?, en el número de mandatos de captura emitidos o en el resultado de los procesos públicos? Creo que los ciudadanos tienen derecho a saberlo. Tal vez muchos de los que hoy discuten mi artículo sientan una curiosidad semejante. Pero quien, desde luego, no la siente para nada es Giampaolo Pansa, que, por el contrario, parece ignorar totalmente la existencia del derecho. Dignamente se decanta a favor de la postura de la Coordinadora antimafia de Palermo (qu

e entre otras cosas, por las posturas inmediatamente adoptadas se halla en vías de retirada estratégica), y me ataca a mí, con su hábil ráfaga de palabras. Dice que no me reconoce, pirandelea(2) sobre el uno que fui y el dos que soy, sobre el dos que se ha ensañado con el uno, véase "La Repubblica" del 15 de enero. Con tonos crepusculares recuerda la entrevista que me hizo hace muchos años. Yo podría a su vez no reconocer al humilde cronista que por aquel entonces intentaba comprender de este hombre del que ahora cree haberlo entendido todo, de poder jugar a quien sea.

No sé si está convencido de ser un padre eterno. Tal vez es mucho más modesto, y simplemente se cree que está escribiendo una especie de "Divina comedia". Pero sigue siendo memorable una "subida" suya con respecto a uno de los sumariantes del proceso de Nápoles; el de Tortora(3), para entendernos. Puesto que la cuestión estriba precisamente en lo siguiente: Pansa es absolutamente reacio a la cuestión del derecho. Tal vez ni tan siquiera por aquel entonces, cuando me entrevistó comprendía que contra la mafia yo defendía el derecho y la dignidad humana, al igual que hoy lo defiendo contra los errores de la antimafia. Déjeme "apearme" por favor, que me quiero bajar...

N.d.T.

(1) BORSELLINO PAOLO . Juez siciliano. Vice fiscal jefe del tribunal de la Audiencia provincial de Palermo. Asesinado el 19 de julio de 1992 en Palermo con una potente carga exposiva que estalló activada a distancia mientras se dirigía a casa de su madre.

(2) PIRANDELLO Luigi (Agrigento 1867 - Roma 1936). Escritor y dramaturgo; premio Nobel en 1934. Profundizó en el drama del individuo aislado en una realidad que le resulta extraña. Dicha temática halló su realización más original en el teatro a través de una técnica de desenmascar, con lucidez y sin piedad, la condición humana, incluso la intercambiabilidad entre la locura y la cordura. Su nave arriba de esta manera a un puerto de nihilismo deseperado que se resuelve escénicamente en la prepotencia de las "apariencias", en el viraje total de las "certezas" y en el desdoblamiento del teatro en el teatro.

(3) TORTORA ENZO . (Génova 1928 - Milán 1988) Periodista y famoso presentador de televisión italiano, arrestado el 17 de junio de 1983 por presunto tráfico de droga. El Partido radical movilizó a la opinión pública con una campaña para enunciar la violación de la ley por parte de los jueces napolitanos que lo habían incriminado y en general para denunciar los abusos de los "arrepentidos", que culminó con la celebración de un referéndum sobre la responsabilidad civil de los jueces (el 8 y el 9 de noviembre de 1987 - el 80% de los electores votó a favor de la introducción de la responsabilidad civil de los jueces). Electo en el Parlamento europeo (1984) por las listas radicales, pasó por un famoso proceso en el que se le condenó y posteriormente en apelación fue absuelto. El Tribunal de Casación ratificó la sentencia de absolución.