Ouattara GaoussouSUMARIO: El autor narra de lo mucho que contribuyó el presidente de Burkina Faso, Thomas Sankara, para el desarrollo y la moralización de su país.
El autor recuerda su figura, mítica en Africa, al día siguiente de su asesinato por parte de un grupo de militares bajo las órdenes de Blaise Compaorè.
(Notizie Radicali, nº 283 del 7 de diciembre de 1987)
En una lengua popular de Africa occidental, en dioula, Sankarira quiere decir: el cielo se ha desgarrado.
El 15 de octubre, acribillado con un kalashnikov, el cielo de Africa se desgarró. Un cielo bajo el que las mujeres habían empezado a creer en sí mismas y habían dejado de ser vacas lecheras y esto sucedió gracias a un hombre: Sankara. Sankara tenía 37 años y no había razón alguna para que su juventud no se presentase a la cita con su política progresista. Su éxito y su popularidad inmediata nacía de la nitidez de su intelecto; era la fuerza de un pensamiento sencillo y verdadero, fiel a algunos valores. Era el éxito de la premisa de esperanza que vive en cada hombre sustentado por una fe. Sankara era católico y meditaba las sagradas escrituras.
El cielo se ha desgarrado y bajo este cielo había una respuesta a la esperanza y a la necesidad de unidad del pensamiento y de la acción de los negros de Africa.
Hay quién dice que Sankara tenía prisa. Tenía prisa por el retraso acumulado por su país, tenía demasiada prisa como para poder esperar. Había puesto en marcha un proceso irrefrenable y en el cielo claro de Africa había empezado el diálogo.
Pero ahora el cielo se ha desgarrado y las palabras se han escondido... Sankara tenía prisa, quería sanearlo todo. Estricto en todo lo que hacía, a apenas dos años de presidencia en Burkina Faso había cargado con el peso de la responsabilidad de una de las organizaciones interregionales más eficaces, la CEAO. Hizo falta todo su rigor para que la Comunidad lograse salir adelante de una situación desastrosa en donde la incapacidad y el embrollo estaban a la orden del día. Hizo falta todo su rigor para denunciar el escándalo de la ocultación de casi 26 mil millones de liras que había comprometido el funcionamiento de la organización.
«Qué tristeza! «Qué desazón! «qué dolor infinito y qué infinita desilusión han sufrido las esperanzas de los africanos camino de la independencia!
Patrice Lumumba, Kwame N'Krumah, Amilcar Cabral, Mariam N'Goual hallaron la misma muerte, por la misma razón. Quién podrá seguir confiando en Africa? Quién podrá seguir rebelándose a los dictámenes que imponen a Africa el Banco Mundial, el FMI y otros, si tras 27 años de independencia ésta se comporta como un niño que hay que tener de la mano para que no se pierda? Tal y como ha escrito Edem Kodijo, ex secretario general de la OUA, en "Jeune Afrique": "Muerto Thomas Sankara, Africa se hunde más que nunca en una dolorosa incertidumbre. Un Africa cuya imagen no es de las más gloriosas, un Africa que se va arrastrando en el coro de las naciones, con su tazón de hojalata, un Africa que se representa como la eterna menor de edad, incapaz de decidir su propio destino que, cuanto más intenta emprender un recorrido creativo y positivo, más se la desacredita. Y sus hijos, aturdidos, no sienten más que vergüenza. Vergüenza de haber perdido a un hombre que, por supuesto, tenía sus defectos, pero que emanaba sincerida
d y dignidad y quería de corazón cambiar la vida de su país. Sí, tenemos que avergonzarnos hasta que Africa no haya comprendido que el interés nacional debe estar por delante del personal; mientras los africanos no hayan eliminado el tribalismo, el egoísmo y la envidia para dejar lugar en su corazón al amor y a la hermandad. Nuestra querida Africa aún no tiene hijos dignos; al cabo de 27 años de independencia, el balance es triste sobre todo si, aunque sea por un minuto, se pone en duda el trabajo colosal que Thomas y sus compañeros llevaron a cabo en cuatro años.
Una sóla cifra para dar una idea. Desde 1960 hasta 1983, en veintitrés años, el índice de escolarización no alcanzaba más que el 10%. DE 1983 a 1986, en sólo tres años, Thomas Sankara y sus compañeros duplicaron la cifra pasando del 10% al 20%. 7500 plazas para campesinos en la "Sanidad primaria", más de doce mil cursos. Cómo trabajaba el compañero presidente Thomas Sankara, qué costumbres tenía, cómo utilizaba su tiempo libre, cómo pasaba los días? Preguntas de este tipo ayudan a hacerse una idea un poco menos abstracta del hombre Thomas Sankara, un concepto menos angelical del político. La verdad se esconde a menudo tras estos "detalles" aparentemente insignificantes cuyo conocimiento permite entregarse, como decía Lenin, al "análisis concreto de una situación".
El Sankara privado es sin lugar a dudas más auténtico que la imagen que sus difamadores han difundido. No se puede decir a que hora empieza su jornada, en cualquier caso muy pronto, ni a qué hora se ha acostado. Al igual que todos los Burkinabeses no desayuna, salvo el domingo con sus padres.
El gran periodista Sennen Adrianmirado, del grupo "Jeune Afrique" que ha seguido día tras día al compañero Presidente Thomas, en "Sankara el rebelde" cuenta: "Todos los domingos Thomas desayuna en casa de sus padres.... él se encarga de llevar lo necesario: café, leche, pan y azúcar. Un día se le olvidó pararse a hacer la compra.... y ese día todos se quedaron si desayunar. Su padre, su madre, su hermana y sus hermanos le pegaron una bronca de aupa, más fuerte que cuando vivía en casa". Otro domingo por la mañana, mientras salía de su "casa", al entrar en el coche se acuerda de que tenía que hacer la "compra". Hurga en los bolsillos y se da cuenta de que no lleva dinero encima. Vuelve a la cocina de su casa y ve que la despensa de Mariam, su esposa, está vacía. Les pide a sus guardaespaldas si le pueden prestar algo de dinero, pero están tan pelados como su Presidente. Thomas llama a uno de sus altos funcionarios que le presta 1000 francos (4000 liras). «El honor está a salvo!
Un poco de jogging a lo largo de las avenidas de la presidencia con los compañeros de su guardia. Un poco de gimnasia, una ducha fría y «al trabajo!.
El Presidente empieza encerrándose sólo en su oficina durante veinte minutos. Sus colaboradores creen que hace Yoga. Luego, abre las puertas de par en par para ventilar, ya que por cuestiones económicas no tienen aire acondicionado para ahorrar. El día puede ser infernal.
Al mediodía es raro que coma con su esposa Mariam. Come casi todos los días con Blaise Compaoré: el mismo que lo asesinará. Según la hora, un tazón de arroz o un poco de mijo, salsa de tomate o un poco de aloko (plátanos fritos). En los días de lujo se concede un plato de espaguetis. En el campo come Tó, que es un pastel de pasta de mijo duro como una piedra. A veces pero muy pocas, abre una lata de sardinas. Como licor no bebe más que agua o limonada. En cierta ocasión, participó en una carrera de atletismo "Sport Aid", organizada por todo el mundo para recoger fondos en favor de la lucha contra el hambre en Africa.
Su hobby es la música. Thomas Sankara toca la guitarra. Pero le gusta tocar varios instrumentos. Ha llegado incluso a componer y hasta ha hecho sus pinitos como director artístico. Ha creado dos grupos artísticos de cuyos arreglos musicales se encarga él personalmente. Al igual que cualquier africano "realizado", Sankara tiene que dar de comer a toda una "tribu": tíos, tía, primos y cuñadas cuentan con él y van a pedirle ayuda. Un día le dio un cheque a un pariente, que se lo devolvió con una carta del banco: "Compañero Presidente, sentimos mucho no poder honrar su cheque pero es que su cuenta corriente no está suficientemente cubierta". Todo esto bastaría para demostrar hasta qué punto el compañero Presidente, no se puede negar - tanto si uno lo ama como si no - no era un presidente como los demás.
A su esposa Mariam y sus dos hijos Philippe y Auguste les ve poco. Mariam es funcionaria encargada de la "Compagnie Burkinabés des Chargeurs" (una compañía de importación y exportación. Cría casi sola a Philippe y Auguste que tienen siete y cinco años respectivamente. Una mujer hermosa, con los pies en el suelo, Mariam detesta el lujo y la vida mundana cuanto lo detesta su marido. Ella es musulmana, y se ha convertido a la religión de su marido, el cristianismo. Sankara a veces para pincharla la llama viuda.
Sí compañero presidente, conservaremos de ti la imagen de un hombre que ha llevado a cabo una vida ejemplar para todos nosotros. No eres un hombre que ha luchado para sí, sino por los demás, y con algunos para vencer juntos. Esta es la imagen ideal que conservaremos de ti.
Peor para ti, Africa, que no entiendes lo mucho que puedes ganar y lo poco que puedes perder actuando razonablemente, con tolerancia, con amor, fraternidad, y sobre todo con la no violencia. Amigos de Africa, jóvenes africanos, el cielo se ha desgarrado, se desgarró ese jueves 15 de octubre de 1987, salpicando de herrumbre todo el planeta. Recojamos las piezas y construyamos de nuevo este cielo (con todo el tiempo que sea menester) sin el que nuestra existencia no tendrá sentido.
"Los amigos de Sankara", comités de este tipo tendrán que existir en todos los países del mundo para reparar el desgarro. El poder actual en Ouagadougou ha prohibido cualquier misa de Réquiem en memoria de este "pequeño gran hombre y estadista que fue Sankara. sería ingrato e indigno que este "combatiente" que tanto ha luchado por sí mismo y por los demás no tenga derecho a la Misa de Réquiem. Puesto que está prohibido por las autoridades en el poder en todo el territorio de Burkina Faso, en Roma, en la Ciudad Santa "los amigos de Sankara" han querido darle un sentido más profundo, rindiéndole homenaje a un hombre digno, al capitán de 37 años, el 10 de diciembre e 1987, día de los "Derechos del hombre" (fecha simbólica), con la valiosa ayuda de los compañeros del Partido radical, profundamente afectados por el asesinato del amigo personal del compañero Marco Pannella.
Invitamos a todos los africanos y a los amigos de Africa a unirse en este día, 10 de diciembre, en la Iglesia de San Juan de los Florentinos, en la que probablemente participarán su esposa Mariam y sus hijos.
Por la tarde proyectaremos una película del compañero Presidente al que queremos recordar vivo entre los vivos.