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De Andreis Marco - 1 febbraio 1988
Gasto militar en el mundo
Marco De Andreis

SUMARIO: Memorándum sobre los gastos militares en el mundo y sobre su incidencia en el Producto Interno Bruto de los principales países..

(IRDISP - Memo - febrero de 1988)

1. EL GASTO MILITAR EN EL MUNDO

Tabla 1

Datos sobre el porcentaje de incidencia de los gastos militares sobre el Producto Interno Bruto en algunos países a lo largo de varios años. NOTA: Para evitar tomar en consideración todo el universo mundo, han sido seleccionados sólo los países más representativos de una zona geográfica o de un bloque político-militar.

1955 1965 1975 1980 1985

EEUU 10,0% 7,4% 5,8% 6,0% 6,9%

GB 8,1% 5,8% 5,2% 5,0% 5,2%

Francia 6,4% 5,2% 3,8% 4,0% 4,1%

Alemania Fed. 4,1% 4,3% 3,7% 3,3% 3,2%

Italia 2,4% 3,1% 2,5% 2,4% 2,7%

Urss * 9,0% 11,0% (12,0%-17.0%)**

Polonia * 4,6% 3,5% 2,7% 4,0%

Alem. Dem. * 3,2% 5,5% 6,1% 6,9%

Suecia 4,5% 4,2% 3,2% 3,1% 3,0%

Egipto 6,7% 9,5% 49,6% 7,2% 8,9%

Israel 2,7% 13,0% 28,3% 19,6% 13,9%

Arabia Saud. * 5,7% 15,9% 17,9% 18,9%

Nigeria 0,6% 0,7% 5,3% 2,0% 1,6%

Japón 0,0% 1,0% 0,9% 0,9% 1,0%

China * * * 5,4% 2,9%

Brasil 2,3% 2,1% 1,2% 0,8% 0,8%

Chile 3,3% 3,0% 4,6% 7,4% 7,8%

Nueva Zel. 2,4% 2,0% 1,6% 1,8% 2,1%

* = dato no disponible.

** = los datos de la Urss no son fidedignos. Los cálculos oscilan entre un mínimo del 12% y un máximo del 17%.

Fuente: Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, THE MILITARY BALANCE 1987-1988, Londres, 1987.

2. COMENTARIO

Por lo que se refiere a los países occidentales industrializados (en la tabla: los cinco de la OTAN más Suecia y Nueva Zelanda) la tendencia está bastante clara: a lo largo de toda la postguerra, la incidencia de los gastos militares en la riqueza producida disminuye de forma significativa hasta 1975. En la década siguiente - hasta el 85 - este tendencia a disminuir cesa y los porcentajes se asientan básicamente (lógicamente, salvo pequeñas excepciones). Cabe tener presente que en el mismo espacio de tiempo, el Producto Interno Bruto crece en esta parte del mundo con índices muy contenidos. Los gastos militares, aún aumentando en cifras absolutas, simplemente crecen de forma más lenta que el aumento de la riqueza producida. Otros gastos obtienen la precedencia en el occidente industrializado: son los efectos del llamado "estado social" o welfare state.

En el bloque oriental se produce un fenómeno totalmente distinto. A grandes rasgos, se explica por la voluntad política de mantener constantes, o en ligero crecimiento, los gastos militares - en el contexto sin embargo de una economía estanca. El caso de Polonia ilustra la mar de bien este punto: más que un crecimiento de los gastos militares (en cifras absolutas), Polonia ha registrado una contradicción del su propio Producto Interno Bruto.

Un "caveat" de carácter general, pues estos datos miden la incidencia de un término sobre otro, variaciones reales o ficticias del mayor (PNB) son muy importantes. El caso de Italia ilustra muy bien este punto. El porcentaje de la tabla se refiere al PNL antes de la revaluación reciente (la del "adelanto" a Gran Bretaña, motivo por el que ahora Italia es "quinta potencia industrial"). Con el nuevo cálculo de la riqueza producida en Italia, la incidencia de los gastos militares sobre el PNB el mismo año (1985) disminuye del 2,7% al 2,3%.

Otro ejemplo interesante es Japón, que en los últimos veinte años ha destinado a la utilización militar siempre la misma cuota de riqueza. Sin embargo, el crecimiento del PNB japonés es el fenómeno económico por excelencia de nuestros días: actualmente es en cifras absolutas el segundo del mundo, al que adelanta sólamente EE.UU. y mayor que el de la Urss que tiene el doble de población. Está claro así pues que, a pesar de incidir poco sobre el PNB, en cifras absolutas los gastos militares japoneses son elevados: 12 mil millones de dólares en 1985, séptimo lugar en la clasificación de los gastos militares mundiales - Italia sigue cerca con 11,4 mil millones de dólares en el mismo año.

Por lo que se refiere a los demás países, es posible, por ejemplo, discernir el efecto de las guerras mundiales. Por ejemplo Egipto e Israel, en particular a mediados de la década pasada. O bien del nacionalismo tercermundista con tentaciones de hegemonía regional: como Nigeria; pero sobre todo Arabia Saudì. El gasto de Arabia Saudì es absolutamente impresionante si consideramos que el PNB de dicho país - por efecto de los ingresos petrolíferos - es muy elevado: en el 85 el gasto militar Saudì ha superado los 21 mil millones de dólares, sexto lugar de la clasificación mundial. En China, por el contrario parece surgir en el último lustros - el único del que disponemos datos - la tendencia a dar precedencia al sector civil de la economía (ninguna de las "cuatro modernizaciones" está relacionada con el compartimento militar). En Chile, por último, se ven los efectos perversos de las tenazas del régimen militar/economía estanca.

Por lo que se refiere al porcentaje de incidencia del gasto militar sobre el gasto público, es más difícil hallar datos a largo plazo. La siguiente tabla se refiere a un sólo año, el último para el que he hallado datos confrontables. Más que con el PNB, en este caso cabe tomar muchas precauciones: el gasto público varía, yo diría salvajemente, de país a país. En las economías socialistas todo, o casi, es gasto público. En aquellas europeas, la intervención pública en la economía tiene un perfil elevado (de nuevo el welfare state). En aquella americana mucho menos. Ello explica el elevado porcentaje de incidencia en EEUU y el relativamente bajo de Gran Bretaña - que tiene una consolidada tradición de estado social. Para Italia se aplica el mismo análisis que el británico. Los países del Tercer Mundo, tal y como se ve, destinan una cuota contenida del gasto público para utilización militar.

Tabla 2

Incidencia de los gastos militares en el total del gasto público.

Año 1984.

EEUU 27,8%

GB 11,9%

Francia 18,8%

Alemania Fed. 22,3%

ITALIA 5,6%

Urss *

Polonia 7,5%

Alemania Dem. 8,0%

Suecia 7,2%

Egipto 42,9%

Israel 39,5%

Arabia Saud. 36,9%

Nigeria 9,3%

Japón 5,8%

China 11,9%

Brasil 5,8%

Chile 25,2%

Nueva Zel. 4,4%

* = dato no disponible.

** = los datos de la Urss no son fidedignos. Los cálculos oscilan entre un mínimo del 12% y un máximo del 17%.

Fuente: Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, THE MILITARY BALANCE 1986-1987, Londres, 1986.

Tras la retahíla de porcentajes tal vez quepa añadir alguna que otra cifra sobre el gasto militar mundial (cfr. Tabla 3).

Tabla 3

Gasto militar mundial. En miles de millones de dólares a precios constantes de 1980.

Total A B C D

mundial

1976 522,5 249,9 183,6 40,9 48,1

1977 531,9 257,2 184,9 39,8 49,9

1978 547,1 262,8 192,8 41,9 49,6

1979 561,9 267,7 199,2 44,1 50,8

1980 567,1 276,9 191,4 47,0 51,6

1981 579,6 287,4 186,3 51,9 54,0

1982 615,1 305,1 190,7 58,2 61,1

1983 631,6 321,6 191,1 57,8 61,1

1984 642,6 331,6 195,2 55,8 59,9

1985 663,1 351,9 196,5 54,6 60,2

NB: los totales de renglón pueden no corresponder a la suma de A+B+C+D debido al redondeamiento.

A = Economías de mercado industrializadas.

B = Economías no de mercado.

C = Países exportadores de petróleo.

D = Resto del mundo.

Fuente: Instituto de investigación sobre la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI), WORLD ARMAMENTS AND DISARMAMENT - SIPRI YEARBOOK 1986, Oxford y New York, 1986.

Dos comentarios solo. El primero, en cifras absolutas, el gasto militar crece constantemente. El aumento 1976-1985 en términos reales, equivale al 27%. En segundo lugar, el aumento del gasto militar en el Cuarto Mundo (columna D, "Resto del Mundo", es decir los que no cuentan ni con industria ni con petróleo) se ha producido prácticamente al mismo ritmo: + 25% en el mismo periodo.

3. EL CASO ITALIANO

Al igual que todas las predicciones, la del desarrollo del gasto militar italiano en el futuro próximo es muy aleatoria. Al contrario de lo que se intenta hacer creer, en particular en el campo militar, ningún gasto es determinable de forma absolutamente objetiva a partir de vínculos externos. Todos los gastos son en gran parte fruto de decisiones políticas. Los programas de rearme apenas lanzados (las nuevas leyes de promoción por un total e 30 trillones) no son la excepción de la regla).

Las amenazas militares contra la seguridad italiana NO han aumentado en los últimos años. En todo caso han disminuido. Por lo tanto no hay justificación para el nuevo gasto a nivel de la seguridad del país. Asimismo, cabe rechazar - tal y como destacábamos en un apunte anterior - el silogismo por el que del acuerdo sobre los euromisiles se desprende a la fuerza el rearme convencional. Pero se trata de una cuestión larga y compleja que tendremos manera de reanudar en otra ocasión. Pasemos a algunos datos.

La Defensa querría que aumentasen los porcentajes del presupuesto de Defensa, sobre todo por lo que se refiere al gasto para nuevas armas - en la próxima década equivalentes al 6-8% al año en términos reales. Puesto que cabe excluir que intervengan mientras tanto recortes considerables en los gastos de personal, cabe prever que EN AUSENCIA DE DECISIONES POLITICAS DE CARACTER OPUESTO el gasto militar italiano crecerá al mismo ritmo, sino superior, que el de la década anterior. Como consecuencia, aumentará la incidencia en el PNB tal y como sucedió en la década pasada - a parte del truco contable de la revaluación del mismísimo PNB. Por poner un ejemplo: con un aumento medio al año del 7% el gasto militar italiano llegaría en 1998 a la cifra de 45. trillones en moneda actual - contra los actuales 23. Las nuevas leyes promocionales son como las viejas: son letras de cambio que se contraen ahora con la industria suministradora y que posteriormente se saldarán. Lo único nuevo es que algunos de los programas son p

articularmente veleidosos y nacionalistas (los aviones para el reabastecimiento en vuelo y los radares, el tanque totalmente italiano, etc). Por lo demás, la historia se repite: esta cifra de 30 trillones está infravalorada. Aplicando el aumento que se produce con las viejas leyes promocionales se llega a la verdadera cifra, es decir: 80 trillones en moneda actual. No es casualidad que nuestro cálculo coincida con el de la Defensa. Que de hecho, al presentar estas nuevas leyes sostiene haber contenido sus peticiones, que de lo contrario hubiesen ascendido a 80 trillones.

Tras estos enésimos compromisos militares veo sobre todo dos decisiones políticas: a) apoyar a la industria italiana armamentista, en particular ahora que se oscurecen las perspectivas de exportación; b) alienarse con el ala pesimista-conservadora del panorama político europeo - es decir la de la pesadilla de un des-compromiso americano del viejo continente y que no cree en las negociaciones con la URSS.

En particular, la segunda postura, sin embargo, difícilmente puede resistir el choque de una consolidación del proceso de desarme: las posibilidades de que se llegue a la retirada en tiempos breves e los soviéticos de Afganistán y el recorte del 50% de los arsenales estratégicos parecen actualmente (finales de febrero de 1988) muy consistentes. En esta onda no es impensable que sigan acuerdos sobre las armas químicas y sobre la reducción de las convencionales. En semejante contexto, parece tal vez más claro que estas muevas leyes promocionales de la Defensa son una apuesta sobre las peores tendencias y que sería mucho más realista empezar a planificar REDUCCIONES del gasto militar italiano.

 
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