(The Economist, '88)SUMARIO: El editorial de la revista semanal de economía más prestigiosa de Europa, "The Economist", que se publicó en marzo de 1988, trata el tema de la droga y contiene un análisis despiadado sobre los nefastos efectos que acarrea el prohibicionismo, favoreciendo el tráfico ilegal de droga en vez de reducirlo.
("Número único" para el XXXV Congreso del Partido radical - Budapest 22-26 abril 1989)
La expertas organizaciones que se habían enriquecido gracias a las iniciativas de los primeros gobiernos americanos de prohibir el alcohol y los juegos de azar (otra práctica que crea dependencia) aplican hoy la antigua habilidad criminal de Al Capone en el mercado internacional de los narcóticos.
Un pequeño grupo de criminales en la actualidad recicla probablemente sumas, sin pagar impuestos, de más de 10 mil millones de dólares al año, más del producto nacional bruto de 150 naciones de las 170 existentes.
Si este enorme exceso fuese a parar a los gobiernos en forma de impuestos tal y como ocurre con una pequeña parte de las ganancias que producen drogas tales como el alcohol y el tabaco, al menos se usaría para fines más loables, entre los cuales la reducción de la toxicomanía. Es esta la solución más idónea?
Se han hallado soluciones a tragedias tan graves al menos como la del tráfico de droga. La auténtica respuesta de América al "racket" de Al Capone no fue la lucha contra las bandas sino la legalización, el impuesto y la venta legalizada de licores de calidad controlada. El más eficaz enemigo de las casas de juego clandestinas es la lotería de Estado y, obviamente, las casas de juego autorizadas.