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Cicciomessere Roberto, Dell\'Alba Gianfranco, Spadaccia Gianfranco - 5 aprile 1988
Un partido para Europa

SUMARIO: Para afrontar seriamente los obstáculos surgidos desde varios frentes para con el proceso real de integración europea, cabe organizar una nueva formación política - cosa de la que Altiero Spinelli estaba convencido - de carácter transnacional y también transpartídico, que no sea adversario de los demás partídos nacionales en sus respectivos territorios.

(Por los Estados Unidos de Europa, a cargo de Roberto Cicciomessere, Gianfranco Dell'Alba, Gianfranco Spadaccia - Suplemento de Noticias radicales nº 68, 5 de abril de 1988).

La mayor parte de las fuerzas políticas europeas, excepto los laboristas ingleses, una pequeña formación danesa, los comunistas y los gaullistas franceses, el Pasok griego y los Gruenen alemanes, comparten la necesidad de conseguir que la Unión europea sea una realidad, es decir, la integración política europea con la creación de poderes supranacionales efectivos equilibrados y separados. El proyecto de Tratado de la Unión lo aprobó por amplia mayoría el Parlamento Europeo en la anterior legislatura con el voto en contra y la abstención sólamente de los grupos políticos anteriormente mencionados.

Así mismo, gran parte de la opinión pública europea se muestra favorable, tal y como lo demuestran los sondeos semestrales realizados por el Eurobarómetro, a la Unión Europea.

El desacuerdo total surje al intentar ponerse de acuerdo con los tiempos y los modos necesarios para la realización de la Unión europea. Así pues, es fácil afirmar que, tal y como están los intereses y las voluntades políticas de los partidos de los países de la Comunidad, a no ser que se produjesen eventos imprevisibles, no sólo la Unión Europea no se llevará a cabo en los próximos veinte años, sino que además, el modesto proyecto de integración total del mercado interior que, según el Acta Unica de Luxemburgo, se debería realizar antes de 1992, tiene muchas posibilidades de fracasar.

Esta contradicción entre enunciación y compromiso efectivo federalista de los partidos de los países europeos se puede explicar en parte a partir de la incompatibilidad entre los intereses corporativos nacionales representados por los grupos políticos y el proyecto de transferencia de poderes a las nuevas instituciones europeas. El riesgo de no poder utilizar con finalidades electorales una parte de los instrumentos de control social y económico que en la actualidad se halla sólidamente en manos de los partidos nacionales enfría cualquier veleidad europeista. Pensemos sólamente en las consecuencias que acarrearía a los centros de poder político nacional la apertura a la competencia europea de los pedidos públicos o la coordinación comunitaria de las subvenciones estatales a distintos sectores económicos.

Otro elemento condicionador antieuropeista lo determinan no sólo los intereses de los grupos económicos "parasitarios" con respecto al Estado nacional, sino también las grandes multinacionales europeas que, si bien por una parte invocan la liberalización del mercado europeo y de los intercambios, por otra prefieren tener como contrapartida una Comisión y un Consejo débiles y fuertemente condicionables, más que institucionaes comunitarias capaces de realizar un efectivo control e intervenir en la economía, e incluso con la intención de establecer férreas normas antimonopolistas.

Las corporaciones sociales que prosperan en las ineficiencias y en los asistencialismos estatales avanzan a ritmos forzados en su intento por superar el estado nacional.

De todo esto y de mucho más se dio cuenta en los últimos años de su vida Altiero Spinelli que desde siempre había cultivado la convicción de que el proceso de integración lo forjarían las dinámicas mismas de la historia y que sería suficiente actuar en el seno de las instituciones y de los partidos políticos existentes para hacer que avance el proyecto de la Unión. Sin embargo, había descartado la idea, que otros habían propuesto, de que sólo una fuerza política y de partido constituida específicamente para el proyecto de la Unión pudiese realizar los objetivos del manifiesto "Ventotene", es decir, la integración política europea a lo largo de la generación que surgió de la segunda guerra mundial.

Fue al lanzar el llamamiento en 1986 a los congresistas radicales para que se movilizasen, al igual que para el divorcio y el aborto, para el proyecto político de la Unión cuando Spinelli se dio cuenta de que la derrota "de los egoismos y de las burocracias nacionales" no la podían producir los mismos partidos que eran parte integrante de dichas resistencias, sino una nueva agregación formada especialmente para este proyecto.

Así pues, es posible afirmar, a partir del fracaso de la mayor parte de las muchas experiencias europeistas, que las esperanzas de construcción de la Unión europea se confían al nacimiento de un partido que sea capaz de reunir en su seno las distintas características políticas que actualmente ninguna fuerza política europea consigue conciliar paralelamente en su seno.

Este partido debería, en primer lugar, considerar que para la realización de los objetivos políticos la construcción de los Estados Unidos de Europa es indispensable e ineludible. Es decir, el europeismo no como posible opción junto a las demás opciones, sino como razón de la propia esencia y supervivencia política. Debería, así mismo, estar totalmente desvinculado de condicionamientos económicos y sociales de tipo local y nacional.

Debería contar con asentamientos consistentes en los países de la Comunidad y debería poder presentar la candidatura para representar en su seno, al menos desde el punto de vista teórico, a componentes federalistas de las distintas familias europeas que no tienen fuerza para surgir. Es decir, tal y como se suele decir injustamente de los Verdes, ser realmente transversal con respecto a todos los partidos. Así pues, no debería representar un peligro para la competencia a nivel nacional y electoral para los partidos europeos existentes, renunciando a priori a competir en las elecciones locales y nacionales.

 
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