SUMARIO: En las últimas horas de su vida, Tortora denuncia de qué manera se elimina la voluntad popular aplicada por el Parlamento a través de la aprobación de la ley sobre la resposabilidad civil de los jueces. Es una invitación al Presidente de la República italiana para que remita a las Cámaras la ley de manera que se respete el resultado del referéndum.

(Notizie Radicali nº 87 del 28 de abril de 1988)

Si estas horas arden, queman, no es sólo porque se trata de las últimas. Les diré más, el intelectual que amablemente escribe en "La Repubblica" (1) que me estoy muriendo (2), que sepa (quiero corresponderle su amabilidad) que quién de los dos está más vivo, si él o yo, es todo un misterio. Otros dirían: "Lo sabe Dios". Créame: estoy viviendo, en estos días, como nunca. Podría hasta añadir que he muerto ya tantas veces que los que lloran dichas muertes son precisamente los autores de las mismas. Si acepta un espejo, podrá constatarlo.

Si estas horas queman, y créanme queman, es porque el Parlamento ayer cometió un entuerto, poniendo al fuego principios insuperables: la mismísima Ley, el libro fundamental que es nuestra Constitución, la democracia, la confianza y la posibilidad de una pacífica convivencia civil. Escribo: "Parlamento" y sería mejor leer: "la Partidocracia", de nuevo unificada, a excepción de nuestra presencia, como siempre, del Partido radical.

Desde la DC hasta el PCI, desde el PSI hasta el PLI, desde el PRI hasta el MSI (3), todos unidos y eficaces contra los resultados del referéndum (4), contra la voluntad popular, nítidamente expresada, con este periódico que es el único que se salió de la campaña contraria, que se ha pronunciado a favor del "sí" al igual que el 80% de los electores, todos unidos han legislado en dirección contraria, aboliendo esa responsabilidad (y esa libertad) civil directa de los jueces que el pueblo "soberano" había decidido tenía que extenderse y reforzarse a favor de los magistrados honestos y capaces de los derechos de todos los italianos.

Si estas horas queman, malditas, y me queman créanme, es porque no estoy todavía convencido de que ya hoy, mañana, a tiempo, el país, la gente, los intelectuales, los jueces y aquellos que no han renunciado a serlo o a dejar que lo sean, se rebelen, exulten de dignidad y de fuerza a tiempo y que sean lo suficientemente numerosos, públicamente, contra este acto de carnicería constitucional, legislativa, política y civil.

Queman, sí: y es menester reaccionar antes de que conviertan en polvo y ceniza el hogar de la esperanza. Hay que vivir, contra este tumor (5) que devasta el cuerpo de nuestra sociedad: la ausencia de toda regla, del respeto de sí mismo, de la ley, de toda certeza del derecho, de anclaje a las ideas y a los ideales. Y, sin conciencia alguna, la voluntad, la esperanza, la fuerza de la ciencia - médica o jurídica - se elimina de un plumazo.

El tiempo podría faltarme. Lo sé. Que lo sepan también, tal y como lo sabe todo el Partido radical, todos los demócratas. Y a nosotros, a todos nosotros, de hecho, en cuanto tales, que sepamos que la urgencia y la dignidad civil imponen reaccionar, pero ya, sin demoras.

Hay otras urgencias, por supuesto. En cuento pueda, con la rueda de prensa que en cualquier caso celebraré lo antes posible, intentaré afrontarlas. Pero pasito a pasito, cada cosa a su tiempo. Hoy, pues, dirijo un llamamiento:

1) al Presidente de la República: para que remita a las Cámaras una ley que anule la que él ha promulgado, para que se ejecute y se respete el dictamen constitucional y el resultado del referéndum, válidamente proclamado;

2) a los que tienen voz, para que declaren sin perder tiempo, públicamente, con todos los medios a disposición, que están de acuerdo en solicitar inmediatamente un nuevo referéndum abolitivo de la ley votada ayer por el parlamento, si entra en vigor; manifestándose, escribiendo, firmando artículos, manifiestos, telegramas, declaraciones, y comprometiéndose a apoyar al Partido radical si tuviese que intentar promover este nuevo referéndum, demostrando que el "no dar el brazo a torcer" sigue siendo su realidad y su bandera;

3) a los que legítimamente se sienten traicionados a la fuerza por sus partidos, para que no sufran esta traición, no lo respeten, que no se resignen; que se separen en nombre de los ideales por los que están comprometidos, que sigan dando testimonio, afirmando, y no mortificando ni apagando;

4) al pueblo de las cárceles, de los inocentes - o de los culpables en espera de justicia, de la verdad; y del ejemplo. Que la honestidad, en la vida pública y en la vida privada, sea posible, así como necesaria, y que con ella se puede gobernar en vez de desgobernarnos, tal y como sucede en la actualidad, cabe demostrárselo a las instituciones a este pueblo, para que se movilice de nuevo, que se organice con nosotros, para librarnos todos de nuestras culpas pasadas, o de las ajenas.

Cada uno de nosotros, queridos amigos, tiene siempre el deber, a parte del derecho, sobre todo en algunos momentos difíciles, de cultivar en su seno lo que tiene de salud, de fuerza y de vida. El mal, la muerte, trabajan por su cuenta, no necesitan moralidad, ni palabras para recoger su triste y enorme botín.

En ello estriba, creo, la felicidad y la dignidad del ser y del manifestarse vivos y partícipes.

N.d.T.

(1) LA REPUBBLICA . Nombre de un periódico italiano de gran tirada.

(2) TORTORA ENZO . (Génova 1928 - Milán 1988) Periodista y famoso presentador de televisión italiano, arrestado por presunto tráfico de droga. Electo en el Parlamento europeo (1984) en las listas radicales, sufrió un famoso proceso en el que fue condenado y posteriormente absuelto en segunda instancia. Motivo y símbolo de la más importante campaña radical para la reforma judicial.

(3) DC : Democracia Cristiana

PCI: Partido Comunista Italiano

PSI: Partido Socialista Italiano

PLI: Partido Liberal Italiano

PRI: Partido Republicano Italiano

MSI: Movimiento Social Italiano (autoconsiderados los

herederos del fascismo)

(4) REFERENDUM EN ITALIA. En Italia los referéndums pueden ser abolitivos.. Cuando son referéndums populares, es decir cuando son los ciudadanos los que solicitan la celebración de los mismos, es necesario recoger 500.000 firmas cada una de ellas compulsada por un notario. Las firmas suelen ser recogidas por voluntarios. Los italianos ponen mesas por las calles y las plazas. Tras la recogida de firmas, el Tribunal de Casación examina la validez de las mismas (es decir que cabe prever un margen de seguridad de otras 200.000 firmas). Después el Tribunal examina la validez de las peticiones referendarias. Gracias a este último examen, a menudo ha sido posible borrar de un plumazo varias peticiones referendarias.

(5) Enzo Tortora murió víctima de un tumor en 1988.