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Pannella Marco - 19 agosto 1988
Droga: indemnización por "daños de guerra"
de Marco Pannella

SUMARIO: A menudo nos olvidamos de las víctimas de la guerra contra la droga: los millones de ciudadanos a los que los toxicodependientes se ven "obligados" (por la ley criminógena y no por la droga en sí) a robar y atracar para poder procurarse la "dosis". El autor propone que estas víctimas se organicen para obtener del Estado una indemnización por los "daños de guerra" sufridos.

(Noticias Radicales nº 175 del 19 de agosto de 1988 de "Giornale d'Italia del 14 de agosto del mismo año).

En estos días hace venticuatro meses, volví a lanzar por tercera vez en diez años mi propuesta antiprohibicionista en materia de droga, es decir del mayor azote criminal de nuestro siglo, y de la política del poder más demente («amplia gama para elegir!) a lo largo de las últimas décadas.

Tuve que cargar con insultos, condenas moralistas baratas y hechas con la piel de los demás y no con la propia.

Incluso el presidente del grupo democristiano de la Cámara de los diputados, que no posee el primado - desde luego - para denigrarme, denunció la broma o la locura del 15 de agosto.

Hace algunas semanas, leí en "Il sole 24 ore" la introducción de una página dedicada al tema. Más o menos decía que nos llegaba del extranjero un nuevo, singular e importante debate que consistía en la propuesta de eliminar el prohibicionismo sobre la droga que hallaba acreditados argumentos y defensores ... »Nemo propheta in patria? . Probablemente. Pero también «qué cara dura y violenta, en la misma patria!.

A lo largo de estos días, en las ciudades, un gramo de costo, más o menos puro, vale más de 250.000 liras. Los dealers se van al mar o a la montaña mientras las decrépitas estructuras de la salud pública están más o menos en las mismas condiciones. Pagan la tarifa, por lo general, los débiles, los ancianos y los pobres.

De ellos no habla nunca nadie, ni nadie se preocupa ni ocupa. Son millones de ancianos, de jubilados, de personas sólas, de mujeres y también de chiquillos. Los jueces, por una vez de acuerdo con las estadísticas, reconocen que el trabajo de la policía y de la justicia está paralizado, dilapidado por los distintos delitos relacionados con el prohibicionismo de la droga ( y no por la "droga" en sí). El fenómeno no es simplemente italiano, sino planetario. En nombre de los "derechos" (a morir asesinados o asesinos) de los toxicodependientes de la "solidaridad" "anti-individualista" (y es esta una formidable imbecilidad), los "poderes" del Estado, ejecutivo, legislativo y el "cuarto poder", pasando por el judicial, sirven de barrera contra el antiprohibicionismo. Se disponen a encarecer la dosis de droga, mortal, catastrófica de su "no-pensamiento". Peor que en los tiempos del "prohibicionismo" sobre el divorcio, el aborto y el Partido radical (que continúa y se ha convertido en civilización).

Mientras tanto el gran juez Sica, que finalmente ha llegado a la anhelada meta super-policial, al reparo de los riesgos de tener que hacer, al menos hace algunos años, de su vida el "juez" juzgador, llegando a Palermo se tendrá que decidir a ocuparse de las narco-liras, de los institutos de crédito que pululan con ellos, y tendrá que sudar, más que de costumbre, para evitarles problemas a los que cuentan.

Pero, volvamos a la "bomba", la bomba de la que no se debe hablar. Si multiplicamos cien mil toxicodependientes "obligados" (por la ley criminógena, no por la "droga") a llevar a cabo unas cincuenta violencias (robos, atracos, tirones, desvalijos, etc.) al año - y eso tirando a poco - llegaremos a un total de cinco millones de víctimas, la mayoría jubilados, ancianos y débiles, así como a menudo pobres. Si se dirigen a la policía, por lo general, no encuentran más que resignada y leal afirmación de impotencia.

Será necesario que las víctimas, estas decenas de millones de víctimas, se organicen para que sus desgracias y sus desventuras sean indemnizadas como "daños de guerra", por el Estado, es decir por quién, en todas partes del mundo, se ha inventado esta "guerra" y la lleva a cabo cada vez más demencialmente?. Estamos a 15 de agosto, y lanzo esta pregunta, esta propuesta. Los locos son los demás, no yo.

 
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