Wijnand J. SENGERSPAISES BAJOS - Psiquiatra social y funcionario del ministerio de sanidad holandés. Forma parte del comité consultivo de la Drug Policy Foundation. A principios de 1987 propuso la fundación del European Movement for the Normalization of Drug Policy, un organismo del que forman parte distintas asociaciones de ocho países europeos que trabajan en favor de una reforma liberal de las leyes sobre la droga.
SUMARIO: Después de describir el enorme aparato internacional puesto en marcha para resolver, por medio de la represión, los problemas relativos a la droga, el autor plantea las siguientes preguntas: Es el sistema penal el recurso más eficaz para resolver los problemas realtivos a la droga? El método de penalización elegido no ha agravado aún más los problemas que intentaba resolver?
("LOS COSTES DEL PROHIBICIONISMO DE LAS DROGAS" - ACTAS DEL COLLOQUIO INTERNACIONAL SOBRE EL ANTIPROHIBICIONISMO -Bruselas 28 septiembre - 1 de octubre 1988 - Ed. Partido Radical)
A. PREMISAS
1. En la mayor parte de las naciones, incluidos los 12 países miembros de la Comunidad Europea, las políticas interiores en materia de droga se basan en dos convenciones de las Naciones Unidas: la Convención Unica Enmendada sobre Narcóticos (19962-1972) y la Convención sobre las Sustanciaas Psicotrópicas (1971). Dichas convenciones parten del presupuesto que las drogas narcóticas y las sustancias psicoactivas citadas en sus Listas provocan dependencia, son dañinas para la salud de quién las consume y constituyen un grave peligro para la sociedad en su totalidad, El "control del abuso de droga", tal y como se ha desarrollado desde la primera convención de 1912, se ha considerado sobre todo como una medida útil a los intereses de la salud pública. Sólo en los últimos diez años, el interés general de la sociedad se ha convertido en el objetivo primordial.
2. La decisión sobre si una sustancia provoca dependencia o no atañe a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"La OMS debe establecer basándose en criterios médicos si una nueva sustancia debe ser incluida en una de las dos Listas. Los criterios son:
a) La sustancia debe poseer la capacidad de producir un estado de dependencia y debe estimular el sistema nervioso central, provocando alucinaciones o disturbios de las funciones locomotivas, del pensamiento, del comportamiento, de la percepción y del estado de ánimo;
b) el abuso de la sustancia debe producir efectos nocivos similares a los que causa una de las sustancias ya incluidas en la Lista" (citado por "The United Nations and Drug abuse Control", U.N., N.Y. 1987, pág. 70).
3) También en los 12 países miembros de la CEE, las políticas antidroga reunen tres puntos principales:
a) leyes penales que siguen los requisitos de las anteriormente mencionadas convenciones ONU,
b) medidas ejecutivas para la detención y persecución de los delitos por droga,
c) ayudas a los tóxicodependientes (tratamiento y rehabilitación) según las normas y las leyes vigentes al respecto en cada uno de los gobiernos nacionales.
4. La política antidroga puede cambiar entre los distintos países con respecto a los tres puntos de vista, pero el denominador común es única y exclusivamente el control de la droga a través de la represión del consumo, del abuso y del tráfico. (Entendiendo por tráfico el cultivo, la producción, la elaboración, la expedición, el comercio, la financiación, la exportación, la importación y la distrubución al por menor).
5. En todos los países existen graves problemas con respecto a las drogas y a sus consumidores;
- a pesar del sofisticado nivel de cooperación internacional entre policía y aduana, sólo se consigue embargar el 10% de la cantidad de sustancias ilegales;
- en todos los países occidentales los sistemas de justicia criminal están agobiados con casos vinculados al consumo, posesión y tráfico de droga y a crímenes relacionados con ésta, con el resultado de que, por ejemplo, las cárceles están superpobladas;
- los programas de ayuda sólo consiguen alcanzar una pequeña minoría de consumidores y tóxicodependientes y no llegan casi nunca a abarcar ni tan siquiera los proclamados objetivos de rehabilitación y tratamiento eficaces;
- actualmente la infección del virus HIV entre los que se inyectan droga en la vena constituye el problema de más difícil solución en toda política nacional de prevención de SIDA;
6. Desde el punto de vista de la salud pública, el consumo de tabaco y alcohol plantea - individual, epidemológica y socialmente - problemas mucho más graves de los que provocan las sustancias/drogas ilegales. En teoría no existen razones válidas para no incluir estas dos sustancias en las Listas de las dos convenciones. Ambas son sustancias psicoactivas capaces de causar daños físicos irreversibles, de las cuales millones de personas son depedientes, y que (en lo que se refiere al alcohol) a menudo provocan incidentes que afectan a terceras personas.
7. La principal característica de las políticas antidroga de todos los países que han ratificado la convención de la ONU es la decisión de confiar excesivamente al sistema policial y judicial la respuesta a los problemas causados por la droga. Las leyes antidroga son sobre todo leyes penales. Todas las medidas y sus implicaciones financieras - comprendidas las de las ayudas - están incluidas en el contexto de las leyes penales. Incluso Suiza, que no ha firmado ninguna de las dos convenciones, ha escogido este modelo para el control de la droga.
8. Ello significa que las ayudas a los consumidores y a los tóxicodependientes:
- tienen que estar de acuerdo con la prohibición de algunas sustancias
- gozan de una prioridad relativamente más baja a la de las medidas de represión.
9. Las Convenciones y las políticas nacionales que se basan en éstas, son la consecuencia de un proceso histórico de desarrollos políticos que iniciaaron el pasado siglo en los Estados Unidos, Tras la Segunda Guerra Mundial, hemos asistido a una aceleración de dicho proceso en el que los Estados Unidos han desempeñado de nuevo el papel principal. El mecanismo de control del abuso de droga que se ha producido (la División de Narcóticos de las Naciones Unidaas, el Consejo Internacional para el Control de Narcóticos, la Comisión ECOSOC sobre Narcóticos, la UNFDAC, el Comité de Expertos de la OMS sobre la Toxicodependencia, el grupo Pompidou del Consejo de Europa, los grupos Droga de la Comisión de la CEE, los expertos de los ministerios nacionales de Justicia,de la Salud y de Asuntos Sociales, las distintas organizaciones para la cooperación nacional e internacional entre policía y aduanas - DEA, ICA, TREVI, Interpol, Consejo de Coordinación de las Aduanas-) acentuó en el pasado la confianza en la aproximación
penal. El último punto crucial parece que ha sido tratado con el Prospecto Multidisciplinario de las futuras actividades antidroga (CMO), tal y como ha delineado la Comisión de las Naciones Unidas sobre Narcóticos en la primera Conferencia Internacional de la ONU sobre el Abuso y el Tráfico de Droga que se celebró en Viena en junio de 1987). Y en un futuro inmediato se redactará una nueva convención (véase borrador de Convención contra el Tráfico y el Abuso de Droga).
B. COMENTARIOS
Estoy convencido de que con las medidas anteriormente mencionadas no se llegará nunca a la desaparición del problema de la droga en las sociedades contemporáneas ni se las librará de la droga. Este es el objetivo definido por el mecanismo antidroga del que he hablado.
Soy de la opinión que los problemas escritos en la reciente publicación de las Naciones Unidas "The United Nations and Drug abuse Control" están directamente relacionados con la ilegalización de las sustancias y no con las drogas o con las sustancias en sí. Ilegalizando el tráfico se ha imposibilitado cualquier tipo de control sobre la calidad y sobre los precios de dichas sustancias, se han producido grandes beneficios, crímenes relacionados con la droga y los demás problemas abundantemente discutidos en ese libro.
Resulta realmente sorprendente que ni tan siquiera un documento producido por el sistema mundial antidroga se haya planteado jamás las siguientes preguntas:
(1) si la decisión de utilizar la represión como solución de los problemas de la droga es realmente la única posible y la más eficaz;
(2) la posibilidad de que se haya sido precisamente esta elección la causante de los problemas que el mecanismo debe afrontar.
Es por ello que me gustaría pedir a los participantes en este Coloquio Internacional que consideren estas dos preguntas. Yo creo que los actuales problemas de la droga son completamente distintos de los que tuvieron que afrontar los que pusieron en marcha el mecanismo antidroga en el 1912. Pero también creo que la razonable posibilidad de intentar en la actualidad nuevos caminos para afrontar los problemas de la droga son mucho más factibles que a principios de siglo.
Otra cuestión que me gustaría que se afrontase concierne al modo en el que la OMS trabaja con respecto a la decisión cobre la capacidad de una droga de provocar dependencia.
A continuación elaboraré más detalladamente los siguientes argumentos: a) En las características anteriores (véase A) de las estrategias antidroga, existen dos conceptos económicos que ocupan un lugar central: la oferta y la demanda. Me pregunto porqué los conceptos psicológicos y sociológicos no ocupan un lugar así mismo importante. Las sustancias en cuestión son deseadas porque influyen de manera positiva en los sentidos y las emociones humanas (dolor, miedo, estrés, ansia, debilidad etc.). Son las mismas razones por las que el alcohol y el tabaco gozan de popularidad mundial y se usan corrientemente.
b) Las leyes penales no pueden ser más que una advertencia.
El efecto de la represión se da por doble partida: un alejamiento (temporal) del culpable de la sociedad y una advertencia a los otros para que no sigan su ejemplo. Los pocos que sufren casitgos severos por tráfico de droga se deberían ver en el contexto de los miles (como en Estados Unidos) en busca de mayores ganancias. Estos últimos, a su vez, son una pequeña parte del número total de consumidores de drogas prohibidas. El sistema de control del abuso de droga los considera a todos igualmente criminales.
c) Si nuestros gobiernos nacionales están convencidos de desempeñar un papel con respecto al consumo de droga por parte de los ciudadanos y con respecto a las consecuencias de este uso para el país en su totalidad, deberían tomar en consideración otras vías posibles a parte de la penal para prevenir o reducir al mínimo todos los posibles efectos nocivos.
d) Mientras que la OMS evalúe la capacidad de una droga de crear dependencia basándose en criterios médico-farmacológicos se corre el riesgo de usar modelos obsoletos. Se ignoran los factors psicológicos, sociales y culturales conectados con la problemática de la tóxicodependencia. En consecuencia, dichas valoraciones no se deberían considerar válidas.
C. PROPUESTAS
A partir de los argumentos que he presentado hasta el momento, propongo a los participantes en este coloquio que inviten al sistema de control del abuso de droga de las Naciones Unidas:
1. a organizar encuentros en los que se discutan las premisas en las que se basa el control del abuso de droga;
2. a organizar encuentros que tengan por objeto discutir las aproximaciones más adecuadas para prevenir y reducir los problemas el abuso dee droga;
3. a organizar conferencias científicas sobre la validez y los principios decisionales con los que la OMS valora las drogas y las sustancias.