J.L. Torres MurilloSUMARIO: Conferencia pronunciada por Fernando Savater abogando por la despenalización de la droga prohibida. No sólo por las consecuencias que acarrea prohibirla en materia de criminalidad común sino - desde un punto de vista filosófico - por el derecho del individuo a decidir sobre su propia suerte. Savater defiende la necesidad de desatanizar la droga, dejar de presentarla como principio de maldad. Los detractores de Savater polemizaron con él a lo largo de la conferencia.
(J.L. Torres Murillo, "EL DIARIO VASCO" 25 de febrero de 1989)
La conferencia que pronunció en la tarde-noche del jueves el profesor Fernando Savater en el Club SXXI tenía que levantar necesariamente la polémica. El escritor donostiarra defendió la despenalización de la droga, no a fin de evitar los delitos que se comenten para lograrla sino como ejercicio de libertad y, por tanto, un bien en sí mismo. Durante la cena coloquio que siguió a la conferencia varios de los asistentes le replicaron y polemizaron con él en algún caso muy duramente.
No eran muchos esta vez los que acudieron al Club Siglo XXI a escuchar a Savater, lo mucho "media entreda" y entre los que acudieron, bastantes eran defensores de sus ideas. En la cena, en torno a la mesa semivacía se mezclaban "fans" de Savater y socios del club temerosos de Dios.
Cuando comenzó el coloquio pidió la palabra para hacer la pregunta un socio muy conocido que se las da de periodista y como tal se presentó- El ilustre socio comenzó diciendo que el ser humano era biológicamente incapaz de resistir a la droga. Uno de los "fans" de Savater le interrumpió diciendo que qué sabría él de biología-
Savater dijo que para resolver el problema no solo habría que despenalizar la droga sino "desatanizarla", es decir, dejar de presentar la droga como principio de maldad y presentarla, como tantas otras cosas, que pueden ser buenas o malas, que es el hombre quien debe decidir ante las mismas.
El coloquio siguió por tanto los derroteros de las frases brillantes e hilarantes, y en verdad poco científicas, aunque los argumentos quisieran serlo. Aunque nada tenga que ver con los argumentos científicos, poco ayudaba a la discusión del liberado atuendo del profesor de ética: una camisa negra con grandes rosas rojas estampadas a lo largo y a lo ancho del filósofo.
Los argumentos del biólogo recogen las principales objeciones que las instituciones antidroga agitan ante la sugerencia de la despenalización: las poblaciones animales no tienen autocontrol en tema de droga y el hombre no tiene suficientemente desarrolladas sus defensas ante un placer provocado de esa manera. La despenalización aumentaría tanto el consumo que, si hoy hay 100.000 drogadictos en España, al poco tiempo habría cinco millones, se produciría escasez de droga, aumentaría el precio y nuevamente se producirían delitos para conseguirla a la vez que aumentaría el negocio de los traficantes. La droga no es un asunto individual sino social. La única manera de poder legalizarla es cambiando la Constitución puesto que en ella se dice que los poderes públicos velarán por la salud pública.
De todos estos enunciados Savater aceptó fundamentalmente los dos últimos. La droga se está beneficiando de la propaganda que le hacen las campañas contra la droga, la despenalización tendría que ocurrir después de que los grandes organismos internacionales, los mismos que ahora se reúnen para hablar contra la droga, decidieran despenalizarla a nivel mundial. No es posible la despenalización en un sólo país. Savater fue tachado de excesivamente estatalista por algunos de sus defensores por el hecho de que el profesor donostiarra admitiera un relativo control sanitario y aceptara que su concepción del tema suponía una solución gradualista.