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Havel Vaclav - 13 marzo 1989
Checoslovaquia: por un diálogo de la dignidad
Alocución final de Vaclac Havel ante el tribunal de Praga del 21 de febrero de 1989

SUMARIO: En su respuesta a al acusación del Tribunal de Praga, Havel defiende el movimiento "Charta 77" demostrando su carácter legal y no violento. Una invitación al diálogo dirigida a las autoridades. (Noticias Radicales, nº 55 del 13 de marzo de 1989)

Señora jueza, por lo que se refiere a los distintos argumentos de la acusación, me he expresado suficientemente en el momento de la interrogación y del proceso; para evitar repeticiones, resumo mi actitud.

Creo que no han logrado demostrar que yo me haya declarado culpable de incitación y obstáculo a funcionarios públicos. Me considero, por lo tanto, inocente y pido mi liberación. Asimismo, para finalizar, me gustaría ilustrar un aspecto del conjunto de este caso del que aún no se ha hablado.

Según la acusación, he intentado esconder el verdadero carácter antinacional y antisocialista de la reunión que se está preparando. Según esta afirmación, que no está demostrada ni puede estarlo por nada en concreto, se atribuye a mi forma de actuar un objetivo político. Ello me autoriza a evocar aquí los aspectos políticos de este caso.

Tengo que constatar, antes que nada, que los términos "antinacional" y "antisocialista" han perdido desde hace mucho tiempo el mínimo sentido semántico puesto que, durante los largos años a lo largo de los que se pronunciaba, han acabado por convertirse en una etiqueta calumniosa dada a todos los ciudadanos que molestaban por un motivo o por otro, al poder, y ello sin relación alguna con opiniones políticas. Tres secretarios generales del Partido Comunista checoslovaco - Slansky, Husak y Dubcek - han corrido personalmente esta suerte, en un momento u otro de sus carreras Actualmente, estas etiquetas se hebillan a Charta 77 y a otras iniciativas independientes, única y exclusivamente porque sus actividades molestan al Gobierno que por ello intenta descalificarlas. De esta manera este tipo de calumnias políticas puramente verbales no han logrado ahorrar la acusación que se me imputa.

Cuál es el sentido político exacto de lo que nosotros hacemos? Charta 77 nació y existe como una agrupación informal cuyos miembros se esfuerzan en seguir la manera en la que en nuestro país se respetan los derechos del hombre, las convenciones internacionales interesadas y eventualmente la Constitución checoslovaca. Desde hace doce años, Charta 77 llama la atención a las autoridades sobre las serias contradicciones existentes entre los compromisos adoptados y las prácticas sociales. Desde hace doce años, llama la atención sobre distintas tendencias enfermizas o en crisis, sobre casos de violación de los derechos constitucionales, de arbitrio, de desorden o de ausencia de competencia. Tal y como puedo constatar cada día, a través de su actividad Charta 77 expresa la opinión de una parte importante de nuestra sociedad. Desde hace doce años el poder se niega a reaccionar ante esta iniciativa, salvo para perseguirnos y encarcelarnos.

Y, por otra parte, el poder mismo reconoce actualmente la existencia de gran número de problemas que Charta 77 destacaba desde hace años y que, si se nos hubiese querido escuchar, podrían estar resueltos desde hace tiempo.

Charta 77 siempre ha hecho hincapié en el carácter no violento y legal de su acción. En su programa no se ha planteado nunca como objetivo provocar motines callejeros. Personalmente, he querido llamar la atención sobre el hecho de que el nivel de respeto por los ciudadanos inconformistas y críticos era un barómetro del respeto de la opinión pública en general. Ya he dicho en repetidas ocasiones que una ausencia permanente de respeto hacia las manifestaciones pacíficas de la opinión pública podía acabar desencadenando protestas cada vez más abiertas y enérgicas por parte de la sociedad. He repetido muchas veces que nadie podrá obtener beneficio de la actitud del Gobierno que consiste en esperar el día en que la gente empiece a manifestarse o a ponerse en huelga. Y que todo ello podía ser evitado con un diálogo concreto y con la voluntad de prestar atención a las voces críticas. Las reflexiones, los avisos ante esta evolución no han sido escuchados. Hoy el poder empieza a recoger las consecuencias de su actitu

d orgullosa.

Estoy a punto de haceros una confesión: el lunes 16 de febrero tenía intención de dejar la Plaza Venceslao tras haber depositado flores a los pies de la estatua de San Vencesalo para honrar el recuerdo de Jan Palach. Acabé por pasar más de una hora porque no creía lo que estaba viendo con mis propios ojos: estaba sucediendo algo que no hubiese podido imaginar nunca. Asistía a una intervención totalmente inútil de la policía contra los que querían, en silencio y sin rechistar ( ?), depositar flores junto a la estatua. Esta intervención ha convertido bruscamente a las personas en una masa de manifestantes. Entonces me di cuenta de lo profundo que tenía que ser el malestar civil, para provocar una reacción semejante.

La acusación cita mis propuestas dirigidas a los policías, en las que calificaba de "grave" la situación. Dije asimismo que era más grave de lo que pensaban. El 16 de enero comprendí que la situación era más grave de lo que pensaba yo mismo.

Como ciudadano que espera que nuestro país se desarrolle en paz, estoy firmemente convencido de que el poder aprenderá la lección de lo que acaba de suceder y que aceptará un diálogo en la dignidad con todos los elementos de la sociedad, sin intentar excluir a quién sea tachándole de antisocialista.

Estoy firmemente convencido de que el poder dejará de comportarse con respecto a las iniciativas independientes como una chica fea que rompe el espejo al que cree responsable de su fealdad. Por este motivo confío en que no se me condenará de nuevo, pues soy inocente.

Las últimas palabras de Havel tras el veredicto

No me siento culpable, por lo tanto no lamento nada. Acepto el veredicto como un sacrificio por una buena causa, sacrificio que no es tal si consideramos el sacrifico absoluto de Jan Palach, del que confiamos conmemorar un aniversario.

 
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