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Lorenzi Giuseppe, Turco Maurizio - 13 marzo 1989
Dos postales al mes para regar esas flores
Giuseppe Lorenzi y Maurizio Turco

SUMARIO: Vaclav Havel, uno de los fundadores de Charta 77, ha sido arrestado por tercera vez en enero de 1989; esta vez por haber participado y organizado la conmemoración de Jan Palach. Análisis de la situación en Checoslovaquia y llamamiento para participar en la campaña de solidaridad con Havel a través del envío de postales a las autoridades responsables.

(Notizie Radicali nº 55 del 13 de marzo de 1989)

Vaclav Havel nació en Praga hace 53 años y es considerado el más grande dramaturgo checo. Sus obras posteriores a 1968 no pueden ser ni representadas ni publicadas en su país.

Havel fue uno de los fundadores de Charta 77, de la que es su portavoz. Fue arrestado por primera vez en 1977, y condenado a cuatro meses de cárcel. En 1979 fue condenado de nuevo, esta vez a cuatro años y medio. En 1983 - debido a una grave pulmonía y gracias a las protestas del Parlamento europeo y de gran parte del mundo de la cultura a nivel internacional, fue puesto en libertad condicional y sucesivamente le dieron la amnistía.

El 16 de enero de ese año, Havel, junto a otros siete exponentes del disenso, fue arrestado por haber organizado y participado en una manifestación en la que se conmemoraba a Jan Palach, y que consistía en ponerle flores, en el más absoluto silencio, en la Plaza de San Venceslao, la más conocida de Praga, lugar en el que Palach llevó a cabo su trágico y desesperado gesto de protesta y libertad.

El 21 de febrero se celebró el juicio. Havel, tras haber sido reconocido culpable de "incitación a participar en una manifestación prohibida" y de "resistencia a un funcionario público", fue condenado a nueve meses de cárcel, en régimen severo.

En un país de antigua civilización y tradición democrática como Checoslovaquia, un ciudadano puede ser condenado a nueve meses de cárcel, en régimen severo, por haber puesto flores. Una condena que, salta a la vista, el régimen checoslovaco ha querido fuese ejemplar y sirviese de freno con respecto al disenso. Pero la notoriedad de Havel - que a parte de ser uno de los fundadores y el portavoz de Charta 77 es también el más grande dramaturgo checo - la gravedad de la pena comparada con la absoluta inconsistencia del mínimo delito, las reacciones que la condena ha provocado en todo el mundo podrían acabar convirtiendo este caso en un verdadero símbolo de carácter diametralmente opuesto al que esperaba el régimen.

El "caso Havel" podría convertirse, precisamente por su carácter emblemático, en el detonador de una situación descrita por muchos como explosiva, con una clase dirigente empecinada en defender a ciegas el estatus quo, sorda a cualquier viento de liberalización y democratización.

Qué podemos hacer nosotros, qué puede hacer un partido como el radical, el partido del derecho, de la democracia y de la no violencia, que no sea unirse al coro de las declaraciones, adoptar posturas en contra, importantes y significativas?

La praxis radical nos indica que, ante la evidente violación de un derecho, cada cual tiene que hacer algo, y el Partido Radical - junto a las Juventudes Liberales y a la Federaciones de las Juventudes Republicana y Socialdemócrata, que con tanto entusiasmo han co-promovido la iniciativa - propone un instrumento sencillo, al alcance de todos los ciudadanos, de todas las personas que consideran que los valores de la libertad y de la democracia son fundamentales. Un pequeño gesto: enviar el 16 de cada mes - aniversario de la muerte de Jan Palach - durante todo el tiempo que Havel permanezca en la cárcel, dos postales, debidamente escritas y firmadas; una al Primer ministro Adamec en l que se solicita que cese esta inaceptable violación de los derechos humanos, la otra al mismísimo Havel, en la cárcel en la que se encuentra detenido, para rendir testimonio de solidaridad con su lucha.

Un pequeño gesto, un gasto de pocos cientos de liras par una acción política individual, personal, y al mismo tiempo importante, concreto, pues creemos que, en un régimen como el checoslovaco, la llegada de miles de postales, pesar de las previsibles acciones de censura, no podrá pasar inobservado y será de ayuda a todos aquellos que están luchando por la reconquista de la legalidad democrática.

 
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