Marco PannellaSUMARIO: La institución "Partido radical" ha permitido acertar allá en donde, grandes, poderosos organismos no han sido nunca capaces de hacerlo. El principal problema del PCI, puesto de manifiesto por su Congreso, es su introversión nacional, cultural y política, su rechazo a optar con decisión por el modelo anglosajón de democracia. Con respecto a los radicales, evocados como interlocutores, en realidad no hay más que un sordo ostracismo por parte del grupo dirigente y de Italia Radio; un "muro de Berlín" para impedir la adhesión de militantes del PCI a la internacional federalista y democrática. No se puede construir nada nuevo si el PCI insiste en su método de convocar unilateralmente a los demás, habiendo decidido por sí mismo los plazos y las modalidades del proceso constituyente.
(IL GIORNALE D'ITALIA, 14 de marzo de 1990)
Es necesario que, en Italia, todos sepan atesorar lo que de seguro, grande e inédito tiene éxito de los valores y de las reglas democráticas que el PCI ha otorgado a sí mismo y a nuestra vida política.
Una vez más nos hemos encontrado prácticamente solos habiendo acertado y a tiempo: nuestra apertura de crédito pública con respecto al PCI renovado (1) y a Achille Occhetto (2), nuestra defensa de esta crisis como crisis ce crecimiento y no de derrota, tendría que hacer reflexionar a todo el mundo, empezando por el PCI, sobre la puntual, y desconcertante capacidad de la "cosa" (3) radical de comprender y secundar el nuevo posible en la vida de nuestra sociedad, en vez de consumarlo. Es necesario comprender cómo y por qué (y la explicación no puede relegarse a hipotéticas capacidades personales del uno o del otro) la institución "Partido Radical" nos ha permitido acertar allá en donde, grandes, poderosos organismos no han sido nunca capaces de hacerlo.
Es necesario guardarse no sólo de los triunfalismos sino de las tendencias de normalizar la extraordinariedad de la situación, que es el fruto inmediato de la evolución del PCI pero también de otras, antiquísimas, durísimas y muy caras luchas de los demócratas, de los radicales y de los federalistas.
El problema de la vida del Partido Radical, como organización internacional y transnacional, profundamente arraigada en Italia, como organización transpartídica que prefigura la reforma de la política partidocrática e ideológica, es tal que no tolera la kabulista unanimidad de poder, sobre todo de los medios de comunicación de masas, en el ostracismo y la eliminación de la discusión de una crisis que tiene que ser de crecimiento, mientras que el egoísmo y las viejas esclerosis del PCI concurren de forma determinante a hacer que se convierta en una crisis definitiva, letal.
El Congreso comunista ha demostrado límites y retrasos de gran relieve. En especial a lo largo del último año, y en los días de Bolonia, el carácter nacional, de introversión nacional, cultural y política, del PCI, la marginalidad y la vejez de las respuestas "europeas" - y para nada federalistas, para nada de partido de masas sino de grupo de opinión o de gran aparato conservador - son tales que no consienten ilusiones sobre la capacidad autónoma del PCI de garantizar a una nueva fuerza política alternativa en Italia lo que en teoría se reconoce como indispensable, necesario, constitutivo del futuro democrático y pacífico posible de Europa y del mundo.
Las hermosísimas, nuevas "fábulas de La Fontaine" que recubren de abstracto el achatamiento anonimizante de la política que hace de la Internacional socialista un gran objetivo político a alcanzar, el rechazo político patente de una consideración política cualquiera de las tesis de Darhendorf, aún a pesar de toda la publicidad que le hizo "L'Unità" el año pasado, caracterizan puntualmente esta limitación de fondo.
La timidez, por no decir el claro temor, con el que se exorciza el optar por el modelo "anglosajón" de democracia y de reformas institucionales, nos preocupa gravemente.
Que la iniciativa, tan política y coherentemente innovadora, de los comunistas de L'Aquila (4) haya sido citada en el Congreso sólo como único ejemplo de lo que no se debe hacer, la degradación del Giovanni Lolli de miembro del Comité Central al de miembro del Comité de Garantía, el rechazo a incluir en los órganos dirigentes - a pesar de ser tan craxianamente (5) amplios - a Willer Bordon (6), el ostracismo de Italia Radio, que dura desde hace meses, se ha venido acentuando con respecto a los radicales, la suficiencia con la que - en contadas ocasiones - los radicales son evocados como interlocutores y la esencial sordera y dureza con la que la alta cúpula del PCI sigue irguiendo y reforzando el "muro de Berlín" contra la adhesión a la internacional federalista, medioambientalista, democrática, de adhesión directa de los militantes, por parte de los miembros del PCI, sólo del PCI (creamos a Bettino Craxi, al menos por una vez, ante la tolerancia auténtica con la que ha seguido, de hecho, consintiendo no sól
o en materia de derecho, dichos antiguos perímetros de unión), la suicida orlandización (7) de la política del PCI en Palermo como alternativa a la propuesta política de algunos de nosotros que tiene por objeto interrumpir el curso e impedir las catastróficas consecuencias, todo ello es sin lugar a dudas grave, y cabe tener todo muy presente.
Pero - mucho más que este "cadeau de doléances" - es urgente que el PCI no se pase en el método, hasta aquí plenamente justificado de prefigurar y decidir por sí sólo los tiempos y las modalidades del proceso "constituyente". No responderemos a convocatorias unilaterales de otros. Es necesario imaginar urgentemente instancias y modalidades para llevar a cabo un proceso que - si se me permite - había propuesto yo y prefigurado en la mismísima "L'Unità", en dos ocasiones, acogido inicialmente con el silencio más tetrágono, y que hubiese tal vez ahorrado algún que otro inútil enfrentamiento, muchos "no" superfluos, si hubiesen sido por el contrario inicialmente tomados en consideración.
Por otra parte en ningún lugar como en L'Aquila y en Abruzzo se ha salido adelante por este camino. Sólo equívocos - incluso sobre el famoso "método" - no todos desinteresados, han impedido comprenderlo. Es necesario superarlos.
N.d.T.
N.d.T.
(1) PARTIDO COMUNISTA ITALIANO . (PCI) fundado (bajo la denominación Partido Comunista de Italia) el 21 de enero de 1921 en Livorno, al abandonar el partido socialista una fracción disidente que se remitía a Gramsci y a Bordiga. Conectado con la tercera Internacional, el PCI entró en la ilegalidad con las leyes represivas de 1926; tras el arresto de sus máximos dirigentes (Gramsci, Terracini), siguió con su lucha contra el fascismo bajo el liderazgo de Togliatti. A finales de la guerra de liberación, en la que desempeñó un papel decisivo, participó en el gobierno del 44 al 47 y posteriormente sufrió una derrota en las elecciones del 48; durante la postguerra se convirtió en el mayor partido de la oposición de izquierdas, y tras la muerte de Togliatti (1964), Longo tomó las riendas del partido, y posteriormente Enrico Berlinguer. Con Berlinguer llegaron los tiempos del Compromiso histórico basado en la colaboración orgánica entre comunistas y católicos. Su proyecto de dar vida al que se ha dado en llamar "E
urocomunismo", es un intento de proyectar en occidente un reformismo que no renegase del todo la experiencia comunista.
(2) OCCHETTO ACHILLE . (Turín 1936). Político italiano. En un principio exponente de la izquierda de Ingrao, posteriormente pasó al centro berlingueriano. Posteriormente pasó a ser secretario del Partido Comunista Italiano (PCI) en 1988 como sucesor de Alessandro Natta. Tras haber lanzado la idea de una gran "Asamblea Constituyente" de la izquierda abierta a todas las fuerzas reformistas, luego se limitó simplemente a cambiarle el nombre al partido que pasó a denominarse Partido Democrático de la Izquierda (PDS), el 11 de octubre de 1990. Su símbolo: un enorme roble estilizado, y debajo la hoz y el martillo. Algunos comunistas ortodoxos que no aceptaron la reforma crearon el partido "Rifondazione Comunista". Presentó su dimisión como secretario general del PDS tras el fracaso electoral en las elecciones europeas de 1994. Fue sucedido por Massimo D'Alema.
(3) COSA . Término utilizado irónicamente para describir el proyecto de cambio - de nombre, de símbolo y de programa - del Partido comunista italiano (PCI) en el período de transición, desde noviembre de 1989 hasta octubre de 1990. El 11 de octubre de 1990, el secretario general del Partido comunista, Achille Occhetto, propuso al Comité central el nuevo nombre de "Partido Democrático de la Izquierda" y un enorme roble estilizado como nuevo símbolo. Pannella habla de la "cosa" radical.
(4) localidad de Abruzzo, en el centro de Italia.
(5) CRAXI BETTINO . (Milán, 1934). Político italiano. Socialista, diputado desde 1968. Secretario del Partido Socialista italiano (PSI) en 1976 cambió profundamente la fisonomía del partido a partir de un amplio diseño de reformas incluso institucionales y de unidad de las fuerzas socialistas. Actualmente, venido a menos y condenado por comisiones ilegales y corrupción. Actualmente vive enfermizo y negándose a presentarse ante los jueces italianos, en un chalet súper vigilado en Hammmamet.
(6) BORDON WILLER . (Trieste 1949). Diputado del Partido democrático de la izquierda (PDS), miembro del consejo federal del Partido radical. En Trieste organizó, para las elecciones de 1992, una lista "transversal" que incluía a distintas fuerzas democráticas. Ha sido reelegido por dicha lista en la Cámara de los Diputados.
(7) ORLANDO LEOLUCA . Político italiano. Se convirtió en alcalde de Palermo debido al impulso popular contra la mafia. Muy popular en la capital siciliana, ha fundado el movimiento "La Rete" que pretende regenerar la vida política italiana. El movimiento entró en el parlamento en las elecciones de abril de 1992 con el 2% de los votos.