SUMARIO: En enero de 1987, el fiscal francés Georges Apap pronunció un discurso a favor de la despenalización de la droga con motivo de la inauguración del año judicial de Valence, Francia. Publicamos un fragmento.

("Número único" para el XXXV Congreso del Partido radical - Budapest 22-26 abril 1989)

Ni llevo a cabo cruzadas contra el alcoholismo ni tengo la más mínima intención de defender a los productores de alcohol.

Sólo quiero subrayar la tolerancia de la que se beneficia el alcoholismo, hasta llegar a la indiferencia, hasta llegar a la complacencia. Si hablamos de una persona que se emborrachó ayer como una cuba suscitaremos imágenes divertidas y sonrisas de conveniencia. Por lo contrario, si ante el mismo auditorio y a propósito del mismo personaje contamos haberlo visto abandonarse a un derivado del hachís o de la coca o a alguna papaverácea veréis inmediatamente como las sonrisas se contraen y la expresión de la cara se les endurece.

Se podrá objetar que esto sucede porque el uso de los estupefacientes es peligroso. Estoy absolutamente de acuerdo. Pero si al hablar de toxicomanía se substituye la palabra "droga" por la palabra" "alcohol" no creo que la discusión pierda coherencia.

La única diferencia entre los dos fenómenos es la relativa a la prohibición de la ley.

Sin llegar al extremo de declarar que la severidad favorece el azote, se puede afirmar como verdad evidente que esta severidad no sirve para detenerlo, y que la prohibición no sirve de nada.

Algún día, habrá que admitir que la ola de toxicomanía así como la del alcoholismo se yergue inexorablemente, con o sin prohibición, hasta un nivel definitivo en el que al final se estabilizará y llegados a ese punto, habrá que acostumbrarse. Será la tolerancia para con la droga, tras la tolerancia para con el alcohol.

A este propósito, cito a Jean Cocteau: »Ya que este misterio nos sobrepasa finjamos (?) ser los organizadores , y trasladándolo al tema que nos ocupa digamos: »Ya que este fenómeno nos sobrepasa, porqué no organizarlo? .