Juan AriasSUMARIO: Uno de los fenómenos más curiosos de las últimas elecciones europeas ha sido el hecho de que el joven periodista radical italiano Marco Taradash, que resume en la radio cada mañana los periódicos, se presentara a las elecciones con la bandera antiprohibicionista en materia de drogas. Era además un desafío al partido socialista y al Gobierno, que ha presentado una ley durísima en la que se considera un delito el uso de cualquier tipo de droga, blanda o dura, y se penaliza con cárcel a los drogadictos.
(Juan Arias, "EL PAIS" martes, 25 de julio de 1989).
El periodista Taradash, él sólo, consiguió más de 400.000 votos que lo han introducido como diputado en el Parlamento de Estrasburgo, donde se ha unido al Grupo de los Verdes.
Ayer, el importante semanal "L'Espresso", de Mondadori, dedicó la portada a dicho tena, que el director, Giovanni Valentini, califica de "delicado y escabroso", titulado: "Cien rezones para reflexionar".
En el amplio sondeo participaron 100 personalidades italianas y extranjeras de todos los tipos: filósofos, médicos, policías, periodistas, estilistas, poetas, alcaldes y varios premios Nobel, como Milton Friedman. Todos ellos dan sus razones en favor de la despenalización de la droga en el mundo.
Entre los españoles figuran Juan Luís Cebrián, quien piensa que dicha liberalización "sería un eficaz sistema de lucha contra el predominio de la mafia de los narcotraficantes", idea muy compartida por muchos otros entrevistados; Fernando Savater, que condena la "histeria del castigo", la "desinformación patológica" y la "logorrea seudocientífica" que reina en este campo, ya que, todas las culturas usan las drogas y sólo "la educación, la inquietud y el proyecto vital de cada uno podrá decidir qué drogas usar y cuáles evitar"; José Manuel Sánchez García, funcionario de policía que asegura que su experiencia personal le ha convencido de que la mejor y más eficaz sería la total legalización de las drogas, y Manuela Carmena Castrillo, magistrada, la cual afirma que está convencida de que una legislación prohibitiva "no sólo es negativa, injusta, cruel y contra los derechos humanos, sino, sobre todo, fundamentalmente inútil".
Entre los italianos figuran personajes famosos y populares como los escritores Alberto Moravia y Mario Soldati, los directores de cine Marco Bellocchio, Dario Argento y Marco Risi, editores como Giulio Einaudi y Franco Maria Ricci, cantantes como Giorgio Gaber, Francesco di Gregori, Enzo Jannacci y Fabrizio André, antropólogos como Ida Magli y el famoso dibujante de tebeos Milo Manara, que está en este momento publicando la historia de Tulum, de Federico Fellini; filósofos como Giacomo Marramao y Sergio Quinzio, y tantos magistrados, físicos, médicos, policías y hasta gobernadores.
Hipocresía
Entre los motivos alegados, además de los clásicos de que así se acabaría con buena parte de la criminalidad y se le quitaría a ésta el monopolio del mercado de la droga, figuran otros como, por ejemplo, que la devastación moral para obtener la droga como robos, prostitución, es mucho mayor que sus efectos; o también que sería mejor probar el camino de la legalización ya que hasta el momento los demás remedios, empezando por la represión, se han revelado inútiles. Otros afirman que todo es hipocresía, ya que en realidad la droga es libre, aunque haya que pagarla 10 veces más de lo que se pagaría en farmacia.
El periodista de "Il Manifesto", Mauro Paisan afirma que está contra la prohibición porque de tales prohibiciones "está empedrado el camino del infierno", y añade que él empezó a fumar sólo como reacción a que se lo habían prohibido.
En todas las respuestas de los italianos se advierte una vena polémica contra la intención del Gobierno de Andreotti, que desea apoyar la tesis dura de los socialistas. La actriz Dacia Maraini, compañera de Dario Fo, afirma que lo mejor para los jóvenes es "hacerles esta tierra más vivible" algo que no se podrá nunca conseguir "poniéndoles las esposas" y encerrándoles en la cárcel.