Intervención de Marco Pannella en el Parlamento EuropeoSUMARIO. Gracias a la postura del PE, la comunidad es responsable del fracaso yugoslavo. El gobierno yugoslavo ha seguido las indicaciones del Banco Mundial, pero éste no era el problema. El problema estriba en saber si Yugoslavia y los países de Europa central, son países de derecho (y por lo tanto de derecho económico) o no. Es inútil ayudar a los Estados "nacionales, democráticos", mono o binacionales, que no tienen ninguna posibilidad real de contar con una economía de mercado. El Este necesita Estados de derecho... Pero los parlamentarios europeos no tienen derecho a tomársela con la Comisión, considerando como está administrada "nuestra democracia real" incluso dentro el Parlamento en donde mandan los burócratas ideólogos "culos de plomo".
(DISCUSIONES DEL PARLAMENTO EUROPEO, 17 de enero de 1990)
Pannella (NI. (FR) Señor Presidente, no haré ver que me dirijo a la Comisión sino que pienso dirigirme directamente al Parlamento. La Comunidad, gracias a la postura del Parlamento, es responsable del gran fracaso, doloroso y tal vez trágico, de Yugoslavia. Cuando hicimos ver que creíamos en lo que de sobras sabíamos que es falso para nuestros países, que los mercados económicos son vivibles y vitales en nuestra época, con gran cálculo e hipocresía le hemos dicho a Yugoslavia: "Perfecto, no te alinees, sé independiente".
El gobierno yugoslavo ha sido un ejemplo, en Europa, de severidad con respecto a los obreros y los trabajadores, y ha seguido las indicaciones del Banco Mundial, ha seguido nuestras indicaciones. Es el fracaso, es la acusación que se le puede hacer. Diputado Guillaume, cree usted realmente que los agricultores del Este o de Europa Central necesiten de veras subvenciones para la agricultura? Hace décadas que vengo oyendo que las subvenciones para la agricultura han echado a los agricultores. El problema no es ese.
El problema es saber si estos países son Estados de derecho y por lo tanto de derecho económico. Si nuestra ayuda financiera es puntual y humanitaria, pues bien, pero si ayudamos a los Estados nacionales, demócratas, que no tienen ninguna posibilidad real de contar con una economía de mercado, de contar con un derecho que se consolida, tanto si son mono o binacionales, con todos los conflictos que ello provoca, entonces favoreceremos la desestabilización de dichos Estados de manera peor si cabe que con respecto a Yugoslavia. El Este necesita Estados de derecho, de sociedad de derecho, de códigos penales que se anclen en el respeto.
Pero puesto que contamos ya con tantas dificultades para vivir de esta manera en nuestra democracia real, no hay más que ver el espectáculo de la presidencia de nuestro Parlamento, no de las presidencias de la Asamblea, asistir al espectáculo que da la forma en la que los grupos son dirigidos en esta legislatura, sin posibilidad alguna para los parlamentarios de dar voz a su propia conciencia y a sus propios electores, sino sólo a ideologías de burócratas con culo de plomo, ideologías entre otras cosas muertas hoy ya. Si esta es la situación, creo que no podemos tomárnosla con la Comisión. En todo caso puede ocuparse de una buena ayuda humanitaria aquí y allá, mientras que el problema histórico, dramático y trágico es el de impedir que se repitan fracasos como el yugoslavo en el momento en el que la demanda de libertad, modernidad y democracia, Señor Presidente, en el Este y en el Centro, es una demanda en primer lugar de certidumbre del derecho y posteriormente de bienestar.