SUMARIO: El problema del tráfico de drogas es planetario, según afirman documentos oficiales y sondeos. Sin embargo no parece existir la voluntad de cambiar política. La estrecha relación entre la droga y las organizaciones criminales es indiscutible. La legalización de las sustancias prohibidas las equipararía a las drogas ya legalizadas como lo son el alcohol y el tabaco.

La violencia en las calles es hija del prohibicionismo de las drogas. Se hace necesaria una reflexión profunda sobre el tema para poder opinar.

(Marco Taradash, "LA VOZ DE ALMERIA", domingo 8 de octubre de 1989)

El tráfico de drogas es un problema que afecta a todo el planeta, lo afirman documentos oficiales de algunos gobiernos, sondeos efectuados por la CEE e informes de órgano de control de estupefacientes de la Onu y sin embargo ningún gobierno ha tenido el valor hasta el momento presente de modificar la política de represión legal, de consumo, y de trágico de drogas. La producción y fabricación clandestina de droga afecta a un número cada vez mayor de países, dichas actividades, que alcanzan proporciones alarmantes, están financiadas y dirigidas por organizaciones criminales con ramificaciones internacionales y que se benefician de la complicidad que les procura el sistema financiero.

La legalización de la producción, comercio y venta de las drogas actualmente prohibidas desde la marihuana hasta la cocaína pasando por la heroína tendría como efecto el equiparar dichas sustancias a las drogas ya legalizadas: alcohol y tabaco.

Actualmente la violencia que se da en las ciudades es hija del prohibicionismo de las drogas, produce millones de víctimas, favorece la difusión de las drogas, crea delincuencia y hace que la vida de los toxicómanos sea insoportable.

Pensemos en todo ello, desde las granes transnacionales de la delincuencia hasta la misma situación de violencia en nuestras calles de la que hablábamos. Pensemos en la situación de violencia en las que se reduce a unos ciudadanos víctima constante de la adulteración y de la especulación que al comercio de droga ha impuesto al material comerciado y víctimas, al tiempo, de una incomprensión que a menudo les impide la más mínima atención o la más mínima higiene. Sólo después de pensar en todo esto opinemos.

(Eurodiputado radical)