SUMARIO: El 15 de Noviembre, con ocasión del 2º aniversario de los motines populares de Brasov, en la Transilvania rumana, duramente reprimidos por el regimen de Ceaucescu, el Partido Radical ha convocado una jornada de movilización en favor de los derechos humanos y de la democracia en Rumanía. Manifestaciones radicales ante las embajadas rumanas en diversos países del Este y del Oeste: en Moscu, Roma, Budapest, Bruselas, Varsovia, Madrid, Praga, Lisboa, Belgrado y París. Los radicales harán entrega a los representantes diplomáticos rumanos de la siguiente carta, que resume los motivos de la manifestación:
"Excelencia:
dos años después de las manifestaciones populares de Brasov y su violenta represión, la situación de los derechos humanos en Rumanía sigue siendo motivo de profunda preocupación para cuantos en el mundo seguimos con interés lo que sucede en su país. Los informes de Amnistia Internacional, de la Federación Internacional de Helsinki y de otras numerosas organizaciones internacionales para la verificación del respeto de los derechos humanos y de los acuerdos internacionales en esta materia, refieren la persistencia y el agravamiento de la represión contra los opositores políticos, las condiciones inhumanas de detención, arrestos arbitrarios, limitaciones violentas a la libertad de circulación, de expatriación, de profesión religiosa, de prensa, de libertad religiosa, de prensa, de libertad étnica y lingüística.
Parece particularmente grave el plan en curso de realización por el Gobierno Rumano que preve la destrucción de millares de aldeas y la deportación de sus habitantes a centros de nueva planta, contra su voluntad y con desprecio de las tradiciones, la cultura y las costumbres de la población. La demolición ha alcanzado ya a numerosos pueblos y monumentos arquitectónicos y testimonios históricos en el mismo Bucarest, para dar paso a una sistematización inhumana y a planificaciones urbanísticas que muchos han definido como peores que las estalinistas.
Mientras tanto, decenas de rumanos, y no solamente de etnia magyar, han sido forzados a huir del país y viven hoy en la difícil condición de refugiados.
En un momento en que en muchos lugares de la Europa Central y oriental se extienden señales de cambio y esperanza, Rumania - parte vital de Europa, de su historia y de su cultura - continúa oprimida por un regimen tirano y violento que ha conducido al país a la miseria moral y económica.
Sin embargo, ya que Rumania figura entre los países que han suscrito el Acta Final de la Conferencia de Helsinki sobre Seguridad y Cooperación en Europa, que contiene directrices precisas acerca del respeto a los derchos humanos y las libertades fundamentales, apelamos al Gobierno de la República Socialista de Rumanía para que garantice a sus propios ciudadanos el ejercicio efectivo de todos los derechos reconocidos solemnemente en los acuerdos de Helsinki y en los consecuentes a éstos, y en particular para que ponga fin a la actual política de destrucciones y deportaciones.
Simultáneamente, militantes del Partido Radical de diferentes países hacemos entrega de esta carta a los representantes diplomáticos de Rumanía en Moscú, Roma, Budapest, Bruselas, Varsovia, Madrid, Praga, Lisboa, Belgrado y Paris. Le pedimos, Sr. Embajador, que transmita nuestro requerimiento a su Gobierno en la esperanza de que las declaraciones de principios tanta veces suscritas hasta hoy en materia de derechos humanos y civiles puedan pronto convertirse en realidad".