"A Leonardo Sciascia no le gustarían, sobre todo viniendo de nosotros, grandes retóricas y conmemoraciones. Al recordarlo, queremos respetar en primer lugar su perenne búsqueda de la síntesis, su capacidad de llamar "al pan pan y al vino vino", incluso cuando ésto le resultaba dramáticamente caro.
Por desgracia, al igual que el mismo Sciascia escribió en el "Caballero y la muerte", sólo a través de la muerte se llega a la verdad, al conocimiento. Sólo a través de la muerte se llega a la plena valoración de la persona desaparecida.
Será así también con Leonardo Sciascia, desde luego apreciado por todos como escritor, pero no por lo que ha sabido y querido afirmar, con sus obras y sus opciones, en la cultura y en la política.
Sciascia ha sido uno de los pocos intelectuales que no ha prestado sus servicios a las distintas cortes del poder. Fiel a este imperativo suyo, siempre ha tenido el valor de gritar que el rey está desnudo, y hasta de presentarse como candidato con el Partido radical cuando nos linchaban y nos tachaban de fascistas, de terroristas. Por amor a la verdad ha corrido incluso el riesgo de que le metiesen en la cárcel por mafioso, precisamente él que ha sido el primero que ha tenido el valor de ir a buscar la mafia en las alcobas del poder.
Con Sciascia hemos compartido un gran "error", el de confundir la política con la ética.
Honraremos su recuerdo perserverando en este error."