"Ha muerto Leonardo Sciascia. Radio Radical me pide que haga una declaración. No quiero, no puedo formular una necrológica. Me resulta difícil en estos momentos expresar mi dolor, mi conmoción.
Se acumulan los recuerdos, las emociones.
Siento más bien el deseo de volver a abrir y leer las páginas que hace treinta y cinco años supieron hablar a mis sentimientos, a mis aspiraciones juveniles y que contribuyeron a la formación de mi conciencia civil, mia y de otros muchos, que por aquel entonces eran mis coetáneos.
Porque lo que Leonardo nos ha enseñado ha sido el deber de mantener firmes algunos principios esenciales de libertad y de tolerancia, el deber de obedecer siempre a la propia conciencia.
El lo ha sabido hacer de forma excepcional.
Lo ha hecho con sus libros. Y lo ha hecho, en tantas situaciones dramáticas, de nuestra historia civil a lo largo de estas décadas, con la palabra, la escritura y el compromiso público y político, sin miedo - él que tan esquivo era, incluso introvertido - a exponerse, con la intervención y la polémica política, cada vez que la importancia de la causa así se lo imponía a su conciencia. Es la razón por la que, a pesar de sus distancias, nosotros los radicales lo hemos sentido siempre a nuestro lado como un punto de referencia constante".