Alexander GinzburgSUMARIO: Alexander Ginzburg, presente en el Consejo Federal el Pr celebrado en Roma del 1 al 5 de septiembre, comenta en este artículo la presencia de los soviéticos en el Cf (junto a él se hallaban Evghenia Drebrianskaia, Lev Timoveev, Serguei Grigorianc y Yuri Afanasiev). Así mismo destaca algunos fragmentos de sus intervenciones.
("El pensamiento ruso" nº8, 8 de septiembre de 1989).
"Cuando se reunen cuatro rusos, nacen cinco partidos políticos", escribió V. Shulguin. Esta vez, los cuatro rusos se llamaban "nuestros invitados soviéticos". Fueron invitados a la sesión del Consejo federal del Partido radical celebrada en Roma, otrora italiano, que ahora se llama "transnacional" y que realmente aspira a ser transnacional.
Para lograr que los tres invitados pudiesen asistir al Consejo, dos miembros de la secretaría tuvieron que pasar dos semanas en Moscú, y uno de ellos incluso pasó varias horas en una comisaría por haber participado en la manifestación del 23 de agosto. Mientras tanto, el Presidente del Consejo federal y eurodiputado, Marco Pannella, estuvo en huelga de hambre durante 11 días. Tres personas obtuvieron el permiso para salir del país la víspera de la sesión: Evghenia Debranskaia, líder de la recientemente constituida Asociación Radical "Libertad y Paz", que entró automáticamente en el Consejo Federal, Serguei Grigorianc y Lev Tomoveev. Grigorian llegó incluso con un retraso de varias horas, por no haber conseguido a tiempo el visado italiano.
El cuarto invitado, el parlamentario Yuri Afanasiev, vino desde Francia un mes antes.
El Pr, que en sus mejores años "exclusivamente italianos" alcanzó los diez mil inscritos, se encuentra actualmente en crisis,no cuenta con más de 3000 inscritos, y se ve obligado a decidir entre llevar a cabo su actividad en toda Europa o disolverse definitivamente.
Muchos radicales creen que la opción del este europeo - en donde el Partido radical ha mantenido hasta ahora la cooperación con los pacifistas polacos y húngaros, y con la Unión Soviética que está atravesando la época de la perestroika, cuyos disidentes el Partido ha defendido durante muchos años - es una buena salida ante la situación de crisis. Precisamente por ésto, los "invitados soviéticos" han sido acogidos colmados de atenciones en la sala del hotel Ergife de Roma, adornado por el nuevo símbolo del Partido, el retrato estilizado del Mahatma Gandhi.
A nosotros también nos interesan las intervenciones de los moscovitas que representaban los puntos de vista opuestos en el proceso político actual de la Urss.
A lo largo de la primera jornada intervino Lev Timoveev:
"El día en que me fui de la Unión Soviética me llamaron los mineros desde Vorkuta, los miembros del Comité de huelga. Conociendo mis posibilidades de acceder a los medios de comunicación, me pidieron que sacase a relucir el hecho de que tal vez hoy, 1 de octubre, de nuevo estallará una huelga de los mineros de Vorkuta apoyada probablemente por los mineros de Donbas y Kuzbas, y todo se reanudará de nuevo. Me he ido y no sé si ésto ha sucedido realmente, y si se podía verificar, porque existen estructuras gubernamentales que se niegan a reconocer a los comités de huelga que representan los intereses de los mineros. Porque, hoy por hoy, los comités de huelga representan una forma de gobierno directamente opuesta a las estructuras tradicionales ideologizadas del Partido.
He empezado con este ejemplo de contraposición no porque yo sea un seguaz de la huelga - la huelga es también una forma de violencia - sino porque quisiera hablar de la amenaza real de un enfrentamiento, de una violencia recíproca que representa en este momento un peligro inminente en nuestro país.
Recientemente, el totalitarismo en nuestro país parecía totalmente indestructible, el sistema total de la violencia contra la personalidad. No se puede decir que viviésemos en un país muerto, porque la lucha, a pesar de los pesares, seguía su camino. Pero se trataba de una lucha de principios, la lucha de algunos contra un coloso. Ni tan siquiera las fantasías lúgubres de Orwell pueden darnos una idea de la fuerza del Coloso, porque están concebidas como fantasías, pero nosotros sabemos muy bien que estas fantasías son reales. La contraposición de los principios personificados representaba la expresión de la guerra del buen sentido contra el sistema de la violencia insensata. Podría enumeraros nombres que conocéis muy bien. Esta gente ha pagado un alto precio con años de reclusión, de tensión, de desgracias y a veces con la vida misma, sólo por un derecho, el derecho de afirmar los principios, porque no podían hacer nada más. No se trataba de crear estructuras opuestas, estructuras combatientes, partidos rev
isionados en el sentido general: se trataba sólamente de proclamar principios - era la guerra de los principios y no podía existir ninguna tolerancia ni ningún indulto.
Esta guerra de principios actualmente (un año y medio o dos después) se ha transformado en una lucha de opiniones. Creo que los principios se han convertido en un patrimonio general o por lo menos casi general. La Glasnost, la transparencia, ya ha demostrado los distintos puntos de vista existentes en el marco de estos principios, pero en realidad dichos principios son muy sencillos: el del buen sentido en economía, el de la democracia en la vida social y el de la moralidad en la esfera ética. Ahora inicia la lucha de los intereses políticos y se manifiesta la diferencia de opiniones. Si bien antes los intereses de la persona y los intereses del grupo no podían ni manifestarse ni concebirse puesto que la concepción se manifiesta verbalmente, y con la palabra se podía matar y ser matado, ahora ha iniciado el proceso de las manifestaciones verbales de estos intereses. Con ello se explica la difusión masiva de la prensa independiente. Todos ellos son la expresión personificada de los intereses de grupos distint
os.
Este proceso se encamina a su cumbre. Si antes la amenaza, el peligro, emanaba sobre todo de la estructura gubernamental, ahora la polimerización de los intereses crea estructuras nuevas y empuja hacia enfrentamientos directos, y no es casualidad que en la prensa independiente, incluso en la prensa oficial, aparezca cada vez más a menudo la palabra "guerra civil". Manifestando nuestros intereses y proclamando nuestros principios hemos llegado a este gran peligro: la comunidad étnica y la comunidad histórica es el más evidente, precisamente por ello el problema étnico es el más explosivo porque es ahí en donde se enfrentan dichas comunidades. La otra esfera es la esfera de los intereses profesionales que se han manifestado a lo largo de las huelgas. La causa de este peligro es la ausencia de un mecanismo democrático: el aparato del partido no quiere ceder la potencia, al menos a los comités de huelga, tal y como se ha verificado en Vorkuta, eso es evidente.
Hace diez años empecé a pensar cómo se podía crear el mecanismo de la guerra contra el sistema. Contra la guerra intentaba participar en la creación de este mecanismo escribiendo algunos artículos, pero ahora cada vez estoy más convencido de cuán importante es crear el mecanismo de la paz. Existe una experiencia histórica muy fructífera: la experiencia polaca. Hoy por hoy, evaluando la situación de nuestro país, la palabra "compromiso" y la palabra paz creo que deben convertirse en la noción principal. Estoy convencido de que no es un paso hacia atrás, de vuelta al totalitarismo en nuestro país. Me cae bien la gente que se encuentra en las primeras filas de lucha en pro de la democracia y en pro de los intereses étnicos. Pero, comprendiendo todo esto y comprendiendo que todos hemos sido educados en una mentalidad imperial, empiezo a pensar lo siguiente: Cómo podemos encontrar un mecanismo de paz en estos momentos en nuestro país?. Cómo podemos evitar la guerra civil? Y, os suplico, pensando en los problema
s de nuestro país, pronunciando junto a las fuerzas democrátas, os suplico que no olvidéis que para nosotros lo más importante en estos momentos consiste en encontrar un mecanismo de paz y evitar un conflicto directo sangriento con consecuencias imprevisibles."
Evghenia, en su primera intervención dijo:
"Vivimos en un país en el que la falta de respeto de los derechos humanos está escrita en la constitución, en un país en el que las nociones de no violencia y de democracia son totalmente ajenas a la población y en donde la guerra civil significa en enfrentamiento entre el Estado y la población. Ahora no veo la posibilidad de hablar de guerra civil, porque nuestra población no solo está desarmada sino que admás el 40% es indigente y pobre.
La reacción a la intervención de Grigorianc ha sido inopinada, por ello la citamos más ampliamente:
"Resulta paradójico que partiendo de un país desconcertado por las contradicciones ètnicas sin fin que lamentablemente aumentarán y que se harán más sangrientas, hayamos llegado al convenio de un partido que se ha fijado la labor de crear una Europa Unida, federativa que une y no divide. Mientras tanto, en la URSS el proceso para la lucha de independencia de todos los pueblos bajo el juego del imperio comunista es positivo y democrático. La consolidación de estos ideales democráticos y la lucha por los derechos humanos en la URSS son inseparables de la concepción de la identidad étnica, del derecho a la independencia política cultural y social y del derecho de un pueblo a optar por su independencia. Además, para los pueblos de Lituania, Letonia y Estonia, así como para Georgia, Armenia y Ucrania, las tradiciones democráticas son prácticamente inseparables de la lucha a favor de la independencia nacional y la autodeterminación y es inseparable de la democracia. El Partido radical y nosotros compartimos la asp
iración de una futuro que, en las condiciones actuales de la Unión Soviética parece irreal. Los problemas étnicos exigen una cierta continuidad de su desarrollo: sólo los pueblos que ya han consolidado su existencia nacional, sólo los pueblos seguros de su posibilidad de sobrevivencia y de desarrollo independiente pueden caminar libremente, sin miedo al encuentro recíproco, hacía una aproximación política y ecomómica.
Existe una cierta consecuencia en el desarrollo de todas las realciones humanas y sociales; una parte de la humanidad puede recorrer estas etapas muy velozmente explotando la experiencia de sus vecinos, pero no puede evitar ninguna etapa ni ninguna etapa puede ser impuesta. Debe ser el resultado orgánico del desarrollo interior de la comunidad humana, puesto que no tendría sentido porponer a los mineros de Vorkuta y Kuzbas que luchan por la autogestión, por cien gramos de jabón y un bistec la lucha a favor de los derechos sexuales. Y precisamente, las huelgas de los mineros y el movimiento nacional constituyen el elemento más importante y significativo del desarrollo social. Ni el gobierno comunista - aun queriendo creer en sus promesas de democratización - ni las actividades políticas de la llamada sociedad "liberal" soviética pueden ser una alternativa para el país. Porque para que sea posible la actividad política tal y como se concibe en occidente es necesario un alto nivel de conciencia social de toda l
a población. Por ello es muy importante la experiencia política independiente adquirida por la gente que lucha en todo el país por los derechos políticos y étnicos.
Me parece que ya se ha hablado en esta reunión del peligro, del insólito peligro de todos estos movimientos. Y no es una exageración. Ayer estallaron de nuevo las guerras de los mineros de Vorkutá, de Don bas, de Jarkov y del cáucaso del Norte. Las huelgas, a pesar de las declaraciones oficiales, no han acabado: no son tan grandiosas, pero son estables. Ello comporta el empeoramiento de la situación económica, igualmente catastrófica. caracterizada por el siguiente hecho: según algunas valoraciones, el índice de inflación alcanza el diez por ciento anual, al mismo tiempo, el valor acumulativo de todas las mercancías expuestas en las tiendas y en los almacenes constituyem menos de la cuarta parte del dinero a disposición de la población y este dinero vale menos que el precio del papel sobre el que ha estado imprimido.
La situación económica del país empeorará inevitablemente, con independencia del hecho de que las decisiones adoptadas por el país sean acertadas o erróneas. Las decisiones acertadas, en el mejor de los casos, darán sus frutos dentro de algunos años, y mientras tanto la tensión en el país crecerá indefectiblemente.
La situación étnica es todavía peor, aunque aparentemente sea peor la situación económica. Hace tres días, un armeno de cuarenta años de Baku se echó desde un 12º piso mientras los Arzebaiganos forzaban la puerta de su apartamento. Ha sido fijado para hoy el Pogrom (masacre) armeno en Baku, y no sé todavía si se ha producido. Pero, también a lo largo de estos dos meses han sido asesinadas unas 30 personas aprximadamente, y casi cada día viene la gente a Moscú diciendo "ayudadnos, nos matan, vivimos esperando la muerte". Les escucho, sé que dicen la verdad, sé que tal vez les veo por última vez, pero sé que no les puedo ayudar de ninguna manera. Al mismo tiempo, tres millones de prófugos se arrastran por el país; decenas de azerbaiganos mutilados son recuperados en los hospitales de Karabakn; los turcos y los demás pueblos buscan en vano asilo. La situación actual del país es monstruosa, incluso ahora, y en un futuro próximo irá peor. Pero el país no puede evitar pasar por ésto, y no debe, aunque ello pueda p
arecer horrible. El crecimiento de la persona, del pueblo está conectado con grandes dificultades, pero el niño debe saber cómo entrar en el mundo de los adultos, mientras que el pueblo debe saber cómo resolver sus propios problemas por sí mismo. No existe otro camino.
Ahora quisiera hablar de las tareas y de las oportunidades del Partido radical en la Europa del Este. Tras haberse fijado la tarea de aportar una ayuda social y política y un apoyo a las decenas de miles de millones de personas que se encuentran en una situación trágica, el Partido radical como fuerza transnacional pued desempeñar un papel de transferencia de la experiencia democrática del oeste al este, así como de apoyo a grupos y a instituciones que por una parte intentan consolidar los principios democráticos en la Europa oriental, y por otra son un factor estabilizacdor no para todo el país sino para lo que representa la base de la futura sociedad humana, capaz de constituir una parte auténtica de la Europa federalista y de todo el mundo democrático".
Casi inmediatamente después intervino Afanasiev:
"Yo, al igual que mis colegas de la Unión Soviética quisiera hablar de lo que sucede en mi país. Quisiera, sin embargo, subrayar la siguiente cuestión: cómo entrar en el mundo contemporáneo. Sé que los problemas de la Unión Soviética no son sólo nuestros, y estoy totalmente de acuerdo con Timoveev y Debrianskaia en que estos problemas son vuestros en la medida en que son nuestros. Llegado a este punto, quisiera objetar lo expresado por mi colega Grigorianc: estoy de acuerdo con todas sus ideas principales excepto con una. Si no he entendido mal, ha dicho que las cosas en nuestro país estaban muy mal, y en este punto estoy de acuerdo con él, pero después ha dicho que iremos de mal en peor. En este punto no puedo estar de acuerdo con él ni con la mente ni con el corazón. Sé que existe este punto de vista y que muchos dicen "lo peor es lo mejor". Reconozco el derecho a tener este punto de vista, pero me tomo el derecho de desmentirlo. Creo que haría falta medir la escala de este peor hacia el que, según Gringor
ianc, nos encaminamos. Si la cuestión es la de la guerra civil en URSS como una perspectiva hay que sentir el llamamiento de decenas de millones de muertos en URSS para imaginarse las consecuencias de la guerra civil. No se trata del hecho de que si esta guerra civil estalla, entrará en acción la gente desarmada. Existe un ejército armado y si estalla la guerra, es difícil suponer que este ejército se decante sólo hacia una parte de la barricada. Eso no sucederá nunca y el ejército estará siempre dividido en dos. No puedo ni tan siquiera imaginar la dimensión de la catástrofe ni la cantidad de sangre que se derramaría en ese caso, y así pues no quisiera reconocer que este movimiento orientado hacia lo peor es nuestro destino. Por el contrario, al querer imaginar nuestra tarea, tenemos que conjurar esta horrible perspectiva y si es posible facilitar la salida de esta crisis profunda en la que nos hallamos."
Reanudando la línea de su intervención en la sesión del grupo parlamentario interregional y sosteniendo la viejas ideas de Sajarov sobre la convergencia, Afanasiev empezó a hablar de la crisis de la civilización iniciada en la época del iluminismo. Pero ello no afectó a los corazones de los radicales italianos, y sólo los periodistas se dieron cuenta de esta observación polémica a la que Grigorianc respdió inmediatamente:
"Me disgusta mucho que haya sido precisamente el oyente ruso el que haya malentendido el sentido de mis declaraciones. Tal vez ello se deba a un cierto grado de incertidumbre en mi discurso. Es lógico, pero lo que sí es cierto es que todo lo que he dicho iba en dirección opuesta a lo que ha entendido Afanasiev. He dicho, repito, que hagamos todo lo posible por evitar el peligro que se cierne sobre nuestro país. He apelado al Partido radical para que nos ayude a estabilizar la situación y a reforzar todos los movimientos y las asociaciones democráticas que surjen en nuestro país. Quisiera insistir en que ésta es realmente una tendencia muy peligrosa, la situación en el país es realmente trágica, aunque - por muy extraño que pueda parecer - existan grupos y personas que tienden a sugerir que la situación es peor de lo que es en realidad. En el país no hay prácticamente nadie que aspire a la guerra civil, no hay nadie, excepto algunos locos, que aspire a la violencia, pero este verano se produjo el siguiente ep
isodio: los funcionarios del Ministerio de asuntos exteriores del KGB declararon que habían encontrado en el metro una bomba que no explotó. La única característica de la persona que dejó esta "bomba" era que llevaba una bolsa negra de plástico. Hay muchas bolsas negras en Moscú. Los anuncios de que se buscaba a "una pesona con una bolsa negra" fueron expuestos en todos los vagones del metro y durante un mes, los altavoces hablaban de la necesidad de buscar a "una persona con una bolsa negra". No hay nadie en el país que quiera matar a los funcionarios del partido, a los colegas del doctor Afanasiev. Ni tan siquiera el KGB ha impuesto a los secretarios de los comités de distrito del partido que lleven consigo la pistola, ni ha cambiado el número de las matrículas de los coches de los secretarios provinciales para que no tuviesen miedo a los atentados. El KGB ha explicado que cabía esperar que se produjesen atentados. En Estonia, las relaciones entre los rusos y los estones son muy serenas, no existen contrad
icciones esenciales entre ellos. Ni tan siquiera los medios de comunicación soviéticos difunden expresamente "los datos sobre el crecimiento de la violencia", los cuales, por suerte, no existen todavía. Por ello considero un síntoma muy desagradable y siniestro el hecho de que mi colega no haya entendido lo que he dicho y me haya atribuido palabras que por suerte no he pronunciado y pensamientos que no comparto."
Al día siguiente, Lev Timoveev hizo un balance de esta discusión:
"Me disgusta mucho que se haya producido esta polémica. Aquí es completamente irrelevante, mientras que sería natural en nuestro país, en donde todos conocen las posturas de cada participante en esta polémica. La postura de cada uno tiene sus propias razones: Grigorianc es un publicista, no posee los instrumentos del poder y su actitud es comprensible. Afanasiev, por el contrario, es una persona que posee un acceso directo al poder, él responde no a las palabras sino a los hechos, y por ello debe ser muy constructivo".
Los radicales italianos presentes en la sala estaban a favor de Grigorian y.... Gorbachov, a pesar de que Evghenia Debrianskaia intentase explicarles que el totalitarismo no ha muerto. Desde las cuatro paredes de la sala todo esto observaba el único político que ha salvado a su país de la guerra civil.