Hanna SzalaySUMARIO: Magyar Hirlap entrevista a Olivier Dupuis, secretario federal del Partido radical, sobre la propuesta, presentada por el Pr al gobierno húngaro, del ingreso de Hungría en la Comunidad europea. El periódico Magyar Hirlap era el periódico del gobierno del "Ancien Régime". El nuevo régimen aún no ha llegado del todo, pero el 40% de las acciones del periódico ya están en manos de Murdoch.
(Magyar Hirlap, 15 de diciembre de 1989)
Una idea radical
LA ADHESION A LA CE NO ES UN OBJETIVO SINO UN INSTRUMENTO
El Partido radical transnacional, de origen italiano, ha presentado una idea extravagante: quiere que Hungría entre en la Comunidad Europea; quiere que el gobierno húngaro presente la petición oficial de adhesión lo antes posible.
PREGUNTA: Qué motivo les induce a presentar esta idea? De qué manera podría, según usted, ponerse en marcha el proceso? - le he preguntado a Olivier Dupuis, belga, secretario federal del Partido radical.
O.D.: Hay varios motivos, de ellos algunos están específicamente relacionados con la realidad húngara. La adhesión de Hungría a la Comunidad garantizaría una mayor estabilidad del proceso de democratización. Una consecuencia todavía más importante sería el refuerzo de los procesos de reforma en la economía. La situación de la economía húngara es, a mi parecer, muy grave, y en los próximos meses empeorará.
El Partido radical considera que el proceso de democratización, de modernización y de cambio económico concebido dentro de los límites nacionales no tiene grandes perspectivas. Se pueden obtener resultados de esta manera también, pero en tiempos más largos y con sacrificios grandes e inútiles. Si por el contrario, Hungría entrase en la Comunidad, nada impediría organizar, en tiempos breves, a partir de las reglas de funcionamiento supranacionales de la Comunidad, el traspaso de la economía de proyecto a la economía de mercado. A nuestro juicio, si Hungría escogiese la vía nacional del desarrollo y de la transformación económicas, tendría que afrontar el problema del control de la influencia de los grandes capitales internacionales con sus propios recursos.
PREGUNTA: Es cierto, pero el capital por el momento está a la espera detrás de las fronteras del mercado húngaro, que parece no le dé suficientes garantías. Y un principio de la Comunidad es la compatibilidad de cada una de las economías y de los mercados, mientras que en Hungría todavía no existe ni siquiera un auténtico mercado.
O.D.: Esta es la actitud de la Comunidad, que nunca ha considerado en serio la cuestión de ampliar su radio de acción a los países de Europa central, acentuando su disponibilidad con respecto a los países que tienen una economía de mercado.
Nosotros, por el contrario, pensamos que la adhesión no puede ser la meta, el resultado, el reconocimiento de las transformaciones, sino que debe ser un instrumento. De lo contrario no creemos que sea claro el significado de la CE.
PREGUNTA: Lograrán convencer también a la Comunidad?
O.D.: Algunos personajes de la política occidental ven claramente la insuficiencia de los subsidios y de los créditos brindados y consideran necesario concebir un proceso de más amplio alcance, un proceso de integración. El ministro del exterior de Bélgica, por ejemplo, ha propuesto, antes de la cumbre de Estrasburgo de la CE, delinear, a parte de la futura federación más bien fuerte de los doce actual, una estructura confederativa en la que puedan entrar rápidamente también los países mittel-europeos que han escogido de nuevo el camino de la democracia. Edwar Heath, ex primer ministro británico ha subrayado en repetidas ocasiones que la comunidad podría ser para los países de Europa central no una meta lejana, sino un instrumento para la integración.
PREGUNTA: Según Bruselas, un hecho que impide la adhesión es la pertenencia de Hungría al Pacto de Varsovia.
O.D.: Eso no es más que una excusa. En el tratado de Roma no hay ninguna condición semejante.
PREGUNTA: Usted considera así pues que también los húngaros están a favor de la adhesión a la CE.
O.D.: Hasta ahora no se ha hecho, pero se podrá llevar a cabo un sondeo de la opinión pública al respecto. Por el momento organizamos encuentros, y los participantes, con los que he tenido la ocasión de hablar, ven en esta posibilidad una garantía para las reformas políticas y económicas. Se deberá, naturalmente, poner en marcha un debate sobre la cuestión para analizar y medir los argumentos en pro y en contra. Para incentivar dicha empresa hemos creado un cuestionario que queremos distribuir entre los economistas, profesores de universidad, periodistas y personajes de la política.
PREGUNTA: Qué pretenden o pueden hacer para desencadenar el interés (probablemente ahora ya después de las elecciones) incluso del gobierno húngaro?
O.D. Esto es lo más difícil. Considerando que la adhesión es un proceso largo, constituido por varias fases, querríamos que se pusiese en marcha lo antes posible. Hemos pensado organizar un referéndum, que podría celebrarse sólo después de las elecciones, y que por lo tanto entraría en las competencias del nuevo gobierno. Pero esta no es una batalla sólo de los Radicales: queremos obtener el consentimiento y el apoyo de los demás partidos.
PREGUNTA: Han tomado ya contactos?
O.D.: Por el momento sólo a nivel no oficial, pero en estos días les informaremos de nuestra propuesta de forma oficial, por carta. Si tres o cuatro grandes partidos deciden reconocerla como un principio propio, la política nacional e internacional podrá cobrar, tras las elecciones, una orientación clara.