Radicali.it - sito ufficiale di Radicali Italiani
Notizie Radicali, il giornale telematico di Radicali Italiani
cerca [dal 1999]


i testi dal 1955 al 1998

  RSS
ven 02 mag. 2025
[ cerca in archivio ] ARCHIVIO STORICO RADICALE
Archivio Partito radicale
Bonino Emma - 2 marzo 1990
«Socorro!
Llamamiento a aquellos que poseen el privilegio de saber

Emma Bonino

SUMARIO: Hemos fracasado estridentemente. No hemos logrado el objetivo que habíamos establecido para el mes de febrero de que cinco mil personas se inscribiesen al Partido radical. Sólo 2.250 han confiado en sí mismas. No es un aparato lo que está en juego, sino "sólo" luchas e ideales que sólo el Partido radical puede consolidar en nuestra sociedad. "Sólo" está en juego la posibilidad de hacer que la política avance un centímetro en el camino de la democracia, de la tolerancia y de las libertades. Pedimos socorro, literalmente hablando - la acción de ayudar a quién se halla en una situación de peligro - y se lo pedimos a aquellos que poseen el privilegio de saber, de conocer. Necesitamos oxígeno para resistir el tiempo necesario hasta que conquistemos la posibilidad de ser conocidos y juzgados. Porque estamos convencidos de que cuando al proyecto transnacional y transpartídico se le permita ser conocido, cuando a la propuesta de reforma política de la que somos portadores se le permita ser conocida, la gent

e podrá y sabrá identificarse con ella, conquistará la confianza en sus propias y comunes esperanzas y considerará urgente movilizarse.

Cuántos de entre los pocos "privilegiados" que reciban este periódico, estas informaciones preferirán la solidaridad y la valentía al silencio?

(Noticias Radicales, nº 51 del 2 de marzo de 1990)

Con la moción aprobada por el Consejo federal que se desarrolló a principios del mes de enero en Roma, el Partido Radical se dirigió a la opinión pública una vez más para lograr garantizar a nuestra sociedad la vida de esta formación, única en el panorama político internacional.

Pero a diferencia de hace tres años, cuando nos dirigimos a la opinión pública para que un mínimo de 10.000 personas impidiese, con su inscripción, que el Partido radical se disolviese («no por voluntad propia!), actualmente tenemos que hacer que crezca un nuevo sujeto político transnacional y transpartídico que ha demostrado, desde el primer momento, una extraordinaria vitalidad. No hay más que pensar en el entusiasmo con el que se han formado los grupos radicales en Moscú, en Praga, en Yugoslavia y en general en los países que están en plena transición hacia la democracia.

Pero sólo algunos cientos de personas en el mundo lo lograrán. El objetivo de cincuenta mil inscritos al Partido radical antes de que acabe el presente año, establecido por el Consejo federal de Roma, representa ese oxígeno, la sangre necesaria para permitir que este organismo tan débil, tan anómalo, tan expuesto a enfermedades más graves que la democracia real - la imposibilidad para los ciudadanos de conocer para poder juzgar - pueda resistir el tiempo necesario hasta que llegue el "fármaco" indispensable para conquistar, con un acto de inteligencia y de voluntad política, la posibilidad de ser conocido y juzgado.

Sí, porque estamos profundamente convencidos de que es sólo la "ignorancia", literalmente hablando, el no conocer las propuestas del Pr, lo que le impide al proyecto transnacional, a la propuesta de reforma de la política de la que somos portadores, consolidarse e impulsar a la gente a tener confianza y a movilizarse.

Y mientras tanto... Mientras tanto nos parece increíble que no existan cincuenta mil personas, procedentes de todos los horizontes políticos, con predilección por las empresas difíciles, que al igual que con el divorcio, la justicia, la lucha contra el exterminio causado por el hambre en el planeta y contra todos los totalitarismos, tengan la fuerza de ir contra corriente.

Nos parece increíble que no existan 20.000 compañeros entre el 1.500.000 inscritos al Partido comunista italiano que en un acto de generosidad o de interés político se inscriban a esta nueva internacional no violenta y federalista. Tan introvertidos son que no ven que para que su abandono del proceso de referencia comunista y su proyecto de transformación en partido democrático "a secas" salga bien deben buscar dichas posibilidades al margen de su mundo político tradicional?

Nos establecimos un itinerario, necesariamente arbitrario pero indispensable para permitirnos a nosotros mismos y a otros medir la cantidad de oxígeno, de apoyos y de recursos que necesita cotidianamente el Partido radical: 1.000 inscritos antes del 21 de enero, 5.000 antes de que se acabe el mes de febrero, 10.000 antes de que se acabe marzo y... 50.000 antes de que se acabe el año.

El primer objetivo de mil inscritos lo hemos conseguido por los pelos.

En cambio, ha fracasado estridentemente, por defecto de 3.000, el segundo objetivo fijado para el mes de febrero...

Algunos comapñeros y amigos no parecen darse cuenta de lo que está en juego. Nos dicen que hace veinte años que periódicamente venimos gritando "al lobo", que aumentamos las inscripciones y declaramos no lograrlo.

Es verdad. Es la pura verdad. La empresa radical no tiene rentas, posiciones de poder adquiridas. Al igual que toda familia o empresa sana y no corrompida tiene que contar con el dinero que tiene en caja, con la demanda de democracia que llega y que consigue estimular a la opinión pública, con el apoyo de los destinatarios de su política que no son cortesanos o súbditos, sino ciudadanos libres. La primera vez fue en 1971, cuando en el congreso establecimos que el umbral mínimo para poder asegurar la existencia y la funcionalidad del Partido era de mil inscritos.

El razonamiento era simple. Pero sólo actualmente podemos apreciar la coherencia: al Partido radical, sólo al Partido radical corresponden tareas y batallas infinitamente desproporcionadas a sus fuerzas. Se trataba de defender la ley del divorcio que vencimos ante los reluctantes partidos laicos y que ponía en duda no sólo por el referéndum clerical sino sobre todo el rendimiento de los partidos que la habían votado. Estaban dispuestos a lo que les echasen con tal de no tener que afrontar el choque político con el "mundo católico". Se trataba de abrir la campaña a favor de la legalización del aborto.

Los miles inscritos llegaron y el Partido radical tuvo la fuerza necesaria para conducir al país a la gran victoria del divorcio del 13 de mayo de 1974 y de imponer la confrontación con el aborto.

19 años más tarde, esas mismas consideraciones serían muy actuales, inmediatamente comprensibles si pudiesen ser escuchadas. Al igual que por aquel entonces, el zurrón de las iniciativas está lleno. Al igual que por aquel entonces, enorme es la desproporción entre los objetivos que el Partido radical, sólo el Partido radical, puede realizar y sus recursos: la batalla para la reforma de la política y del sistema electoral en Italia, la lucha transnacional contra el nuevo totalitarismo que actualmente se enmascara tras el prohibicionismo de la droga, la creación efectiva de una internacional federalista no violenta capaz de dar respuestas positivas a los nuevos problemas del este europeo y a los viejos problemas del sur hambriento...

Son propósitos veleidosos, utópicos?. Nos hemos acostumbrado a oirlo repetir periódicamente, desde que cuando éramos cuatro gatos abrimos en Italia el frente de los derechos civiles, la práctica de la no violencia, el enfrentamiento con la partidocracia. Pero incluso cuando el lenguaje radical mismo entró en el uso común de la gente, ninguno de los palizas de turno eternamente incrédulos ha tenido la fuerza de reconocer su miopía. Actualmente, son más prudentes ante las dos palabras clave del desafío radical, transnacional y tranpartídico. La "razonable locura" de la refundación del partido como sujeto que ya no está vinculado a los esquemas tradicionales de la política nacional y partidista es acogida con más prudencia por parte de quienes se dan cuenta de que la democracia será progresivamente menos practicable en Italia si no se cuestiona el mecanismo electoral y la forma de partido misma; que al proceso de internacionalización de las decisiones políticas y de degradación de los parlamentos nacionales no

se le puede seguir dando una respuesta meramente defensiva. En resumidas cuentas, es necesario otorgar a las nuevas instituciones supranacionales todos aquellos mecanismos de control y de garantía parlamentarios si no se quiere permirtir que el poder se traslade a instituciones peligrosamente antidemocráticas. Pero, a pesar de estos reconocimientos parece ser que estas batallas, esta defensa empecinada de los valores de la democracia y del derecho, de la vida no valen 182.000 liras, que es lo que vale el carnet radical. Evidentemente, no se trata de lo que cuesta el carnet. Para muchos, 182.500 liras representan realmente lo supérfluo, menos del bono para el cine, el teatro, el gimnasio o ir a la peluquería. De hecho, sólo a aquellos a los que les cuesta trabajo, a los jubilados o a los estudiantes, saben reconocer el valor del carnet radical, de esta especie de seguro contra el robo de democracia, de esperanza en el cambio y en la posibilidad de mejorar la calidad de vida para todos.

Y bien?

Al igual que en 1972, al igual que en 1987, recordamos a los pocos a los que llegamos que el Partido radical no es, por suerte, un ente paraestatal que sobrevive independientemente de su utilidad y del consentimiento con el que cuenta. A diferencia de los demás partidos, no tenemos y no queremos tener cientos de empleados en los ayuntamientos, en el gobierno de la provincia y la región, en los ambulatorios de la Seguridad Social, en los ministerios o, en general, en las instituciones públicas que para vivir tienen que hacer que sobreviva a toda costa el partido gracias al que han encontrado trabajo. Ningún asesor, ningún consejero municipal o regional perdería su puesto si se disolviese el partido. Seis compañeros en total, es el mínimo esencial para que funcione la administración y el sector carnets, son los "únicos" dependeientes del partido. Así pues, podemos disolvernos sin confinar a la pobreza a nadie. En cualquier caso, tal vez personalmente, nos ocuparemos de estos seis compañeros.

Así pues, no está en juego, que quede bien claro, la supervivencia de nadie, sino "sólo" de las luchas y de los ideales del Partido. Y está en juego "sólo" la posibilidad de lograr que la política conquiste un centímetro más en el camino de la democracia, de la tolerancia y de las libertades.

Vale algo para vosotros?. Vale 182.000 liras?.

Queridas compañeras y queridos compañeros, en 1972 logramos el objetivo. Miles de personas respondieron confiando en primer lugar en sí mismas.

Y en 1990? Una vez más es de vosotros y con vosotros, que poseéis el privilegio de saber y también la responsabilidad de hacer que los demás sepan, que esperamos respuestas sobre cómo y si seguir adelante.

Cuántos de entre los que reciben este periódico, de entre la minoría que posee el privilegio de saber, escogerá la solidaridad en vez del silencio?

 
Argomenti correlati:
stampa questo documento invia questa pagina per mail