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Khramov Nikolaj - 2 marzo 1990
Más evidente en Urss que en Italia
Nikolai Jramov

SUMARIO: Nikolai Jramov es uno de los radicales más activos residentes en la Urss. A continuación reproducimos su intervención en el segundo congreso italiano del partido radical, en la que analiza la situación política de la Unión Soviética afirmando que la única respuesta que se puede dar a los pueblos que luchan por la libertad y la independencia en la Urss actual es el federalismo europeo. El autor ilustra la situación del Partido radical en la Unión Soviética, el desarrollo de las inscripciones, las iniciativas llevadas a cabo y las dificultades económicas.

(Noticias Radicales nº51 del 2 de marzo de 1990)

Doy gracias al destino por la oportunidad que me ha brindado de transcurrir una temporada en Roma, en el Partido radical, desde el último Consejo federal hasta el día de hoy. Ha sido un aprendizaje que me ha ayudado a comprender mejor la situación del Partido. Tal y como se suele decir, las cosas hay que vivirlas para saber lo que vale un peine. En particular, me he convencido de que uno de los problemas más importantes que nuestro Partido tiene que afrontar en la actualidad es la consecución de una dimensión realmente transnacional.

Lamentablemente, no conozco muy bien la situación en los demás países en los que existe nuestro Partido transnacional. Sin embargo, conozco algunas dificultades con las que nos encontramos en Budapest - dificultades que no son tanto de carácter técnico-organizativo cuanto de carácter meramente organizativo.

Por lo que se refiere a mi país, la Urss, puedo dar una opinión más o menos certera sobre las perspectivas de nuestro Partido; es más, puedo afirmar sin miedo a errar que la Urss podría desempeñar el papel principal de las actividades esenciales del Partido radical, por lo menos en lo que se refiere a las actividades fuera de las fronteras italianas.

Hablando de las actividades de nuestro Partido en la Urss, daré una visión de la situación tal y como yo la entiendo.

En primer lugar, existen conflictos entre las distintas naciones que componen la Unión Soviética, es decir los conflictos infranacionales, las hostilidades y tensiones entre los habitantes de Armenia, de Azerbaiyán y de Georgia. A veces los conflictos poseen raíces históricas, como es el caso de Armenia y Azerbaiyán. Otras, se crean artificialmente desde el Centro según el principio divide e impera, tal y como sucedió al inicio de la creación de la Unión soviética estalinista y como probablemente sucede con Georgia y Abkhacia.

Nosotros los radicales debemos garantizar una posición clara al respecto y no ambigua. O apoyamos la aspiración de los pueblos de la Urss a la libertad preveyendo la posibilidad de incluirlos en una Europa unida, o nos atenemos a la misma postura de los dirigentes conservadores soviéticos que intentan, con todas sus fuerzas, conservar "el imperio unido e indivisible", y de sus compinches occidentales de Malta. En este último caso, el Partido radical perderá la posibilidad de granjearse el interés y la simpatía de los soviéticos excepto los camisas negras y los Ligachov.

Nosotros no debemos decir simplemente a los demás y a nosotros mismo »estamos a favor de la libertad , pero no queremos desestabilizar la situación y crear obstáculos a los reformadores, hemos de comprender profundamente que la situación en la Urss no es análoga en absoluto a la de Checoslovaquia, Hungría o la República Democrática Alemana, aunque los cambios que se han producido en estos países son en cierta medida fruto de la perestroika de Gorbachov. Me atrevería a decir más todavía, incluso la política oficial no está dirigida a Praga, a Varsovia, a Berlín o a Budapest, sino más bien hacia Pequín o hacia la Bucarest pre-revolucionaria.

Pero la aspiración de los pueblos que se han despertado a la libertad de la perestroika es caminar hacia delante. Por mucho que hagan los que han iniciado esta perestroika, es imposible dar marcha atrás. La política que pretende conservar cueste lo que cueste el imperio que se derrumba es una locura peligrosa que puede comportar consecuencias mucho más terribles que las de Timisoara. Los tanques en Azerbaiyán y la sangre en las calles de Bakú podrían ser sólo el principio.

Dicho de otra manera, no es que el imperio no pueda entrar en la federación europea (obvio) sino que simplemente no puede seguir existiendo en el futuro.

Sin embargo, quisiera ver el problema desde otro punto de vista. Estoy convencido de que la Europa federativa no puede existir sin los pueblos que son una parte imprescindible y que ahora forman parte del imperio soviético: los letones, los lituanos, los georgianos, los estones y los demás. E incluiría también a todos los patrones del imperio puesto que un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser libre.

Por ello, considero particularmente importante la declaración especial aprobada por el último Consejo federal por iniciativa de algunos delegados de países de la Europa oriental. Dicha declaración señala que el Partido radical aspira a una Europa federada que unifique con derechos iguales a todos los pueblos y no sólo a los Estados.

Considero especialmente importante la resolución del Consejo federal de celebrar este año un seminario sobre los problemas nacionales en Lituania.

En 1989, en la Unión Soviética, 96 personas se inscribieron al Partido radical. En el primer mes de este año aproximadamente 120 personas manifestaron su deseo de inscribirse al Partido radical para el 1990. Qué es lo que llama la atención del Partido radical a las gentes en la Urss?. Pues su carácter transnacional. Es algo absolutamente nuevo, no sólo en Rusia, sino en todo el mundo, creo. Es algo evidente en la Urss, pero no lo es tanto para muchos aquí en Italia. En la Urss tenemos la fuerza y la voluntad para pasar a acciones concretas, para hacer que avance la política radical. No entraré en los particulares de nuestra actividad, me limitaré a enumerar algunas de las acciones del partido radical en la Urss: la manifestación del 23 de agosto del pasado año en Moscú, durante la que fue arrestado, entre otros, un radical italiano, Antonio Stango. La manifestación del 20 de octubre ante las embajadas de Italia y España contra las discriminaciones de la información en los países de la "democracia real". La

manifestación del 15 de noviembre ante la Embajada rumana en Moscú, en defensa de las víctimas del régimen de Ceaucescu y en solidaridad con nuestro compañero checoslovaco John Bok que apoyaba la petición de que se aboliese la pena de muerte en Checoslovaquia, el 17 de enero del presente año.

Los participantes en todas estas manifestaciones moscovitas fueron detenidos por la policía, multados y arrestados. Además, desde octubre del pasado año, publicamos en Moscú el periódico del Partido radical "Golodovka (huelga de hambre).

La decisión de publicar este periódico fue tomada durante el Consejo federal del pasado mes de septiembre. El Director, Dimitri Volchek se encuentra en esta sala (que no hay que confundir con Demetrio Volcic, enviado de la Rai a Moscú).

Sin embargo, existe un "pero" fundamental: se trata de nuestras condiciones económicas y financieras extremadamente limitadas. Perdonadme si cito algunas cifras.

El sueldo medio en la Urss es de 220 rublos, equivalentes a 35 dólares según el cambio oficial y de 11 dólares en el mercado negro.

Cien inscritos al Partido que han depositado una cuota de 22 rublos (la cuota de inscripción anual mínima establecida) darán un total de 2.200 rublos. En cambio, un ordenador con impresora cuesta 40 mil rublos. Diez minutos de conversación por teléfono con Roma cuestan 60 rublos. El alquiler de un local para la sede central cuesta 4.2000 rublos. Una octavilla con una tirada de 100 mil copias cuesta 15.000 rublos.

Sin mencionar el hecho de que ninguno de nosotros puede ni tan siquiera soñar con participar en un Congreso como el vuestro costeándose los gastos.

La base material principal del Partido radical, su fuente de autofinanciación principal sois vosotros, los inscritos italianos al Partido.

El Partido radical es el único partido en Italia, y tal vez en todo el mundo, que puede, quiere y hace algo en concreto por las fuerzas democráticas en la Europa oriental, y en particular por mi país. Sin embargo, actualmente nuestro Partido se halla con graves dificultades. Por una parte, para aplicar el principio de la autofinanciación tenemos que disponer de 50 mil inscritos en el mundo antes de finales de año, de los cuales 20.000 en Italia.

Cómo podemos hacer?

Yo invito a todos aquellos que creen en la libertad, la no violencia y el federalismo a inscribirse al Partido radical transnacional. Lo digo como activista demócrata en la Urss que confía en lograr dicha cifra.

Sin embargo, considero insuficiente limitarme a invitar a la gente a inscribirse al Partido radical. Me siento obligado a manifestar mi opinión sobre las soluciones del problema de los nuevos miembros en Italia.

La clave para la solución es la misma que en la Urss, es decir: la transnacionalidad. El Partido debe ser realmente en todo momento transnacional en todas partes, en Moscú y en Praga, y tal vez en primer lugar en Roma.

A este propósito tengo una propuesta concreta. Tal vez no tenga sentido hablar de ello aquí, ahora, en el congreso. Tal vez sería mejor discutirlo con Marco Pannella, Emma Bonino, Sergio Stanzani y Paolo Vigevano. Así que seré breve: mi experiencia de un mes de trabajo en el Partido, aquí en Roma, me impulsa a decir que es absolutamente indispenasble que algunos compañeros italianos trabajen en Budapest o en Moscú, como igualmente importante es la presencia constante en la sede central de Roma, en el centro político del Partido, de alguien que conozca bien el ruso y el italiano, la situación soviética y la italiana, que pueda realizar cotidianamente la conexión, la traducción y la coordinación entre Roma y Moscú.

Creo que es importante que alguno de nosotros, miembros soviéticos del Partido estemos aquí. A principios de enero hablé de ello con Vigevano y con los demás compañeros. Propuse la hipótesis de que tal vez la cosa no era tan disparatada. Ahora estoy totalmente convencido de la necesidad de dar este paso.

Para concluir, quisiera recordaros una vez más las palabras de la declaración general del último Consejo federal que a mi juicio son muy hermosas y comparan al partido con un enfermo que para vivir necesita sangre y oxígeno. Podéis ignorarlo y desinteresaros diciendo que la medicina no puede hacer nada. Pero si estuviese muriendo un ser querido, al que os sentís profundamente unidos, no actuariaís de esta manera. Hariaís todo lo posible por salvarla.

Sangre y oxígeno. 50 mil miembros. Pero ello será posible sólo cuando nos convirtamos realmente en un partido transnacional. He ahí la receta para sobrevivir.

El Partido radical tiene futuro sólo como Partido transnacional, estoy convencido. Este congreso italiano es para mí un congreso de esperanza también, de esperanza en un partido radical transnacional.

 
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