SUMARIO: [Transcripción de la intervención a lo largo del seminario "El Partido radical transnacional y la nueva Europa" - Praga, 15, 16 y 17 de junio de 1990]. Larga y compleja intervención en la que se confirman y profundizan algunos temas teóricos de la práctica del partido radical, a partir de la reivindicación intransigente "de la libertad y por lo tanto de la responsabilidad del individuo", es decir de la democracia política, en controversia con las "grandes" elaboraciones "programáticas, políticas" de las socialdemocracias europeas, que han pasado a ser papel mojado con respecto a los países del "comunismo real". Mientras tanto, los radicales se trasladaban hasta dichos países para manifestarse contra la ocupación soviética y el "entumecimiento" de la sociedad, las socialdemocracias y liberaldemocracias - la Europa "democrática", en resumidas cuentas - se preocupaba de arreglar sus asuntos en aquellos países en los que precisamente las "conquistas" sociales eran otorgadas por el poder, y no eran una c
onquista por "derecho". Las iniciativas radicales eran batallas "de clase" (y es erróneo decir, hoy por hoy, que la confrontación de clases ya no existe).
Occidente ha tolerado y apoyado el desarrollo de los totalitarismos; un error del que también son responsables los pacifistas, tanto los occidentales como los de inspiración comunista, con su "indiferencia" y su neutralidad con respecto a las violaciones del derecho. El Partido radical fue el único, permitiendo hasta que sus mejores hombres acabasen en la cárcel, que defendió intransigentemente los derechos del hombre, tanto en el Este como en Occidente.
Pero, tras la caída del comunismo, hay que andarse con ojo: en los países del Este actualmente, el riesgo estriba en no crear algo nuevo, sino en confiar en una auténtica partidocracia, y sobre todo volver a crear la Europa de 1919, con sus deterioros y sus nacionalismos. Hay que superarlos, hay que intentar darle a la ONU la "fuerza de acción" capaz de intervenir y de hacerse respetar para zanjar dichas controversias.
Lamentablemente, la única fuerza política que se mueve a partir de estos objetivos, el Partido Radical, corre peligro de extinción. Sería menester que se produjese una distinta política de la información - inexistente en todas partes, incluso en Occidente - para evitar dicha posibilitad.
La intervención profundiza algunos de los temas internacionales de mayor relieve, desde Sudáfrica, en donde el ANC de Nelson Mandela ha repudiado la no violencia de sus orígenes para favorecer la lucha armada, hasta Oriente Medio, pasando por Tíbet y China. Por último, Pannella trata la cuestión del prohibicionismo que está fomentando en todo el planeta, empezando por Estados Unidos, el enraizarse de una cultura de la pena de muerte. Hay que movilizarse inmediatamente.
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Decía Bettini(1), al comienzo de su exposición, que una de las características del Partido radical ha sido la capacidad de intervenir para que los procesos electivos y posteriormente decisionales, que en manos de la política y de la cultura dirigente hubiesen sido largos o largos en demasía, fuesen adoptados por la sociedad y las personas.
Creo que este es el punto central de la época que nos ha tocado vivir, caracterizada por este tan profundo divorcio entre ciencia-y-conocimiento y acción política.
Recuerdo que en 1971, François Miterrand (a él seguramente se le habrá olvidado) decía que el verdadero problema de nuestra época para una clase dirigente - por aquel entonces solía hablar de socialismo nuevo, yo digo para el humanismo actual, que es el medioambientalista - consistía en que a lo largo de los últimos cuarenta años la humanidad había venido acumulando más saber y más conocimientos que en los milenios anteriores. Los descubrimientos aumentan, los conocimientos del mundo y de las leyes que regulan o desregulan su existencia, descubrimientos capaces de revolucionar en sentido destructivo o constructivo la vida y el planeta, nos encontramos con que tanto Mitterrand como todos los demás - este, Occidente, Estados Unidos inclusive - los asesores de los presidentes no han sido escogidos entre aquellos capaces de gobernar este saber o de gobernar a través del saber.
Existe una convicción que nos ha impulsado en mayor o menor medida a todos para llegar hasta el Partido Radical, para quedarnos en él un día o una vida: que el problema de la libertad y por lo tanto de la responsabilidad del individual mismo tiempo el objetivo y la premisa indispensable para cualquier trabajo de edificación política y social.
No sé si el 80 o el 90 o el 99 por ciento de los que nos hemos acercado de una manera u otra, en uno u otro lugar, al Partido Radical, lo hemos hecho por nuestra convicción de que la democracia política representa lo menos malo de lo que se ha logrado concebir en términos de organización de la convivencia social, convencidos, algunos de nosotros, de que el mundo ya conocía los textos fundamentales de esta democracia política - vivida durante décadas a través de generaciones eurocéntricas en su cultura, y, por lo tanto, convencidos de que conociese dicha tecnología.
Me gustaría subrayar un aspecto del problema: que la democracia y la libertad política, histórica, son y deben ser también, subrayo el "también", una tecnología, una forma de vida: si nosotros consideramos que la tecnología tiene como contenido necesariamente lo que consideramos técnico, estamos cometiendo un error gravísimo.
Por ejemplo, la organización del derecho comporta tecnologías. No es pura coincidencia que en este mundo en el que decimos que el divorcio entre saber y poder, conocimiento y política llegua a sus más altas cuotas, como nunca en la historia, el estudio del derecho y la presencia de los que lo estudian, y la recepción de la atención al derecho y a los derechos de las distintas sociedades, cada vez es menos obvio de lo que debiera. Al igual que, a parte de las apariencias, cada vez es menos real.
A lo que nos estamos arriesgando en nuestra historia occidental - repito que este ha sido también uno de los motivos que forjaron la constitución del grupo radical, así como el leitmotiv de muchas de sus batallas - es que la elaboración de la política, incluso la mejor que concebir se pueda - pongo por ejemplo el plan Brand Norte-Sur - cuanto mejor se elaboraban, menos garantías teníamos de que se convirtiesen en leyes, es más teníamos la certidumbre de que se iban a quedar en papel mojado.
Las grandes elaboraciones, no ya ideológicas o culturales, sino las grandes elaboraciones programáticas, políticas, que se han llevado a cabo, y que surgen del fuero interno de la socialdemocracia o de la liberaldemocracia a lo largo de los últimos setenta u ochenta años, todas sin excepción se han convertido en papel mojado; la lógica de los hombres no ha logrado gobernar la lógica de las cosas, y la lógica de las cosas, por dicha convivencia con una lógica de los hombres incapaces de convertirlas en ley y convertirlas en comportamiento y en decisión, ha pasado a ser una lógica mortal.
Por ello, si alguna duda me cabe sobre mi historia, es la de no haber sido suficientemente feroz, y Dios sabe si lo fui o no, en mi defensa cada instante de la absoluta, no solo superioridad de la democracia, sino necesidad de no tolerar excepciones a los principios de la democracia política y las heridas ultrajadas a la democracia política; y sin embargo, se me considera un extremista de la defensa de los derechos del individuo, de los derechos pero también del derecho.
Esta premisa era menester para que no quepan dudas sobre lo que diré de ahora en adelante: creo que el encontronazo entre ambos imperios, el estadounidense y el soviético, y sus sucursales, es, de alguna manera, realmente un encontronazo entre el bien y el mal. Entre el bien y el mal histórico, por supuesto, pues un no violento, un laico sabe que la noción de bien es histórica y que si cristalizásemos lo que aparenta ser bien o lo es en un momento determinado del acontecer de la conciencia individual o histórica colectiva humana, a través de esta cristalización, estaríamos llevando a cabo exactamente la operación de garantizar fuerza al mal, porque el bien que permanece igual a sí mismo no puede ser más que el mal de hoy o del día de mañana.
El mal son las instituciones escleróticas, con el entumecimiento de la vida del individuo y la vida de las sociedades.
Por lo tanto, no me cabe la menor dudad de que los motivos por los que casi simbólicamente (pero a la par físicamente, corporalmente), durante años, o décadas, testarudamente vinimos a Checoslovaquia, a Rusia, a Bulgaria, a Alemania del Este, a Polonia, a Hungría, a Bulgaria, en calidad de clandestinos, para desestabilizar los regímenes y los órdenes existentes, hoy por hoy constituyen el elemento máximo de continuidad que quiero respetar como Partido radical.
Tal vez no quede suficientemente claro que con la política oficial de Occidente, de las socialdemocracias al igual que las liberaldemocracias, con más excepciones tal vez entre las individualidades liberaldemocráticas que entre las socialdemocráticas, se ha producido una política de promoción activa del orden totalitario en vuestros países.
Nosotros veníamos para que nos arrestasen por problemas concretos. En septiembre de 1968, logramos - lo cual fue un milagro considerando que el partido estaba compuesto por sólo trescientos o quinientos inscritos - manifestarnos a la misma hora contra la ocupación de Checoslovaquia, en Moscú, Sofía o en Berlín este, en todos los países del Pacto de Varsovia que ocupaban, ayudaban a la ocupación de Checoslovaquia. Recuerdo el texto de la octavilla que distribuía, recuerdo que en búlgaro el número de copias ascendía a cerca de tres mil, distribuimos 2.600 (quiero recuperar dicho texto, a través de la policía secreta búlgara, como documento histórico). Escribíamos en búlgaro a partir de una interpretación de la legalidad constitucional búlgara y era una acción inconstitucional y anticonstitucional, según la mismísima Constitución búlgara figurar entre las fuerzas ocupadoras en Checoslovaquia o apoyarlas.
Pues bien, en aquellos días sin lugar a duda los embajadores de los Estados occidentales, los hombres de negocios de la Fíat, de la Volkswagen, de la Ford en viaje de negocios, venían a estas capitales con la absoluta convicción de que el orden totalitario en el imperio soviético era necesario en el mundo.
No podemos olvidarlo, de lo contrario, ante la relativa escasez de participación de amigos, por ejemplo checoslovacos en este seminario, no podríamos considerarnos más que totalmente derrotados.
Me ayuda el recuerdo, la memoria y la inteligencia del por qué nos hallábamos prácticamente aislados, cuando luchábamos y veníamos, para ser, en el mejor de los casos, expulsados de todos los países del Pacto de Varsovia.
Así pues, cabe comprender que los eventos que siguieron al desmoronamiento del imperio soviético tuvieron lugar, probablemente, debido a la imposición, entre otras cosas, de continuar con la carrera armamentista que lo empobrecía, lo paralizaba, lo destruía. Esta ha sido la estrategia del complejo militar e industrial de Occidente, que ha forjado la crisis históricamente, tras décadas, del imperio soviético, obligándolo progresivamente a invertir en el campo militar, con gastos no productivos, con gastos, a nivel histórico, a largo plazo, además de asesinas, suicidas.
Por lo tanto, si hablamos de los modelos que se están adoptando en el postcomunismo, en el este europeo, entonces debemos atesorar el informe entero de Bettini y la historia entera del Partido Radical. Que qué pretendo decir?
Pues que si yo reivindico casi de forma maniquea todo el bien histórico en Occidente, todo el mal histórico en el imperio soviético, está claro cómo lo he hecho, consciente que se trata de un acto de voluntad y que no corresponde en absoluto a la realidad histórica. Cuando Bettini recuerda que existen algunos sectores (no son muchos, pero los hoy, de la sociedad) del terreno, del territorio, del habitar del imperio soviético, del comunismo real, en condiciones mejores de las que se encuentra el otro imperio, puedo añadir otra prueba: que las grandes luchas que nosotros en calidad de radicales llevamos a cabo en la sociedad italiana - las luchas para el divorcio y para el aborto - aquí, por el contrario, fueron imposiciones u opciones de los regímenes socialistas.
Vosotros no podías librar dichas batallas, y sin embargo eran batallas de libertad, de liberación: no estábamos a favor del divorcio o del aborto, sino a favor de que el derecho regulase de la forma más positiva los problemas relacionados con los azotes de la cultura y de la sociedad actual, como el aborto clandestino masivo y la ruptura de facto de las familias, que no permitía, salvo a los acomodados - en Occidente - reconstruir una nueva familia a no ser a través del divorcio.
En este sentido, a la par que Bettini, quisiera decir que nuestras batallas fueron democráticas y de clase; lo subrayo: democráticas y de clase, y debemos evitar echar por la ventana al niño a la vez que echamos el agua sucia en la que le bañamos, pues cuando pensamos en las batallas de clase, en las confrontaciones de clase, en la lucha de clases, no podemos y no debemos cometer el error histórico de considerar que la lucha de clases empezó con el leninismo, mientras la noción misma del Tercer Estado, actualmente del Cuarto, estaba profundamente presente como elemento constitutivo en la Revolución Francesa y en la revolución burguesa.
Actualmente, nos arriesgamos a aseverar indiscriminadamente que las clases, los grupos sociales, ya no existen en cuanto portadores, los unos o los otros, de valores, lo cual no es cierto: existe el Tercer Estado de aquellos que son proletariarizados, es decir que no tienen ningún poder, en Occidente. Existe el problema del poder y de los derechos con respecto al poder del Estado, del Leviatán del Estado, y eso es un problema mundial.
Y ahora que en Europa hemos abatido el aspecto más monstruoso de este siglo (más que el nazismo por su extensión y duración) el comunismo real, no tenemos que olvidar que, en el mundo, sigue gravando sobre cientos de millones o miles de millones de personas. Yo no comparto, de hecho, la infravaloración de las monstruosidades en el seno de la historia china y el comunismo chino.
En realidad, no ha habido un XX Congreso, como el del Partido Comunista soviético, con un Jrushev que escoja contar las cosas, pero ni que decir tiene que esta batalla que hemos vencido en Europa es una batalla que en el mundo está aún por librar para evitar que vuelva a suceder lo que antes comentaba: si se hubiesen otorgado ayudas, ayudas deliberadas, claras, por parte de Occidente y de la socialdemocracia, a los demócratas y a los ciudadanos, a los pueblos del imperio soviético, lo que ha sucedido ahora probablemente hubiese podido suceder hace veinte años.
La indiferencia, idéntica culturalmente a la que en 1938 condujo a los acuerdos de Munich de Inglaterra y Francia con la Alemania nazi y la Italia fascista, se ha repetido bajo la guerra fría, por parte del Occidente pacifista. Jamás, como partido, como partido de la no violencia gandhiana que somos, jamás fuimos un partido pacifista. El pacifismo ha producido a lo largo de la historia crímenes que aún hay que ilustrar: los pacifistas franceses, los pacifistas occidentales, han adoptado durante mucho tiempo, con respecto al fascismo y al nazismo, una postura neutral entre sus gobiernos y los nazis y fascistas; ellos lo único que querían era que no se armasen sus gobiernos y que no se reaccionase de forma armada a las violencias de los nazis y de los fascistas.
El pacifismo de los años 50, de inspiración comunista, desciende netamente con este pacifismo vil e irresponsable; el no violento, y nosotros hemos sido siempre no violentos, va por el contrario a atacar las raíces de la no violencia y de las manifestaciones de la violencia y es no violento porque cree que las armas de la no violencia son más fuertes, podría decir paradójicamente, entre comillas, más violentas, más fuertes, a corto y a largo plazo, que las armas de la violencia. Pues las armas de la no violencia son las manos desnudas, los cuerpos desnudos de miles de millones de personas, de mujeres y hombres, mientras la fuerza de la violencia militar se basa en la reducción de la esclavitud de aquellos para enviarles a morir en las guerras, y la elección violenta militar se traduce siempre en catástrofe. Todos los mitos de este siglo, los mitos que en Occidente han sido fortísimos, precisamente mitos de medios de comunicación de masas, mitos de póster, como Che Guevara, los mártires, los héroes, son el pr
oducto, son prácticamente el producto de la elección de Occidente a favor de ciertas oposiciones contra otras, por ejemplo las de los monjes budistas que representaban a la mayor parte de la población de aquella zona y que fueron arrasados porque el Occidente liberaldemócrata y socialdemócrata creyó siempre, a lo largo de este siglo, en las armas tradicionales, en una concepción tradicional y antigua de las relaciones internacionales y también de las guerras de liberación. Por ejemplo, la dictadura indochina, con la realidad de la Camboya, del Vietnam actual.
Así pues, para llegar lo más rápidamente posible a hablar del Partido radical aquí y ahora, quisiera partir de una premisa. quisiera recordar a nosotros mismos y decirles a los compañeros más jóvenes - jóvenes como compañeros - que quiero introducirme en un debate que inició aquí ayer por la noche, a propósito de la palabra compañero(2). Cuando casi toda la izquierda en Italia se hallaba en páramos estalinistas, y nosotros éramos ferozmente antiestalinistas y anticomunistas en este sentido, dijimos que no queríamos abandonar en manos de aquella izquierda ni tan siquiera la palabra "compañero", pues compañero en la etimología latina es espléndida palabra: aquél que comparte el pan con otro.
Por lo tanto - le agradezco a Paolo Vigevano(3) que me lo ha recordado - decíamos que no queríamos dejar en manos de estos adversarios el monopolio que no merecen de esta palabra; el tiempo lentamente nos ha dado razón.
Debo decir que compañero no puede traducirse como "tavarich", pues no posee aquella matriz, aquella etimología, ni tiene tan siquiera un valor de intercambio, de socio considerándolo en una mercancía, de la misma manera que no acepto que compañero se traduzca como camarada, que tiene una matriz más militar, compañero de habitación, de cuartel, por eso yo no digo "camarada"(4), pues camaradas se llamaban los fascistas.
Ahora bien, somos tolerantes; personalmente las primeras veces que salí en televisión en Italia, decía "compañeros y compañeras", "amigas y amigos", "hermanos y hermanas", es decir, evocaba todas las maneras que existían históricamente para indicar a aquellas personas que mantienen una relación positiva de diálogo y de lucha común.
Empecemos con establecer si nos llamamos compañero, no quiero que se traduzca "tavarich"; habrá que traducirlo de forma etimológica, en todo caso, y no política, porque en el periodo en el que los compañeros, los camaradas, los "tovarichs" eran la misma cosa se usó violencia en el valor de la palabra compañero, por motivos de homologación política; se cierra el paréntesis.
Decía que me parece importante, reanudando las palabras de Bettini, partir del siguiente dato: ante la divorcio entre ciencia y política, entre conocimiento y poder, entre los acontecimientos históricos que hemos vivido, nosotros hemos contado con otra característica, ajena a Occidente, única y exclusiva. El Partido radical de pocos cientos de militantes, que sin embargo, lograba en Italia provocar grandes reformas fundamentales que se repercutían posteriormente en las alineaciones políticas generales, durante un cierto periodo de tiempo ha venido representando el único ejemplo de partidos en el que el militante, - regularmente, la verdad - conocía la cárcel viviendo en países de pretendida democracia política.
De Roberto Cicciomessere(5), que se tiró tres o cuatro meses en la cárcel por objetor de conciencia, a Olivier Dupuis(6), que hace tres años se tiró once meses en la cárcel por objetor de conciencia, pasando por Emma Bonino(7), que ha pasado poco tiempo en la cárcel, pero lo ha pasado. Como Adele Faccio(8), que al igual que Adelaide(9) y Emma luchando por la cuestión del aborto, pasó tres meses entre rejas.
El primero y el único secretario de un partido - entre comillas - democrático que en Italia, y creo en Europa occidental, los responsables de los movimientos extraparlamentarios inclusive, aunque no me refiero a los terroristas, el único secretario de un partido democrático, no violento, occidental que ha estado en la cárcel durante más de uno o dos meses es Gianfranco Spadaccia(10).
Hay algo curioso: nosotros vivíamos en la democracia política - entre comillas - vosotros vivíais en países totalitarios; el Partido radical era radicalmente no violento, y sin embargo es un partido de restos de cárcel, de poco cárcel desde el punto de vista de la cantidad de tiempo, considerando los parámetros de por aquí. Pero todos, o casi todos han pasado por la cárcel.
Debéis comprender y saber que en los actualmente 3600 inscritos a vuestro partido, a nuestro partido, existen en Italia más de cien encarcelados, pero entre ellos los peores asesinos de las cárceles; algunos de los personajes más monstruosos se han inscrito a nuestro partido como partido de la vida del derecho y del derecho a la vida, llegando a comprender que la importancia de la vida derecho a través de su exigencia personal de que se le garantizase el derecho a vivir, su propio derecho a la vida.
Esta realidad es ignorada. Y llegamos al punto central del problema: aquí se halla el mundo del imperio vencedor por cultura, al que nosotros hemos concurrido con todo nuestro cuerpo, y no sólo con toda nuestra alma, conscientes para que venciese, pues sabíamos que en esta confrontación se hallaba la victoria de un imperio sobre otro y no podíamos pensar en realizarlo políticamente - en la actualidad - nuestra victoria, con respecto a ambos imperios.
Acordaos del congreso de Budapest, que parece estar lejos años luz, pues cuandos establecimos celebrar el congreso en Yugoslavia y posteriormente en Hungría todavía estaba en pie el telón de acero; todos decían que no se podía. Es algo increíble: han pasado catorce meses y, os garantizo, han pasado tantas muertes del Partido Radical desde aquel momento, tantos fallecimientos nuestros, tantos acontecimientos, tantos, incluso objetivos, que nos olvidamos de que nosotros hemos convocado un congreso en un país de democracia popular en el que todas las fuerzas anticomunistas del lugar consideraban imposible que el gobierno autorizase un congreso no comunista.
Tanto es así que cuando luego el gobierno se dejó convencer para organizarlo, los anticomunistas húngaros andaban amargados y escamados por el hecho de que lo hubiésemos logrado.
Así fue como el Telón de Acero - dijimos nosotros - cayó: todos decían que no, tanto es así que se creía que el muro de Berlín iba a durar todavía varios años más.
Actualmente, debemos decir que los motivos por los que nosotros estuvimos entre rejas en Occidente son los mismos por los que veníamos por aquí y llevábamos a cabo pequeñas acciones que testimoniasen, como suplencia, opuestas a las que el imperio occidental llevaba a cabo aquí, incluso en los periodos de guerra fría pues la política imperial occidental siempre ha consistido en no tocar la estabilidad de los regímenes del orden comunista, para vencer estratégicamente o sobre todo para neutralizarlo, para desalentarlo a intentar dominar en otros lugares. Toda la política de Occidente no ha sido anticomunista para liberar los derechos de las víctimas del orden comunista, sino simplemente porque tenía miedo de que el orden comunista del imperio conquistase otros espacios en el mundo y nutriese la desestabilización de sus propios regímenes. Toda la acción de Occidente y de los que se dan en llamar liberaldemócratas y socialdemócratas tenía por objeto solamente impedir que el imperio soviético y los comunistas, gr
acias a la ayuda del Estado-imperio, hiciesen que cayese su poder en su imperio.
Esto es algo que cabe comprender en profundidad: no ha habido voluntad alguna de defensa de los derechos de las mujeres y de los hombres del imperio soviético. La socialdemocracia es eso. Por otra parte, durante la guerra de España, gobernaba en Francia el frente popular y el más acreditado y prestigioso de los socialistas europeos, Léon Blum, y sin embargo la Francia del Frente Popular, ante una Alemania y el fascismo que iba a España para garantizar la conquista fascista de un estado republicano y democrático no envió ni una sola ayuda; mantuvo una postura neutral. Los soviéticos, por el contrario, tuvieron un encontronazo directo: o una España fascista o una España estalinista. Esta era, por aquel entonces, la lógica reinante.
Durante la guerra fría la lógica fue la de guerrear por terceras personas, es decir a través del Tercer Mundo. Yo, personalmente, en 1951, tenía veintiún años, cuando se produjo una controversia de lo más acalorada en Roma, mejor dicho en Ostia(ciudad del Lacio, n.d.t.), con el Presidente de la Unión Internacional de Estudiantes.
Acusé a la Unión de masacre de estudiantes del Tercer Mundo pues si había un semestre de diálogo este-oeste, permitían que los estudiantes del Tercer Mundo fuesen arrestados y fusilados por sus regímenes, sin rechistar. Si se reanudaba la conflictividad dura, por el contrario, brindaban ayudas e instigaban a los estudiantes para que se rebelasen y en ese momento les protegían.
Quiero decir que ya al inicio de los años 50 era evidente cuánto cinismo discurría en el enfrentamiento entre este y oeste. Sobre todo por parte del este, movilizado para apoyar dictaduras militares burguesas, en el Tercer Mundo, creyendo que éstas diesen mejores garantías de revuelta contra los regímenes y la ideología democrática, y posteriormente usaba a los estudiantes revolucionarios o a los estudiantes demócratas como mercancía, como carne de cañón.
No estoy de acuerdo con Bettini cuando dice que los estudiantes del Tercer Mundo que se formaron en Moscú, y en Praga sobre todo, por lo general en economía, se hayan convertido en una clase dirigente interesante. No estoy de acuerdo porque siguiéndoles en su concreto intento por convertirse en clase dirigente en su mundo, cuando volvían, ignorando totalmente y considerando totalmente que la democracia política no era más que superestructura engañosa, y obstáculo para la realización de la moralidad de la economía y las decisiones clasistas, han sido siempre colaboradores de los carniceros, si los carniceros les han contratado como colaboradores; de lo contrario han sido carniceros.
Quiero decir que no habiendo contado con la enseñanza de la democracia - incluso como tecnología de la lentitud de la reforma democrática, con la introducción del consenso crítico - en realidad, luego se convirtieron, volviendo a sus casas, en un elemento puntual y fijo de la tragedia a favor de los que por lo general estaban en el poder en todo el Tercer Mundo.
Pero, volvamos a nosotros: en el congreso de Budapest estaba representada por la inteligencia histórica y la vida física de los radicales, la vida de aquellos que se habían ocupado toda su vida de la cárcel, de la cárcel política ( dónde andaba la política?), de la cárcel en el este, pero también de la cárcel y de los manicomios en el oeste, que habían librado batallas en pro de los encarcelados, en pro de aquellos que no tenían el derecho sobre su propio matrimonio, para impedir que decenas de millones de mujeres en Occidente fuesen masacradas con abortos clandestinos, que derramasen sangre, que habían defendido las minorías sexuales haciendo de ello motivo de escándalo, pero a la par de reivindicación de una sexualidad distinta para todos, con la introducción de la no violencia, y del diálogo, de estos valores incluso a nivel sexual, físico, corporal, como elemento de revuelta de una de las formas de represión más graves de la sociedad y no sólo de los Estados.
En Budapest maduró en nosotros la convicción de que las decisiones postcomunistas, de cuyo aspecto problemático nosotros estábamos al corriente desde hacía meses, corrían el riesgo de que pasasen a ser democracia real, partidocracias, y que no fuesen democráticas, sino nacionalpartidocráticas, en vez de ser social, política e históricamente democráticas.
Actualmente, nos hallamos ante un escenario que es trágico: estamos asistiendo a decisiones postcomunistas que son peligrosas en términos de libertad y de derecho, incluso a corto plazo y no sólo a corto y medio plazo.
En Rumania, la situación está clara: existen los herederos de Ceaucescu en el poder; para poder quedarse en el poder han asesinado "ceaucescanamente" a Ceaucescu, y ya lo dijimos en su día, era evidente. Los que se presentan como adversarios y enemigos victoriosos de Ceaucescu son por lo general los herederos victoriosos de Ceaucescu son los herederos de Ceaucescu, que para poder tomar la herencia han matado a su padre, según las costumbres de su familia que habían adquirido y que el ojo morado de nuestra compañera ayer aquí nos recordaba, con tan intensa plasticidad, de forma física y nítida.
Nosotros nos llamamos a engaños ante lo que está teniendo lugar en Checoslovaquia: la cultura política del Presidente Havel, y lo digo con enorme respeto, con enorme simpatía, es la misma cultura que ha conducido a Europa dos veces a los desastres y las personas dignas de admiración como Havel a morir asesinados.
Nosotros estamos, vosotros estáis reconstruyendo la Europa de 1919. No es cierto que el imperio austro-húngaro haya muerto por desmoronamiento propio; murió porque era la única realidad europea multinacional, multiétnica, multirreligiosa y fue asesinada por un siglo que se identificó, como su demonio personal, con el romanticismo nacionalista, el romanticismo nacional. Todo lo que vino después - nazismo, fascismo, guerra mundial y comunismo - son también consecuencia de ello.
Por qué la Europa del 19, que al cabo de poquísimos años produjo fascismo o nazismo o pobreza, dictaduras o comunismo, era una Europa en gran parte socialdemócrata? Vosotros creéis que no existía ninguna responsabilidad? Desde luego, los asesinos eran los otros, y ellos fueron los asesinados, pero en el terreno de su cultura los asesinos pudieron vencer o pudieron vencer tan fácilmente: la cultura socialdemócrata y liberaldemócrata de Occidente ha establecido que las cosas iban bien y que a partir de los nuevos tratados de Viena, Yalta, los pueblos debían pertenecer a la misma religión civil y estatal de sus soberanos.
Pues bien, hemos visto qué es lo que ha producido la división por Estados nacionales, el abandono del internacionalismo, de la internacionalidad y de la transnacionalidad: pensemos en España, en Francia que se deja vencer en treinta días por los nazis. Excepto en aquellos lugares en los que la democracia continental ha sido socialdemócrata y monárquica (en Escandinavia, por ejemplo), consecuencia del desmoronamiento de los estados nacionales ha sido el comunismo o el fascismo.
Actualmente, qué lo vuelve a constituir? El Estado nacional checoslovaco, el Estado nacional Húngaro.
Democracia, para nosotros, significa superar el divorcio entre política y poder, posibilidad de traducirlo en política. El Estado nacional no puede hacerlo; creo que en todo caso nosotros debemos proponer el Estado danubiano, en el sentido de la Agencia del Danubio, pues entonces tendría sentido, en el territorio, en la manera en la que las cosas viven actualmente.
Pero, he aquí los fundamentos de nuestra postura federalista europea: queremos plantear el trágico problema de la Segunda sociedad de las Naciones. Contamos con la ONU, pero sin no planteamos el problema de la fuerza de ley, de la fuerza jurídica planetaria, si no resolvemos - veis los problemas del derecho? - si no logramos hacer lo posible para que lo que se aprueba en la ONU (entre comillas, pues ya no existe la ONU), tenga fuerza de acción, fuerza de ley, volveremos a vivir, de forma alucinante, el escenario de los años 30, tal y como ya lo estamos viviendo en Praga.
Decirlo a tiempo no es suficiente, pues yo creo que nosotros hubiésemos venido a una Checoslovaquia todavía ocupada y oprimida, y hubiésemos distribuido cuatro mil octavillas diciendo este tipo de cosas, creo que las octavillas se hubiesen distribuido, leído en casa, o entre amigos, hubiésemos contado con cuarenta mil checoslovacos que hubiesen reflexionado sobre una propuesta política actual. Por el contrario, hemos desmovilizado, pues la noción de pasar del imperio soviético al occidental ha desmovilizado, pues justamente - comprensiblemente no justamente - aquí el problema estribaba sobre todo en la liberación del opresor, mientras que en realidad el problema histórico nuestro es siempre el del sí, no el del no, y no había madurado, pues excepto el Partido radical, nadie había venido a lo largo de estas décadas para explicar que era necesario conquistar democracia para sí y para los demás, y no sólo conquistar el paso de un imperio a otro.
Sin embargo, ahora, urgen otras cosas.
El Partido radical: estamos aquí, diputados socialdemócratas, verdes y "arcobaleno". "Sole che ride", federalistas europeo, para testimoniar que somos transpartídicos. Habrá con nosotros, cuarenta o cincuenta compañeros o amigos o hermanas o hermanos checoslovacos: cabe formularse una pregunta.
A la pregunta hemos intentado dar una respuesta con el congreso de Budapest y con nuestros consejos federales. En Budapest dijimos que la realidad de las comunicaciones de masas en la aldea global del sistema occidental ubica a los pensamientos y a las fuerzas de oposición y de minoría verdaderas, culturales, en condiciones de imposibilidad de propaganda, obteniendo los resultados que en su día se obtenían sólo gracias a las dictaduras.
La inflación de la información, la multiplicación por mil incluso de los ejemplares de los periódicos, la cuestión de la televisión, los libros publicados por millones, todo ello obtiene - a través de una técnica distinta - lo que era el interés y la necesidad de las dictaduras, de las menos científicas, como la fascista. Esta necesitaba que la gente no supiese demasiadas cosas y lo obtenía por aquel entonces de una manera determinada. El Partido Radical no logra por ejemplo contar con veinte militantes en Francia. Nuestra Kabul es París y habría que acabar con ella. En Moscú contamos con unos cientos de militantes, aquí en Praga también. Estos cientos, para convertirse en miles, necesitan, necesitamos, una información, un vivir juntos que no logramos.
Si no nos esforzamos, no lograremos mantener en vida el sujeto Partido radical - porque por el momento es el único, este sujeto político que somos de 3.500 personas, en cuyo seno figuran subproletarios, gente que está en la cárcel, asesinos (por supuesto, asesinos, no personas que quieren asesinar, sino gente que ha asesinado) burgueses, diputados, restos de cárcel, heterosexuales, bisexuales, homosexuales, drogadictos, drogados, drogantes, bajo distintas formas - si nosotros no logramos, tal y como somos, crecer, yo creo que salta por los aires algo que no se podrá recuperar luego.
Desde luego, se pueden crear asociaciones de juristas, Trilaterales, noséqué, pero creo que todo esto se convierte en algo cerrado, encerrado en los edificios y no [...]
En resumidas cuentas, nosotros mismos contamos con una dificultad. Cuando nosotros, entre los italianos, nos planteamos la cuestión de nuestra presencia en Italia, el problema es el siguiente: hay momentos en los que ser del Partido radical es una necesidad individual, una decisión, por supuesto, de la que sin embargo no se puede prescindir; fuimos fuertes en el momento en el que la característica de nuestro estar juntos era esta, mientras que ahora a menudo seguimos estando juntos sólo por el hecho de que estuvimos juntos, o porque somos todos diputados o senadores o políticos, o tenemos el "haber" de nuestras historias (no quiero decir más cosas), que han tenido éxito moral, ideal, civil e incluso, en algunos casos, institucional.
Un partido no violento - llegamos con ello a otro punto - es un partido de gente que se une por la felicidad que ello le provoca, por convencimiento, por necesidad. Un partido no violento es la respuesta adecuada - a nivel teórico - a la sociedad de la opulencia suicida, pues a través de las técnicas no violentas y el vivir no violento, a través de la abstención personal, no de sacrificio, del alimentarse, a través de la provocación infligida al poder, se y decir "yo estaba, méteme entre rejas si quieres, así se cambiarán las leyes", he ahí la lucha de los humildes, la lucha de los que no tienen en sus manos ningún botín de ningún tipo al final de la jornada.
Pero todo ello es también tecnología, es decir es también una técnica, es una forma de vida un modo de organizarse, un modo de armarse, no "contra" sino "por" las cosas que nos dan felicidad, esperanzas; para hacerlo, en calidad de laicos, debemos, pura y simplemente, resolver los problemas de los lugares en los que nuestros cuerpos se hallan, en los que inscribirnos y traducir las cartas que nos enviamos.
Desde luego, estamos unidos por la capacidad de llevar a cabo gestos que hablan, que son comunicación, y esto es precisamente lo que más se identifica con la no violencia y la técnica no violenta, pero la realidad es que habíamos intuido, con el congreso de Budapest, que actualmente nosotros los encarcelados, nosotros subproletarios, nosotros jipilongos, nosotros víctimas, nosotros pobres cualesquiera, nosotros diputados, debíamos aportar algo a las clases dirigentes.
El congreso de Budapest decía lo siguiente: "debemos hacer que se aplique la no violencia", dirigido a las clases dirigentes del este de Europa, a los Havel y a los demás, pues de ellos puede llegar la convicción, la comprensión de la necesidad de la estructura transpartídica y transnacional, y por lo tanto dar una contribución a la vida, porque incluso los poderosos de nuestros días deben hallar ante sí, y muy pronto será así, el sentido de su impotencia.
Ello puede darles humildad, en vez de darles sólo rabia y miedo. Si reconstruimos las naciones, los parlamentos nacionales, las leyes nacionales, las reformas nacionales, si se cree que se puede crear la sociedad de derecho, hacer esta revolución liberal y humana creando el partido socialdemócrata, el partido liberal húngaro, luego el checo, luego el eslovaco, o cosas por el estilo, no hay respiro posible, no hay lapsus, el divorcio entre el saber medioambientalista y la política del territorio, de la salvación del planeta, pero también de la salvación del Danubio, o la salvación de la gente de las ciudades de aquí, corremos el riesgo de dilapidar todo ello.
Nosotros hemos dicho que estamos atravesando un momento de grave y honda crisis del partido, con gestión extraordinaria, legal pero extraordinaria, congresalmente deliberada pero extraordinaria, pues no contamos con los medios para que funciones nuestra gestión ordinaria, no tenemos dinero porque no tenemos suficientes inscritos. Tuvimos una razonabilísima esperanza de que en Italia, en donde existe ocho mil ayuntamientos aproximadamente, un comunista por ayuntamiento - para dar una dimensión - se inscribiese inmediatamente, en enero o febrero, a nuestro partido; nuestro cálculo consistía en que si se hubiesen producido ocho mil inscripciones en Italia, de un millón y cuatrocientos mil inscritos al Partido Comunista Italiano, hubiésemos contado con el dinero y las energías necesarias para producir propaganda masiva, textos masivos en la Unión Soviética, en Checoslovaquia, y en todas partes en el este. Un número de inscritos capaz de permitir a las clases dirigentes y a los ciudadanos llevar a cabo todo lo di
cho.
Al haber brillado por su ausencia dicho rigor y dicha generosidad intelectual, el gran proyecto de reforma del Partido Comunista Italiano, al faltar la mercancía de la coherencia y de la generosidad que es la única fuerza en algunos momentos necesaria, es probable que no lo logremos, a no ser que vosotros no logréis milagros de inscripción en Rusia, en Hungría y en otros lugares. Por lo tanto: esta es la situación en la que nos hallamos, así están las cosas. Estamos aquí y es como si hubiésemos ido a Francia o a Inglaterra: esta es la dimensión de escucha, esta es la dimensión de las movilizaciones. Debemos obtener, en primer lugar, consecuencias individuales para cada uno de nosotros.
Quisiera tratar brevemente otros temas.
Sudáfrica, en primer lugar. Es realmente dramático o trágico el modo en que se afronta la situación en Sudáfrica.
Le he preguntado a Mandela, ante todos los parlamentarios: el hecho de que la ANC renuncie a la violencia que está escrita en sus cartas y no sólo estatutarias, sino también en sus mociones políticas de hace dos meses - y Mandela las llama hostilidades - como diciendo que la guerra civil es como una guerra, etc., el pasar de la violencia a la no violencia, el volver a los orígenes de la ANC (que eran gandhianos) es una concesión que vosotros queréis brindar al adversario o es necesario para el crecimiento de la ANC, el crecimiento del gobierno negro y de la alternativa del gobierno de los negros?
Ni siquiera me ha contestado, pues no podía contestar, pues él no ve las cosas de esa manera. La tesis oficial es: sólo cuando hayamos realizado una votación abandonaremos las hostilidades. «Las hostilidades las creas tú pues estás en el poder! Es la tesis de Fidel, es la tesis de todas las dictaduras del proletariado.
Así pues, una lectura no violenta suponía y supone plantearse el problema de las decisiones y de las alternativas.
Nosotros teníamos más héroes y mártires comunistas del fascismo que de cualquier otra formación política; cuando fuimos liberados del fascismo, el setenta por ciento de los héroes o de los mártires que habían estado en las cárceles, al salir optaron por el estalinismo, ello causó una decisión en bloque.
Mandela se ha convertido en todo el mundo en el emblema de la libertad sólo porque ha estado veintisiete años en la cárcel? Todos hemos luchados para liberarlo, pero no olvidaremos que en los Estados de democracia occidental, o en los Estados de por aquí más todavía, hubiese sido condenado a pena de muerte o a cadena perpetua.
Mandela había establecido que se debía luchar para liberar al pueblo a través de la organización militar de la resistencia, según la cultura de aquellas gentes, y había así lo organizó: fue arrestado y en el juicio reivindicó la moralidad de la elección militar, de la elección de la violencia, y ha dicho que era necesario: vosotros creáis el apartheid, para liberarnos nosotros hacemos la guerra.
Ahora bien, en cualquier país, en América, en Inglaterra, en Italia, en Francia, por no decir en Checoslovaquia, en donde había pena de muerte, hubiese sido ajusticiado o le hubiesen condenado a cadena perpetua. El problema de Africa del sur es el que nosotros planteamos también sobre los muertos negros, sobre los tres mil muertos negros, la mayoría de los cuales fue asesinada por otros negros, y una buena parte de éstos últimos es acusada de ser asesinos por colaboracionismo con los blancos o con la tribu zulú en vez de otras.
Si esta clase dirigente va al poder, yo no querría que se produjese la africanización histórica también de Sudáfrica, pues si vais más allá de las fronteras de la zona de influencia de la tribu blanca con la perversa, aberrante apartheid solución histórica, mucho peor si cabe. Los demás Estados, incluso a nivel teórico y de derecho, y a nivel práctico y de vida son el infierno, y la reducción a dicho infierno es algo que debemos temer como no violentos que somos, como demócratas. Nosotros nos tenemos que otorgar la libertad y el valor de cantar el axioma de los no violentos: toda guerra asiste a la victoria de los generales y a la muerte de los pueblos.
La elección violenta de liberación, de llevarse a cabo, deja sobre el terreno la muerte para siempre de millones de personas, de millones - por lo general - de campesinos.
Eso es, nosotros hemos roto y debemos romper esta historia.
En Oriente Medio sucede algo también doloroso.
Se me acusa de ser un pro-israelí empedernido, sólo porque me preocupo de plantear el problema no solo de Palestina, sino de todo Oriente Medio. No quiero que Sudáfrica sea considerada el resto de Africa, como no quiero que todo Oriente medio se limite a Palestina: me guía una visión no violenta, concreta por la que para mí quién muere muere, y me da igual si es enemigo o no, no es el elemento fundamental.
Sobre el Tíbet:
Un año después de Tien An Men, Occidente quiere levantar las sanciones a China. Todos los demócratas del mundo se ocupan de Mandela o de Arafat o de sus derechos, mientras que con respecto al Tíbet al igual que con respecto a los camboyanos, no dicen ni una palabra, o dicen "una" palabra y no luchan nada.
Nosotros corremos el riesgo de encontrarnos con un mundo en el que los valores del imperio soviético renovados se generalicen más aún, valores de masacre de las libertades y de las personas.
La característica de partido único de la no violencia sirve a nivel de la defensa de nuestros derechos individuales, de los derechos del que está en prisión, de los derechos del que es distinto - nosotros somos capaces de movilizarnos miles de nosotros por una persona - pero vale también como única manera de leer hoy por hoy los acontecimientos de la historia, para no repetir el cinismo occidental que durante treinta años ha apostado por la estabilización de las dictaduras comunistas en los países a los que Yalta las otorgó.
Otro ejemplo: el prohibicionismo. Actualmente, en nombre del prohibicionismo se están haciendo cosas en el mundo que en su día se hicieron en nombre del fascismo y del comunismo. En nombre del prohibicionismo, en los Estados Unidos de América han dedicado trescientos mil nuevas plazas en las cárceles y sólo por problemas de presupuesto aún no han dispuesto la formación de grandes campos de trabajo para millones de personas. Irán los pobres, los opositores, los distintos. No irán los que tienen grandes abogados o grandes solidaridades internacionales.
América Latina, Colombia y otros países están destruidos por la guerra, porque es guerra física y se utilizan o se quieren utilizar más o menos los métodos de Vietnam.
En Occidente no se lleva a cabo una campaña contra la pena de muerte porque, gracias al prohibicionismo la tesis de la gran extensión de la pena de muerte triunfa en los Estados Unidos, en el corazón del imperio occidental. Es necesario que empecéis y que empecemos a manifestarnos en Moscú, o que continuemos en Praga, ante aquellas embajadas occidentales en las que se está aplicando la pena de muerte y se están asesinado a personas. Esto sólo podemos llevarlo a cabo, tal vez, técnicamente con el partido Radical.
Pero, cuántos seremos? cuántos inscritos, qué tipo de manifestaciones, qué tipo de vida tendremos dentro de algunas semanas? ya no digo dentro de algunos años, pues en vez de ser treinta mil somos sólo tres mil inscritos. Creo que esto yace en la responsabilidad de cada uno de nosotros.
Atención, vosotros que seis más jóvenes o más lejanos, o que os consideráis más en ayunas en cuanto a política, repito que ante estos problemas estamos todos igualmente desarmados. Debemos armarnos, y el armarnos significa constituir, si es posible, este partido en los días venideros, haciendo cada uno de nosotros algún milagro, porque, de lo contrario, estoy convencido que para los más enterados - en argot romano - o para los más expertos o inteligentes (entre comillas) de nosotros, no nos quedará más que empezar desde cero, como cualquier otro.
N.d.T.
(1) BETTINI VIRGINIO . Nacido en 1942. Actualmente diputado del Parlamento europeo, miembro del grupo Verde. Profesor de universidad, organizador de iniciativas antinucleares desde los años 70. Actualmente, vicepresidente de la Delegación para las Relaciones con la República Popular China y miembro de las Comisiones energía, investigación y tecnología del Parlamento Europeo.
(2) COMPAÑERO ("COMPAGNO" it.): palabra de traducción compleja que inevitablemente no refleja el campo semántico que cubre en italiano. Traducir "compagno" por "camarada" es excesivo, pues las connotaciones fuertemente ideológicas distan mucho de la acepción radical del mismo. Traducirlo por compañero puede parecer algo insulso, pero en el momento de elegir un término, éste pesa más en la balanza que el término camarada.
(3) PAOLO VIGEVANO . Fundador y editor de la emisora de radio "Radio Radicale" que transmite en todo el territorio italiano. Es la única emisora de radio considerada servicio público nacional, pues transmite las sesiones en versión íntegra del Parlamento, los congresos de todos los partidos políticos y las audiencias de los juicios penales de mayor relieve. 24 horas al día de política e información. Vigevano fue tesorero del Partido radical de 1975 a 1980 y de 1990 a 1993.
(4) CAMARADA ("CAMERATA" it.): en Italia, al contrario que en otros lugares, los fascistas se llamaban camaradas.
(5) CICCIOMESSERE ROBERTO . (Bolzano, 1946). Político italiano. Objetor de conciencia, arrestado y encarcelado por negarse a hacer el servicio militar. Gracias a su iniciativa en 1972 se reconoció en Italia este derecho civil. En 1970 fue tesorero del Partido radical del que fue secretario en 1971 y en 1984. En 1969 fue secretario de la LID (Liga Italiana Para el Divorcio), Parlamentario europeo de 1984 hasta 1989. Promotor y organizador del sistema multilingüe de comunicación telemática Agorà. Vicepresidente del Grupo parlamentario Federalista Europeo.
(6) DUPUIS OLIVIER . (1958) Político belga. Objetor de conciencia total, se entregó a la policía y pasó once meses en la cárcel de Saint Gilles. Encargado de la edición francesa de "Noticias radicales". Ha organizado y participado en manifestaciones no violentas y antitotalitarias en los países del Este, expulsado por dicho motivo de Checoslovaquia y de la por aquel entonces Yugoslavia. Actualmente, coordina las actividades del Partido radical en Rumania y en Hungría. Colabora con el proyecto de "El Partido Nuevo". En Julio de 1993 salió elegido Presidente del Consejo General del Partido Radical Transnacional.
(7) BONINO EMMA . (Bra 1948). Secretaria General del Partido radical transnacional. Miembro del Parlamento europeo e italiano en repetidas ocasiones. Una de las promotoras del CISA (Centro de Información sobre la Esterilización y el Aborto) y militante activa en la batalla contra el aborto clandestino, procesada y disuelta en Florencia. Participó en la realización a nivel internacional de la campaña contra el Hambre en el Mundo. Miembro fundador de "Food and Disarmament International", encargada de la difusión del Manifiesto de los Premios Nobel.
(8) FACCIO ADELE . (Pontebba 1920). Escritora, poeta y traductora. Gran conocedora de la historia de España y en especial de Cataluña. Protagonista de las batallas a favor del aborto. Por defender este derecho de la mujer fue encarcelada, pero en el proceso fue absuelta. Presidenta del Partido radical en 1975-76. Diputada en las listas radicales en 1976, 1979 y 1983. Defensora de los animales y del medio ambiente, promotora de las listas "Verdes Arco iris" en las que se presentó al parlamento europeo en 1989.
(9) AGLIETTA ADELAIDE . (Turín 1940). Actualmente presidenta del grupo de los Verdes en el Parlamento Europeo. Diputada del Parlamento italiano en repetidas ocasiones. Secretaria del Partido radical en 1977 y en 1978, año en el que salió elegida a suertes para formar parte del jurado popular en el proceso que tuvo lugar en Turín a las Brigadas Rojas y a Renato Curcio. Promotora del CISA (Centro Italiano per la Sterilizzazione e l'Aborto) de Turín.
(10) SPADACCIA GIANFRANCO . Periodista. Uno de los fundadores del Partido Radical, fue secretario general del mismo en 1968, en 1975 y en 1976; fue presidente del Consejo Federal en repetidas ocasiones. En 1975, mientras era Secretario general, organizó con el CISA (Centro de Información Esterilización y Aborto) la desobediencia civil contra el delito de aborto. Fue arrestado e incriminado por asociación para delinquir y aborto provocado. Miembro varias veces de la Cámara y del Senado, ha sido presidente del Grupo Federalista Europeo Ecologista.