LAMAMIENTO de Adolfo Pérez Esquivel - Agosto 1990SUMARIO: Presentamos el llamamiento de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz (1980), a las Naciones Unidas para que tome serias medidas que acaben de una vez por todas con la violación de los derechos humanos y del derecho internacional por parte de países que en muchas ocasiones han incluso ratificado tratados al respecto. Se solicita una pronta y enérgica acción que ponga punto final al problema de la impunidad ante crímenes, asesinatos, encarcelamientos, torturas y desapariciones forzadas.
Distinguidos
Presidente y Miembros,
Sub-Comisión de Prevención de la Discriminación y Protección de las Minorías
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
Palacio de Naciones
GINEBRA, Suiza
De nuestra consideración:
Durante años, la comunidad internacional se ha esforzado en establecer principios, normas y procedimientos que hacen a la protección, el respeto y el avance de los derechos humanos. En esta labor la Sub-Comisión que Uds. integran ha sabido sumar valiosos aportes en momentos oportunos.
No obstante ello, muchos Estados violan sistemáticamente las normas de conducta y de derecho internacional que ellos mismos han ratificado, dejando en la Impunidad a los responsables de crímenes aberrantes y de Lesa Humanidad cometidos contra nuestros pueblos, incluyendo la tortura, el asesinato, la prisión y el secuestro y desaparición forzada de miles de personas.
Esta situación subsiste, o aún se agrava, en el caso de muchos países cuyos gobiernos han pasado de dictaduras a regímenes constitucionales, los que buscan consolidarse con posiciones vacilantes, cuando no violatorias de los derechos humanos, propiciando leyes o mecanismos de Impunidad que favorecen los autores de tales violaciones. Todo ello genera un estado de indefensión e inseguridad para los mas vulnerables, creando como logica consecuencia, una falta de credibilidad en las instituciones jurídicas y democráticas.
La Impunidad es una amenaza permanente, y la posibilidad de ver repetidos los crímenes que han quedado sin sanción. Al respecto, el informe presentado por el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involontarias a la Comisión de Derechos Humanos, en su 46.o período de sesiones, en febrero pasado, prestó especial atención a la Impunidad como un factor de importancia para la continuidad del fenómeno de la desaparción forzada. (E/CN.4/1990/13)
También merecen un tratamiento particular las consecuencias de la Impunidad en lo que respecta a la indivisibilidad de los derechos civiles y políticos y los económicos, sociales y culturales, dado que el atropello sistemático de los primeros suele relacionarse con la instrumentación de políticas violatorias de los segundos. Podemos ver en América Latina, por ejempio, como a las políticas represivas implementadas por las dictaturas militares han seguido duros planes de ajuste que traen consigo un aumento del hambre, la desocupación y la miseria de las grandes mayorías.
En febrero de 1988, 21 organizaciones no-gubernamentales presentaron una comunicación ante la Comisión de Derechos Humanos del Consejo Economico y Social de las Naciones Unidas, en donde se reseña la situación actual de Impunidad, resaltando, entre otras cosas, que "no puede haber una verdadera democracia en una sociedad en que no exista justicia, en que los asesinos y torturadores sigan impunes, en que las víctimas no puedan conseguir el reconocimiento de los legítimos derechos de sus seres queridos y no se rindan cuentas de lo sucedido". (E/CN.4/1988/NGO/51).
Preocupados por esta grave situación que representa la Impunidad, y haciéndonos eco de las peticiones en esa comunicación realizadas, los abajo firmantes, personalidades y organizaciones de diversas partes del mundo nos dirigimos ahora a la Sub-Comisión para solicitarles su pronta y enérgica acción. Pedimos que las Naciones Unidas, a través de Uds.:
1. se aboquen al tratamiento, profundización y difusión de la problemática de la Impunidad;
2. adopten las medidas conducentes a impedir que la Impunidad siga atentando, no sólo contra la legislación internacional existente sino contra el derecho a la Vida y al desarrollo del los pueblos;
3. soliciten a los gobiernos el respeto a los tratados, convenciones y protocolos suscriptos por los mismos.
Sin otro particular, y con la esperanza de su respuesta positiva a este clamor, nos despedimos atentamente
Adolfo Pérez Esquivel