Franco Corleone, Lorenzo Strik Lievers, Marco Boato y Domenico Modugno
SUMARIO: La resolución presentada por el Grupo Parlamentario Federalista del Senado con motivo del debate parlamentario sobre la invasión de Kuwait por parte de Iraq solicita el compromiso del Gobierno italiano, en el marco de su presidencia de la Comunidad europea, para poner en práctica todas las medidas pertinentes para acelerar el proceso de construcción de la unión política europea y en particular exigiendo que la Comisión, el Parlamento y el Consejo europeos se asuman sus responsabilidades. Sólo de esta manera la respuesta de los países europeos a la intervención armada de Iraq y la consiguiente amenaza contra la seguridad mundial podrá ser creíble y eficaz.
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El Senado
considerando que:
la invasión y la consiguiente anexión de Kuwait por parte de Iraq constituye una violación gravísima del derecho internacional, de manera que no puede ser tolerada bajo ningún concepto tanto por su significado en sí como por el hecho de que sentaría precedentes o podría suponer un primer paso cargado de amenazas en potencia;
muy graves son las responsabilidades asumidas hasta el día de ayer por los países tanto del Este como de Occidente, Italia inclusive, que han mantenido, financiado y armado a la dictadura iraquí, y le han permitido o incluso le han incitado a llevar a cabo violaciones del derecho internacional tan patentes como la actual, como la agresión a Irán, o que no han reaccionado ante el exterminio de los curdos;
la peligrosidad de la situación ha sensibilizado a la comunidad internacional sobre el hecho de que es necesario detener el predominio del arbitrio y de la violencia de Oriente Medio;
es indispensable que ello tenga lugar no en nombre de la tutela de los intereses económicos, sino afirmando y haciendo que triunfen en dichas regiones las razones y el primado del derecho, del derecho internacional en las relaciones entre los Estados y de los derechos humanos, de cada persona, en su seno;
esta es la condición sine qua non para que el conflicto actual no adquiera la imagen, la figura, y tal vez eventualmente la realidad de un conflicto entre el norte rico y los desheredados del sur;
al contrario de las políticas pacifistas inertes, a menudo forjadoras de guerra, las políticas no violentas son cotidianamente interventistas y están constantemente al ataque contra las causas que amenazan la paz, la seguridad y la democracia;
así pues, es indispensable que, mientras se adopta la línea del rigor con respecto a la dictadura iraquí, la comunidad internacional, y en su seno los más fuertes y los más ricos, se responsabilice para garantizar la vida del derecho, basándose en el derecho a la vida de aquellos que, de lo contrario, están condenados al exterminio causado por el hambre, y que sin más demora se haga honor a los compromisos adquiridos en la ONU y que no se han cumplido nunca sobre la cooperación para el desarrollo;
considerando asimismo que:
ahora más que nunca la crisis actual demuestra que, venido a menos el precario equilibrio bipolar basado en el contrapeso entre las superpotencias americana y soviética, es menester que el derecho internacional se base en instituciones supranacionales efectivamente capaces de hacer que se respeten las decisiones y que por el contrario son evidentes los límites de una situación en la que las tareas de la policía internacional se delegan a una superpotencia;
en especial en Oriente Medio es indispensable que la comunidad internacional asuma todas sus responsabilidades basándose en la oferta de garantías efectivas y creíbles, incluso militares, a todas las partes, en primer lugar a Israel y a los palestinos, para que acepten soluciones duraderas de paz;
cabe esforzarse al máximo para que las intervenciones en el Golfo sean encauzadas de nuevo hacia las Naciones Unidas para que se encargue de su administración y dirección;
a pesar de las decisiones adoptadas por la Comunidad, es estrepitosa la inexistencia política del sujeto europeo con respecto a la responsabilidad que debería asumir;
en esta situación la decisión del envío por parte de los países de la Comunidad europea de contingentes militares bajo la responsabilidad exclusivamente nacional, salvo la coordinación genérica, revela una impotencia política esencial que de hecho sigue delegando a Estados Unidos todas las responsabilidades de dirección, y representa de esta manera un acto de mera solidaridad subalterna, casi una obligación;
la actual situación que se ha creado con motivo de la invasión de Kuwait por parte de Iraq impone así pues la aceleración del proceso de integración política comunitaria para permitir a la comunidad europea hacer frente con medidas eficaces, creíbles y adecuadas la grave amenaza que se cierne sobre la seguridad;
en este ámbito, si Italia, Presidente de turno de la Comunidad, no adopta las iniciativas posibles urgentemente a partir de los tratados existentes, gravaría sobre ella la gravísima responsabilidad de hacer que Europa pierda una ocasión irrepetible para acelerar el proceso de construcción de la Unión política europea;
la gravedad de la situación y los oprimentes peligros para la paz imponen por parte de la presidencia de turno de la Comunidad una actitud no sólo de gestión de los actuales mecanismos comunitarios sino de adopción de iniciativas extraordinarias;
las iniciativas con respecto a Iraq de la Comunidad europea deben estar coordinadas, en un nivel de igualdad, con Estados Unidos, la Unión Soviética y los demás países implicados en la crisis;
la credibilidad de dichas iniciativas estará estrechamente vinculada con la efectiva manifestación, desde un punto de vista político, económico y militar de la Unión política europea;
exige al Gobierno
que asuma, en el marco de su presidencia de la Comunidad europea, todas las iniciativas necesarias para que:
a) la Comisión europea adopte las medidas necesarias para:
1) la inmediata ejecución y realización de estructuras de control comunitario del embargo con respecto a Iraq y a todas las demás medidas que fueran necesarias;
2) que se coordine y controle la producción de armamentos y la definición de criterios comunes y transparentes para la venta de sistemas armamentistas, municiones y en general equipos militares a terceros países;
3) la determinación de una política común en el campo del abastecimiento del petróleo, ampliada a cuantos entre los países de Europa central y del Este así lo deseen;
b) que se convoque la Conferencia intergubernamental sobre la Unión política europea tenga por objeto estudiar los documentos sobre la Unión aprobados por el Parlamento europeo el pasado mes de julio;
c) que se convoque el Parlamento europeo con carácter extraordinario, según los Tratados y el punto quinto del artículo 9 del Reglamento del PE, para referir las decisiones adoptadas;
d) que la Comunidad europea tome la iniciativa de una Conferencia para la seguridad, la cooperación y la afirmación de los derechos humanos en el mediterráneo y en Oriente Medio;
e) que se convoque una reunión extraordinaria del Consejo europeo para adoptar las consiguientes determinaciones;
por último, exige el compromiso del Gobierno para
presenciar, en su más alto nivel, la reunión de la Comisión política del Parlamento europeo convocada para la próxima semana para anticipar las iniciativas que pretende adoptar en el marco de su presidencia de la Comunidad.
Franco Corleone
Lorenzo Strik Lievers
Marco Boato
Domenico Modugno