Juan AriasSUMARIO: Entrevista de Juan Arias a Leonardo Sciascia en la que se tocan distintos temas tanto políticos como literarios: su iluminismo, su pasión por Voltaire, Ortega y Diderot, la libertad, la izquierda y sus defectos, el Partido Comunista y el Partido Radical, su eterna lucha contra la Democracia Cristiana, Aldo Moro y las Brigadas Rojas, Woytila y las mujeres.
(LEONARDO SCIASCIA CONTRA LA IMBECILIDAD, Entrevista de Juan Arias a Leonardo Sciascia, "EL PAIS", domingo 7 de septiembre de 1990)
Leonardo Sciascia es hoy, sin duda alguna, el escritor y político italiano más provocador y paradójico. Sus libros despiertan polémicas en cadena. Se lo disputan los editores porque es el autor más vendido. Y él dice que los editores son unos necios. El gran pintor Guttuso lo criticó duramente porque en vez de presentarse como diputado comunista, como hizo él, se fue con el pequeño grupo radical, que tenía en total cuatro diputados. Sciascia le respondió que el mayor gesto demócrata es "dejar a cada hombre la libertad de equivocarse". Se declara de izquierdas y echa a la izquierda italiana la culpa del desmoronamiento del país. Es mil veces más escritor que político, pero no hay posibilidad de conversar con él sin recurrir al tema político.
Sciascia vive más en París que en Italia. En Roma es casi imposible encontrarlo. Es un tímido que huye. Hay quien afirma que se deja fotografiar sólo en la capital francesa ante la estatua de Voltaire. Alberto Cavallari acaba de definirlo: "Lúcido,. febril, iluminista-obsesivo, mitad Voltaire, mitad Pirandello".
El se ha definido a sí mismo con estas palabras textuales: "Mi naturaleza de escritor es siciliana, legada al drama de la identidad y de la relatividad, del no saber quién soy, de cómo aparezco ante los otros, del ser y del aparecer. Así, para escapar al drama, me he aferrado a la razón, a la otra cara de las cosas, y me ha explotado la neurosis de la razón, una razón que va más allá de la no-razón".
Pregunta. Voltaire, Diderot, Manzoni, Borges... De quién se siente más cerca?
Respuesta. Los amo a todos. La dimensión de Borges es distinta. Naturalmente, me siento más cerca de Diderot, pero un hombre está hecho de tantos momentos, de tantas cosas... Existen momentos en los cuales incluso el escritor más lejano de nosotros puede resultarnos más interesante que uno que tenemos a nuestro lado, que lo sentimos más nuestro.
P. Cuál sería su escritor español?
R. Siempre, Cervantes. Y después, Ortega. Me apasiona. Me ha enseñado tantas cosas. en un momento se le alejó de la cultura contemporánea. fue una injusticia y un error. Yo siempre aprecié en Ortega y Gasset su tipo de pensamiento, su linealidad, la racionalidad absoluta como forma, y después su capacidad de descubrir en las cosas aspectos que eran al mismo tiempo sencillos y difíciles de captar. Sus escritos, por ejemplo, sobre la deshumanización de las artes, sus consideraciones sobre la historia, son cosas de una gran dificultad y de una extrema sencillez al mismo tiempo. También su obra sobre el fascismo la considero como una de las cosas más agudas que se hayan escrito. Yo sigo leyéndolo siempre. Lo descubrí en los tiempos de la guerra. La primera cosa que leí de él fue 2La Historia como sistema". En cualquier página de Ortega se revela una de esas verdades que le obligan a uno a exclamar: "Y yo no lo había pensado". Me alegra de que hoy vuelva a traducirse en Italia.
P. Cómo traduciría Sciascia la palabra "libertad"?
R. En el punto al que hemos llegado yo diría que la libertad es una regla de buena educación. La libertad ya no existe. tenemos sólo libertades corporativas. Cada uno toma su propia libertad sin pensar en la libertad de los demás, que sería la única libertad digna de ese nombre.
Las noticias pequeñas
P. Dónde empieza y dónde termina su libertad como escritor?
R. En decir lo que quiero y en que sea escuchado lo que digo, aunque exprese disentimiento. Sin embargo, esto no existe. Puedo ser un escritor bueno o malo pero sólo en la medida en que me declare más o menos cercano al partido comunista. Sería necesario crear un periódico de las noticias pequeñas. El otro día leí un pequeño episodio sólo en un diario: una huelga de ferroviarios porque uno de ellos había sido acusado de haber abierto un paquete y de haber robado. Esto es lo opuesto a la libertad. No se puede ir a la huelga porque uno de la corporación ha cometido un delito. Yo creo que esta noticia es espantosa porque significa la corrupción de la conciencia de este país.
p. Cómo se ha llegado en Italia a esta corrupción?
R. gracias a la demagogia de la izquierda y de los sindicatos, para los que existen sólo derechos y no deberes. En realidad, Italia salió del fascismo en condiciones morales mejores que las de hoy. El hecho mismo que el fascismo hubiese fracasado era ya una esperanza. Hoy todo este patrimonio de esperanza ha sido destruido.
P. Dónde se coloca políticamente el escritor Sciascia?
R. En la izquierda, naturalmente, porque la izquierda es la que siempre ha luchado para que las cosas cambien, mientras la derecha desea que todo se quede donde está o incluso que se vuelva hacia atrás. Pero, como he dicho en mi libro, "Negro sobre negro", existe también el "cretino de izquierdas". Son los creyentes de tipo católico transferidos a la izquierda. En el hecho político, el creyente católico o protestante piensa en "el más allá" mientras para la izquierda existe sólo el "más acá". Y es con la tierra con la que tenemos que hacer las cuentas, racionalmente, críticamente. Sin embargo, estos cretinos de izquierdas piensan que Marx, Lenin y Stalin poseen toda la verdad revelada, que las cosas cambiarán como después de la noche viene el día. El cretino de izquierdas es el que no se atreve a decir la verdad cuando ésta va contra "su parte"; es el que cree que difícil es sinónimo de profundo.
"Cretinos de izquierdas"
P. Dónde ha encontrado más cretinos de izquierdas?
R. A mi juicio, existe este personaje a partir de la clase media para arriba. No existe a nivel popular. A nivel popular se es más crítico. La definición más bella de democracia que he encontrado es la de un americano que afirma que la ignorancia de un hombre se advierte si le aprieta un zapato. En el pueblo existe conciencia cuando los zapatos son estrechos, en la clase media no. Está bien, gasta, es despreocupada. Los restaurantes están abarrotados, los más caros. No se tiene ni idea de que Italia esté bajando vertiginosamente la cuesta económica. Pero la gente que tiene que hacer las cuentas con la casa que no encuentra está descontenta. es esta la gente que desearía mayor justicia en los sueldos, más orden en las cosas. Así se explica que la izquierda siga perdiendo votos. Si se votase mañana, el partido comunista volvería a perder votos.
P. Existen también imbéciles en la clase intelectual?
R. Muchos. Pero hay también gente que mantiene todavía una cierta lucidez pero que está aislada. Un hombre muy lúcido sobre la realidad italiana es todavía Moravia, pero es un solitario. También yo lo soy. Estoy dentro del partido Radical, donde tenemos muchas cosas en común, advertimos los mismos peligros; pero en cuanto escritor e intelectual me siento muy solo.
P. Qué es la verdad para un escritor intelectual de izquierdas como usted, que huye de la etiqueta de la imbecilidad?
R. Es difícil decirlo. La verdad se siente. Pilatos no fue capaz de responder a Cristo qué es la verdad. Es algo inefable. Leyendo, por ejemplo, las cartas de Moro desde su prisión "del pueblo" me sentí cerca de la verdad.
P. Pero, no eran las cartas de un drogado?
R. No, en absoluto, y se verá con el tiempo su gran utilidad.
P. Dónde encontrar los criterios de la verdad?
R. La verdad es una locura, un camino sin salida, de una circularidad absoluta. De todos modos, existen, sobre todo, los hechos. Los hechos, por lo menos, contienen una parte de la verdad y, sin embargo, en el campo de la historia se pierden de vista los hechos. Existe una mediación de los hechos sin que éstos afloren, y esto es ya sospechoso. El hecho es el primer grado en el acercamiento a la verdad. Después y sólo después viene la interpretación del hecho y se entra en la capacidad de análisis, entra la razón, la valorización, el sistema de discusión y de aceptación que se acerca a la verdad.
Contra la democracia cristiana
P. Cuál ha sido el hecho reciente que lo ha acercado más a la verdad?
R. Durante el secuestro de Moro. El hecho que me abrió a la verdad fue que la noche del secuestro existían dificultades muy graves en la formación del primer Gobierno, apoyado por los comunistas, y después, a las dos horas del secuestro fue aprobado inmediatamente.
P. Su último libro, "De l parte de los infieles", ha sido considerado como un ataque contra el Vaticano y la Iglesia. Es cierto?
R. Es una especie de novela-documento sobre la Italia de 1950. Es una obra más contra la Democracia cristiana que contra la iglesia. La Iglesia se mueve contra este obispo bajo las indicaciones y presiones de la democracia cristiana, porque el obispo se negaba a hacer propaganda electoral por el partido católico. Sí, cierto, la Iglesia es lo que es, pero la democracia cristiana es aún peor.
P. Usted ha afirmado recientemente que, por lo que se refiere al hecho religioso, se siente poco siciliano. Por qué?
R. Porque yo sostengo que los sicilianos son completamente refractarios al hecho religioso: lo sienten sólo como superstición. yo me siento bastante religioso aun no siendo cristiano ni, mucho menos, católico. En Sicilia, existe un cierto puritanismo, que es distinto de la clásica moralidad atribuida a los sicilianos como eslogan. Se trata sólo del respeto a a ciertas formas que provienen del amor propio, del concepto de honor.
P. Cómo definiría a Italia el escritor de la "Neurosis de la Razón"?.
R. Como decía Metternich, en este momento Italia es una expresión geográfica y, en cuanto tal, está al centro de la unidad de las cosas que se están cociendo en la política mundial. Italia, en este sentido, interesa muchísimo a ambas potencias y se convierte en terreno de enfrentamiento. Esta especie de emergencia italiana, que no es emergencia, creo que es debida al factor internacional más que a las Brigadas Rojas.
P. Cuando Moro fue asesinado por las Brigadas Rojas, usted lanzó un eslógan que cayó como una bomba en todo el país: "Ni con las Brigadas Rojas, ni con el Estado". Lo repetiría aún hoy?
R. Mi frase no fue ésa. Pero si se desea hacer un eslógan, se podría corregir así: "Contra las Brigadas Rojas, pero no con el Estado". Dónde está el Estado? Qué se puede defender de este Estado sino una idea mítica? Para mi, el Estado son los servicios que funcionan, las escuelas, los hospitales, correos, una especie de gran empresario de los servicios públicos. Si no hace esto qué queda del Estado sino algo abstracto como la idead de Dios?
P. volvería hoy usted a escribir el libro sobre el caso Moro, que tanto ha sacudido a la opinión pública mundial?.
R. Sí. Estoy convencido que el secuestro y asesinato de Aldo Moro fue un intento de modificar la política italiana y de dar a esta expresión geográfica que es Italia un papel distinto. La tentativa resultó sólo en parte, porque no es cierto que después de Moro las cosas sigan igual. Pero no resultó del todo, y por eso siguen disparando. A nivel de mano de obra, las Brigadas rojas son unos locos, pero no lo son en la dirección. Son de verdad brigadas rojas. Yo no creo que se haya tratado de la CIA, ya que no creo que Estados Unidos tenga interés en desestabilizar a Italia, mientras sería más interesante para ellos desestabilizar los países del Este.
P. Pudo haber salvado a Moro la democracia cristiana?
R. No cabe duda que en un cierto momento prefirió que no volviese vivo, porque hubiese sido más incómodo para el partido. No digo que debía salvarlo, pero debía haber hecho lo que decía Moro en sus cartas: reunir los organismos que legal y jurídicamente podían decidir. Y sin embargo, decidieron sólo un grupo de cinco o diez personas. Un partido que se apellida cristiano tendría que haberse pronunciado sin ambigüedades para salvar una vida humana.
P. Cree que está agonizando la primera república italiana?
R. Quizá no ha nacido nunca.
Las mujeres, el Papa
P. Cómo ve hoy un escritor el movimiento feminista?
R. Yo sigo viendo a la mujer como la he visto siempre: como el complemento del hombre.
P. Es una provocación?
R. No, porque también considero que el hombre es el complemento de la mujer. No les concibo separados. La mujer debe obtener la paridad absoluta de derechos. Hasta ahora, en la historia, los hombres han probado a construir una civilización. Les ha ido mal. Quién sabe si las mujeres no tendrán mejor suerte.
P. Le gusta el papa Woityla?
R. Sí, porque no se mezcla en la política italiana y porque está volviendo hacia atrás. a mí me gustaba más Pío XII que Juan XXIII.
P. Es otra provocación?
R. No, porque la izquierda debe conocer claramente al enemigo para poderlo combatir mejor. Del papa Wojtyla se sabe ya claramente que prepara un enfrentamiento mundial entre la Unión Soviética y los católicos o Estados Unidos. Yo amo las diferencias, las distinciones. Me gusta que mi adversario tenga posiciones claras.
P. Le han criticado ser un religioso ateo-anticlerical. Qué significado tiene Dios en su literatura?
R. Veremos. Si existe, discutiremos. El no podrá pedirme cuentas. Yo a él sí, muchísimas.
P. Dónde se ha escondido la creatividad en el mundo.
R. La creatividad hoy es casi imposible, porque, como decía Ortega, vivimos en el océano de los ruidos, y no cabe ni ser buzos en este océano, porque el ruido nos persigue como una obsesión. No existen ya refugios de silencio. Después de la caída del Imperio Romano algunos lograron huir y volver a empezar lejos de la barbarie. Hoy es casi imposible salvarse en esta Babel de esterilidad cotidiana.