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Pietrosanti Paolo - 4 ottobre 1990
LA TRAGEDIA SE EXPANDE

entrevista a Paolo Pietrosanti

"Linka 158" (*), Praga, 5 octubre de 1990

P: Señor Pietrosanti, qué quieren ustedes los antiprohibicionistas?.

R: Empecemos con decir que la situación en Praga o Bratislava, o en Brno es desde luego mucho mejor que en Berlín o en Nueva York, pero que nadie se llame a engaños: la droga está llegando aquí también, y a cántaros.

La verdadera tragedia de la droga es que se deja en manos del poder criminal. Nosotros los antiprohibicionistas no queremos liberalizar nada; proponemos la legalización de la droga y someterla al control de las instituciones estatales. Todas las drogas. Consideremos la situación actual; actualmente la droga es libre, totalmente libre; puede comprarse en cualquier esquina, tanto en Nueva York como en Roma, en Londres o en París. Muy pronto también será libre en Praga, si no se interviene a tiempo.

Nosotros queremos simple y razonablemente hacer de manera que estas sustancias no sean libres sino que exista un reglamento controlado, que se establezcan impuestos y que se desaliente su consumo.

P: Explíqueme mejor qué es lo que cambiaría.

R. Una dosis de heroína - si no estuviese prohibida - costaría pocas Coronas; en cambio, en estos momentos, cuesta un montón. Este es el prohibicionismo que produce los enormes beneficios de la mafia, de los narcotraficantes, que están interesados en perpetuar una situación que les proporciona tanto dinero - que significa un enorme poder. Legalizando la droga, quitándosela de las manos a la mafia, les daríamos una estocada mortal; y los toxicómanos conseguirían desengancharse del círculo criminal, que para casi todos ellos supone la única posibilidad de procurarse el dinero de la dosis. Algunas experiencias importantes - las de Amsterdam y Liverpool, entre otras - han demostrado que la distribución controlada de estupefacientes paraliza y a corto plazo disminuye el número de toxicómanos, mientras entre ellos desciende vertiginosamente el índice de infección del SIDA (porque no se ven obligados a pasarse infinidad de veces la misma jeringuilla) y de muerte por sobredosis.

P: Pero la mafia desarrollaría otras actividades, y de esta manera tendríamos que empezar de nuevo...

R: Se ha calculado que un dólar invertido en el sector de la droga produce 700 dólares. No ha existido nunca en la historia de la humanidad una actividad tan rentable como ésta. Imagínese lo que supondría para la mafia que desapareciesen todos estos ingentes ingresos. En vez de medidas para eliminar estos beneficios, lo que se hace es recrudecer las condenas para los traficantes y se castiga incluso a los toxicómanos. Ello no sólo no es eficaz sino que favorece los grandes beneficios que son la causa de todo. Mire, para llevar clandestinamente un pequeño avión cargado de cocaína desde Méjico hasta el territorio americano, un piloto gana 100.000 dólares. Corre el riesgo de ser abatido o capturado, pero por cada 10 que abaten o capturan hay otros 1.000 dispuestos a tomar su puesto. Más todavía, a pesar de que a lo largo de los últimos 8-9 años se haya llevado a cabo la más vasta y agresiva campaña antinarcótica de la historia, la cantidad de cocaína importada e introducida en el mercado americano ha sido tan v

asta que los precios actuales son inferiores a los de por aquel entonces. Así pues, de qué sirve prohibir y reprimir?. El prohibicionismo ha fracasado porque mientras no se ataque el mecanismo de los beneficios no sólo no cambiará nada, sino que el problema se agravará.

P. Pero no cree usted que el número de toxicómanos aumentaría?. Si drogándose corren el riesgo de ser castigados, muchos intentarán evitarlo.

R: El prohibicionismo americano de los años veinte demuestra todo lo contrario. Pero le diré algo más. Sabe usted cómo se llama el que vende droga en la calle en inglés?. Pues se dice "Pusher" que en inglés quiere decir "el que empuja". Obviamente, puesto que es precisamente el prohibicionismo el que, haciendo de la droga el negocio más rentable de la historia, consigue que todo nuevo toxicómano constituya un tesoro. A la mafia le interesa que el mayor número de personas se hagan toxicómanas. Si la droga estuviese legalizada, no sucedería nada de esto. No habría nadie que impulsase a la gente a drogarse.

P: No le parece todo demasiado fácil?

R: No, no es nada fácil. Pero es el único camino que podemos recorrer seriamente. Por otra parte, el problema es muy complejo para ilustrarlo plenamente en una entrevista.

Imagínese que el Estado proporcionase la droga a quien la quiere, o por lo menos a quien la necesita. Los demenciales beneficios de la mafia cesarían de golpe, de la misma manera que todos los robos y todos los atracos para procurarse el dinero para pagarse la droga diaria. Los toxicómanos se desengancharían del mundo de la criminalidad y no se morirían envenenados en plena calle, con una aguja pinchada en la vena. Porque, mire usted se muere más por culpa de la droga cortada con estricnina, cuando no con cal y con yeso (la mafia gana más de esta manera) que no por culpa de la droga. Además, miles y miles de policías y de jueces podrían ocuparse de otros asuntos que no fuesen los delitos relacionados con la droga, y se liberarían enormes recursos económicos, que podrían utilizarse para la asistencia y la desintoxicación de los toxicómanos y para desalentar el consumo de sustancias estupefacientes. Por ejemplo, la campaña americana sobre el tabaco ha obtenido grandes éxitos. He dicho "información", y lo subra

yo. Falta mucha información. Mire usted, la postura antiprohibicionista alberga a personas procedentes de los más variopintos horizontes culturales y políticos unidas por una inteligencia común de las cosas, en este argumento. Tenemos, por ejemplo, al premio Nobel, Milton Friedman, al Secretario de Estado de la época de Reagan, George Shultz, a "The Economist", probablemente la revista económica más acreditada del mundo, o a las recientes posturas del Times de Londres, a muchísimos otros... Estoy seguro de que esta inteligencia ni le falta ni le faltará al gobierno, al Parlamento o a las fuerzas de policía de este país.

(*) revista bimensual de la policía checoslovaca.

 
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