SUMARIO: En Europa, así como en el resto del mundo, el aumento a menudo excesivo de los poderes de la policía sólo ha producido una extensión de la criminalidad mafiosa y corrupción política. Estos fenómenos ponen en peligro también las instituciones de la comunidad que, en el mes de enero de 1993, deberá haber finalizado el proceso de abolición de las fronteras interiores para poder cumplir con la libre circulación de mercancías, capitales y personas de manera completa. En vista de este vencimiento, el Parlamento europeo ha creado una comisión de investigación sobre el narcotráfico en los países de la comunidad. Marco Taradash - Vicepresidente de esta comisión y miembro del Consejo Federal del Partido Radical - ha recibido el encargo de redactar un informe sobre la evolución del fenómeno del cual damos a continuación una síntesis.
(El Partido Nuevo, n.3, Agosto 1991)
A partir de la mitad de los años setenta, el consumo y el tráfico de droga han sido el objeto principal de los sistemas de justicia criminal en el mundo. Hoy en día, casi todos los Estados tienen que afrontar una serie compleja de fenómenos: difusión de la drogadicción y SIDA, engendramiento o aumento desmesurado de la criminalidad organizada, desarrollo de la delincuencia urbana relacionada con el narcotráfico, corrupción del sistema político y económico.
A estos fenómenos complejos se les ha dado una respuesta simple: la represión. En muchos Estados, las penas para los traficantes son las más estrictas: cadena perpetua y pena de muerte en los casos más graves.
El mercado clandestino se hace cada vez más amplio, la criminalización y la emarginación de los consumidores ha provocado la cristalización de subculturas de la droga con riesgos terribles para la salud y la vida de los drogadictos. La calidad de la vida, especialmente en las grandes ciudades, se ha empeorado: para la mayoría de los drogadictos la única posibilidad es la calle, la prostitución y el crímen. El resultado principal de una represión cada vez más coordinada a nivel internacional ha sido la reorganización del narcotráfico y del blanqueo de capitales a los más avanzados niveles de tecnología y métodos de ejecución.
Los provechos inigualables del mercado clandestino de la droga, su carácter transnacional, su flexibilidad y capacidad de reestructurarse toda vez que las fuerzas de policía tienen éxito, la fuerza potencial de un mercado apoyado no sólo por los consumidores sino - en el caso de las drogas duras - también por la transformación del consumidor en traficante, la disponibilidad constante de capitales, la extrema facilidad de su contrabando debido a la relación valor-peso, hacen que la mafia de la droga represente una forma criminal distinta de todas las demás y una amenaza social sin antecedentes.
A ésta no se pueden aplicar las categorías típicas de la política criminal y se necesita recurrir a las de la política económica: todo éxito parcial en la vertiente de la oferta produce el resultado paradójico del afianzamiento del mercado clandestino. Hoy, en realidad, la cantidad de droga secuestrada en la Comunidad Europea, aunque sea considerable, apenas logra afectar las existencias de los traficantes, y los precios en el mercado clandestino no sufren variaciones aún después de los secuestros más importantes.
El comercio de droga y el blanqueo de dinero también tienen en común otra característica, es decir son delitos sin víctima: el adquirente de la droga satisface un deseo o una necesidad suya, el banco que recicla el dinero saca provecho de esto. Esta característica, si por un lado exige una ética más rigurosa de parte de los operadores financieros, por el otro le quita a las fuerzas de policía el instrumento de la colaboración de las víctimas a través de la denuncia del delito. Esto tiene repercusiones negativas a nivel de los derechos civiles y de lo correcto del sistema jurídico: magistrados y policía están obligados a recurrir a estrategias que se exponen fácilmente al riesgo de abusos o corrupción, tales como el uso de los arrepentidos o de los agentes provocadores, de los controles telefónicos o de la confiscación de los bienes sin condena penal.
Por lo tanto cabe distinguir los daños de la droga, que afectan a los drogadictos, de los provocados por el aparato legal. Violencia, desorden, corrupción e ilegalidad afectan sin distinción tanto a los consumidores de las drogas ilícitas como a los no consumidores, y son la tasa que la actual política en materia de droga le impone a toda la sociedad.
Por otra parte, el sistema legal de la represión se ha revelado incapaz de solucionar los problemas de los drogadictos y más bien los ha empeorado. En qué medida la vida trágica de los consumidores de drogas duras se debe a su criminalización y emarginación, y en qué medida se debe al abuso de la sustancia? La rápida difusión del SIDA entre los drogadictos, y de éstos en la sociedad, causado por la reutilización de las jeringas, hace el problema aún mas angustioso.
Una contribución importante para reflexionar sobre este asunto lo ha dado la »I Conferencia de las grandes ciudades europeas en el centro del narcotráfico que tuvo lugar en el mes de noviembre de 1990 en Frankfurt.
Los ayuntamientos que han suscrito el documento piden a la Comunidad la modificación de la actual política en materia de droga, dándole prioridad a la estrategia sanitaria - basada en el criterio de la reducción del daño y no en el criterio moral de la abstinencia - y a la prevención social. Se dirigen al Parlamento europeo y a la Comisión Ejecutiva para »una necesaria armonización de los sistemas legales nacionales respecto a la unificación europea, basándose en una política de decriminalización y depenalización del consumo de droga y reducción del daño .
Cabe agregar que los peligros ya existentes en la actual tendencia de desarrollo podrían aumentar en el caso de una instalación de capitales y organizaciones mafiosas en los Estados colindantes que acaban de salir de la dictadura comunista. La relativa fragilidad económica e institucional de dichos Estados, la existencia de redes criminales consolidadas y sectores de la ex policía secreta desde siempre implicados en el narcotráfico, los expone al peligro concreto de transformarse en centros de producción, refinación y comercio de droga. Será capaz la Comunidad de hacer fracasar esta amenaza? La experiencia de los Estados Unidos de América en materia de represión, también militar, contra las organizaciones de la cocaína en Centroamérica no favorece una actitud optimista.
Por todas estas razones la Comunidad debe examinar con gran cuidado la oportunidad de mantener la estrategia de la represión. El fracaso también de las políticas basadas en la criminalización del consumo y del comercio de las drogas prohibidas podría provocar en unos pocos años la destrucción de las instituciones legales de los Estados miembros.