Marco PannellaQueridos amigos serbios:
nosotros sabemos, y lo repetimos siempre que se presenta la ocasión, completamente convencidos y apasionadamente, que vosotros sois hoy por hoy los primeros en ser víctimas, las mayores víctimas de la política que el régimen de Belgrado y gran parte del mundo, han convertido en guerra, violencia, intolerancia y antidemocracia. No solo porque mueren por ello miles de chicos enrolados en el ejército que se ha convertido en golpista, serbios, macedonios, bosnios, montenegrinos, pero porque mueren, sufren, lloran, odian su mismísima vida mientras se ven obligados a poner a sangre y fuego territorios poblados por sus hermanos y hermanas, a matarlos, a obligarlos a éxodos que recuerdan las páginas más negras de la historia de este siglo.
Nosotros sabemos que, actualmente, en Serbia, aquellos que disienten se arriesgan a que se les ataque como traidores, a que la desenfrenada demagogia infunda miedo y odio, por el momento dirigido hacia "enemigos" externos inventados, pero que corre el riesgo de convertirse en una tremenda santa bárbara para la misma vida civil de Serbia.
Nosotros sabemos que el anhelo de democracia de las mujeres y los hombres de Serbia, idéntico al nuestro y al de gran parte del mundo, actualmente es sofocado y burlado. Incluso la pretensión "serbia" de exigir garantías para las minorías serbias en las demás repúblicas y de negarlas de raíz a las minorías albanesas, y croatas con otra lengua y otra historia, en vuestro país, es expresión de una visión violenta, agresiva e intolerante que progresivamente se manifiesta con más fuerza en el seno de la vida política, social y cultural de vuestro país.
Democracia y Europa, de esa manera, han vuelto a ser las enemigas del poder de Belgrado, al igual que en los peores momentos de la dictadura comunista, empezando por el anterior a la ruptura entre Tito y la Urss.
La guerra amenazada como un chantaje a escala cada vez más grande y cruel es el arma de los viles y de los bárbaros sean del color que sean rojo, pardo o negro. Hoy al igual que ayer.
El Partido radical durante años y años ha estado entre vosotros, clandestinamente, para animar y fomentar su fraternidad con los oprimidos por una dictadura a la fuerza incompatible con la tolerancia, con la democracia política, con una Europa de la libertad y de la justicia, de la no violencia y de la paz.
Actualmente - siguiendo las enseñanzas de Gandhi - el Pr escoge estar de parte de los pueblos agredidos por la guerra, junto a la violencia sufrida por las víctimas, contra la violencia de los agresores. Algunos radicales, por este motivo, prestarán servicio en el frente, servicio no armado, entre los defensores de las ciudades y de las poblaciones croatas, animados por la solidaridad y el amor por la vida, por los derechos también de aquellos que se ven obligados a matar, a usar la violencia, abusivamente en vuestro nombre y a vuestra cuenta.
Al igual que vosotros confiamos en una Serbia (y luchamos por ella) grande por su civismo, por su democracia, por su tolerancia, su cultura, su justicia, su respeto por los demás, europea, confederada con otros pueblos de la ex-yugoslavia, asociada a la Unión Europea.
Viva el pueblo democrático serbio, viva la democracia política, viva una Europa federada y pacífica, viva la amistad y la fraternidad en la libertad, en la interdependencia democrática y europea, de serbios, de croatas, eslovenos, albaneses, macedonios, montenegrinos, italianos, alemanes, húngaros, rumanos, austriacos, búlgaros, griegos, bosnios, voivodinos, del Kosovo....