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Archivio Partito radicale
Bonino Emma, Dupuis Olivier, Dell\'Alba Gianfranco - 7 aprile 1995
INFORME ANTE EL CONGRESO
Emma Bonino

37 Congreso del Partido radical

Roma, 7/9 de abril de 1995

Informe ante el congreso

(14 de enero de 1995)

I parte

- Introducción

- Las batallas

- El Partido en el mundo

- Apéndices

- Notas

II Parte

Reforma del Tratado de Maastricht, nueva distribución europea: desafíos para el Partido Radical

redactores: Olivier Dupuis y Gianfranco Dell'Alba

III parte

SUMARIO: El informe de Emma Bonino en el 37 Congreso del Partido radical se divide en tres partes, antecedidas por una breve introducción histórica que delinea los avatares del partido desde el Congreso de Budapest (abril de 1989).

Primera parte (la más amplia): "A. Las batallas y los objetivos de la Moción de Sofía" y "B. El Partido en el mundo".

A. LAS BATALLAS Y LOS OBJETIVOS DE LA MOCION DE SOFIA.

1 - Tribunal internacional sobre los crímenes de guerra cometidos en la Antigua Yugoslavia; 2 - Tribunal penal internacional permanente; 3 - Campaña para la revisión de las Convenciones ONU en materia de drogas; 4 - Campaña para la abolición de la pena de muerte; 5 - Campaña por la lengua internacional; 6 - Campaña contra las pandemias y el SIDA; 7 - Campaña para la creación de una alta autoridad del Danubio (cada uno de los temas es analizado detalladamente narrando las iniciativas adoptadas por el partido, la situación actual y las posibles perspectivas).

B. EL PARTIDO EN EL MUNDO. LA SITUACION DEL PARTIDO EN LOS DISTINTOS PAISES.

Cuadro global de la difusión del Partido transnacional, relaciones con los medios de comunicación locales y flujo de inscritos durante los dos años considerados; sigue un análisis detallado de la situación país por país: Europa central (Albania, Austria, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, República Checa, Croacia, Eslovenia, Eslovaquia, Hungría, Kosovo, Macedonia, Montenegro, Polonia, Rumania, Serbia, Turquía, Voivodina); Europa Oriental (Bielorrusia, Moldavia); Rusia; Ucrania; Países Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania); Países caucásicos (Armenia, Azerbaiyán, Georgia); Países eurasiáticos (Kazajstán, Tajikistán, Turkmenistán, Uzbekistán); Países de la UE, Nueva York, la ONU, Estados Unidos. Se informa, asimismo, sobre el estado de algunas campañas (Save Tibet, etc).

Completan esta primera parte 3 Apéndices y Notas.

Segunda parte: "Reforma del Tratado de Maastricht, Nueva disposición europeas: desafíos para el Partido Radical" (Redactores Olivier Dupuis y Gianfranco Dell'Alba).

Se divide en párrafos: Ampliación de la Unión y adhesión inmediata de Bosnia; Tribunal Constitucional europeo; Carácter único de las medidas decisionales y de las instituciones; Un presidente para Europa; Uniformización del sistema de elección del PE; Democracia lingüística; Cómo llegar a 1996?

Tercera parte. Es la parte que leyó al principio del Congreso Luca Frassineti, coordinador del partido desde el 15 de enero. Brinda las primeras indicaciones políticas sobre los posibles resultados del congreso, anticipando y recomendando la solución de "comisario" extraordinario, justificada por las dificultades económicas y de gestión del partido. Insta a aplicar de nuevas energías, en especial de parlamentarios no italianos, de manera que se pueda poner en marcha la formación de una nueva, más amplia, clase dirigente del partido. Asimismo, ofrece al Congreso algunas indicaciones sobre la problemática europea, advirtiendo de la importancia de la misma tanto para el partido como en general. Por último, dedica un espacio de atención a las perspectivas de desarrollo del partido en Estados Unidos.

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I Parte

Introducción

El Partido radical transnacional y transpartido se ha formado y desarrollado a golpe de intentos y experimentos, que han tocado el proyecto y las formas organizativas - estatuto inclusive - así como los contenidos y los plazos de su iniciativa política. Cada paso ha sido difícil, al no contar con precedentes (salvo la experiencia, demasiado lejana cronológicamente y demasiado distinta, de la I Internacional, o las de las Organizaciones Internacionales No Gubernamentales, incomparables aun cuando su funcionamiento haya podido ser excelente en su campo específico).

Quería, este Partido radical, constituirse como la primera internacional "de inscripción directa, abierta a todos los ciudadanos del mundo". Quería ser, en resumidas cuentas, un sujeto político de concepción totalmente nueva, inédita en nuestra época. Se trataba, y sigue siéndolo en gran parte, de una indicación en cuanto a proyecto, y por lo tanto realizable sólo en la medida en la que se tradujese, se traduzca en programas y objetivos, en métodos e instrumentos de trabajo, así como, obviamente, en iniciativa política.

El Congreso de Budapest, de abril de 1989, indicó como interlocutores específicos del partido que se constituía a "las clases dirigentes y a sus exponentes más libres y responsables". A dicha indicación se sumó una propuesta de método: hacer de manera que "el mismo día y a la misma hora, de la misma forma y con los mismos contenidos, análogos textos legislativos se presenten en el mayor número posible de Parlamentos", con método que se nutra, de ser necesario, y allá en donde sea posible, con iniciativas no violentas gandhianas, tanto individuales como de masas. A partir de 1990-91, se dispusieron algunos instrumentos operativos (una comunicación escrita destinada sobre todo a los parlamentarios y a las clases dirigentes, y el intento de afincar en algunos países, especialmente de Europa central y del este, núcleos embrionales del partido).

No fue fácil - recordémoslo - transformar un partido, a pesar de haberse caracterizado desde su primera refundación y reconstitución en 1964 por contar "también" con una vocación transnacional y transpartídica, en un partido cuyo nuevo cometido consistía en concretizar políticamente dicha dimensión. Un partido, entre otras cosas - y no fue desde luego el nudo más fácil de deshacer, debido a dudas y resistencias que se habían manifestado en su seno - que declaraba dejar de competir con los partidos nacionales en su terreno, incluso el electoral.

Entre dificultades e incertidumbres, multiplicadas por la absoluta inadecuación de medios y recursos con respecto al proyecto, llegamos, en el 35 Congreso de Budapest (1989), a interrumpir el estatuto y los órganos ordinarios, y a confirmar la gestión y la administración del partido a un "cuadriumvirato" compuesto por los cuatro órganos más elevados del partido a nivel estatutario (el presidente del Consejo federal, el presidente del partido, el secretario general y el tesorero). Una gestión que se caracterizó por la interrupción, por primera vez en la historia del partido, de la convocatoria anual del Congreso. Dicha situación de excepcionalidad (medida a partir de una hipótesis alternativa, de auténtica y definitiva disolución del partido, considerada como posible desbloqueo de la situación económica y financiera) se prolongó durante casi cuatro años, hasta la segunda sesión del 36 Congreso, que se celebró en Roma en febrero de 1993.

Dos años (abril 1989 - mayo 1991) fueron necesarios para que el partido revisase las disposiciones estructurales y organizativas, tamponase por lo menos en parte y momentáneamente el déficit y garantizase un mínimo de recursos, humanos así como económico-financieros.

A mediados de 1991 salió a la luz el primer número de "El Partido Nuevo", periódico "transnacional" publicado en quince lenguas, enviado a las clases dirigentes y a los parlamentarios de más de cien países y a una red de militantes que actuaba en las sedes abiertas en ciudades de Europa central y del Este. En primavera de 1992, se convocó - tres años después del anterior - el 36 Congreso, en una situación en la que los inscritos italianos no superaban los 7.500. mientras que más de 200 eran inscritos parlamentarios y gubernamentales, procedentes de 40 países distintos. El número de inscritos italianos era de 2.500, a pesar de que Italia tenía que ser considerada, por razones obvias, el único "depósito" del que obtener recursos financieros y (por lo menos en ese momento) militantes. Desde que empezó el Congreso (Roma, 30 de abril/3 de mayo de 1992) nos dimos cuenta enseguida de que, precisamente debido a la exigüidad del número de inscritos italianos, la situación económico/financiera seguía siendo precaria y

en cualquier caso inadecuada. A todo ello se sumó la conciencia de que era necesario pensar en nuevas reglas estatutarias así como elegir órganos dirigentes que reflejasen el carácter "transnacional". La segunda sesión del Congreso se celebró en Roma en febrero de 1993. Los nueve meses se emplearon en elaborar el nuevo estatuto, aprovechando las contribuciones procedentes de los debates que se habían celebrado en asambleas en Europa del este y central (sobre todo en Moscú y en Kiev), y por otra parte para delinear la que se dio en llamar la "condición técnica" mínima e indispensable para que viviese el partido. El Congreso trazó dicha condición, absolutamente extraordinaria y considerada por mucha gente imposible, en un mínimo de 30000 inscritos con cuota italiana. Era la "condición técnica" necesaria, aunque de por sí no suficiente, para permitir el reimpulso de la actividad "política" del partido. La segunda sesión del Congreso puso en marcha la gran campaña de inscripciones. El debate confirmó la exactit

ud y la actualidad de los análisis, con respecto a las crisis que venían afectando desde hacía tiempo a todas las regiones del mundo, y resaltó más todavía, la importancia y la urgencia de dar vida a un sujeto político capaz, al ser transnacional y transpartídico, de producir iniciativas y de influir, con el arma de la no violencia gandhiana, en aspectos importantes de aquellas crisis (que eran crisis del derecho y de los derechos), afectando a los propios recursos, humanos y financieros, sin residuos.

En dos semanas, gracias a coincidencias fortuitas de expectativas de la opinión pública con respecto a las iniciativas de Marco Pannella en Italia, se materializó lo que se dio en llamar el "milagro italiano": 38.000 ciudadanos pagaron la cuota de inscripción, por un importe total de 13 mil ochocientos millones de liras (equivalentes a $ 9.200.000). Se reanudaba el déficit de balance con el que se había iniciado el Congreso (cerca de 5 mil millones), y podían disponerse las condiciones necesarias para reimpulsar la iniciativa política.

En julio de 1993, en el Consejo General convocado en Sofía, fue posible de esta manera crear y ratificar los nuevos órganos, electos por el Congreso pero "a la espera" y subordinados a la realización de la "condición técnica". El Consejo General (al que siguió la primera Asamblea de los Parlamentarios inscritos) aprobó un cierto reajuste de objetivos. La moción conclusiva indicaba a las Naciones Unidas como el interlocutor privilegiado para el Partido Radical que se estaba constituyendo: "Para que el mensaje del Secretario general de la Onu, las declaraciones del Consejo de Seguridad, la Agenda 21 y los demás documentos orientativos deliberados a nivel supranacional pasen a ser objetivos políticos a perseguir y realizar es necesario dar vida, inmediatamente y con determinación, a iniciativas capaces de implicar y movilizar a las personas y a los pueblos". Como motor de dichas iniciativas, es necesario "un sujeto, una fuerza política que actúe sin vacilar y sin incertidumbres a nivel transnacional".

Se escogieron algunas campañas, consideradas prioritarias de la nueva fase, puesto que podían recibir "vastas e importantes adhesiones a nivel incluso popular y poner en marcha fuertes iniciativas y luchas políticas no violentas gandhianas". Todas tenían como interlocutor, repetimos, a las Naciones Unidas: y en realidad, más allá de los objetivos específicos (Tribunal, moratoria, revisión de las Convenciones sobre las drogas, etc.) ya se entreveía el objetivo más grande y ambicioso: la puesta en marcha de la reforma del sistema de las Naciones Unidas, la creación de un nuevo derecho supra- y trans- nacional, capaz de reglamentar y guiar las relaciones entre personas y pueblos.

Con respecto a los objetivos "intermedios" establecidos en Sofía - ya se tratase de experimentos, o si se prefiere, de "simulaciones" - el partido, gracias a la aportación brindada de forma especial por un sujeto político nacional que actuaba en Italia - la "Lista Pannella-Reformadores" - conseguía algunos éxitos que puedo caracterizar de excepcionales: la Resolución con la que la Asamblea General de las Naciones Unidas ha establecido las bases para la creación del Tribunal Penal Internacional que juzgue los crímenes cometidos por la humanidad (que sigue y refuerza el éxito anterior conseguido con la creación por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el Tribunal especial para los crímenes de guerra cometidos en la Antigua Yugoslavia) y el recio enfrentamiento entablado por vez primera en el marco de las Naciones Unidas sobre la abolición de la pena de muerte en el mundo son los mayores y los más visibles, y pertenecen ya no sólo a nosotros sino a todos aquellos que deseen identificarse con el

los, brindarles su apoyo, hacer que crezcan. Con respecto a los otros objetivos indicados en la moción de Sofía, el Partido logró sentar en cualquier caso importantes bases de elaboración y profundización (en particular con respecto a la iniciativa antiprohibicionista en materia de droga) susceptibles, a condición de que se hallasen los recursos humanos y financieros adecuados, de mayores progresos a nivel parlamentario, de Instituciones europeas e internacionales, de opinión pública.

Ahora veamos detalladamente cada una de las campañas y batallas.

A. Los objetivos de la Moción de Sofía

1. TRIBUNAL INTERNACIONAL DE LOS CRIMENES DE GUERRA CONTRA LA HUMANIDAD COMETIDOS EN EL TERRITORIO DE LA ANTIGUA YUGOSLAVIA A PARTIR DEL 1 DE ENERO DE 1991.

Las resoluciones nº 808 del 22 de febrero de 1993 y nº 827 del 25 de mayo de 1993 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ponían en marcha formalmente el proyecto de instituir un Tribunal "especial" para juzgar los crímenes de guerras cometidos en el territorio de la Antigua Yugoslavia. Su realización se anquilosó muy pronto entre incertidumbres, contrastes e intentos por diversificarlo cuando no de hundirlo. En mayo de 1993, entregamos a Ibrahima Fall, secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos, que se estaba celebrando en Viena, más de 50.000 firmas recogidas en cerca de 40 países a partir de un llamamiento para que se constituyese de forma inmediata, y no sólo a nivel formal, el Tribunal (nuestras primeras posturas para que las Naciones Unidas instituyesen lo que definíamos como "el primer segmento de jurisdicción internacional" se remontan entre otras cosas a 1992). En muchos Parlamentos, sobre todo en Croacia, Macedonia, Bulgaria, Rumania e Italia, así

como en el Parlamento europeo, se presentaron, gracias a nuestra presencia, documentos de presión al respecto.

La moción aprobada en Sofía por el Consejo General, en julio de 1993, invitaba - en el punto uno - al Partido radical a obtener "que se respetasen los plazos para la constitución, con las modalidades y de la forma que establecía las Naciones Unidas, el Tribunal Internacional para juzgar los crímenes cometidos en la Antigua Yugoslavia, especialmente los crímenes relacionados con la "limpieza étnica" y el genocidio que se está llevando a cabo". Por aquel entonces la Asamblea General de las Naciones Unidas aún no había nombrado a los once jueces ni del mismísimo fiscal, el titular de la acusación. Promovimos iniciativas en todas las instancias, y en muchos Parlamentos, para que el Secretario general y la Asamblea General garantizasen su correcto cumplimiento y para que el nuevo órgano jurisdiccional pudiesen actuar.

En septiembre, por último, los once jueces fueron elegidos por la Asamblea General, mientras que el fiscal, el venezolano Ramón Escobar Salom, fue nombrado por el Consejo de Seguridad a finales de octubre.

En noviembre de 1993, en Nueva York, capitaneando una delegación formada, entre otros, por parlamentarios croatas, bosnios y montenegrinos, por el presidente de Parliamentarians for Global Action Mona Makram Ebeid, por el presidente de la Open Society Fund Arieh Neier, por el ex presidente de Amnistía Internacional para Estados Unidos Vincent Mc Gee, me entrevisté con el Secretario General de las Naciones Unidas, Boutros Boutros-Ghali, y le entregué las 25.000 firmas recogidas en todo el mundo sobre un segundo llamamiento para la constitución del Tribunal. El Secretario General nos comunicó su decisión de establecer oficialmente el Tribunal el 17 de noviembre en la Haya. Otro paso hacia adelante.

La víspera de esa fecha organizamos ruedas de prensa en 13 países (Albania, Burkina Faso, Croacia, España, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Italia, Rumania, Rusia, Turquía, Ucrania y Voivodina) y ante el parlamento Europeo, con los promotores y los signatarios de los llamamientos. Sabíamos que muchos seguían siendo problemas abiertos, y que serían utilizados como justificación para contrastar hasta el último momento la entrada en funciones del Tribunal. Uno, y de dificilísima solución, era el financiero: para el staff del fiscal (373 personas), para los once jueces, para la sede, para la protección de testigos, para la búsqueda de pruebas, para las investigaciones, para los gastos relacionados con la detención de los acusados antes, durante y después del proceso - en resumidas cuentas, para garantizar el funcionamiento del organismo - era necesario prever un presupuesto de 35 millones de dólares: para cubrirlo de forma estable y continua era necesario que se introdujese en el presupuesto ordinario de las Naci

ones Unidas, con lo que muchos países no estaban de acuerdo.

Nos movimos en varias direcciones. Fue de esta manera como en febrero de 1994, la Cámara de los Diputados italiana aprobó una enmienda, presentada por mi y por otros diputados, al decreto-ley con las disposiciones en materia de cooperación con el Tribunal internacional. La enmienda establecía que el Estado italiano tenía que contribuir con 3 mil millones de liras al funcionamiento del Tribunal para 1994. En febrero también, lancé un llamamiento "No hay paz sin justicia", para una campaña internacional no violenta en la que se instigase a las Naciones Unidas: me dirigía "a todas las conciencias libres para que - respetando cada una de las convicciones, religiones, compromiso civil y político - con su adhesión presionasen para obtener la operatividad del Tribunal especial". El llamamiento pedía que la quinta Comisión de la Asamblea General de la ONU aprobase el presupuesto del Tribunal especial introduciéndolo como parte integrante del presupuesto ordinario de las Naciones Unidas; y que el Consejo de seguridad

nombrase inmediatamente al nuevo fiscal, tras la dimisión del venezolano Escobar Salom.

A principios de marzo, el Presidente del Consejo General del Partido radical inició una acción no violenta de ayuno, que duró más de un mes, y que tenía por objeto obtener de la quinta Comisión de la Asamblea de las Naciones Unidas una decisión sobre la cuestión de la financiación. Cerca de trescientos ciudadanos de 21 países, entre los que destacan 20 parlamentarios, se unieron a las iniciativa de Olivier Dupuis. Se produjo toda una movilización: se enviaron miles de faxes y telegramas a Nueva York. El presidente de la quinta Comisión, el embajador Hadid, posteriormente agradeció vivamente al partido el apoyo dado al Tribunal y a las NU.

El 6 de abril. la quinta Comisión aprobaba el presupuesto que contenía las normas que permitirían el pleno funcionamiento del Tribunal. Seguía abierta la cuestión del nombramiento del Fiscal. El 7 de junio de 1994, el por aquel entonces presidente del Consejo italiano, Silvio Berlusconi, y el líder del "Club Pannella-Reformadores", Marco Pannella, estrecharon un acuerdo político, y entre los puntos del acuerdo figuraba explícitamente una referencia a este tema: el Gobierno italiano se comprometía a actuar "con todas sus energías", en las instancias político-diplomáticas oportunas, para estimular dicho nombramiento. Aprovechamos la ocasión del encuentro del G7 en Nápoles, a principios de julio, para instigar a un acuerdo, de manera que Boutros-Ghali pudiese someter una buena candidatura al Consejo de Seguridad, para su ratificación. EL 11 de julio, el Consejo de Seguridad nombró a Richard J. Goldstone, un juez del Tribunal Supremo que había realizado investigaciones sobre la violencia y las violaciones de los

derechos humanos en Sud Africa. Antonio Cassese, presidente del Tribunal especial, quiso en dicha ocasión dar las gracias tanto a mí como al Partido radical "por el generoso apoyo y por las iniciativas oportunas".

LOS PROBLEMAS ABIERTOS

EL Tribunal especial sobre la Antigua Yugoslavia constituye el primer segmento de una nueva, y hasta ayer impensable, jurisdicción internacional. Sobre este órgano se han dicho demasiadas cosas erróneas: en particular, y con el único objeto de denigrar el trabajo, ha sido comparado con los Tribunales de Nuremberg y de Tokio, instituidos con una acción unilateral de las potencias vencedoras para castigar a los vencidos de la guerra. La comparación es impropia y se aleja de la verdad. El Tribunal especial para la Antigua Yugoslavia es el primer Tribunal Penal genuinamente internacional de la historia contemporánea, creado por decisión de un órgano dotado de poderes supranacionales como es el Consejo de Seguridad de las NU, dotada de auténtica fuerza coercitiva con respecto a sus propias deliberaciones.

El haber contribuido a su creación y la puesta en marcha de sus trabajos no nos dejó con la conciencia tranquila. Existe un riesgo enorme de que el nuevo órgano jurisdiccional se anquilose, más o menos intencionadamente, ante la impotencia o lo ordinario sin riesgos. Así pues, el Partido radical tendrá que actuar comprometiéndose como al principio, cuando no más todavía, para vigilar y apoyar esta institución con todos sus medios.

Un objetivo necesario podría ser una gran campaña de financiación. Será necesario llegar hasta la opinión pública internacional para que el Tribunal - al cual, no lo olvidemos, se le exigirán competencias para actuar como Tribunal sobre los crímenes cometidos en Ruanda según el reciente voto del Consejo de Seguridad - cuente con recursos financieros adecuados para programar y desempeñar su actividad de la forma más eficaz posible.

Una segunda iniciativa debería consistir en desarrollar una posibilidad permitida precisamente por el mismísimo Estatuto del Tribunal: es decir, activar las capacidades de representación y de comprobación legal de las pruebas para terceras personas. Se podría promover, por ejemplo, una campaña de recopilación de pruebas con respecto a los responsables políticos de los genocidios, de los crímenes contra la humanidad y de las violaciones de los derechos humanos cometidas en la Antigua Yugoslavia: con respecto a aquellos miembros de gobierno o de partido, por decirlo claramente, que mientras han hecho del territorio de la Antigua Yugoslavia, desde hace más de 4 años, el teatro de crueles crímenes, aparecen como protagonistas de las que se dan en llamar "iniciativas de paz".

Por último, será muy oportuno hacer que fuese visible ante la opinión pública internacional, tal vez en concomitancia con los primeros juicios, lo que el Tribunal hace en interés de la paz y de la justicia. Una vía que creemos útil es la de organizar, precisamente en La Haya, una Conferencia internacional sobre la actividad de dicho organismo.

2. TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL PERMANENTE QUE JUZGUE LOS CRIMENES COMETIDOS CONTRA LA HUMANIDAD

El Gobierno italiano me nombró delegada para representarlo ante las Naciones Unidas sobre la cuestión de la institución del Tribunal Penal Internacional permanente sobre los crímenes de guerra contra la humanidad, y fue así como intervine el pasado 23 de octubre en la quinta Comisión de la Asamblea General. Mi intervención concluía invitando a la Asamblea a "... decidir en esta sesión - ahora que nos disponemos a celebrar el 50 aniversario de la fundación de la ONU - la convocatoria para el año 1995 de la Conferencia institutiva del Tribunal, confiando tras años y décadas de estudios jurídicos la solución de los problemas que siguen en pie, a los Comités organizadores de dicha Conferencia. Creemos que se trata de una respuesta obligada y adecuada a todos aquellos, Estados o ciudadanos, que en el mundo plantean el derecho y la ley como cimiento de la convivencia internacional".

Con respecto al objetivo de la convocatoria de la Conferencia, veníamos realizando una campaña desde 1993, en la que hemos implicado a parlamentarios y ciudadanos de gran número de países. Entre mayo y junio de 1994, y posteriormente, de septiembre en adelante, difundimos en muchos Parlamentos, esencialmente de la Europa del Este y Central, así como en el Parlamento europeo, en donde los diputados radicales promovieron la adopción de cinco deliberaciones sobre el tema, dos mociones - firmadas por cientos de alcaldes europeos, por personalidades internacionales y parlamentarios de 30 países - que solicitaban a los Gobiernos que asumiesen iniciativas institucionales y diplomáticas para que la 49 Sesión de la Asamblea General "resolviese las cuestiones políticas que siguiesen en pie, con objeto de instituir el Tribunal Penal Internacional".

Entre las iniciativas específicas, cabe destacar la Marcha de Pascua de abril del 94, promovida por el Partido radical y por "Que nadie toque a Caín". Sus objetivos: moratoria universal de las ejecuciones capitales, creación inmediata del Tribunal Penal Internacional. Alcaldes europeos, decenas y decenas de parlamentarios, miles de ciudadanos, desafiando un auténtico diluvio que curiosamente cayó ese día sobre Roma, participaron en la marcha, iniciada por el por aquel entonces alcalde de Sarajevo, Muhamed Kresevljakovic, inscrito al Partido.

Posteriormente, seguimos muy de cerca los trabajos de la International Law Commission que, reunida en Ginebra, tenía que redactar el borrador de estatuto del Tribunal. Queríamos estar seguros de que fuese redactado con claridad el hecho de que quedaba excluida totalmente la pena de muerte, y de que el borrador fuese transmitido antes de finales de julio a la V Comisión de las Naciones Unidas. Para comprobar en qué fase se hallaba el proyecto, nos entrevistamos en dos ocasiones con los miembros de este importante órgano, que tiene la tarea de elaborar los textos en materia de desarrollo y de codificación del derecho internacional a someter a la Asamblea.

Hemos recordado el acuerdo estrechado en Italia entre el por aquel entonces presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, y los Reformadores de Marco Pannella. En el documento, el Gobierno italiano se comprometía a actuar para que el Estatuto del Tribunal fuese aprobado a lo largo de la inminente 49 Sesión de la Asamblea General y la Conferencia institutiva fuese convocada inmediatamente; se comprometía asimismo a delegarme el encargo de expresar ante la Asamblea ONU la orientación del gobierno italiano con respecto al tema. De esta manera, me fue posible, a finales del pasado mes de septiembre, seguir durante dos meses los trabajos de la VI Comisión (la jurídica) que precisamente en julio había recibido de la International Law Commission el borrador de estatuto. Mientras tanto, desde Nueva York, seguí la movilización que habíamos logrado crear en gran número de Parlamentos sobre todo del Europa del este y central, y en Italia se lanzaba la operación de autofinanciación "New York New York", que iba a permitir,

entre otras cosas la publicación de dos páginas en el New York Times, en noviembre y en diciembre (tras las dos que aparecieron en septiembre). Páginas que tenían por objeto brindar a las 184 misiones ante las Naciones Unidas, así como a la opinión pública americana, elementos de reflexión sobre los temas de la interrupción de las ejecuciones capitales y el del Tribunal Penal Internacional, delicados y controvertidos, pero poco seguidos y sobre los que la opinión pública es informada mal y de forma parcial y subjetiva.

El debate de la Asamblea General - sobre todo gracias a las intervenciones de Italia, naturalmente, y de los representantes de Irlanda, Francia, Bélgica, Croacia, Holanda y Alemania, que habló también en nombre de la Unión europea, con motivo de la adopción, por parte del PE, de un enésimo documento promovido por el grupo de Alianza Radical europea - empezó con buen pie. Pero luego llegó la gélida postura del gobierno americano que calificaba de "prematura" la institución del Tribunal Penal y proponía aplazar un año la decisión. Posturas análogas adoptaron otros países, entre los que destacan Gran Bretaña y Japón. Nos confrontábamos, en un enfrentamiento duro y no fácilmente intermediable dadas las cuestiones de principio así como políticas y de oportunidad que se hallaban en juego, con una oposición sumamente fuerte. Más de una vez temimos que la batalla estuviese ya perdida, definitivamente. No cabe duda de que la resolución 49/53 del 9 de diciembre de 1994, con la que se pone en marcha el proceso de convo

catoria de la Conferencia diplomática para la aprobación del Estatuto de un Tribunal criminal internacional permanente, refleja un arduo compromiso político entre los promotores de la convocatoria a corto plazo ( parte de Italia, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, la Federación Rusa, los países nórdicos etc.) y los sostenedores (en primer lugar Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón) de un aplazamiento del texto redactado por la International Law Commission) que sonaba como un intento, ni tan siquiera demasiado oculto, de hundirlo definitivamente.

Por lo que a nosotros se refiere, teniendo en cuenta las condiciones de partida, las dificultades objetivas del proyecto, la terrible oposición que encontramos, el nivel del debate celebrado - «por vez primera! - en instancias de la Asamblea General, el resultado logrado con la adopción del documento (que tuvo lugar por "consensus", es decir con una sutileza de medidas que permitió evitar una votación de la que se desprendiesen claramente, ante la opinión pública, las distintas, y para algunos, incómodas, posturas) tiene que ser considerado no sólo satisfactorio sino sumamente positivo. Constituye un punto de partida tan inesperado cuanto irrenunciable en estos momentos, para nosotros y no sólo para nosotros, de toda iniciativa o campaña a nivel mundial. Qué por qué? Pues porque por vez primera tal vez se ha demostrado lo importante y resolutivo que resulta un enfrentamiento que tiene lugar a nivel institucional y que no se limita, tal y como demasiado a menudo sucede en las campañas periódicamente promovid

as, incluso en Estados Unidos, de la defensa de tal o cual caso considerado dramático y humanamente cruel, pero sin una visión de conjunto, sin un proyecto de amplio alcance, suscitada incluso a nivel de principios, del derecho a la vida y de la vida del derecho.

Pocas horas después de la conclusión de esta gran campaña, el 23 de noviembre, en Roma, a lo largo de una ceremonia oficial, entregué a Boutros-Ghali las miles de firmas recogidas en todo el mundo para solicitar la institución del Tribunal: "Es un hecho revolucionario - dijo el Secretario General, al dar las gracias a los promotores de la iniciativa - que se constituya una relación directa entre la opinión pública internacional y la organización de las Naciones Unidas". Consideramos este reconocimiento como uno de los resultados más significativos logrados por nuestra batalla. Con respecto a este tema, quisiera señalar asimismo, debido a los virajes que pueda suscitar, la resolución sobre la institución del Tribunal presentada por los electos de la "Lista Pannella" y por otros partidos y aprobada en noviembre por el Parlamento europeo.

La moción aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas es interesante y susceptible de desarrollarse positivamente: a) "acoge favorablemente" el informe de la International Law Commission y sus recomendaciones (entre las que destaca la convocatoria de la Conferencia diplomática); b) el examen de las cuestiones sustanciales y administrativas suscitadas por el proyecto de Estatuto se confía, sin más demora, al previsto Comité especial, que tendrá que establecer las "modalidades" de convocatoria de la Conferencia; c) dicho Comité celebrará si es necesario, tras la primera sesión prevista del 3 al 13 de abril (tras haber expresado el parecer sobre el borrador por parte de los Estados, previsto antes del 15 de marzo), otra sesión en agosto; d) el párrafo 6 de la Resolución prevé que se incluya en la agenda provisional de la 50 sesión de la Asamblea General, del tema del "establishment de un International Criminal Court" y dice que la Asamblea General tendrá que tomar una decisión sobre la fecha y la duración d

e la Conferencia diplomática. Parece ser, ya desde ahora, que hay un espacio para otra sesión más durante la Asamblea General de otoño de 1995, cosa que podría consentir que se produjese un gran paso hacia adelante en la convocatoria de la Conferencia.

Recordemos aquí, entre otras cosas, que la resolución contiene una referencia concreta a la oferta del Gobierno italiano de celebrar la Conferencia en Italia. Decisión que nos permitirá seguir los trabajos mucho mejor.

Existen, en resumidas cuentas, todos los presupuestos para que la iniciativa progrese de forma consistente. Gran parte dependerá del trabajo desempeñado por el Comité especial, trabajo que se presenta particularmente difícil, y que tendremos que vigilar. Para que os hagáis una idea de lo complejo que es, os recuerdo - y no es nada marginal - el escaso entusiasmo mostrado por los distintos países africanos y asiáticos para la institución del Tribunal. Tendremos que sacar la fuerza del voto positivo expresado por un consistente número de Gobiernos, pero sobre todo del apoyo dado por la opinión pública mundial a la idea de la creación de una jurisdicción criminal internacional permanente.

Algunos Estados han planteado sus dudas y reservas sobre la "factibilidad" del Tribunal. Han invocado la soberanía de los Estados, y han subrayado lo delicada que es la relación entre derecho internacional y derecho nacional así como la existencia de "juzgar o extradar" que permite juzgar al presunto culpable allá en donde se encuentra o ha sido capturado o en el país en el que es más justo que sea juzgado por el nexo existente entre el crimen cometido y el de la ordenación jurídica.

Con respecto a las innumerables cuestiones relacionadas con la creación del Tribunal es importante ampliar el consenso de manera que se superen las objeciones y las dificultades técnico-jurídicas: quién está legitimado a presentar denuncia ante el Tribunal, a qué Estados corresponde el asentimiento para que el Tribunal tenga competencia con respecto a un crimen y a su presunto autor, cuál es la ley aplicable, qué relación existirá entre el Tribunal y el Consejo de Seguridad, de qué manera convendrá definir los procedimientos relacionados con eventuales indemnizaciones, etc. Estos problemas tienen que ser resueltos en vez de convertirse en justificaciones para paralizarlo todo.

Y para finalizar, quisiera recordar que por iniciativa de los diputados radicales en el PE, en el presupuesto de la Ue para 1995 ha sido introducida una voz concreta para la financiación, hasta más de 500 millones de liras, de las organizaciones no gubernamentales que "actúan para instaurar una justicia penal internacional" y que "pretenden contribuir para organizar, en 1995, conferencias internacionales al respecto".

LAS INICIATIVAS POSIBLES

La resolución del 9 de diciembre traza un recorrido que cabe seguir con suma atención.

La primera fecha a tener en consideración es el próximo 15 de marzo. Los Estados deben manifestar sus pareceres en este plazo (Véase apéndices). Comprobaremos en ese momento y podremos difundir a todos los niveles las distintas posturas con respecto a la voluntad de instituir el Tribunal, de manera que las eventualmente negativas sean sometidas al análisis de la opinión pública del país afectado y a la opinión pública internacional. Será importante, para ello, la iniciativa que los parlamentarios inscritos al Partido radical sepan desarrollar en cada uno de sus países y con respecto a sus gobiernos.

El segundo plazo está relacionado con la primera reunión del Comité especial, del 3 al 13 de abril. Podremos solicitar que nos admitan a estos trabajos como observadores (nos ayudará para ello el estatus de Organización No Gubernamental del ECOSOC; que confiamos nos sea reconocido). Será muy importante que en los trabajos del Comité participe el mayor número de países y por lo tanto será necesario que nos movilicemos desde un primer momento para hacer de manera que ello suceda. Una vía eficaz podrá ser la recogida de firmas a partir de un llamamiento dirigido a los ciudadanos y a los parlamentarios de los países democráticos para que se pronuncien a favor del rápido examen por parte del Comité especial de los problemas que siguen en pie; las firmas podrían ser entregadas al Presidente del Comité y al Secretario General de las Naciones Unidas a principios de abril.

Y no olvido, desde luego, que el partido ha promovido la Marcha de Pascua, que este año tiene por objeto la institución del Tribunal Penal y la petición de abolición de la pena de muerte. Si no lo logra el partido, la iniciativa tendrá que recomendarse a aquellos que sean capaces de realizarla.

En todas estas ocasiones, confío en que sea visible la existencia de una Comunidad internacional que, incapaz como es a menudo de actuar de forma unitaria en las crisis internacionales, demuestra por lo menos tener una consideración y una conciencia unitaria de la dignidad humana, sin connivencias ni complicidades con los autores de los más graves crímenes cometidos contra ella, sea en donde sea el lugar del mundo en el que se perpetran.

Sin embargo, somos conscientes de que la batalla para la creación del Tribunal Internacional se vence sobre todo en Estados Unidos, pues siguen teniendo un peso determinante en las decisiones de las Naciones Unidas. Por ello cabe apreciar e incrementar al máximo el trabajo que acaba de iniciar el comité "No hay paz sin justicia", comité de parlamentarios y ciudadanos, para un contacto estrecho y para la colaboración con otras organizaciones internacionales como "World Federalist Association", "Lawyers Committee for Human Rights", "Centre for the Independence of Judges and Lawyers", "International League for Human Rights", "International Human Rights Group", "Fédération Internationale des Droits de l'Homme", International Bar Association Committee for Human Rights and a Just Role of Law", "Human Rights Watch", "American Bar Association's Task Force on the Proposed Protocols of Evidence and Procedure for Future War Crimes Tribunals" y "Amnistía Internacional".

Tener la fuerza, financiera y humana - y también la capacidad - de crear en estados Unidos, colaborando estrechamente con dichas organizaciones, un gran convenio sobre la reforma del sistema de las Naciones Unidas y sobre una nueva jurisdicción internacional quiere decir ofrecer a la Asamblea General del cincuenta aniversario la oportunidad política de deliberar de acuerdo a las indicaciones contenidas en la Agenda provisional 1995, ya recordada. Creo poder decir que sería un gran objetivo hacer que este evento se celebrase antes de o coincidiendo con la apertura de la 50 Sesión de la Asamblea General. Pero para organizarlo de forma adecuada son necesarios cientos de miles de dólares, que tendrán que proceder en gran parte, no cabe la menor duda, de los "demás" y en especial del "área" americana.

Somos conscientes de que están en pie todavía los problemas técnico-jurídicos, pero somos conscientes sobre todo de que la opinión pública, si es informada correctamente, no aceptaría más aplazamientos, y que ha llegado del momento de que la Comunidad Internacional, aun respetando todos los procedimientos, y con los más amplios tiempos de reflexión, da señales de querer proceder rápidamente, y con reglas certeras, por el camino de una paz que no se separe del derecho y de la justicia.

3. CAMPAÑA PARA LA REVISION DE LAS CONVENCIONES ONU EN MATERIA DE DROGAS

A mediados de los años ochenta nació lo que se define el "movimiento para la reducción del daño". Gracias a las experiencias alternativas en algunas ciudades europeas (Hamburgo, Zúrich, Francfurt y Amsterdam) los promotores decidieron coordinarse para intercambiar sus adquisiciones, reforzarlas, y tal vez extenderlas a otras ciudades, incluso fuera de Europa. Como Partido radical y como Co.R.A., en coordinación con la L.I.A., podemos declarar que hemos brindado una contribución determinante para este crecimiento, invitando y organizando en Bolonia, el 10 de octubre de 1992 la tercera Conferencia de las ciudades signatarias del Manifiesto de Francfurt y posteriormente, colaborando con la Drug Policy Foundation, en el desarrollo de la conferencia de esta organización que se celebró en Washington el 12-14 de noviembre de 1993. Partiendo de una dimensión de experiencias locales, la política para la reducción del daño está convirtiéndose en política oficial de cada vez más países europeos. Esto no puede dejar de

conducirnos a una reflexión más profunda sobre el carácter reformador de la estrategia de la reducción del daño y sobre la capacidad de contribuir a la realización de los objetivos de la campaña para la legalización de todas las drogas.

No podemos más que alegrarnos del hecho de que objetivos por los que hemos luchado con energía durante tantos años se estén realizando. Pero al mismo tiempo tenemos que mantenernos lúcidos y tener presente que nuestra meta final es y sigue siendo la legalización de todas las drogas, a nivel mundial. La reducción del daño no es un fin de por sí, sino un medio hacia el objetivos de la legalización. Teniendo en cuenta el riesgo de que su generalización pueda desempeñar un papel de parachoques del prohibicionismo, una suerte de contrarreforma.

Agotada la paradoja de la llamada "guerra contra la droga" de los años ochenta, asistimos en estos momentos a un "reblandecimiento" del prohibicionismo, como último intento para prolongar esta política, que ha demostrado ser cada vez más caduca e ineficaz. Tenemos que darnos cuenta de la insidia, y ser capaces de reaccionar con precisión para lograr nuestro objetivo, que significa la superación del sistema prohibicionista a favor de una política basada en la legalidad y la conformidad entre ciencia y política.

Esta es la razón por la que el partido, en colaboración con la Co.R.A. y la Liga Internacional Antiprohibicionista, ha promovido la campaña para la superación de las Convenciones de las Naciones Unidas en materia de droga Convención Unica de 1961 y Convención de Viena de 1988). Han sido estudiadas las distintas posibilidades técnicas de llegar a dicha superación. En particular, gracias al Convenio internacional promovido por el partido, por la LIA y por la Co.R.A. en mayo de 1994 en Roma, hemos podido verificar que, con la presentación por parte de uno o varios países de un cierto número de enmiendas a la Convención de 1961, es posible llegar a la convocatoria de una Conferencia de las Naciones Unidas que incluya en el orden del día su modificación en sentido antiprohibicionista. Por lo que se refiere a la convención de 1988, en cambio, su contenido es tan "exagerado" que resulta imposible de enmendar. Lo que hay que hacer es intentar eliminarla o hacer que sea rechazada en bloque.

En cualquier caso, la campaña antiprohibicionista ha llegado a un punto clave. Se puede afirmar que todo ha sido dicho.

El antiprohibicionismo ahonda sus raíces y sus valores en un humus riquísimo de conocimientos y de concienciación. El carácter por lo menos inadecuado y negativo del prohibicionismo en cada una de sus formas - desde la más dura, la "war on drugs" hasta la más blanda - y cada uno de sus aspectos, sanitarios, económicos, jurídicos, relativos a la seguridad, etc ha sido ampliamente demostrado. Hasta hace poco se podía decir todavía que una investigación internacional estadística sobre los resultados y la eficacia de las distintas políticas aplicadas a nivel mundial no había sido efectuada y que por lo tanto no se podía medir su impacto en el desarrollo del fenómeno. Tras haberlo pedido sin éxito en todas las instancias internacionales de lucha contra la droga, tarea que le correspondería, si se llevase a cabo una investigación, el Partido radical, junto a la Co.R.A. y a la LIA, nos hemos resignado a actuar por nuestra cuenta. Y con el primer informe internacional sobre los resultados de las políticas puestas en

acción a nivel mundial, publicado en junio de 1994, hemos logrado, con medios infinitamente inferiores a los que poseen las Agencias internacionales que se dedican a ello, a colmar la carencia de información y a demostrar de forma rigurosamente científica el fracaso del enfoque prohibicionista y la superioridad de las políticas basadas en una visión tolerante y pragmática.

El conocimiento que poseemos de los caminos alternativos al prohibicionismo es más que suficiente. Por lo tanto, la batalla antiprohibicionista si no quiere ser simple testimonio retórico, no tiene más alternativa que pasar a la etapa sucesiva, la denuncia de las Convenciones de las Naciones Unidas.

4. CAMPAÑA PARA LA ABOLICION DE LA PENA DE MUERTE. LA MORATORIA EN LA ONU Y LAS PERSPECTIVAS

Nuestra campaña para la abolición de la pena de muerte implica y moviliza conjuntamente a parlamentarios y ciudadanos. Esta característica la distingue de otras asociaciones, por encomiables que sean. Con la gran experiencia sobre los problemas de los derechos civiles y humanos, estamos convencidos de que las batallas para arrinconar el asesinato del Estado pueden alcanzar sus objetivos sólo si sabemos avanzar en dos frentes: las aulas parlamentarias, en donde se hacen las leyes, y las plazas y calles, en las que los ciudadanos hacen visible su participación, civil y no violenta. El Partido radical y la asociación "Que nadie toque a Caín", en un año de actividad, han brindado algunos ejemplos de la validez del método. El compromiso organizado para que se consolide el principio de la indisponibilidad para los Estados de la vida de sus ciudadanos fue definitivamente contraído por parlamentarios, juristas y ciudadanos de a pie en diciembre de 1993, con el congreso de fundación de "Que nadie toque a Caín", que s

e celebró en Bruselas, en el Parlamento europeo. Se trataba de un compromiso ambicioso, de 360 grados, que apostaba no sólo por un país sino por el más vasto ámbito internacional intentando obtener una moratoria de las ejecuciones capitales.

En abril del pasado año, parlamentarios y ciudadanos, con los alcaldes de Roma y de Sarajevo encabezándola, junto a la Cáritas, dirigían al Papa, con motivo de la Marcha de Pascua, un sentido llamamiento para que apoyase el Tribunal Penal permanente y la solicitud de moratoria.

Cuando posteriormente el presidente norteamericano, Bill Clinton, vino a Roma, en junio, le entregamos cien mociones de consejos municipales, provinciales y regionales en las que se solicitaba la suspensión de las ejecuciones.

Pero nuestra batalla abolicionista, parlamentaria y mundial no podía dejar de tener como sede e interlocutor necesario y privilegiado a las Naciones Unidas.

Teníamos que inventarnos, así pues, una estrategia que nos permitiese llegar al Palacio de Cristal, con motivo de la Sesión de la Asamblea General, en septiembre. En junio, en Italia, presentamos, en el Senado y en la Cámara, una moción que comprometiese al gobierno a llevar a dicha sede ONU la petición de moratoria y a apoyarla. Iniciativas análogas se llevaron a cabo en Bélgica, España, Rumania y Hungría. Pero en Italia sabíamos que partíamos con el apoyo de parlamentarios pertenecientes a todos los grupos políticos. De esta manera, la moción fue aprobada el 5 de agosto - por unanimidad - tanto en la Cámara como en el Senado. Era necesario hacer de manera que el Gobierno italiano presentase antes del 20 de agosto la petición necesaria de que se introdujese en el orden del día de la Asamblea. Para que se respetase este compromiso parlamentario movilizamos a los ciudadanos, con una recogida de firmas dirigidas al por aquel entonces Presidente del Consejo, el diputado Silvio Berlusconi. El 15 de agosto, día d

e fiesta - en Italia - recogimos las firmas de más de quinientos ciudadanos de Roma y de turistas y esa misma noche un fax de 20 metros de largo, con las firmas recogidas fue enviado al presidente del Consejo. Tres días después, organizamos, junto a representantes de las comunidades africanas en Roma, un "walkaround" ante Palazzo Chigi, sede de la Presidencia del Consejo, para instar al gobierno a presentar a tiempo la petición. Lo logramos y el Ministro de asuntos exteriores italiano declaró que acogía el voto parlamentario, y prometió presentar la resolución en cuanto Italia se hubiese convertido en miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones unidas, un objetivo por el que luchaban el ministro y el Gobierno y que no querían poner en peligro. La máquina de nuestra estrategia, de todas maneras, se había movido. De esta manera, a finales de septiembre, lanzamos la campaña de financiación - "New York-New York" - finalizada a publicar una página en el New York Times que contenía material informativo sobre

las dos cuestiones en las que nos habíamos comprometido - la institución del Tribunal Internacional y la moratoria de las ejecuciones capitales. La página tenía que salir en el momento en el que ambas propuestas tenían que ser discutidas.

Una vez más lo logramos: 857 parlamentarios, 210 alcaldes y 93 consejeros municipales, 54 diputados regionales y 62 consejeros provinciales, no sólo italianos, se sumaron a esta iniciativa, y la operación recogió más de 280 millones. Más aún: la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa aprobó, el 4 de octubre, una Resolución - cuyo ponente fue el diputado sueco Hans Frank, socio de "Que nadie toque a Caín" - y que solicitó a los 32 Estados miembros que "cancelasen completamente la pena de muerte de sus códigos penales y militares". En Italia, el 5 de octubre, el Parlamento canceló la pena de muerte de los códigos penales militares y el 23 de noviembre ratificó el Segundo Protocolo optativo al Pacto internacional de los derechos civiles y políticos, un tratado abolicionista de la pena de muerte.

La cuestión relativa a la resolución sobre la moratoria procedía de las Naciones Unidas. Con una votación que la dividía en dos, la Asamblea aprobó la inclusión en el orden del día de la cuestión de la pena de muerte. En apoyo de la batalla asamblear, que se anunciaba al rojo vivo, una delegación de parlamentarios, alcaldes y personalidades de la cultura, el 23 de noviembre, en Roma, en la sede de las Naciones Unidas, entregaba a Boutros Ghali - aunque ya lo he dicho antes - las miles de adhesiones recogidas en todo el mundo. Un fax de 14 metros de largo con los nombres de las personalidades y de los electos de todo el mundo que habían apoyado la campaña fue enviado al Palacio de Cristal a las delegaciones de los países indecisos mientras que, desde muchos países, parlamentarios y personalidades enviaban más faxes a las respectivas misiones en la ONU. Se enviaron mensajes también a la Casa Blanca a través de Agorà Telemática y de la red internacional Internet.

El 28 de noviembre la resolución italiana, firmada por 43 países, era depositada y el 1 de diciembre salió la página en el "New York Times".

El pasado 7 de diciembre, con 36 votos a favor, 44 en contra, 74 abstenciones, la Asamblea General de las Naciones Unidas rechazó la resolución. El enfrentamiento fue duro de nuevo, de altísimo nivel. Jamás, en una Comisión de la Asamblea ONU se había visto la presencia de tantos delegados ni se habían producido tantas intervenciones. Muchos delegados, antes de votar, solicitaron a sus gobiernos más instrucciones sobre cómo comportarse, sobre lo que tenían que hacer. Países que incluso han abolido de sus ordenaciones internas la pena capital se pasaron al frente opuesto, resultando incluso decisivos, por consideraciones ajenas al tema y relacionadas con problemas distintos, el equilibrio de las fuerzas, etc.

La votación más importante no fue la final, sino la que tuvo lugar a partir de una enmienda presentada por Singapur, que insistía en la inviolabilidad y la "soberanía" absoluta de Estado nacional, esfera inviolable y opaca en cuyo seno todo está permitido y en donde ni siquiera las grandes normas de principio de la Comunidad internacional pueden interferir. Un antecedente peligroso, una regresión inaceptable: desconcertada por el resurgir de viejos, antiguos, mal aplacados rebrotes aislacionistas, nuestra resolución no fue votada por los que la presentaron y la que la apoyaron, tras haber sido aprobada la enmienda Singapur, que alteraba su naturaleza.

Singapur se ha prestado a ser el portavoz de las más fuertes presencias y presiones aislacionistas. Porque, bien visto, en esta ocasión más que los abolicionistas de la pena de muerte los que han sido derrotados han sido los internacionalistas y las mismísimas Naciones Unidas, y en resumidas cuentas los defensores del principio por el que la legitimidad de los Estados reside en el respeto en su seno de algunos derechos fundamentales de la persona, que se derivan de un consenso universal, transnacional, construidos a base de décadas de diálogo y de confrontación a los distintos niveles de la Comunidad internacional, y de las mismísimas Naciones Unidas.

Y sin embargo, incluso en la derrota numérica, ha sido un gran éxito haber conducido a la ONU a discutir, por vez primera, de moratoria de las ejecuciones, del gran principio por el que ni tan siquiera el Estado puede disponer de la vida de una persona, de un ciudadano suyo, aunque fuese tan culpable como el eslógan abolicionista, y del año 2000 como plazo posible para lograr que se abandone la horca, la guillotina, la silla eléctrica del Estado. De todo el mundo, parlamentarios, personalidades y simples ciudadanos de a pie han hecho que se oyese enérgicamente su voz en las paredes, de cristal pero no por ello menos superables, de las Naciones unidas. Al aprobar mociones en instancias públicas y oficiales, firmando llamamientos, comprando páginas en prestigiosos periódicos, grabando mensajes y enviando faxes, manifestándose en calles y plazas, ayunando, comunicando entre ellos en una carrera diaria, en una confrontación incesante nutrida de voluntariado y de dedicación, de no violencia y de rigor, han abiert

o de par en par las puertas del Palacio de Cristal. Sí, realmente un "hecho revolucionario para la Onu", tal y como ha declarado el Secretario general Boutros Ghali.

La moratoria de las ejecuciones capitales sigue siendo el objetivo político y jurídico interlocutorio de la estrategia abolicionista; para acercarnos a él tendremos que superar en 1995 dos difíciles pruebas: la Asamblea General de septiembre-diciembre de 1995 y el Consejo de Seguridad, que podrá deliberar sobre una moratoria de las ejecuciones limitada a los únicos casos de golpes de Estado, guerras civiles o situaciones de emergencia análogas, cuyo "carácter excepcional" no hace de ellas ni menos peligrosas ni menos dignas de ser combatidas.

Sería necesario partir de nuevo de bases más sólidas que la constituida por un sólo parlamento y un sólo gobierno que se hagan promotores de iniciativas específicas (tal y como ha sucedido en esta ocasión) y más amplias que la consentida por el apoyo de los ciudadanos de pocos países. Cabría ser capaz de hacer que circulase en el mayor número de Parlamentos de los países abolicionistas un documento - resolución, moción etc. - posiblemente idéntico en la sustancia cuando no también en la forma y en sus modalidades, que comprometa a los gobiernos a presentar en la ONU una propuesta unitaria de moratoria. La petición de que se incluya en el orden del día llegará a Nueva York antes del 20 de agosto para que se discuta en la Sesión de este año.

El pasado año estuvimos comprobando un método. El análisis de los comportamientos y del voto de los distintos Estados nos permite ahora reflexiones y capacidades de propuesta más adecuadas, flexibles, inteligentes. Los Estados Unidos, que han votado en favor de que se introdujese en el orden del día y contra las insidiosas mociones "no action" que tenían por objeto bloquear la discusión (demostrando un talante abierto y liberal en materia de procedimientos) han expresado, en la votación final, un "no" tajante con respecto a la moratoria. Pero ha sido significativo que sus delegados no hayan tomado en ningún momento la palabra durante todo el debate. No han obtenido abiertamente en la Onu la legitimación plena de esa práctica judiciaria que 36 Estados de la federación americana aplican sistemáticamente en su seno. Y han confiado a los países islámicos la tarea de bloquear a favor del mantenimiento de las ejecuciones capitales. De esta manera, Argelia y Egipto han tomado la delantera del frente contrario a la

suspensión, votando tenazmente contra la mismísima inclusión en el orden del día de la cuestión e intentando, con las mociones "no action", bloquear la discusión. Es significativo y amargo que dos de los pocos países laicos del mundo árabe hayan sido, en la ONU, empedernidos sostenedores y estandarte de la tesis que considera el Corán ley penal y, en su interior, practiquen de forma masiva la pena de muerte contra los integristas.

Los Estados de la Extinta Unión Soviética han mantenidos un comportamiento bastante homogéneo. Con su voto de procedimiento, han permitido que la moratoria se introdujese en el orden del día, con su abstención en la votación final han probablemente querido representar el estado del debate en su propio país. Todos los Estados de la Extinta URSS han reducido drásticamente los delitos para los que está prevista la pena de muerte; en Rusia, gracias a la actuación de una Comisión presidencial para la gracia que está presidida por el escritor Anatoli Pritavkin, miembro del consejo directivo de "Que nadie toque a Caín", se halla en vigor una moratoria. En todos estos países, sigue en pie la discusión sobre nuevas Constituciones y nuevos códigos penales.

La Iglesia Católica desempeña desde siempre un papel que va más allá de las fronteras nacionales; durante todo su pontificado, el mensaje de Juan Pablo II ha superado los confines del catolicismo. A veces el papel transnacional del Vaticano y el mensaje universal del Papa - por ejemplo, contra los señores de la guerra en la Antigua Yugoslavia, ha suplido la ausencia, la inadecuación y la mismísima impotencia de las Naciones Unidas. Pero al firmar, el pasado año, el decreto que restaura en su país la pena capital y al expresar en la ONU, hace dos meses, el voto contrario a la moratoria, el Presidente de las tan católicas islas Filipinas nos ha hecho recordar que ni tan siquiera el Nuevo catequismo de la Iglesia católica excluye en línea de principio recurrir a la pena de muerte.

Orientar de forma unívoca e inequívoca la lectura de dicho texto puede determinar una nueva forma de entender, crear una nueva posibilidad de formar conciencias y establecer reglas comunes en umbrales cada vez nuevos de inviolabilidad del ser humano. Millones y millones de personas reconocen en la Cruz un símbolo de paz, amor y fraternidad; pocos se acuerdan de que fue un instrumento atroz de suplicio capital. Mientras que la Iglesia católica se prepara para celebrar el gran Jubileo para el año 2000 - «es el mismo plazo que nosotros nos hemos dado para abolir la pena de muerte en el mundo! - esperamos con confianza que actúe para que el derecho que el hombre se ha atribuido, de matar "legalmente" a otro hombre, se convierta en un recuerdo del milenio que se acerca a su fin.

La Marcha de Pascua que hemos organizado este año también en Roma - que coincide con el último día del Congreso - desde el Capitolio hasta Plaza San Pedro, con los alcaldes, los parlamentarios y los ciudadanos abolicionistas, confiamos en que pueda recibir de las palabras del Papa una señal que haga confiar en un compromiso directo de la Iglesia Católica en la causa abolicionista.

LAS INICIATIVAS POSIBLES

En 1995 también sería sumamente importante organizar grandes conferencias mundiales en los tres lugares que podemos considerar - a partir de lo que ha sucedido en la Onu - decisivos para la campaña abolicionista:

Una en Nueva York, con los abolicionistas americanos, las Naciones unidas y los políticos americanos dispuestos a discutir de una moratoria de las ejecuciones en una primera fase; nosotros estamos convencidos e que Estados Unidos constituye un ensayo general decisivo. Desde el momento en que la deliberación del Congreso del pasado año, de limitar la venta de armas, ha mencionado por primera vez una nueva manera de afrontar el crecimiento de la criminalidad de forma distinta a la violencia institucional, una solicitud de moratoria podría tener un fuerte eco.

Una segunda en Moscú, con aquellos juristas y parlamentarios que están elaborando nuevas Constituciones. El resultado positivo de su tarea de constituyentes y de legisladores podría hacer que pesase el plato de la balanza de parte de los Estados abolicionistas.

Y por último, difícil cuanto espectacular, en Túnez, con juristas islámicos, intelectuales víctimas del fanatismo religioso, electos en los parlamentos, militantes de los derechos humanos, y con el Presidente Ben Alì que sabemos que es un abolicionista convencido. Muchos Estados, en el mundo árabe, "ajustician" a sus ciudadanos. Algunos, guiados por regímenes confesionales, se remiten a tradiciones milenarias y a arraigadas convicciones religiosas. Otros, de base laica, presentan las razones de una grave emergencia terrorista que mengua las bases de su seguridad. Nosotros no tenemos intención de tachar a los primeros de "incívicos"; pero tampoco podemos "justificar" a los segundos. Para los unos y para los otros valen las palabras del escritor egipcio Naguib Mahfuz, acuchillado por los integristas. Forjador del diálogo y de la tolerancia, Mahfuz ha dicho que quién siembra violencia no sólo destruye su vida sino que ensucia el Islam, que es tolerancia y no fanatismo criminal. Mahfuz declaró estar convencido d

e que para acabar con el integrismo la represión no es suficiente. Tiene razón: es necesaria la persuasión. Y nosotros tenemos que seguir adelante en dicha dirección, identificándonos cada vez en ese "aspecto humano invencible" que - tal y como ha dicho Boutros Ghali - "hace de todos nosotros una única comunidad".

5. CAMPAÑA PARA LA LENGUA INTERNACIONAL

"Actuar .... en los parlamentos y en las organizaciones internacionales en apoyo de la difusión y para la adopción progresiva - y también formal - de la Lengua Internacional como instrumento concreto de garantía del derecho a la lengua, de salvaguardia del ecosistema lingüístico-cultural planetario, de crecimiento - por encima de las nacionalidades - de una identidad común mundial de pertenencia a la única familia humana". Con estas palabras deliberaba el Consejo General del Partido radical, Sofía 15-18 de julio de 1993. El proyecto para el derecho a la lengua internacional tenía que ser remodelado drásticamente, considerando la gravedad de la situación económica del partido a finales de 1993. Con respecto a los cerca de 750 millones de un primer momento, se tuvo que reducir la hipótesis de inversión 15 veces. Y sin embargo, se ha intentado tener en cuenta y "tocar" con nuestra presencia y con la de la Asociación radical "Esperanto" aunque de forma reducida, todos los contextos: el Parlamento Europeo, las or

ganizaciones internacionales (UNESCO a la cabeza, el parlamento y el gobierno italiano.

En 1954, y posteriormente en 1985, la UNESCO aprobó dos Resoluciones a favor del esperanto. Era necesario acelerar el camino partiendo de ahí. En noviembre de 1993, el partido organizaba en París una manifestación durante la 26 Conferencia General de la organización. La manifestación, y un encuentro con una delegación de la UNESCO, condujo a la plena acogida, por parte del Director General, de la Resolución sobre el esperanto presentada por el Gobierno italiano solicitado por nosotros.

En virtud de dicho compromiso y de las directrices emanadas por el Director General al final de la resolución, la "Esperanto Radikala Asocio" presentó un proyecto para la experimentación de la Lengua Internacional en el mundo. El proyecto fue aprobado por la Comisión Nacional para la UNESCO y por la UNESCO de París, así como financiado por la misma. Actualmente, dicho proyecto coordina más de cien colegios de cerca 20 países de 4 continentes.

En Europa hemos perseguido el objetivo de enmendar en sentido esperantista los nuevos programas comunitarios sobre la instrucción y la formación, respectivamente el Programa Sócrates y el Programa Leonardo, pero la ausencia de un parlamentario europeo que, como miembro de la Comisión de Cultura, llevase a cabo una labor constante de información y convencimiento, ha sido decisiva para la derrota.

La hermosa manifestación que organizamos nosotros con motivo de las votaciones sobre el programa Leonardo, en la que participaron esperantistas de 16 países europeos y de 2 extraeuropeos (Tanzania y China) logró su cometido sólo en el intento de convencer a la ponente, la diputada Von Alemann, que no recomendase a la Asamblea el voto negativo para dichas enmiendas.

Hemos puesto en marcha, con éxito, junto a algunos economistas italianos y extranjeros, entre los que destaca el profesor Berti, el profesor Ridolfi, el profesor Maerten y el reciente premio Nobel de economía, el profesor Selten, para que se calculase el precio que se paga por la "no comunicación", entre los ciudadanos europeos. Se demostró, con cifras, que era necesaria una "lengua federal europea". Los economistas nos han obsequiado con pequeños ensayos de carácter general; se trata ahora de constituir en el seno de las Instituciones europeas un auténtico Grupo de trabajo, tal vez guiado precisamente por el profesor Selten, que elabore, disponiendo de las necesarias estructuras de estudio, un Informe a someter a las instituciones de la Unión y de los países miembros, y a los ciudadanos europeos.

Existe una gran necesidad de una campaña específica esperantista europea. En un organismo político en el que se hablan once lenguas distintas, una lengua federal que pueda expresarse en la educación básica, no sólo es un derecho y así mismo garantía de "igualdad de oportunidades" para cada eurociudadano, sino que es una auténtica necesidad estructural y económica de las instituciones, condición del desarrollo transnacional de las pequeñas y medianas empresas de cada país comunitario, instrumento esencial de una completa movilidad laboral. Es por lo tanto un derecho de los consumidores y de los usuarios europeos saber lo que sale de sus bolsillos y lo que no entra por ausencia de una "auténtica comunicación" a nivel transnacional. Garantizo mi compromiso personal, como Comisaria, a hacer que se realice dicho estudio; un auténtico Informe (como en las tradiciones comunitarias) que, junto al precio de la "no comunicación lingüística", presente propuestas operativas. Propuestas que reforzarán el camino federalis

ta. No hay más que recordar el precio, en materia de derecho, imputable a investigar una equivalencia jurídica de los textos legislativos comunitarios en las distintas lenguas. Precio que hace que aumente hiperbólicamente el contencioso. Luchar para que el esperanto se convierta en lengua de referencia jurídica europea es una auténtica necesidad.

El artículo 27 del Pacto de 1976 relativo a los derechos civiles y políticos, y la reciente Declaración sobre los derechos - entre otros - de los pertenecientes a minorías lingüísticas, Declaración aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de febrero de 1992, dictaminan el derecho de estas personas a utilizar su propia lengua. El esperanto no es una lengua competitiva con respecto a las otras, como lo fueron el latín y el francés, como lo es hoy el inglés y como el día de mañana lo será cualquier otra. El esperanto es una lengua auxiliar, cuya promoción y difusión favorecería el derecho a la lengua como derecho fundamental de la persona. Podríamos hacer de todo para que el Comité de los derechos humanos pida, y posteriormente controle, la utilización de la Lengua Internacional en las ordenaciones nacionales con motivo de la comprobación de los Informes nacionales presentados por los Estados adherentes al Pacto.

Habría que obtener, asimismo, que la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura elabore una Convención para la difusión y la progresiva adopción como lengua internacional auxiliar del esperanto.

Por último, un acontecimiento que cabe destacar con especial emoción porque va mucho mas allá de las iniciativas y los éxitos (o las derrotas) conseguidas. Con respecto a los votos y las peticiones efectuadas por el Partido radical, el Papa ha querido dar la felicitación pascual "urbi et orbi" de 1994 en la Lengua Internacional. Para los esperantistas esta es una gran noticia. Y considerando que Su Santidad ha querido utilizar el esperanto también en Navidades, parece más verosímil la esperanza de que quiera alentar ulteriormente la causa esperantista. Tenemos que saber aprovechar esta perspectiva, hacer de ella un punto de referencia constante y valioso. Nuestro agradecimiento a Juan Pablo II, una vez más, desde esta sede congresal.

PERSPECTIVAS E INICIATIVAS POSIBLES

En este sector también se hace necesario discurrir por dos caminos paralelos. Informar y sensibilizar a la opinión pública internacional (para ello ha servido la presentación de la cuestión esperantista en las páginas del New York Times del pasado 28 de septiembre), mientras que por otra es necesario promover Convenciones internacionales para la utilización del esperanto en los contextos internos y trans fronterizos, en la UNESCO y en la ONU. Y en la UNESCO, considerando las atenciones favorables precedentes, pediremos inmediatamente que el Secretario General estudie una primera Convención internacional.

6. CAMPAÑA CONTRA LAS PANDEMIAS

(SIDA Y VIRUS)

Como conclusión de la primera década de experiencia es necesario tomar nota de que la lucha contra el Sida ha sido llevada a cabo de forma inadecuada y poco realista, confiando básicamente en la hipótesis de un milagro científico, en el descubrimiento de la vacuna o del antídoto. Pero no ha sido fácil detectar - tal y como hemos intentado hacer a partir de la escasa indicación de la moción de Sofía en julio de 1993, que nos comprometía a potenciar "en todas las instancias posibles.... la lucha contra la difusión del SIDA, en especial con respecto al continente africano" - el camino para dar un salto cualitativo en el compromiso internacional.

Y sin embargo, en diciembre de 1993, en Marrakech, en el marco de la Octava Conferencia Mundial sobre el SIDA en Africa, el Partido radical difundió un proyecto de campaña internacional, sobre el SIDA pero también sobre las pandemias en general, que se planteaba como objetivo colmar un vacío en el marco jurídico-institucional internacional y delinear un instrumento para reaccionar globalmente y de forma concertada a las pandemias en cuanto tales, ya se tratase de la epidemia VHI u otros virus como el de Ebola, Marburg, Junin ....

A nuestro parecer, es necesario instituir un órgano supranacional, provisto de poderes vinculantes para garantizar la aplicación de medidas que hayan sido aceptadas globalmente.

Una Convención ONU puede representar un razonable punto de partida, que tenga en cuenta los siguientes puntos:

(I) defensa de los derecho humanos y civiles de las personas seropositivas y con SIDA declarado;

(II) acceso de los pacientes, sobre todo en los países en vías de desarrollo, a los fármacos;

(III) promoción del uso y distribución del preservativo en las poblaciones;

(IV) certeza de reservas de sangre limpia en los hospitales;

(V) programas de intercambio de jeringuillas (nueva contra usada) para los toxicómanos por vía intravenosa; una política antiprohibicionista en materia de drogas;

(VI) modificación estructural de las Agencias ONU, optimizando los esfuerzos a través de una jerarquía dirigida de responsabilidad, con los esfuerzos a través de una jerarquía dirigida de responsabilidades, con la implicación en primera persona del Secretario General y el nombramiento, de Director del Programa, de una personalidad de indiscutible prestigio internacional;

(VII) reimpulso de la especialización en virología y epidemiología; organización de un sistema nacional e internacional de vigilancia; incentivación de las actividades de investigación, tanto de base como aplicada; en PVS;

(VIII) promoción y tutela del derecho a la información y del derecho a la salud;

(IX) mejora del estatus social de las mujeres;

(X) refuerzo de la cooperación financiera y política Norte-Sur.

Tras recibir comentarios y observaciones de la comunidad científica internacional, el proyecto se hizo público en febrero de 1994, a lo largo de dos acontecimientos oficiales, en Génova y en Sofía.

A pesar de los plazos importantes a lo largo del último año (Conferencia Mundial de Yokahoma en agosto y Cumbre de París en diciembre) que hubiese podido ofrecer un terreno válido de crecimiento de la iniciativa, el partido ha tenido que suspender la campaña, una vez más debido a la falta de fondos. En cualquier caso, a principios de 1995, de acuerdo con la Región de Piamonte, se celebrará en Turín una conferencia internacional, para reanudarla y reimpulsarla a un nivel adecuado.

7. CAMPAÑA PARA LA INSTITUCION DE UNA ALTA AUTORIDAD DEL DANUBIO

A lo largo de los últimos meses, ha tenido lugar en el partido un debate que, a partir de los elementos ofrecidos por el informe y por las conclusiones de Sofía, ha intentado delinear hipótesis de iniciativa política sobre el tema "Danubio". En el informe y en el documento de Sofía se hacía hincapié en el proyecto, entre institucional y ecológico, de una Autoridad supranacional para la gestión de la cuenca del río. Pero mucho preso, en aquel debate, "Danubio" se convirtió - digamos - en la metáfora del emblemático discurrir de este gran río a través de tantos países y ciudades como Viena, Bratislava, Budapest, Belgrado y su conexión, gracias al canal de Constanza, por una parte con el Rin y por otra con el Mar del Norte, se ha intentado delinear más amplias problemáticas, relacionadas con el surgimiento de las nuevas democracias de países del área danubiano-balcánica, puesto en entredicho por las llagas abiertas en los viejos tejidos institucionales así como por las diferencias lingüísticas o étnicas, y en c

ambio favorecido por la petición por parte de algunos de ellos de entrar a formar parte de la Unión europea.

Partiendo de las cuestiones institucionales y ecológicas del río, el tema "Danubio" se ha convertido en un contenedor de los grandes desafíos que Europa tendrá que enfrentar a lo largo de los próximos años y a los que es necesario dar una respuesta inmediata y clara. El debate no ha llegado a una conclusión, a una línea de iniciativa, o a una propuesta política, es más se halla en plena reflexión y análisis.

La firma de la Convención para la Cooperación, firmada por numerosos países tanto ribereños como no en Sofía (junio del 94) y la puesta en marcha del proceso, que aún no se ha concluido, de la ratificación por parte de los parlamentos nacionales, ha hecho que sea menos importante el resultado del debate en el aspecto de los problemas, diversos y complejos, de la gestión del río.

Pero ha hecho que saliesen a flote tendencias y problemas, que es importante subrayar. Se han contrapuesto en particular dos tesis que no creo sean antagonistas entre ellas. Una traza la hipótesis, o la necesidad, de presentar, o de hacer presentar desde el seno del partido, una "confederación balcánico-danubiana" como motor político, cultural, económico de un modelo de desarrollo de toda la región basado en los principios de un federalismo moderno, que tenga por objeto vencer los antagonismos nacionalistas como los egoísmos de las pobrezas y dar respiro y dimensión supranacional a las jóvenes democracias balcánicas librándolas de la llamada de tradiciones fratricidas y riesgos de conflictos de lo contrario inevitables dada la complejidad de la composición étnica, religiosa, cultural de la amplia región, tal y como tiene lugar, en la mismísima Europa, en puntos de análogas características. La propuesta "confederación danubiana" daría un marco institucional a la autorrealización de la región, incluso en el ca

so de que sus países entrasen en la Unión Europea; sería indispensable, tanto para desactivar a priori los contenciosos fronterizos y culturales como para hacer que dichos países no se presenten separados y por ende egoistamente divididos, a la confrontación con los socios europeos.

Una segunda tendencia ha privilegiado más bien la idea de la inmediata implicación de los países del área en el sistema político europeo (Unión europea): un proceso en curso, por otra parte, para algunos de los países de Europa Central, pero sujeto todavía a las voluntades de las cancillerías y de las mismísimas autoridades de los países miembros, así como a la voluntad de la Unión tomada en su conjunto. Todas las divisiones miopes, cada vez más, para divisar los verdaderos desafíos para dar forma a la subjetividad política del continente. En el seno de la Unión, por desgracia, se discute sobre la presunta necesidad de "equilibrios mediterráneos" por respetar, de divisiones por zonas de interés, de empleo económico, sin tener en cuenta que actualmente Europa, la Unión europea por construir, debe confrontarse con los problemas de todo el continente, entendidos a nivel global.

Sigue siendo válida, sin embargo, la propuesta de creación de una Alta Autoridad y de una Comunidad europea de los ríos y de las grandes hidrovías. Dos indicaciones que tienen por objeto introducir, por la mismísima fuerza de las cosas, una brecha institucional que penetre en el corazón de la Unión, para subrayar las actuales incapacidades y divisiones.

La metáfora "Danubio" con su llamada a los intentos seculares de desarrollo institucional, regionalista o federalista, imperialista, comunista, pero sobre todo - en perspectiva - democrático, ha puesto en evidencia las enormes potencialidades del Partido radical como vector político de una reflexión y de una iniciativa que sepa superar las contradicciones internas de las diplomacias occidentales; aquellas democracias que, lamentablemente, se han manifestado también en la cumbre europea de Essen y en la reunión de la OSCE (ex.CSCE) de diciembre de 1994, en Budapest. Con amplia anticipación, a través del intento de convocar el congreso del partido en Zagreb en octubre de 1988 ya predijimos los trágicos acontecimientos de la Antigua Yugoslavia. Os acordáis? Nosotros apostamos por "Yugoslavia en la CE inmediatamente", y también por "Hungría en la CE, inmediatamente". «Ya por aquel entonces....!

Seguimos estando plenamente convencidos, tal y como habíamos previsto organizando políticamente el Congreso de Budapest en 1989, de que la realidad danubiana seguirá llamando a la puerta y presentando largo y tendido sus exigencias para satisfacer su "necesidad" de Europa: necesidad económica y política, a base de ayuda económica, de movilidad del trabajo, de reconstrucción medioambiental, de intercambio de información, de un modelo distinto de producción industrial a plantear en lugar de la planificación socialista. Los intentos de sanear el tejido institucional a través de experiencias federalistas, interregionales, siempre han sido vencidos porque han hallado ante ellos la barrera de los antagonismos, los egoísmos nacionalistas, las divisiones étnicas. En este espacio de historia vivida y a través de nuestra presencia sencillamente en numerosas capitales del centro de Europa tenemos la nítida conciencia, la racional sensación de que gran parte de nuestras victorias o derrotas se va a medir a partir del cr

ecimiento o de la derrota de aquellas democracias, y de su participación e integración o no, en lo procesos decisionales de toda Europa.

Porque, «ojo! si bien los países danubianos necesitan Europa, la Europa rica de la Ue necesita abrirse asimismo a los países menos desarrollados el Este. Lo necesita porque el proceso de integración deje de estar administrado, y retrasado, por las cancillerías o por voluntades políticas centrífugas, y para que la Ue cobre la fuerza necesaria para superar los obstáculos que quieren que se convierta en entidad no política y exclusivamente intergubernamental mientras que la Europa de los ciudadanos sigue siendo una quimera o, lo que es peor, una mera enunciación vacía, ni tan siquiera un auspicio.

"Danubio" es todo ello, es una propuesta política por definir, por limar, pero no una utopía, que preferimos dejar para los acuerdos y los sueños, aunque esos auténticos, de Lajos Kossuth, de Aurel Popovici, de Miklos Wesselenyi o a los del mariscal Tito, premonitorios de tragedias actuales.

EL PARTIDO EN EL MUNDO

B. LA SITUACION EN LOS DISTINTOS PAISES

1. EUROPA CENTRAL

(Albania, Austria, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Rep. Checa, Croacia, Eslovenia, Eslovaquia, Hungría, Kosovo, Macedonia, Montenegro, Polonia, Rumania, Serbia, Turquía Y Voivodina)

Cuadro global

La iniciativa del partido en los países de Europa central y del este, a partir del Consejo General de Sofía, ha tenido que hacer frente, por una parte, a las dificultades de la transición de economías y de las políticas de los países ex-comunistas a estándares democráticos europeos, por otra parte los reflejos locales de la guerra que se combate en la Antigua Yugoslavia desde julio de 1991, con obvias recaídas negativas en toda la zona.

Y sin embargo, precisamente de esta zona hemos recibido gran número de adhesiones a campañas promovidas por el partido en materia de justicia. La justicia como requisito indispensable para una paz posible, y con ello la campaña para el Tribunal especial para la creación del Tribunal Internacional Permanente. Ambas han sido sentidas como actuales y en cualquier caso responden a exigencias reales.

Y sin embargo, en esta zona numerosas han sido las adhesiones a las campañas promovidas por el partido sobre objetivos de justicia como base concebible

Con las firmas sobre los llamamientos, pero también con ayunos e iniciativas militantes, han dado su adhesión parlamentarios, ciudadanos e intelectuales de todos los países considerados. Un dato que habla por sí sólo: de las 708 firmas de parlamentarios de todo el mundo para el Tribunal internacional, 204 provienen de estos países, sin contar con los miembros de gobierno, los cientos de alcaldes y personalidades de distinto nivel.

En todos los países considerados, la movilización ha comportado, por primera vez de forma sistemática, la convocatoria de encuentros al más alto nivel institucional y gubernamental. Han sido tomados contactos directos con el ministro de asuntos exteriores húngaro Kovacs y con el presidente croata Tudjman, con el presidente del parlamento albanés Abnori o con el co-presidente bosnio Pejanovic. El partido radical ha cobrado visibilidad y credibilidad.

Incluso cuando no han sido logrados los resultados que se esperaban, hemos puesto de manifiesto políticamente la debilidad y la chantajeabilidad de dichos países en el escenario internacional. Esta es su dramática condición que explica en instancias de las Naciones Unidas los repentinos cambios de postura y los cambios de chaqueta, inevitables en ausencia de un arraigo sólido en el contexto político y económico europeo y comunitario. No es que todo ello suceda por responsabilidades de dichos países y de sus gobiernos. La exigencia de participación en la Unión Europea que brota de la mayor parte de ellos sigue sin ser escuchada o en cualquier caso diluida en ese mar de desidia del eurocratismo. La inexistente respuesta europea a la guerra, a la limpieza étnica, al drama repentino de tres millones y medio de prófugos, ha acabado con alimentar tendencias centrífugas y agregaciones en peligrosos bloques de intereses contrapuestos.

Se convierte en algo absolutamente vital, para estos países y para la mismísima supervivencia de la Unión europea - y de la paz - proponer y multiplicar la iniciativa para la efectiva operatividad del Tribunal especial, que hoy en día se haya prácticamente inactivo debido a las financiaciones inadecuadas, así como para la constitución del Tribunal Penal; pero también para la adhesión, en primer lugar política, de los países del área a una Unión europea federal y democrática. El partido puede, en este sentido, hacer mucho.

Sobre todo en Croacia, Hungría y Bulgaria a través de asambleas e intervenciones en los medios de comunicación, se ha puesto en marcha un debate sobre el antiprohibicionismo que, a parte de producir un reflejo a veces de crítica y otras de apoyo en los medios de información, ha permitido una investigación sobre las Convenciones internacionales en materia de droga y sobre las aplicaciones legislativas locales. En países en los que el consumo de drogas y criminalidad relacionada están creciendo de forma exponencial, el antiprohibicionismo puede ser importante instrumento de desarrollo del partido. Sigue en pie, no obstante, la dificultad de hallar y hacer participar en nuestras campañas a representantes políticos locales, con respecto a un argumento de tan fuerte impacto en la opinión pública y por lo tanto tocado con mil vacilaciones por parte de aquellas personas que desempeñan un cargo público.

Nos hemos puesto en contacto con organizaciones ecologistas y partidos políticos para llevar a cabo posibles iniciativas con respecto a los problemas, no sólo medioambientales, relacionados con el Danubio.

Remitiéndonos a la amplia cronología elaborada, cabe destacar la adhesión y la participación de parlamentarios y personalidades inscritas al partidos en encuentros internacionales y convenios organizados por el partido en Nueva York, Bruselas, Roma, así como el increíble éxito de las muchas asambleas celebradas desde Estambul hasta Sarajevo, desde Tirana hasta Sofía, pasando por Bucarest, etc.

Mantener y reforzar las nuevas democracias, el final de los conflictos regionales y una paz justa, el renacer de las economías desastradas, son temas a los que tendrá que responder la Comunidad europea a lo largo de los próximos meses, pero son también los temas ante los que el partido, desarrollando una red de contactos político-institucionales y con la peculiaridad de sus iniciativas, prefigura respuestas posibles y válidas.

Medios de comunicación

El eco de las iniciativas del partido en los medios de comunicación es sumamente oscilante. Pasamos de situaciones de patente censura, como en Rumania, a situaciones de atención televisiva, como en Croacia, como de prensa o radiofónica, como en Bulgaria o en Albania. La presencia sigue siendo insuficiente debido a nuestras dificultades económicas. Para pasar más asiduamente por los medios de comunicación harían falta traductores y encargados de prensa, que actualmente el partido no puede costearse. Cabe tener presente, asimismo, que 1994 ha sido el año en el que se han imprimido y difundido en estos países menos publicaciones radicales. Hemos intentado utilizar la comunicación telemática Agorà para salvar dicha carencia, instrumento ágil y eficaz de la actividad transnacional, gracias al boletín "Transnational". Los límites de presupuesto han permitido una información limitada, finalizada sobre todo a la información (a veces esporádica) de los parlamentarios y de órganos de prensa. La producción en las sedes

locales, con la correspondiente disminución de los costes ha garantizado la salida y una cierta funcionalidad tanto para mantener los distintos contactos como para las recogidas de firmas.

Inscritos

Los inscritos del 94 han sigo globalmente, en la zona, 522, de los cuales, dada la orientación predominantemente cualitativa de las campañas de inscripción llevadas a cabo en los últimos tres años, 136 son parlamentarios. Cabe añadir personalidades del mundo de la cultura, de la política, del periodismo, y también un pequeño número de ciudadanos que mantienen para con el partido, a menudo desde hace algunos años, con la inscripción y a veces con la militancia, una relación consolidada de confianza.

Un breve vistazo a la situación en la República Checa. No continuativa, aunque interesante, la presencia radical en este país. El pasado junio, el diputado de ODS (partido de mayoría relativa del premier Vaclav Klaus) Andrej Gjuric ha presentado en el parlamento nuestra moción sobre el Tribunal especial para la Antigua Yugoslavia. La propuesta de incluirla en el orden del día no fue aprobada por la mayoría.

En agostó se presento a la prensa la versión en lengua checa del libro de Al Gore "Earth in the Balance" que habíamos patrocinado nosotros. La ceremonia se celebró en la Embajada de EE.UU. en Praga, co-patrocinadora del libro. En agosto, los radicales reaccionaron a la postura adoptada por un miembro de la comisión gubernamental anti droga, Tomas Has, que sostenía la necesidad de introducir en el orden jurídico de la República Checa la castigabilidad por el mero consumo de sustancias estupefacientes, actualmente no penalizado. La réplica obtuvo un considerable espacio en la prensa, y reanudó un amplio debate, a partir de la tesis para la legalización, que ocupó páginas enteras de varios periódicos nacionales.

En septiembre, Carla Rossi obtuvo, en Praga, dos entrevistas destacadas en dos de los más importantes periódicos checos. En octubre cuatro parlamentarios firman el llamamiento para la ICC: Con ellos, entre otros, el ex ministro checo para el medio ambiente Josef Vavrousek, y el secretario general de la International Romani Union, Emil Scuka.

La mesa para la recogida de firmas puesto el 8 de diciembre en el centro de Praga por militantes radicales para recoger adhesiones sobre el llamamiento "Sarajevo ciudad abierta" obtiene espacio en los noticieros de radio y en los de la televisión pública.

2. EUROPA ORIENTAL

(Bielorrusia y Moldavia)

En junio de 1993, una delegación radical capitaneada por Andrea Tamburi se entrevistó en Chisinau con el Presidente de la República moldava, Mircea Snegur. En el mismo periodo, se promovió una campaña transnacional para que en el proyecto de nueva Constitución de dicha república se eliminase la pena de muerte. Se lanzó un llamamiento antiprohibicionista al parlamento moldavo a partir del cual se recogieron, el pasado año, cerca de 3000 firmas de parlamentarios, personalidades, alcaldes y ciudadanos, no sólo en la Extinta Unión Soviética sino en otros países europeos. La iniciativa estuvo sumamente apoyada por parlamentarios moldavos.

En cualquier caso, esta legislatura no ha llegado nunca a discutir la nueva Constitución, tras las elecciones generales de febrero de 1994 la situación en el parlamento ha cambiado mucho, la mayoría absoluta - inclusive los ex-comunistas de los partidos socialista y democrático agrario - votó en octubre para mantener en la nueva Constitución la pena de muerte, a pesar de las protestas de intelectuales moldavos y de la campaña y los llamamientos lanzados por el Partido radical y por "Que nadie toque a Caín". Era difícil llegar a un resultado distinto en un país en el que no teníamos ni puntos de referencia ni de contacto estables ni una sede en donde las actividades han sido coordinadas hasta ahora desde la sede de Kiev.

Otra iniciativa importante desde los primeros días de nuestra presencia, en verano de 1992, fue la campaña en pro del derecho y contra la violación de los derechos humanos en Transnitria, la región aún ocupada por el ejército ruso, en donde el gobierno monigote filo-comunista de la autoproclamada "República moldava de Transnitria" ha sido creado y vive a la sombra de las bayonetas rusas. El haber adoptado una postura concreta a favor de los derechos humanos y del derecho internacional ha favorecido el éxito radical en Moldavia. En el marco de esta campaña, durante el invierno de 1993-1994 se llevó a cabo una iniciativa en defensa de Ilie Ilascu, profesor de la universidad de Tiraspol y presidente del Grupo Helsinki moldavo, arrestado por los separatistas transnitrianos en Tiraspol (capital de la autoproclamada República) y condenado a muerte por "terrorista" y "espía". La iniciativa fue lanzada el 10 de diciembre de 1993 desde la tribuna del Congreso de fundación de "Que nadie toque a Caín", en Bruselas.

Se celebró una asamblea pública del parido en Chisinau, el 24 de febrero. Ningún representante del partido se ha trasladado hasta dicha ciudad desde aquella fecha, debido a la consabida falta de medios. En el marco de la campaña para la abolición de la pena de muerte, una delegación moldava participó en la Marcha de Pascua de 1994 e intervenciones importantes de Petri Munteanu y Alecu Renita fueron publicadas en los medios de comunicación moldavos, que han garantizado siempre un excelente seguimiento de nuestras actividades.

De los cien miembros o simpatizantes moldavos, la mayoría son parlamentarios o periodistas de gran relieve (entre ellos Alexandru Dorogan, director de Radio Moldova, y Zola Golban, redactor-jefe del periódico "Nezavisimaja Moldova"). A pesar de ello, sólo 34 personas en Moldavia se han sumado al partido en 1994 en vez de las 91 de 1993 y de las 100 de 1992. Muchas, las razones de la disminución: la falta de fondos para desplazarse hasta el lugar y organizar una iniciativa política, la imposibilidad de transferir dinero por correo desde Moldavia tras la introducción de la nueva unidad monetaria, etc.

Los intentos, que iban por buen camino, para obtener una habitación en la sede del parlamento moldavo en el marco del proyecto de Agencia Transnacional 1993 se bloquearon tras las elecciones de febrero de 1994, tanto debido a la situación parlamentaria totalmente nueva como a nuestra crisis financiera.

3. RUSIA

El Partido radical ha tenido que trabajar en Rusia, durante el último año y medio (desde el Consejo General de Sofía en julio de 1993), en una situación nada sencilla, tanto desde el punto de vista político como organizativo.

La crisis política de septiembre de 1993 entre el presidente Yeltsin y el Sóviet Supremo, la revuelta y la posterior toma de la Casa Blanca el 3 y el 4 de octubre, las elecciones generales del 12 de diciembre y la formación del nuevo Parlamento - Duma y Consejo de la Federación - han determinado en Rusia una situación completamente nueva y han sacado a flote nuevas figuras, con las que hemos tenido que tomar nuevos contactos, partiendo de cero o casi.

Por otra parte, es justo advertir de que dichos cambios políticos han brindado la oportunidad de edificar una presencia radical en un terreno prácticamente virgen, casi ayudado por malentendidos, errores y abusos del pasado.

Pero un acontecimiento sumamente doloroso, inaceptable, ha afectado en lo más hondo nuestro trabajo en Rusia y en todo el territorio de la Extinta Unión Soviética. El asesinato de Andrea Tamburi, coordinador de la actividad del Partido radical en los países de la CE, que aconteció en Moscú en febrero de 1994. Es difícil evaluar lo mucho que hemos perdido, a parte del amigo, del militante generoso, con la desaparición de Tamburi. Tal vez las mismísimas modalidades del brutal homicidio - que haremos sean esclarecidas a nivel judicial - nos demuestran lo valioso, serio y profundo que era el trabajo político de Andrea en Moscú y en todo el país. Tal vez, su figura fue sentida como un elemento incómodo, inaceptable, peligroso por parte de un país todavía desconfiado y lejano de los ideales y la práctica de la tolerancia, del liberalismo, del pluralismo democrático. Aprovecho la ocasión, una vez más, para recordarlo profundamente y con cariño, un recuerdo que nos sigue uniendo, del compañero y amigo Andrea Tamburi

.

Para juzgar la actividad del partido en Rusia es necesario prestar atención a la campaña para el Tribunal Penal Internacional, durante el que el partido ha sabido obtener, por vez primera, a lo largo de la cual el partido ha sabido obtener, por vez primera en la historia de su existencia en la Unión Soviética y en Rusia, una gran e importante respuesta por parte de parlamentarios, alcaldes, gobernantes y personalidades: más de 300 firmas para el llamamiento a las Naciones Unidas, de las cuales 57 miembros de la Duma de todos los grupos y alineaciones políticas, 1 senador, 17 alcaldes, 4 gobernadores y dos ministros.

Hemos recibido respuestas positivas, solicitudes de más información sobre nuestras actividades, invitaciones por parte de unas veinte administraciones a visitar sus ciudades, desde la frontera estona hasta el océano Pacífico, desde el Círculo Polar hasta el Cáucaso. Sólo la falta de medios financieros nos ha impedido desarrollar este resultado, visitando dichas ciudades y organizando encuentros con alcaldes y asambleas públicas.

Entre las personalidades que han dado respuesta positiva a nuestras iniciativas mencionamos a Garry Kasparov, campeón mundial de ajedrez, Rolan Bykov, realizador cinematográfico, Aleksandr Yakovlev, presidente de la compañía televisiva Ostankino, Adolf Shaevich, rabí jefe de Rusia, los académicos Stanislav Shatalin, Igor Bestuzhev-Lada, Yurii Afanasiev, el escritor Lev Tomofeev. Entre las principales razones del éxito cabe destacar una considerable actividad "técnica" - aunque no sé hasta qué punto es justo disminuirla con tal adjetivo - desempeñada en el marco de la campaña sobre el Tribunal Penal desde la sede de Moscú, desde la que han sido enviadas más de 3000 cartas y faxes, acompañados de cientos de llamadas telefónicas, con la introducción detallada de cada una de las respuestas en la base de datos informatizada.

En Rusia, el partido no se ha limitado a promover las principales campañas, las indicadas por el Congreso y por el Consejo General; sino que ha intervenido y a dado respuestas rápidas y adecuadas a numerosos entre los desafíos políticos que se están llevando a cabo en el país. Cabe destacar, por ejemplo, lo que aconteció con motivo de la medida sobre el SIDA adoptada el pasado otoño de 1994 por la Duma. Al dictaminar la obligación del test HIV para todo extranjero que cruzase la frontera, la medida fue denunciada como una violación desfachatada de los derechos humanos, tanto por parte de los medios de comunicación rusos como, generalmente, en el mundo. El partido puso en marcha sin demoras varias iniciativas: el llamamiento a los militantes pero también a los lectores del periódico Izvestiya para que enviasen telegramas al Consejo de la Federación y la organización de una manifestación ante la Cámara Alta del Parlamento Ruso el día del debate sobre dicha medida. La manifestación fue desconvocada en el último

momento debido a que el Consejo Federal había decidido no discutir la medida y someterla directamente al Presidente quién recurrió a su derecho al veto.

Otra campaña, reanudada en 1994, tras las luchas de 1991, fue la campaña por el derecho a rechazar el servicio militar. En Rusia, dicho derecho, a pesar de que estar dictado por la Constitución de diciembre de 1993, no se aplica jurídicamente en la realidad. En julio de 1994, los radicales de Rusia, en contacto con el Comité de las Madres de los Soldados, elaboraron un Memorándum de críticas al proyecto de ley sobre la objeción de conciencia presentado por la Duma. Las enmiendas propuestas por el Partido radical y por el Comité de las Madres de los Soldados prevén que el servicio civil alternativo no sea más largo que el servicio militar; que no se realicen exámenes para averiguar sobre los creyentes; que se conceda, cuando la persona lo desee, la posibilidad de cumplir el servicio civil alternativo voluntario fuera del territorio de la Federación Rusa. El proyecto de ley fue aprobado por la Duma en diciembre de 1994 (cosa que consideramos positiva) pero no responde a las mencionadas tres exigencias. Para se

r definitivamente adoptado como ley tiene que superar, como mínimo, otras dos lecturas, lo cual nos dará tiempo para más iniciativas.

A grandes rasgos, podemos decir que el año 1994 y principios de 1995 ha sido un periodo en el que en Rusia, con un contexto político y organizativo totalmente nuevo, el partido ha renovado su presencia antimilitarista - con la iniciativa para el proyecto de ley sobre la objeción de conciencia, la reacción al estallido de la guerra en Chechenia - en la perspectiva de la campaña masiva (inclusive la iniciativa contra el enrolamiento al servicio militar) que será posible lanzar en 1995 si el partido halla la posibilidad de proseguir sus actividades.

A lo largo del último año y medio, el partido ha organizado con éxito gran número de manifestaciones en las calles de Rusia, sobre todo en Moscú (véase la lista más adelante). Casi todas ellas han sido seguidas por la Televisión y la prensa rusa, sobre todo gracias a un buen trabajo de organización con respecto a la información. Los comunicados de prensa han sido automáticamente enviados por fax a más de 200 órganos de información rusos y extranjeros (últimamente para el envío de comunicados de prensa, los militantes en Rusia han empezado a utilizar tecnologías avanzadas - Internet e-mail y el servicio Sprint fax). Se han establecido excelentes relaciones con las agencias de noticias Interfax, Express-Khronika, Radio Liberty, Tele Russia, Tele 2x2 y Open Radio.

La escasez, o mejor dicho, la ausencia de inversiones, salvo sumas pequeñas, sobre todo a partir de junio de 1994, nos ha obligado a renunciar a muchas iniciativas. Todas las actividades en Rusia estaban coordinadas por la oficina de Moscú, en donde - tras la reorganización de diciembre de 1993 - trabajando sólo 3 personas, que en mayo pasaron a ser cuatro. Para entender cómo trabajan nuestros compañeros, quisiera destacar que en la sede de Moscú hay un total de 3 ordenadores, una fotocopiadora y un fax.

Durante todo ese año y medio, el partido no ha realizado una fuerte campaña de inscripciones en Rusia. Lamentablemente, debido a la falta de dinero, sólo tres Asambleas públicas han podido celebrarse en ciudades rusas (véase nota).

Y sin embargo, a pesar de que no ha habido una fuerte campaña, casi 250 personas figuraban inscritas al partido en Rusia, a finales de 1994. En cuanto a números, nos hallamos bien lejos de los 972 en 1993 o de los 2859 en 1992, pero la "calidad" de nuestra presencia en Rusia ha sido en 1994 mucho más relevante. El sensible aumento de la cuota mínima de inscripción ha dado a los ingresos un valor algo más que simbólico, aunque el abismo entre lo que cuestan las iniciativas políticas y las cuotas de inscripción sigue haciendo que sea imposible la autofinanciación. Un cambio de perspectiva podría producirse si creciese el frente antimilitarista, en potencia, considerando las circunstancias actuales, de "masa".

Un acontecimiento importante fue la publicación en el periódico Izvestiya, el 2 de diciembre de 1994, de la página informativa. Era la primera vez que salía el partido en un periódico ruso, tras haber salido en Komosomolskaya Pravda en 1991 y en 1992. Pero, contrariamente a las veces anteriores, esta última ha sido una buena oportunidad para presentar a la opinión pública rusa (inclusive los decisión makers, la primera categoría de lectores de Izvestiya) no sólo el perfil general del Partido radical sino una información sobre algunos resultados concretos alcanzados en Rusia (especialmente en el seno de la campaña para el Tribunal Internacional). Más de 150 respuestas han sido recogidas con motivo de dicha publicación.

En diciembre de 1993, pudimos llevar a una importante delegación rusa, de la que formaba parte Anatolii Pristavkin, presidente de la Comisión sobre la Amnistía ante el Presidente ruso y uno de los más destacados opositores de la pena de muerte, a la Conferencia de fundación de "Que nadie toque a Caín" en Bruselas. En abril de este año, una consistente delegación rusa participó en Roma en la marcha de Pascua y en el encuentro del Consejo Ejecutivo de "Que nadie toque a Caín". En mayo, dos miembros de la Duma - Irina Jakamada y Vladimir Lepejin - participaron en la conferencia de Roma para la denuncia de las Convenciones ONU en materia de drogas.

Además de organizar las campañas políticas y las distintas iniciativas, la sede de Moscú desempeña un considerable trabajo "cotidiano". En 1994, 9 números de Transnational fueron traducidos, imprimidos y enviados a Rusia, Bielorrusia y Asia central, por un total de más de 40000 copias. La importancia de dicho instrumento de información para la organización y movilización ha sido enorme, sobre todo en las condiciones de la Extinta Unión Soviética en donde - a falta de una Radio Radical y al ser todavía limitada la presencia de ordenadores y módems de uso privado - constituye el único vínculo entre el partido y sus inscritos o simpatizantes.

Registrar las inscripciones, enviar los carnets u otras comunicaciones para los inscritos, contestar a las cartas que llegan cada día componen la vida cotidiana de la sede. Lamentablemente, a causa de los mencionados problemas financieros (que impiden sobre todo las traducciones) ha sido imposible proporcionar en Agorà una mayor información sobre la vida política así como una eficaz reseña de prensa de los medios de comunicación rusos. Sin embargo, este trabajo es muy importante y tiene que ser reanudado en cuanto podamos (por ejemplo, a partir de las agencias Interfax del servicio de reseña de prensa de Russika).

Además de la sede de Moscú, el partido tiene una más pequeña en San Petersburgo, con una persona que trabaja part-time y una red de cerca de 10/15 activistas constantes, disponibilidad de fax y de ordenador (sin módem). Podemos contar asimismo con una red de cerca de 50 puntos de referencia en distintas ciudades - las primeras en Vorohez, Tula - Orehovo-Zuevo, Novgorod, Lesosibirsk (región de Krasnoyarsk), con las que la sede de Moscú mantiene constante contacto telefónico o postal; pero en definitiva, nuestra presencia en Rusia se concentra en Moscú y - algo menos - en San Petersburgo.

4. UCRANIA

La sede radical de Kiev existe desde marzo de 1992. Es la segunda, tras la de Moscú, establecida en la Extinta Unión soviética, y se encarga también de otros países. En este sentido la sede de Kiev desempeña un papel más o menos parecido al de las sedes de Sofía, Zagreb, Budapest y Bruselas. En su esfera de "competencia" entran Ucrania, Moldavia y una parte de los Estados bálticos. Desde el punto de vista técnico, Kiev es la sede principal en el territorio de la extinta Unión Soviética: por ejemplo, se introducen en el ordenador los datos relacionados con los inscritos y se transmiten por Agorà a la sección carnets del partido ("Tesseramento"). Desde Kiev se envía por correo gran parte del material a los países no sólo de su competencia sino también a Rusia, Transcaucasia, Asia central - sobre todo porque los gastos de correos son menores. La relativamente buena comunicación telemática entre Moscú y Kiev hace posible la distribución del trabajo entre ambos centros. Las estructuras técnicas comprenden dos ord

enadores y un fax. Tras el regreso de Nikolái Jramov de Kiev a Moscú en marzo de 1994, colaboran permanentemente y con dedicación completa tres personas mientras que otra se encarga de la cuestión de introducir datos en el ordenador y de las traducciones.

La sede de Kiev es importante no sólo porque es necesario tener una dirección en un país grande como Ucrania, que cuenta con cientos de inscritos activos, o porque "correos cuesta menos". La situación política en la extinta Unión Soviética hace que sea inoportuno organizar y llevar a cabo actividades políticas, incluso las radicales en otros países de la CEI (por no hablar de los Estados bálticos) partiendo desde Moscú. Kiev es una localidad idónea, "neutral", desde la que se pueden contactar casi sin problemas Talin y Riga, países en los que para un diputado recibir correspondencia en ruso, con matasellos de Moscú, podría incluso comportar dificultades a su carrera política.

Desafortunadamente, las condiciones que está atravesando Ucrania a lo largo del último año y medio no han ayudado a desarrollar nuestras iniciativas políticas. La catastrófica situación económica, el empobrecimiento de la población debido a la ausencia de reformas, el invierno tan duro 1993-94 sin abastecimiento de gas ruso, la "guerra fría" con Rusia provocada por las exigencias rusas sobre Crimea y el desacuerdo sobre la repartición de la flota del Mar Negro, el conflicto entre el presidente y el parlamento que ha paralizado el parlamento ucranio desde el verano de 1993 hasta las últimas elecciones de marzo de 1994, las elecciones presidenciales en junio-julio 1994, han sido todas ellas circunstancias, a veces dramáticas, que han impedido a los ucranios interesarse por problemas "distantes" como pueden ser considerados - por quién los vive y los sufre - el conflicto yugoslavo, la campaña para el Tribunal criminal internacional y la moratoria de las ejecuciones capitales. A pesar de ello, el partido en Ucra

nia ha sido activo y se han obtenido varios logros en las campañas políticas "generales". Desde junio de 1993 hasta el verano pasado se ha desarrollado en Moldavia, una iniciativa contra la pena de muerte en el contexto de la elaboración de la nueva Constitución, que se coordinó desde Kiev. Una delegación ucrania participó en la marcha de Pascua en Roma. Valerii Ivasiuk, presidente del Comité nacional anti Sida de Ucrania y miembro del partido, participó activamente en la Conferencia sobre las convenciones en materia de drogas de las Naciones Unidas en Roma, el pasado mayo.

En Ucrania, al igual que en Rusia, el objetivo primordial de nuestra iniciativa política en 1994 fue la campaña para la institución del Tribunal Penal internacional. Hemos obtenido resultados sin precedentes. El llamamiento a las Naciones Unidas ha sido firmado por 23 parlamentarios de casi todos los grupos, desde los alcaldes de Kiev y Jarkov, numerosos Vips, entre los que destaca Boris Paton, presidente de la Academia de las ciencias, y Bogdan Beniuk, actor, o Yurii Hudyakov, vice presidente de la Unión de arquitectos ucranios. La campaña ha contribuido a presentar la imagen del partido a los nuevos electos del Consejo Supremo y a establecer excelentes vínculos con ellos - por ejemplo con Serguéi Golovatii, miembro de la Comisión de Derecho, que se inscribió al partido en 1995, y con el vice almirante Boris Kozhin, ex comandante de la marina militar ucrania y actualmente parlamentario.

Muchas acciones y manifestaciones positivas - bien seguidas por la prensa - han sido organizadas en Ucrania en este periodo. Al final, hay una nota con toda la lista.

Todas han tenido, aquí también, eco en la prensa. En general, las relaciones del partido con los medios de comunicación (sobre todo con la agencia de prensa UNIAR y la TV UNIAR, la agencia de prensa UNIAN, y el periódico "Vseukrainskie Vedomosti") pueden ser definidas muy buenas. El motivo - a parte de la distribución regular de comunicados de prensa - estriba en las excelentes relaciones personales entre los radicales de Kiev y periodistas de relieve, entre los cuales muchos están inscritos.

Cinco asambleas públicas radicales - más que en los demás países CEI y Estados balcánicos juntos - fueron organizadas en Ucrania en 1994. En enero, se celebraron tres: el 8 en Kiev, con la participación de Bogdan Lisovich, vice director de la oficina ONU en Kiev, el 15 en Dnepropetrovsk, el 22 en Jarkov, cada una de ellas con un número de participantes oscilante entre 50 y 100. Un pequeño encuentro fue organizado el 10 de septiembre en Feodosia, Crimea. La ausencia de fondos ha sido el único motivo por el que no se han seguido organizando reuniones en las ciudades ucranias. Estas asambleas han representado casi la única manera de recoger inscripciones en 1994: de 5 a 15 cada una de ellas. Es uno de los motivos de la disminución del número de inscritos en las regiones ex-soviéticas: 144 en 1994 contra los 644 en 1993 y los 1113 en 1992. No ha sido posible promover publicidad en los periódicos, a parte de la que salió en "Kievskie Vedomosti" a mediados de diciembre de 1994, en el marco de la operación "New Yor

k, New York".

La sede de Kiev es la única en Ucrania. La frecuentan cerca de 15 militantes activos que participan más o menos regularmente en las actividades. Existe una red útil de militantes y de "puntos de referencia" - más de 60 - a través del país, esparcidos en cada una de sus 26 regiones, en casi todas las grandes ciudades: Jarkov, Odessa, Lvov, Dnepropetrovsk, Donetsk, Zaporozhje, Zhitomir, Sumy, Ivano-Frankovsk, etc... Esta red puede ser considerada como una de las mejores de los países de la extinta Unión Soviética: se trata de amigos, de inscritos, de militantes capacitados (como en Dnepropetrovsk) de promover iniciativas propias, en colaboración con Kiev. La razón principal de esta situación positiva estriba en el trabajo considerable llevado a cabo en 1992 y en 1993 fuera de la capital, con decenas de asambleas en varias ciudades.

Para finalizar. Los resultados políticos alcanzados en Ucrania en 1994 no son menos importantes y significativos que los obtenidos en Rusia, y sólo la dramática carencia de fondos no permite al partido obtener otros resultados. Por ejemplo, ha sido imposible organizar actividades a partir de junio de 1994, y en particular de promover iniciativas contra la pena de muerte en el marco de la elaboración del nuevo Código Penal ucranio.

5. PAISES BALTICOS

(Estonia, Letonia y Lituania)

En un contexto en el que los Estados bálticos han solicitado entrar en la OTAN, ante la intensificación de sus relaciones con los Estados nórdicos y la entrada de Finlandia y Suecia en la Unión Europea, cobra forma progresivamente un área geo-política báltico-escandinava en el marco de las instituciones occidentales, en las que Estonia, Letonia y Lituania desempeñan parcialmente todavía - por motivos históricos, económicos y sociales - un papel puente con la CEI y en particular con Rusia. Los problemas todavía en pie de la transición de la economía soviética a la de mercado, la grave situación medioambiental, la herencia de infraestructuras y normativas inadecuadas y la presencia de fuertes minorías eslavas hacen de los países bálticos zona de delicado equilibrio y de desafío para una rápida, fuertemente deseada y necesaria integración europea.

El partido se ha ocupado muy especialmente el tema de la tutela de los derechos de las minorías, en los últimos años. A pesar de que Lituania, tras la restauración de la independencia haya establecido el reconocimiento de la ciudadanía para los residentes no autóctonos, no ha sido así en Estonia y en Letonia en donde no se ha garantizado dicho derecho salvo para un número restringido de personas. Ello ha comportado tensiones entre partes de la población y a menudo roces con la Federación rusa. La total retirada de las tropas rusas ha contribuido a despotenciar la crisis, que sin embargo está todavía por resolver.

Para favorecer el diálogo entre las partes y apoyar los derechos humanos y de las minorías dictaminados por las Convenciones internacionales, el partido organizó con éxito en 1993, tras varias reuniones preparatorias, una Conferencia internacional en Talin. La crisis financiera del partido obligó a aplazar la Conferencia de proseguimiento y desarrollo de aquel trabajo, prevista en Riga para octubre de 1994 y cuya actualidad sigue plenamente confirmada. Los conflictos interétnicos que están teniendo lugar en la Europa post-comunista, los estallidos de violencia en las fronteras rusas, las cuestiones sin resolver sobre el estatus de Carelia o del territorio de Kaliningrad-Koeningsberg, son una advertencia a la que hay que prestar la máxima atención y compromiso a nivel internacional para poder llegar a una solución pacífica de las controversias; y en la zona báltica el Partido radical ha madurado la experiencia y las relaciones necesarias para poder desempeñar un papel en este sentido.

Globalmente, en Estonia, en Letonia y en Lituania se han inscrito al partido radical unas cien personas, con un descenso - análogo al que se ha producido en otros países - a lo largo de 1994. Mayores dificultades, precisamente por nuestra atención a los problemas de las minorías, se han producido al establecer relaciones - a pesar de haberlas entablado no sin dificultades - con los nuevos parlamentarios en Estonia y en Letonia, mientras que en Lituania un núcleo de inscritos que comprende siete diputados, entre los que destaca el ministro de Defensa Linas Linkevicius y otras personalidades, ha permitido mantener una presencia activa y difundir con éxito nuestras iniciativas transnacionales incluso en el año de la reducción de los gastos, con el único gasto modesto de una oficina como punto de referencia en Vilnius y de pocas reuniones entre los inscritos en las tres capitales.

Quisiera dar las gracias en especial al filósofo Iokubas Minkevicius, miembro de la Academia de las Ciencias de Lituania, inscrito desde 1992, cuyo esfuerzo por divulgar los temas, las propuestas y los métodos del partido se ha manifestado también este año con la publicación de amplios artículos en la prensa lituana.

6. PAISES CAUCASICOS

(Armenia, Azerbaiyán y Georgia)

El trabajo desarrollado en las repúblicas caucásicas ha dado resultados no negativos, incluso satisfactorios si consideramos que hemos utilizado y seguimos utilizando todavía poquísimos recursos humanos y financieros, que las sedes no están provistas de ordenadores ni módems, que no gastamos prácticamente nada en iniciativas políticas, y que contamos con una disponibilidad de 50 dólares en Baku, 25 en Erevan y Tblisi, suficientes a duras penas para las actividades de mero carácter técnico.

Todas las campañas puestas en marcha en estos tres países (publicación de pago en los periódicos, entrevistas televisivas y radiofónicas, etc.) han sido posible gracias a la actividad de los militantes. Sin embargo, no cabe la menor duda de que se ha manifestado interés entre los políticos y que, incluso con inversiones tan reducidas, el pasado año obtuvimos buenos resultados con la campaña para el Tribunal Penal Permanente, al recoger las firmas de parlamentarios y de personalidades para los llamamientos. De la misma manera que podemos considerar éxitos importantes el hecho de que se haya inscrito al partido Arif Ragim-Zade, vice presidente del Parlamento azerí y consejero escuchado del presidente de la República Heydar Aliev, y que el presidente georgiano Eduard Shevardnadze haya enviado una carta a la "International Law Committee" en apoyo a la iniciativa italiana en la Asamblea General de las Naciones unidas.

Las inscripciones, por el contrario, han sido este año muy inferiores a los años anteriores, tanto en Armenia como en Georgia, mientras que en Azerbaiyán se han mantenido iguales. A pesar de que, sin lugar a dudas, no constituye la única explicación, cabe destacar la proporción tan alta entre la cuota de inscripción (3 dólares) y la renta mensual de estos países, que en Georgia ha descendido a 40 mientras que en Armenia es de poco más. En este último país, nos hemos encontrado con problemas de comunicación, debidos a que falta casi totalmente la electricidad lo cual ha hecho imposible la conexión telefónica y paralizado todo trabajo de coordinación.

Los tres países se caracterizan, salvando las distancias, por graves crisis políticas. Para comprender los posibles desarrollos se hace necesaria una atención constante, un largo y difícil trabajo de contactos así como una actualización constante del panorama político. Esta zona es, en cualquier caso, geopolíticamente importante porque de los procesos de restablecimiento de la paz en curso (en Abjazia, en el Alto Karabaj) y de la solución positiva o negativa de los conflictos, en primer lugar el de Chechenia, dependerán el futuro de toda la región, y el de Rusia. Aquí también tenemos que darnos cuenta de que nadie puede pensar en dirigir el trabajo político en estas repúblicas desde Moscú o desde Kiev; una presencia in sito, si tuviésemos la fuerza, supondría un gran ahorro.

Tenemos que ser capaces de crear en estas repúblicas al menos dos puntos de referencia. Estamos muy lejos de dicha posibilidad.

Por lo que se refiere a la parte de la moción del Consejo General de Sofía que sugería la apertura de "centros de coordinación parlamentario radical" podríamos y deberíamos ir más allá de la fase de exploración realizada este año y pasar a la fase operativa (instalación de ordenador, módem y Agorà) empezando por el parlamento azerí que ya nos ha puesto una habitación a disposición.

Iniciativas y proyectos posibles

El trabajo sobre el Tribunal penal internacional es de especial importancia y suscita un fuerte interés entre los políticos caucásicos, sobre todo en Azerbaiyán y Georgia. La decisión de la OCSE (ex CSCE) de enviar fuerzas internacionales a Alto Karabaj posee un gran significado, pues es la primera vez que una fuerza internacional estará presente el territorio de la extinta Unión Soviética. Serían necesarias iniciativas para dar una continuación a la deliberación. Para la campaña sobre la abolición de la pena de muerte, es esencial promover una confrontación pública sobre todo en Georgia en donde, en el marco del debate de la nueva Constitución, el tema estará en cualquier caso en el orden del día.

Por último, sobre todo por estar relacionado con todas las poblaciones de la región caucásica, tendremos que trabajar arduo en la cuestión de la tan peligrosa central nuclear que las autoridades armenias, a falta de otras posibilidades para producir energía, están por abrir de nuevo. Hay que implicar, a parte de Armenia, Azerbaiyán y Georgia, a políticos y expertos de Rusia, Ucrania y Europa occidental.

7. LOS PAISES EURO-ASIATICOS

(Kazajstán, Tajikistán, Turkmenistán y Uzbekistán)

En esta zona el Partido radical no ha tenido nunca un elevado número de inscritos. Desde 1992 hasta nuestros días, las inscripciones siguen siendo constantes. Por vez primera, el pasado año, con respecto a la campaña por el Tribunal Penal Internacional logramos un fuerte compromiso tanto por parte de un consistente grupo de parlamentarios de Kazajistán como por la mismísima señora Otunbaeva, ministra de asuntos exteriores de Kirguizistán.

La región se halla totalmente afectada por la guerra civil en Tajikistán y por la presencia en el Kazajistán Norte de movimientos separatistas rusos, que solicitan que esta parte del país se separe y se una a Rusia. Estos movimientos han contado con la adhesión del escritor Alexander Solyenitsin.

Si nuestra situación económico-financiera se restableciese, la inversión de energías y recursos en esta zona es oportuna. La coordinación desde Moscú no permitiría, lo hemos aprendido aquí también, incidir en realidades tan lejanas y distintas.

8. LOS PAISES DE LA UE

La situación del partido en estos países es francamente contradictoria. A partir de 1979, año de las primeras elecciones europeas en las que salieron elegidos tres diputados radicales, la actividad "no italiana" del partido ha tenido en Europa occidental, y en particular en Bélgica, Francia y España, como punto de referencia principal. Desde que se concibió la transformación el PR en partido transnacional - 1985 - durante los primeros tres o cuatro años fue precisamente Bruselas el punto de partida de las campañas de movilizaciones e inscripciones que lograron resultados importantes en aquellos países y en Portugal en particular. Sin embargo, a pesar de que en algunos países como España, haya habido momentos en los que la prensa ha estado fuertemente interesada en nosotros, a pesar asimismo del trabajo de algunos compañeros y militantes en varias ciudades importantes, el partido no ha logrado despegar tal y como cabía esperar y como era necesario, tanto por motivos políticos como financieros. La sordera de l

as clases dirigentes y políticas de Europa occidental, sordera que comprobamos continuamente a niveles institucionales, determina desatención hacia las políticas transnacionales y del derecho, y produce efectos de cerrazón devastadores, tanto a nivel político como cultural.

De esta manera, con el congreso de Budapest, decidimos dar prioridad al frente del este, manteniendo en la sede del PE en Bruselas un centro de Coordinación, entre otras cosas en condiciones difíciles debido a la dispersión de los diputados radicales de la legislatura 1989-1994, la primera en la que el P.R. no se presentó como tal a las elecciones - en dos grupos políticos distintos. El Centro ha dado un gran apoyo técnico-operativo en la fase de la gestión del "cuadriumvirato" del Partido. Dicha situación se ha modificado sensiblemente con el regreso a la plena operatividad del Partido, y con la decisión, adoptada en Sofía, de "abrir" el frente occidental, y con la presencia del presidente del Consejo general del P.R. en Bruselas, que determinaba reforzar, con sus límites, el partido gracias a la utilización de los recursos técnicos a disposición de los eurodiputados radicales.

De esta manera se potenció la estructura que se encargaba del conjunto de listines de direcciones de algunos países de la Unión europea (Benelux, Francia, Alemania y Portugal). La mayor disponibilidad ha permitido elaborar directamente desde Bruselas la realización, impresión y envío de la Agencia "Transnational". Una estructura parecida ha sido creada en Madrid, para garantizar servicios análogos para el área española. A partir de estos datos técnico/organizativos se han establecido contactos y recogida de adhesiones, en particular de parlamentarios, sobre las campañas del partido.

Abolición de la pena de muerte

Han sido recogidas numerosas adhesiones con motivo de los llamamientos para la moratoria. El Bélgica, por iniciativa del diputado ecologista Henri Simon, un grupo de parlamentarios ha presentado una moción que solicitaba el compromiso de Bélgica para apoyar la inscripción en el orden del día de la Asamblea de las Naciones Unidas. En España se han pronunciado distintos parlamentarios mientras que, para la ocasión, el senador Bolinaga, del PNV, ha presentado una propuesta de abolición de la pena de muerte del Código militar que ha sido aprobada tanto por el Senado como por el Congreso.

En Bruselas, en diciembre de 1993, tuvo lugar el congreso de fundación de la Liga Internacional para la abolición de la pena de muerte.

Varios alcaldes se sumaron a la Marcha de Pascua de 1994, en particular desde España, de los cuales tres participaron personalmente (Zaragoza, Valencia y Gernika).

Tribunal especial

Un centenar de firmas de parlamentarios belgas, franceses, luxemburgueses, alemanes, británicos, irlandeses, españoles, portugueses, suizos, finlandeses y suecos fueron recogidas por la sede de Bruselas. Han depositado mociones el diputado belga Jean-Pierre De Clippele, liberal, y el senador Paul-Joseph Benker, ecologista, mientras que han presentado interrogaciones la diputada irlandesa Nora Owen, el diputado suizo Bernard Comby, la senadora portuguesa Teresa Santa Clara Gomes y los parlamentarios británicos Lord Hilton y William Powell. En España, seis militantes ayunaron durante varios días mientras se recogían unas cincuenta firmas de personalidades. La parlamentaria Pilar Rahola, del partido "Esquerra Republicana de Catalunya" presentó una moción en el Parlamento español, posteriormente aprobada. En marzo de 1994, mientras decenas de radicales ayunan, muchos signatarios toman la iniciativa de enviar un fax a la sexta Comisión de las N.U.

En mayo de 1994 se inaugura una fuerte campaña de información y posteriormente de movilización de los parlamentarios. En su sesión de noviembre, el Parlamento europeo aprobó por amplia mayoría una importante moción para la convocatoria en 1995 de la conferencia institutiva.

Antiprohibicionismo

Una Asociación radical antiprohibicionista contribuye, tomando contacto con personalidades e intelectuales, a la reapertura en España del debate sobre la legalización. EL PAIS publicó un artículo del diputado Luis Yánez Barnuevo, que acababa de participar en el convenio sobre la denuncia de las Convenciones ONU. Es la primera vez que un parlamentario y exponente de primer plano del PSOE declara públicamente ser antiprohibicionista.

En Portugal, dos inscritos, Luis Mendao y Luis Andrade, crean en la primavera de 1994, junto con los diputados socialistas Eurico Figuereido y Joao De Menezes Fereira, una asociación antiprohibicionista (SOMA).

El estudio sobre la denuncia de las Convenciones es distribuido a más de mil parlamentarios europeos (así como a norteamericanos y sudamericanos) miembros de las Comisiones de justicia o sanidad de los distintos parlamentos. Con pocas excepciones, también en Portugal y en España, la mayor parte de los parlamentarios no está todavía preparada para alinearse abiertamente a favor de la legalización y la reglamentación de las drogas.

Cuestión Bosnia

Varios documentos han sido presentados en el Parlamento europeo sobre la cuestión Bosnia, y ninguno ha sido aprobado. El último ejemplo, una enmienda presentada en la Sesión del pasado diciembre, primer signatario Marco Pannella, en la que se decía: "El Parlamento europeo no aprobará de forma alguna un acuerdo político - sea quién sea el promotor - basado en la repartición de la República internacionalmente reconocida, de Bosnia-Herzegovina, y por lo tanto el reconocimiento en derecho de los resultados de la limpieza étnica" y que ha sido rechazada con 198 contra 198 gracias, una vez más, al grupo socialista.

En España, Rosa MONTERO publica un artículo en el que defiende la iniciativa de los radicales españoles comprometidos en la recogida de firmas contra la división de Sarajevo. Tras el artículo, más de 6.000 firmas llegan a la sede del PR en Madrid.

Federalismo

Paralelamente al restablecimiento de relaciones con los federalistas europeos a través de la participación en encuentros, convenios y congresos (seminario de Ventotene en septiembre de 1994, Congreso de la Unión Europea Federalista en Bocholt en Alemania en noviembre de 1994, etc.) se abren en el sistema telemático Agorà una Conferencia y un Archivo "federalismo" para que sean punto de encuentro y de reflexiones útil para el reimpulso de la integración federal de Europa. Los contenedores telemáticos demuestran ser un válido instrumento de información de confrontación sobre todo con respecto a la conferencia intergubernamental de 1996 sobre la revisión de los Tratados de la Unión europea, a partir de la publicación, en agosto de 1994, del documento del grupo parlamentario alemán CDU-CU.

Cabe recordar, por último, que en el PE, con las últimas elecciones, se han abierto perspectivas importantes con la constitución de un grupo parlamentario "radical", en particular con los trece electos de la lista del Mouvement des Radicaux de Gauche - posteriormente llamado "Radical" - capitaneado por Bernard Tapie y Jean François Hory, vicepresidente de la Asamblea de los parlamentarios inscritos al partido radical.

La existencia de dicho grupo, presidido por Catherine Lalumière, ex secretaria general del Consejo de Europa, puede permitir finalmente aprovechar plenamente las potencialidades que brinda el Parlamento europeo, que anteriormente, con la ubicación de los diputados radicales en grupos separados, hacía más difícil. Mi informe no es la instancia ideal para tratar a fondo este aspecto, bajo ciertos aspectos crucial con respecto a las decisiones que nuestro congreso deberá llevar a cabo.

Medios de comunicación

Salvo poquísimas excepciones, los medios de información de los países de la UE no han hablado nunca de iniciativas del Partido radical. En el mejor de los casos - por ejemplo con respecto a la campaña para la abolición de la pena de muerte - han dado alguna breve noticia, pero sin especificar que se trataba del PR. Salvo excepciones, en Portugal, en donde varios periódicos han hablado de las iniciativas del PR y de la LIA para la denuncia de las convenciones internacionales. Significativo el artículo aparecido en EL PAIS en diciembre de 1994, en el que se hablaba de la iniciativa de los radicales españoles para el llamamiento sobre Sarajevo.

9. NUEVA YORK, LA ONU Y ESTADOS UNIDOS

El proyecto de Sofía proponía acciones políticas que superaban los límites temporales de la anualidad y salían de las fronteras "europeas". La conquista de un nuevo derecho internacional se convertía en el denominador común mínimo de nuestras batallas y de las ideas radicales: la Asamblea General de las Naciones Unidas la cita necesaria por la que nuestras propuestas tenían que apostar.

De ahí la necesidad de una presencia en Nueva York. En primer lugar poco más que una "antena", posteriormente con obligaciones mayores de una sede que ofreciese el seguimiento necesario de varias iniciativas. En una dimensión sin lugar a dudas insuficiente ante las necesidades e inadecuada en términos de experiencia, con la duda de no ser capaces de comprometer al Partido en un nuevo frente ONU o incluso - se empezó a pensar - EE.UU.

En previsión de la publicación de algunas páginas de publicidad en el New York Times y para organizar un apoyo a la actividad en la ONU sobre las nociones sobre la pena de muerte y sobre el tribunal Internacional, a partir de mi encuentro con el Secretario de la ONU Boutros Ghali, en septiembre abrimos una oficina ante la sede de las Naciones Unidas.

Fue posible publicar la página doble "May Day May Day America!" Algunos cientos de americanos escribieron pidiendo información, algunos enviaron contribuciones en dinero significativas, y algunos se escribieron. En los meses posteriores salieron, en el NYT, otras dos páginas: a finales de octubre con el llamamiento para la creación del Tribunal permanente y en noviembre con el llamamiento para la moratoria sobre las ejecuciones capitales. Los resultados fueron más o menos como los de la primera publicación.

Con este método pudimos llegar sólo hasta un millón de personas, cifra significativa, pero no relevante en la realidad estadounidense. Pero más allá del prestigio del NYT, por importante que sea, las páginas crearon interés en determinados ambientes provocando, aunque en menor medida, otros artículos en los periódicos y presencia en los medios de comunicación, permitiendo presentar el partido en un mundo completamente distinto del escenario europeo. Han sido y siguen siendo un buen pasaporte para introducir ideas e iniciativas en América. Pero sobre todo han representado un instrumento de presión eficaz en el seno de las Naciones Unidas y ante las Misiones diplomáticas.

El asentamiento en Nueva York cobró un carácter continuativo a partir de la primavera de 1994 y el primer compromiso (tal y como he explicado en las páginas anteriores) era de pisarle los talones a la VI Comisión de la ONU mientras se encargaba de la cuestión del presupuesto para el Tribunal especial.

El impacto con el mundo político americano

En los meses que siguieron, establecimos los primeros contactos con el mundo político y la sociedad civil americana y se efectuaron los primeros mailings con el envío de la newsletter "Transnational" y la construcción de un listín de direcciones adecuado. Entablamos relaciones con asociaciones no gubernamentales (NGO) ante la Onu y se desarrollaron los primeros encuentros con partidos políticos y asociaciones para los derechos civiles. Fueron, inevitablemente, pasos difíciles, no era fácil romper el aislamiento determinado por la absoluta novedad de nuestra presencia, de la diversidad básica del mundo político americano, y por el distinto lenguaje político. No fue marginal el obstáculo del distinto valor semántico de la palabra "radical" y que no correspondiese ni formalmente ni en cuanto significado el término "partido" en dos mundos político-culturales.

Reconocimiento ONU del Partido

En mayo se efectuaron los complicados procedimientos para solicitar el reconocimiento del Partido radical por parte de las Naciones Unidas en el marco ECOSOC, en calidad de Organización Internacional. Hemos solicitado el estatus de máxima categoría que nos permitiría llevar a cabo intervenciones propositivas, aunque mínimas. El examen de solicitud estaba establecido en un primer momento para febrero del 95 y posteriormente aplazado para mayo del 95. Dentro de poco. Una constante tarea de lobby fue llevada a cabo en los meses anteriores, a pesar de la carencia de asentamiento de la Comisión dispuesta para el reconocimiento, para superar algunas dificultades legales sobre el carácter específico de nuestra forma constitutiva y su posible oposición, en el seno de la Comisión, de países como China y Cuba.

Desarrollo y ayuda al Tercer Mundo

Una útil e importante atención con respecto a nuestras actividades ha tenido lugar debido a mi presencia entre los "Expert Witness" sobre el desarrollo y las ayudas al Tercer Mundo convocados por las Naciones Unidas en junio. He podido presentar, a personalidades de gobierno y a líderes políticos americanos e internacionales, nuestro punto de vista sobre temas en los que hemos trabajado en los años 80 con la campaña contra el exterminio causado por el hambre en el mundo.

La crítica radical contra la lógica de las ayudas bilaterales y nuestra propuesta de un enfoque multilateral al problema obtuvieron en dicha instancia un consenso y el interés de los representantes africanos y provocaron una dura polémica con el Embajador francés, que sostenía una tesis en evidente continuidad con el planteamiento tradicional, de red colonial. Muchos han deseado un compromiso directo por parte del partido sobre las cuestiones del desarrollo.

Derechos Humanos en Cuba

La participación en julio en el Convenio que se celebró en Miami sobre Cuba, Caribe y Latino América,y el hundimiento de un remolque de fugitivos por parte de la marina cubana reanudó el problema de los derechos humanos en Cuba. Manifestaciones para la libertad de Francisco Chaviano, Presidente del Comité para los derechos humanos en Cuba e inscrito radical fueron promovidas por el Partido en toda Europa.

Salieron desde Miami los llamamientos para la libertad en Cuba, y en septiembre una moción de crítica del régimen de Castro, presentada gracias a los diputados radicales fue rechazada por un puñado de votos por el Parlamento Europeo.

Mientras tanto, los inscritos cubanos pasaron a ser 48. En Estados Unidos algunos exiliados se inscriben al Partido para subrayar el compromiso a favor de los Derechos Humanos en Cuba.

Abolición de la pena de muerte.

Al día siguiente de la votación en la ONU, el Partido se comprometió en la campaña contra la reintroducción de la pena de muerte en el estado de Nueva York. Sin muchas esperanzas, en realidad, puesto que el Gobernador Pataki dispone de una sólida mayoría favorable y está firmemente decidido a firmar la ejecución. La presencia de los radicales en este frente, ahora con pleno título, en la organización de iniciativas comunes, junto a New Yorkers Against Death Penalty y Demi Mc Guire, hasta Amnesty International USA con Londa Thurston y Enid Harlow, hasta ACLU con Norman Siegel, New York Lawyers Against death Penalty con Ron Taback, NAACP con Kika Matos, Living Theater de Judith Malina con la que desde hace meses se organizan actos en Times Square. Nos han invitado a colaborar en la organización de una gran manifestación en Nueva York el 4 de junio y de una Conferencia abolicionista panamericana en agosto.

Pero sobre todo sería una ocasión de gran reimpulso, si se tuviese la fuerza de organizarla, una Conferencia Internacional promovida por Que nadie toque a Caín y por el partido, en otoño, coincidiendo con el Cincuenta Aniversario de las Naciones Unidas, con la participación de cientos de Asociaciones abolicionistas americanas y la presencia de parlamentarios y líderes políticos.

No parece que haya posibilidad de volver a presentar para la sesión del próximo otoño a la Asamblea General de la ONU otra moción para una moratoria. Las fracturas que se han creado sobre el voto de noviembre necesitan de algún tiempo para sanar. No parece que se pueda obtener que la apoyen un número de países significativo, ni disponemos ya del apoyo del Gobierno italiano, y tal vez ahora sería insuficiente. Se ha abierto camino, por el contrario, la hipótesis de un escenario, difícil pero posible, para una acción de gran alcance coincidiendo con la Sesión ONU de 1996, partiendo de una Campaña Internacional que solicite a la Unión europea encargarse de la presentación de una nueva moción. Si esto pudiese ser así, la perspectiva de cambiar la votación aumentaría y considerando el mayor tiempo a disposición, no sería marginal la posibilidad de presionar sobre los países africanos y sus muchos indecisos

Tribunal Internacional

Por propuesta nuestra, promovida por el World Federalist Movement, WFA: ICC Project, Amnistía Internacional, Partido Radical y There Is No Peace Without Justice, se ha celebrado en Nueva York una primera Conferencia de apoyo de las iniciativas para el Tribunal, con la participación de más de 25 Organizaciones No Gubernamentales americanas e internacionales. Se hallaban presentes: International Commission of Jurist, International Commission of Jurist-American Committee, International Human Rights Law Group, International League for Human Rights, Parliamentarians for Global Action, Quaker UN Office, United Nations Association, War and Peace Foundation, World Order Model Project, Institute for Global Policy, Human Rights Watch, Global Policy Forum, B'nai B'rith Int'l and Coordinating Board of Jewish Organizations, Bahài International Community, CURE, DePaul Institute for Human Rights, Equality Now, Carter Foundation y Ford Foundation. Varios miembros de la American Bar Association y de ASIL participaron a títul

o personal.

Campaña SAVE TIBET

En previsión de la marcha de Dehli a Lhasa, promovida por las organizaciones tibetanas en el exilio para el 10 de marzo, hemos tomado contactos con el Tíbet Office americano, con US-Tibet Committe y con International campaign for Tibet. Juntos hemos establecido un proyecto borrador para las iniciativas con motivo de la Sesión Onu en septiembre y sobre todo para la Campaña Internacional para el Satyagraha no violento de 1996.

Campaña antiprohibicionista sobre drogas

El gobierno americano ha renovado sólo parcialmente el presupuesto para la guerra contra la droga declarando básicamente su fracaso. Pero esta "no postura", o mejor dicho el hacer la vista gorda, de hecho acaba por perjudicar en parte los esfuerzos de los antiprohibicionistas por suscitar el problema. La actividad de la sede de Nueva York no ha logrado actuar en dicho frente. Los intentos por hallar financiaciones para una Conferencia en el Este de Europa no han tenido efecto positivo. Incluso el proyecto de financiar la publicación del Anuario elaborado por la LIA ha fracasado y se han enfriado las relaciones con la Drug Policy foundation y su Presidente Arnold Trebach.

Relaciones políticas y construcción del Partido

Hemos tomado contactos con el Partido Democrático, con el Republicano, con el Partido Liberal del Estado de Nueva York, con el Independence Party y el Independent Fusion Party, que se remiten al United We Stand del ex candidato presidencial Ross Perot. Entre los demócratas, sólo con Mario Cuomo, con el Senador Monyhan y con el Senador del Estado de California Tom Hayden las relaciones han salido adelante. Hemos establecido buenas relaciones con el Partido Liberal de Nueva York y con uno de sus líderes, Russ Hemingway. Crece por el contrario la colaboración con los independientes y sobre todo con Lenora B. Fulani, una de las más destacadas líderes de la comunidad negra de América ex candidata a la Presidencia de Estados Unidos. Otras buenas ocasiones de encuentro parecen posibles con la National Italian American Foundation (NIAF), incluso con la inscripción en el "Consejo de los Mil" de un representante radical y con las buenas relaciones con el Presidente, el ex Congressman Frank Guarini. Pero el cuadro, sal

vo los independientes, no ofrece motivos de optimismo. Sé perfectamente que la publicación de algún que otro número del Periódico para enviarlo a los diputados, una constante presencia en Washington, y ante las Lobbies del Congreso americano nos ayudarían mucho y permitirían desarrollar una partnership política también en Estados Unidos.

También con respecto a New York este es el punto de la cuestión, con sus motivos de interés y sus dificultades, que son, más o menos, las mismas que tenemos que afrontar en otras situaciones. Me remito a otros puntos del informe para una evaluación más general sobre el significado político de esta iniciativa "americana".

Apéndices

APENDICE I

EL TRIBUNAL ESPECIAL

Características:

a) El Tribunal ha sido instituido directamente por el Consejo de Seguridad que, sin recurrir al demasiado largo e incierto íter de un acuerdo o tratado internacional, ha actuado utilizando el Cap. VII de la Carta de las Naciones Unidas, relacionado con las iniciativas sobre la paz, la violación de la paz y los actos de agresión de competencia del Consejo de Seguridad.

Aplicándolo, el Consejo de Seguridad ha podido constituir el Tribunal como "órgano subsidiario necesario para el cumplimiento de sus funciones" (art. 29 de la Carta de la ONU);

b) su Estatuto ha sido diseñado por una Comisión, partiendo de los tres proyectos cuya elaboración ha sido encargada a los gobiernos francés, italiano y sueco (este último, en nombre de la CSCE); otros Estados, ONG, expertos, han enviado sugerencias y observaciones;

c) constituye la única iniciativa de relieve y alcance "estructurales" que la Comunidad internacional, durante mucho tiempo acusada de ser impotente ante los problemas de nuestro tiempo, ha logrado emprender desde la caída del bipolarismo Este-Oeste;

d) para averiguar los crímenes y los criminales, tendrá que servirse de aquella ley internacional "escrita" que está representada por las Convenciones de derecho humanitario y por las Convenciones sobre los derechos humanos (los dos Pactos generales de 1966, respectivamente sobre los derechos civiles y políticos y sobre los derechos económicos, sociales y culturales, y la Convención sobre los derechos del niño entrada en vigor en 1990):

e) su Estatuto prevé expresamente que los juicios puedan iniciar también impulsados por las distintas ONG, tal y como se prevé en el párrafo 5 de la Ris. 827 del 25 de mayo de 1993, con la que el Consejo de Seguridad había decidido la creación del Tribunal y había aprobado el Estatuto; según dicha norma incluso los ciudadanos de a pie deben colaborar con el Tribunal, brindando información, ayuda económica y expertos;

f) según el principio de la jurisdicción actual, dictaminado por el artículo 9 del Estatuto, también a los tribunales nacionales se les reconoce el derecho deber de juzgar los crímenes de guerra contra la humanidad en la Antigua Yugoslavia, siempre y cuando sean debidamente investidos. El Tribunal comparte así pues su jurisdicción con los tribunales nacionales, pero en postura de supremacía. Los tribunales nacionales podrán celebrar juicios con respecto a los responsables de crímenes de guerra o de actos de genocidio o de crímenes contra la humanidad, pero el Tribunal Internacional podrá en todo momento tomar, formalmente, todas las medidas. Y es más, puesto que la jurisdicción entra en competencia con la de los tribunales nacionales, el Tribunal internacional podrá promover los procesos en todos aquellos casos en los que los tribunales nacionales no se hayan movido. El Estatuto no indica explícitamente los casos en los que el Tribunal Internacional podrá intervenir y solicitar la transmisión de los juicios.

se prevé una excepción al principio del "ne bis in idem": el Tribunal puede someter nuevamente a juicio a una persona juzgada ante una tribunal nacional cada vez que, ante el tribunal de un Estado, el hecho haya sido considerado de forma menos grave (por ejemplo como "delito común") o cuando el juicio no haya sido imparcial e independiente o haya sido el resultado directo de restar las propias responsabilidades penales del acusado de los crímenes reconocidos por las normas internacionales; o bien, por último, en caso de que el proceso no haya sido diligentemente instruido. El principio de la "jurisdicción en competencia" no es limitado por los tribunales de los Estados que formaban parte de la Antigua Yugoslavia, sino que se extiende a las relaciones con las jurisdicciones nacionales de todos los Estados miembros de las Naciones Unidas;

g) las condenas son dictadas por el Tribunal a partir del código penal en vigor en la Federación Yugoslava antes del desmembramiento, pero es excluida en cualquier caso la pena de muerte; de esta manera se contemplan sólo condenas de detención que se cumplirán en las cárceles de los Estados dispuestos a acoger a los condenados. Como tutela de los derechos y de las garantías de la defensa no se admiten los procesos en contumacia.

Competencias:

a) violaciones graves de las convenciones de Ginebra sobre los presos de guerra, los heridos y los civiles implicados en acciones de guerra (se consideran el homicidio voluntario, la tortura u otros tratos crueles inclusive los experimentos biomédicos, la destrucción o apropiación de propiedades de terceros, deportaciones, trasladar o confinar ilegalmente a civiles, y tomar como rehenes a civiles);

b) violaciones de las leyes o costumbres de guerra (entre las que figura la utilización de armas químicas o que provocan sufrimientos inútiles, las destrucciones y devastaciones injustificadas, los bombardeos o ataques a ciudades, pueblos, construcciones indefensas, la destrucción de lugares de culto, escuelas y bienes artístico-culturales);

c) genocidio;

d) crímenes contra la humanidad cometidos contra la población civil: homicidio, exterminio, esclavitud, deportación, encarcelamiento, tortura, violación, persecución por motivos políticos, religiosos o raciales, otros actos contrarios al sentido de humanidad.

Especial importancia, para la recopilación de documentos y otros materiales de pruebas, tendrán las misiones de observadores enviados por la ONU u otros organismos internacionales especializados. Tal y como hemos indicado, organismos no gubernamentales deberán colaborar: en particular se utilizará el enorme banco de datos informatizado de la Universidad De Paul de Chicago, que ya colabora con la Comisión de la ONU para los crímenes de guerra (presidida por el egipcio Cherif Bassiouni). Muchos Estados han recibido la invitación de las Naciones Unidas para brindar su colaboración al Tribunal, y han emanado las leyes necesarias para regular las relaciones entre sus tribunales nacionales y el de la Haya y atribuyendo a las autoridades de policía los poderes para ejecutar las órdenes del Tribunal Internacional. Algunos países se han provisto de leyes que en general reglamentan la colaboración y las formas con las que la sociedad civil puede brindar una útil contribución: por ej. indicando los crímenes sobre los q

ue el Tribunal puede ejercer su propia competencia y garantizando la entrega de los responsables a las autoridades internacionales.

El Parlamento italiano, en particular, ha definido con la ley nº 120 del 14 de febrero de 1994 las competencias relativas a dichas medidas de colaboración. Italia ha declarado estar a disposición para acoger a los condenados en las cárceles italianas; el art. 7, apartado 4, de dicha ley dispone que la reclusión no supere un máximo de treinta años.

Problemas abiertos:

El Presidente del tribunal especial, Antonio Cassese, subrayó el pasado 14 de noviembre, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que el Tribunal tiene que disponer de un presupuesto regular, procedente del presupuesto ordinario de las Naciones Unidas y capaz de satisfacer las exigencias operativas de un tribunal penal que actúa a nivel internacional: "La falta durante muchos meses después de que se instituyese el tribunal de un presupuesto regular - declaró - nos ha impedido construir un aula; al cabo de 12 meses de la instauración del Tribunal fue posible poner a disposición un aula y no las tres que son necesarias; lo mismo sucede con respecto a la unidad especial en la que se tiene a los acusados, bajo el control de la autoridad de la Haya; esta unidad fue preparada al cabo de 11 meses desde la institución del Tribunal".

Otros dos obstáculos encontrados han sido la falta, aunque fuese temporal, de un fiscal (por estatuto, ningún juicio puede ser celebrado sin no está seguido de un acto de acusación presentado por el fiscal) y la exigüidad del número de miembros del despacho del fiscal, 20 personas para investigar sobre todos aquellos delitos sobre los que el Tribunal tiene jurisdicción.

A pesar de estos obstáculos, tal y como ha subrayado Cassese, los jueces del tribunal han promovido todas las iniciativas de su competencia, sentando las bases para emprender acciones penales y promover la elaboración de un mini-código de medidas penales internacionales ("The Rules of Procedure and Evidence"), de normas para reglamentar la detención de los acusados ("Rules of Detention") y su defensa ("Directive on the granting of legal aid to defendants"). Estas normas no tienen precedentes en la comunidad internacional. Obviamente, para su redacción, nos hemos atenido a las que la ONU ha adoptado en materia de aplicación de los derechos humanos.

Para muestra un botón: en octubre de pasado año, el despacho del fiscal depositó la petición de abogar por un caso pendiente ante las autoridades judiciales alemanas, en el que se hallaban acusaciones de genocidio, limpieza étnica, tortura, violencia carnal, asesinato de civiles y de presos de guerra. En noviembre, en la sede recién inaugurada de La Haya se celebró una audiencia pública para examinar la petición, así como la postura adoptada por el Gobierno alemán y las declaraciones del abogado defensor, al que se le concedió presentarse como "amicus curiae". El Tribunal acogió la tesis del fiscal, solicitando por consiguiente al Estado alemán remitir el caso al mismísimo Tribunal. El caso, la mismísima audiencia pública, han hecho visible por vez primera el Tribual Internacional a las partes implicadas y a la opinión internacional; no ha marcado sólo el estreno del tribunal sino que ha bloqueado y reducido el escepticismo. Ahora ya, el hielo está roto: desde marzo, el Tribunal estará en Sesión Permanente.

APENDICE II

Por qué un Tribunal Penal Internacional?

La idea de instituir un Tribunal Penal Internacional fue lanzada en 1899. A medida que se ha venido afirmando el principio de la prohibición del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, ha sido cada vez más claro que la guerra, medio extremo de confrontación entre las razones de Estado, o tal vez, mejor dicho, entre los egoísmos de los pueblos, no puede constituir una justificación para los comportamientos crueles e inhumanos que la conciencia pero también el derecho definen unánimemente como "crímenes de guerra".

Tras la primera guerra mundial, el Tratado de Versalles de 1919 estableció que el Káiser y los demás militares acusado de delitos de guerra fuesen procesados: faltó (y nosotros decimos por suerte) por parte de los Aliados la voluntad política. Incluso la decisión de castigar a los responsables del pueblo armenio no se llevó a cabo. Al final de la segunda guerra mundial, la Comunidad mundial exigía un juicio contra los responsables de la guerra, de los delitos de guerra y de los delitos contra la humanidad. La contradictoria experiencia de Nuremberg y de Tokyo fue aislada. Sin embargo, con el estallido de las distintas crisis, aumentaban las ocasiones para desplegar una nueva, inaceptable criminalidad internacional y transnacional; con motivo de conflictos de todo tipo, el número de las víctimas de graves, inaceptables y execrables violaciones de los más básicos derechos humanos ha ido creciendo: no hay más que recordar que en Camboya el régimen de los Jemeres rojos causó 2 millones de muertos, y que la guerr

a de independencia de Bangladesh costó a este país más de un millón de muertos.

Con el nacimiento del sistema de las Naciones Unidas, empezó a cobrar forma la hipótesis de una jurisdicción relativa a la violencia perpetrada con la agresión y con las amenazas contra la seguridad y la paz, mientras que se afirmaban las tesis jurídicas del genocidio y de otros crímenes contra la humanidad (actos de piratería aérea o marítima, apartheid, crímenes contra diplomáticos, toma de rehenes).

Otros muchos comportamientos individuales han cobrado actualmente una relevancia negativa de la conciencia común y se presentan como merecedores de sanciones suministradas a través de medidas adoptadas por un Tribunal internacional: contra una criminalidad organizada internacional, contra el tráfico de estupefacientes, y el tráfico internacional de menores y otras actividades criminales que la globalización de las relaciones y de la mismísima economía han adquirido un predominante carácter transnacional escapándose de las capacidades y la fuerza de los derechos nacionales. Y más aún, contra el terrorismo internacional en sus más trágicas manifestaciones, recurrir a un Tribunal penal internacional podría hacer acreditar la existencia de una Sociedad internacional basada en el derecho y no sólo en las relaciones de fuerza.

Background y actualización:

En 1989, debido a una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la International Law Commission elaboraba el marco de referencia para la constitución de un "Tribunal internacional que juzgue los crímenes, u otro mecanismo jurídico internacional".

La 45 y 46 Sesión de la Asamblea General (1990 y 1991), votaron a favor de resoluciones que se limitaban a reiterar el mandato de la ILC el mandato. Algunos países occidentales, especialmente Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, interpusieron serios obstáculos.

En 1992, como consecuencia de los hechos en la Antigua Yugoslavia y debido al problema de las controversias con respecto a las extradiciones del Líbano, numerosos países tomaron postura a favor de la constitución del Tribunal Penal (entre ellos, Australia, Canadá, Colombia, Japón, Venezuela, Zimbabwe e inesperadamente la Comunidad europea en su conjunto, inclusive Gran Bretaña y Francia). La ILC solicitó a las Naciones Unidas un mandato para elaborar un proyecto más detallado, un auténtico borrador de Estatuto. A pesar de algunas resistencias iniciales de Estados Unidos, y del escepticismo de China, Indonesia y otros países en vías de desarrollo, la Asamblea General, en noviembre de 1992, invitó a la ILC a elaborar un proyecto de Estatuto, a someter a la Sesión siguiente.

Según el proyecto elaborado por la ILC, atañe al Tribunal la jurisdicción sobre los crímenes de genocidio (véase al respecto la Convención sobre el genocidio de 1948) y de agresión, sobre los crímenes de guerra contra la humanidad. Son crímenes internacionales sobre cuya sanción se encuentra el más amplio consenso internacional, incluso en la forma de costumbre internacional reconocida. Por lo que se refiere a otros crímenes previstos por acuerdos internacionales, el art. 21 y el apéndice del Proyecto ICC prevén a jurisdicción del Tribunal sólo en caso de excepcional gravedad. Nos referimos a las violaciones de las Convenciones de Ginebra de 1949 y su protocolo relativo, de las Convenciones de La Haya y de Montreal sobre la piratería aérea, de la convención contra el apartheid, de la Convención para la protección de los agentes diplomáticos, de la Convención sobre rehenes, de la Convención sobre la tortura, de la Convención sobre la piratería marítima y de la Convención sobre el tráfico de droga.

Según el Proyecto, la aceptación de la jurisdicción del Tribunal puede tener lugar con declaraciones por parte de los Estados tanto en el momento de la conclusión del Tratado institutivo (o posteriormente) tanto como, con respecto a un sólo caso y a un sólo crimen, por parte de un Estado que no haya reconocido el Tribunal (véase art. 22). Está previsto que en el caso de genocidio la petición sea presentada por un Estado miembro de la Convención de 1948 (art. 25.1); en los demás casos, la petición puede ser efectuada por parte de uno cualquiera de los Estados signatarios del Tratado institutivo del Tribunal (art. 25.2). La acción podrá ser promovida sólo si el Estado que detiene al sospechoso o el Estado en el que se ha cometido el crimen han emanado una declaración de aceptación de la jurisdicción del Tribunal por el crimen en cuestión (art. 21.1.(b)). Se trata de las que el Proyecto define "condiciones previas de la aceptación de la jurisdicción del Tribunal por parte de los Estados" (art. 21, que remite a

los artículos 20,22 y 25) y que incrementando la posibilidad de adhesión de los Estados, flexibilizan y amplían la jurisdicción del Tribunal.

El Proyecto establece razonables criterios para la determinación de las condenas. Excluida la pena de muerte (art. 47.1(a)), la condena será establecida a partir de las sanciones previstas por las leyes del Estado del imputado; del Estado en el que el crimen haya sido cometido; o del Estado que tenía bajo custodia al imputado (art. 47.2(1)(b)(c)). Se contempla asimismo la posibilidad de recurrir contra las sentencias de primer grado.

APENDICE III

LA LENGUA AUXILIAR

La situación italiana

El Informe final de l Comisión del Ministerio de Educación sobre el esperanto, que nosotros hemos perseguido y obtenido gracias a la constitución del Intergrupo federalista sobre la lengua coordinado por Elio Vito, ha permitido la autorización y aprobación del primer proyecto de experimentación de la enseñanza de la Lengua Internacional en los colegios. Ahora habrá que trabajar para que las demás propuestas de dicha Comisión se acojan. Puesto que, gracias a la reforma, se prevé introducir el estudio obligatorio de una segunda lengua extranjera en la educación general básica, será necesario poner en marcha una campaña de recogida de firmas y lo que haga falta para que realmente se les ofrezca a los estudiantes la oportunidad de escoger comunicar transnacionalmente incluso a través de una lengua no étnica.

Las instituciones escolásticas, y el mismísimos gobierno, podrían consultar y experimentar con Hungría - en donde ya desde los años 50 el Esperanto se enseña en todo tipo de colegios e institutos - para llegar a un pacto bilateral para que las relaciones diplomáticas entre ambos países se efectúen en la lengua internacional.

Notas

Nota 1. Manifestaciones realizadas en Rusia en el último año y medio

- 27 de mayo de 1994, ante la embajada armenia en Moscú, para librar de la pena de muerte a Yurii Belechenko, piloto militar azerí acusado de crímenes de guerra en la autoproclamada "República del Alto Karabaj", con eslóganes a favor del Tribunal Penal Internacional y contra la pena de muerte;

- ante la embajada cubana en Moscú a favor de la democracia en Cuba y la liberación de los presos políticos, simultáneamente con las celebradas en distintas capitales europeas;

- 7 de agosto, San Petersburgo, con motivo del último día de los Juegos de la Buena Voluntad 1994, cuando durante la partida entre el equipo ruso y la del "resto del mundo" y posteriormente durante la ceremonia de clausura de los juegos, 5 miembros del Partido radical expusieron en las tribunas el eslógan "There Is No Peace Without Justice: International Criminal Court - Now!";

- ante la embajada americana en Moscú contra la postura de Estados Unidos con respecto al Tribunal Internacional en el Sexto Comité de la Asamblea General de las Naciones Unidas;

- participación en el gran rally organizado el 10 de enero por el grupo parlamentario "la opción de Rusia" en la plaza Tetralianaya de Moscú, contra la guerra en Chechenia;

- simbólicamente se puso una pancarta en la Tumba al soldado desconocido en la que se leía: "A todos los soldados víctimas del militarismo desde Stalin hasta Grachev"; esta acción ha sido importante pues ha marcado una nueva fase en la campaña antimilitarista del PR.

Nota 2. Asambleas públicas en Rusia

- el 15 de enero de 1994, en Moscú (Hotel Moskva) con cerca de un centenar de participantes;

- el 12-13 mayo en San Petersburgo, junto a un debate sobre el problema droga, con la participación de funcionarios de la policía de San Petersburgo, grupos del servicio sanitario y de asistencia a los toxicómanos;

- 8/9 de julio, en Moscú, amplio encuentro de los miembros del Consejo General de los países de la CSI y del Báltico, con la presencia de cerca de 100 militantes, parlamentarios y miembros del Consejo General de casi todos los estados de la CEI y del Báltico.

Andrea Tamburi durante la primera asamblea y Antonio Stango en la segunda y tercera participaron en calidad de coordinadores de las actividades del partido: en la última se hallaban presentes asimismo el tesorero del partido, Ottavio Lavaggi, y el presidente del Consejo General, Olivier Dupuis.

Nota 3. Manifestaciones radicales en Ucrania

- 18 y 19 de septiembre de 1993, en la plaza más importante de Kiev, movilización para el Tribunal sobre la Antigua Yugoslavia, paralelamente a las demás acciones parecidas que se desarrollaron en otras capitales europeas. 743 firmas - no sólo de ciudadanos ucranios, sino de Corea del Sud, Nigeria, Rusia, Irán, Estados Unidos, Alemania, Polonia, Nepal, Pakistán, Letonia, Moldavia, Kazajstán, Georgia, Croacia y Estonia. Fue una buena ocasión para establecer relaciones con la misión de la ONU en Ucrania.

- 27 de septiembre de 1993. Una delegación radical participó en el simpósium sobre "Seguridad, Desarme y Cooperación" patrocinado por la oficina ONU en Ucrania. En el hall del Hotel Rus, en donde se había organizado el foro, militantes radicales instalaron una mesa con documentación y recogieron firmas de participantes en el simpósium para el Llamamiento a las Naciones Unidas para la entrada en funciones inmediatas del Tribunal especial.

- 16 de noviembre de 1993, en Kiev, rueda de prensa sobre la inauguración del Tribunal especial. Todas las agencias de prensa, los principales periódicos y dos redes de TV dieron la noticia.

- 3 de abril de 1994. Militantes radicales de Dneprodzerzhinsk (en la región de Dnepropetrovsk, Ucrania oriental) organizaron una "Vigilia de Pascua" contra la pena de muere con la bandera de "Que Nadie toque a Caín" precisamente ante la iglesia católica polaca de la ciudad.

- 9 de mayo de 1994, en Kiev, con el eslógan "No hay paz sin justicia", "Tribunal permanente para los crímenes de guerra - «Inmediatamente!", "Bosnia libre". Los eslóganes, junto al símbolo gandhiano del partido fueron vistos por miles de personas que se habían desplazado esa mañana hasta Kreschatik - la arteria principal de la capital ucrania - para asistir al desfile de la orquesta militar en el Día de la Liberación, una de las festividades más destacadas en todos los Estados de la extinta Unión Soviética.

- El 27 de mayo de 1994, miembros del partido lanzaron un llamamiento a los representantes de la República de Armenia en Kiev contra la sentencia de muerte a la que había sido condenado Yuri Belechenko, el piloto militar azerí cuyo avión había sido derribado en territorio del Alto Karabaj, así como a favor de la institución del Tribunal Penal internacional permanente.

- 26 de julio de 1994, manifestación e los radicales de Kiev ante la embajada cubana, a favor de democracia en Cuba y contra las represiones políticas bajo el régimen de Castro. La iniciativa se llevó a cabo en varias ciudades europeas.

Una nota sobre la cuestión Danubio, del Consejero Paolo Pietrosanti

En los mismos países de Europa central y del este cuyas cárceles en otros tiempos albergaron a gran número de militantes radicales durante las dos décadas de acciones y luchas no violentas, desde los primeros días de vida de las nuevas democracias, en los mismísimos meses que precedieron a la caída del muro de Berlín, en el Congreso de Budapest, los radicales afirmaron la necesidad y la urgencia de que entrasen en la Comunidad Europea. No sólo en función de la necesaria propuesta de una suerte de Plan Marshall, sino en función de la necesidad de una transformación de la Comunidad Europea de por aquel entonces, y de la UE actual, en sentido plenamente federal, un proceso que no se desplegará si no son comunes los lugares institucionales de las decisiones.

En el momento en el que el sistema institucional de la UE tiene que intentar, sobre todo considerando la revisión de los Tratados de 1996, de adecuarse a las formas que precisamente en los países miembros han hallado históricamente las más altas expresiones, tenemos que preguntarnos si acaso el Partido radical no debe llevar a cabo una gran campaña para la progresiva, rápida transformación institucional, democráticamente hablando, del sistema de la UE que viaje paralelamente a la ampliación de la misma.

Tenemos que preguntarnos aquí, en el Congreso, si acaso no es necesario proponernos, proponer al Partido como instrumento político de la voluntad de los ciudadanos de los pueblos europeos para conquistar el lugar de las comunes decisiones políticas, aplicables jurídicamente para todo el mundo.

Tenemos que preguntarnos aquí si acaso no es necesario engranar en el partido radical la gran campaña para la ampliación y la transformación de la UE y de sus instituciones. Tenemos que preguntarnos aquí si acaso no debemos, todos nosotros, concebir la nueva campaña política de duración e intensidad grandes, campaña para el derecho que non es posible sin instituciones ni poderes y autoridades, instituciones que digan y afirmen, en Europa, derecho; tal y como hemos hecho en Nueva York, en el Palacio de Cristal, y tal y como nos disponemos a hacer con respecto a los temas del Tribunal Penal y de la moratoria. Tenemos que preguntarnos si acaso el Partido radical no tiene que engranar inmediatamente el trabajo preparatorio y de estudio de dicha campaña para la ampliación de la Unión europea, a someter al primer Consejo General del partido para que la articule como un auténtico proyecto operativo.

Tenemos que preguntarnos aquí si acaso no cabría concebir un gran manifiesto, un llamamiento europeo para concebir una Europa institucionalmente nueva y adecuada a las necesidades de nuestro tiempo.

Tenemos que preguntarnos si acaso no es necesario, ahora, proyectar alrededor de dicho manifiesto-llamamiento la gran campaña que una a las dos Europas en la voluntad común de reglas e instituciones, que se dirija a los gobiernos de la Europa occidental al igual que a los de la Europa menos desarrollada, pero también a los individuos y a las organizaciones que quieran comprometerse en darle a Europa formas políticas e institucionales adecuadas al destino que actualmente entre las dos Europas es distinto sólo en virtud de las resistencias que relegan la política, y con ella la democracia, a un papel progresivamente menos central.

Tenemos que preguntarnos si acaso no es necesario, ahora, hacer que renazca y que se organice la gran voluntad tan difundida de autonomía, de capacidad decisional local, que sólo puede desprenderse de una ampliación de la UE que viaje paralelamente a una transformación en sentido federal.

Tenemos que preguntarnos aquí si acaso no le debemos al Danubio, al gran río que es parte de la cultura y de la historia del planeta Tierra, el ser administrado y gozado por las gentes de Europa, enteramente y en grandes instituciones democráticas.

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II Parte

REFORMA DEL TRATADO DE MAASTRICHT, NUEVA DISPOSICION EUROPEA: DESAFIOS PARA EL PARTIDO RADICAL

redactores: Olivier Dupuis y Gianfranco Dell'Alba

En vistas a la conferencia intergubernamental de 1996 para la reforma del Tratado de unión europea, está cobrando forma, gracias a instituciones, políticos y lobbies toda una serie de propuestas que tienen por objeto reformar -o contrarreformar - las instituciones europeas.

Giscard d'Estaing, por ejemplo, propone centrar el reimpulso de proceso de integración a partir de la realización de la Unión monetaria. Esta Europa, que él bautiza como "Europa-potencia", sería una unión abierta inmediatamente a aquellos que quieran formar parte de ella (Alemania, Francia, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo más Italia, España y los nuevos miembros). Esta se opondría a una "Europa-espacio", abierta a todo el continente pero reducida, para lo básico, a un espacio de libre intercambio.

El planteamiento de Giscard d'Estaing da por descontada la idea de un núcleo duro, es decir de la posibilidad para un grupo de países de salir adelante sin que les bloqueen países "reticentes" o quienes no desean progresar; asimismo tiene una gran límite: el hecho de que se basa en una arquitectura predominantemente "intergubernamental" (contrariamente a lo que pueda dejar entender el título del "manifiesto para una nueva Europa federativa" que expone estas ideas). En efecto, alrededor de un Consejo de ministros de la Unión monetaria, un Consejo político de la Unión monetaria formado por jefes de gobierno de la Unión y por una Comisión parlamentaria de miembros de los Parlamentos nacionales él propone organizar esta Europa con "vocación federativa".

Alain Juppé y Klaus Kinkel - ministros de asuntos exteriores, respectivamente de Francia y Alemania - evocan gran número de iniciativas en curso, o futuras, a favor de la integración europea, «pero guardándose mucho de subrayar que la mayoría de ellas se desarrollan fuera del marco institucional de la Unión europea!

La libre circulación de las personas, de hecho, a pesar de estar inscrita en el Tratado CE,se organiza en el seno de un estructura multilateral (Schengen) por lo tanto sólo intergubernamental y en cualquier caso concebida para ser integrada en el III pilar del Tratado sobre la Unión europea, él mismo intergubernamental; el Eurocorps es una iniciativa franco-alemán-belga-íbero-luxemburguesa; la coordinación de las marinas es una iniciativa franco-ítalo-española; la agencia de los armamentos es franco-alemana; la estructura de coordinación de la aviación militar es franco-británica, etc.

Todos estos proyectos, además, se basan en un centralismo francés, que difícilmente se puede explicar sólo con criterios geográficos.

Esta atención "panorámica" permite a los dos ministros evitar afrontar un problema central, el de la gobernabilidad de la Unión, que de esta manera evitan mencionar cuando dicen que: "La Unión europea es uno de los cimientos más importantes de este nuevo orden de seguridad en Europa. No puede asumir esta misión si no se refuerza y mantiene la capacidad de decisión de sus instituciones".

Una cuestión que, el grupo parlamentario CDU-CSU había planteado de forma inequívoca en un documento publicado el pasado mes de septiembre suscitando gran jaleo. Ninguna "capacidad de decisión", ninguna democracia, ninguna transparencia.... son posibles "sin una reforma federal de Europa", afirma el documento, que posteriormente indica: "Las reformas tienen que tender hacia una nueva concepción de la ponderación de las instituciones, otorgando progresivamente al Parlamento el carácter de órgano legislativo con igualdad de derecho con el Consejo. Este último, al tener que asumir, junto a otras tareas para más inri de carácter intergubernamental, el papel de segunda Cámara, es decir de Cámara de los Estados, y la Comisión ejerciendo los atributos de un gobierno europeo".

El documento alemán ha tenido, sin lugar a dudas, el mérito de reimpulsar - sobre todo en los países tradicionalmente más atentos a estas temáticas (las reacciones españolas e italianas, por ejemplo, se han detenido casi exclusivamente en la cuestión de una posible exclusión del llamado "núcleo duro") - el debate sobre la disposición institucional y política europea, sobre todo en el punto tal vez más delicado: el del modelo federal de la integración europea. En efecto, y salvo pocas excepciones, todos, ante la imposibilidad de utilizar la justificación británica, cuando si se les mete contra la espada y la pared se ven obligados a constatar una comunión radical de visiones en cuanto a la necesidad de seguir subordinando la construcción europea a los intereses nacionales, demostrando su incapacidad, su ausencia de voluntad o su oposición inquebrantable contra la posibilidad y la necesidad de sacar a flote un interés superior común, europeo.

A lo largo de las últimas semanas, por parte británica en particular, han resurgido las posturas más ultrancistas contra las instituciones comunitarias por excelencia, Parlamento europeo y Comisión, que anuncian la importancia del proceso de revisión de los Tratados que está a punto de empezar.

Ya no se halla en juego, como en 1985 el Acta Unica y en 1991 el Tratado de Maastricht, "cuánto" se progresa juntos hacia una mayor integración política y a favor de un mayor carácter democrático y participativo de las instituciones y de las medidas decisionales, sino "si" se progresa, "con quién" y "con qué instituciones", partiendo de un base que pone en entredicho el papel motriz de la Comisión europea y del carácter representativo del Parlamento europeo.

Ni, lamentablemente, las recientes posturas adoptadas, valientes aunque tal vez tardías, de Jacques Delors - que en Estrasburgo, en su discurso de despedida, ha evocado la necesidad de crear una "Federación de Estados Nacionales" y de privilegiar por lo tanto el método federal - y del mismísimo François Mitterrand, pueden hacernos olvidar, ni tan siquiera un segundo que el riesgo de la "renacionalización" de la unión europea se halla hoy más cerca que nunca.

Más que una "reforma de pacotilla", lo que la conferencia de 1996 puede llegar a parir es una verdadera contrarreforma. No se ve, en efecto, de qué manera - rebus sic stantibus a nivel de la movilización de los ciudadanos europeos - Alemania, aunque alcanzada por una Italia que ha regresado a su tradición federalista europea, podría oponerse a un frente común "franco-británico", encima saldado por tres años de "trabajo" común en la Antigua Yugoslavia, con el agradecimiento de Milosevic, Karadzic y Mladic....

El Partido radical transnacional y transpartido puede y debe izar sus banderas, los valores que siempre ha defendido a partir de la gran campaña a favor de los "Estados Unidos de Europa" llevada a cabo a partir del Proyecto de Tratado de la Unión de Altiero Spinelli, del Parlamento europeo, para confirmar viejas y nuevas convicciones, puntos firmes sin los cuales el gran desafío de construir juntos, de Oriente a Occidente, una Europa justa, libre, democrática, puede acabar convirtiéndose en todo lo contrario. Sólo una gran movilización de las clases políticas, de los parlamentarios, de los movimientos federalistas y europeístas sobre puntos como los que hemos indicado, puede hacer de 1996 la fecha de un paso hacia adelante de la Unión europea y no de su declive, del fracaso del proyecto que desde siempre forma la base esencial de la integración europea.

La conferencia intergubernamental de 1996 debería perseguir los siguientes objetivos:

1. Ampliación de la Unión y adhesión inmediata de Bosnia

La cuestión de la ampliación del Este tiene, por motivos evidentes de seguridad y estabilidad del continente (los ejemplos de la Antigua Yugoslavia y de Chechenia hablan por sí solos), así como la consolidación de los procesos democráticos, tienen que convertirse en una prioridad política de la Unión, con un calendario de realización concreto y vinculante. La ampliación tiene que implicar en particular a todos los países de la Europa central y balcánica, con dos condiciones: que estén gobernados por democracia política, y que exista una voluntad de adhesión al proyecto de creación de una Europa federal.

Cabe hacer una excepción además de la cita de 1996: se trata de Bosnia-Herzegovina. La Unión debería poner en marcha inmediatamente, con las autoridades legítimas de esta República, internacionalmente reconocida, los procedimientos necesarios para su total adhesión lo antes posible a la Unión europea. Contra los argumentos económicos, contra los que no es difícil argüir, que pueden ser invocados para retrasar la adhesión de los países ex comunistas o de "alta inestabilidad" como por ejemplo Bosnia, el argumento central es en este caso político: "Europa o renace en Sarajevo o muere". En efecto, sólo una iniciativa semejante, articulada en mecanismos específicos para el necesario periodo de transición hacia el mercado único, pero sin poner en discusión la pertenencia total de Bosnia a la Unión europea, interrumpiría el espiral de indiferencia y de cinismo que caracteriza la acción de la Unión europea en dicho frente, no sólo por lo que se refiere a Bosnia sino con respecto a Macedonia, Kosovo, etc.

2. Tribunal constitucional europeo

Para hacer que la ampliación a los países de la Europa central y del Este pueda tener lugar en tiempos relativamente breves, cabe contar actualmente con los instrumentos necesarios para evitar que la entrada de nuevos miembros paralice el funcionamiento de la Unión. Ya las actuales medidas para tomar decisiones son muy complicadas, opacas y poco democráticas, así como poco eficaces. En este contexto es fácil, demasiado fácil que todo el mecanismo se encalle: los "piques" de los ingleses o daneses, la mala voluntad de la Comisión, los "altercados" de los italianos o los españoles, las presiones de política nacional sobre un presidente de gobierno son factores suficientes como para paralizar durante meses, a veces incluso años, el proceso decisional. Hasta el momento presente, se han evitado los obstáculos gracias a continuos compromisos a menudo sobre los mismísimos principios constitutivos, a "opting-out", a excepciones que sin embargo están conduciendo progresivamente y en silencio a una re-nacionalización

de las políticas comunitarias, haciendo hincapié en una aplicación distorsionada del principio de subsidiariedad. Pero no es suficiente: la decisión adoptada en Maastrich de no dar a la unión una estructura institucional coherente y unitaria para todos los sectores de intervención, dejando deliberadamente la política exterior y los asuntos interiores a una gestión totalmente intergubernamental, se ha traducido en el completo fracaso de la ambición de dar a Europa un peso y un papel autónomo en el escenario internacional y de crear un espacio sin fronteras internas para sus ciudadanos.

El mismo error no debe repetirse en 1996: entre los temas fundamentales de la reforma (y serán estas las decisiones cruciales que sacarán a relucir quién quiere formar parte de una Unión política que funcione y quién no) serán la eliminación de la estructura a "pilares" de la Unión y la simplificación y democratización de los procedimientos decisionales y de los textos normativos: en concreto, esto significa que el consejo - el único órgano legislativo en Europa que decide a puertas cerradas - no tendrá que ser el único centro legislativo y de gobierno de la Unión; que el espacio de la cooperación intergubernamental y de las decisiones por unanimidad tendrá que ser radicalmente reducido y que todas las competencias de la unión tendrán que encauzarse hacia una ordenación comunitaria. Asimismo, a Europa también se le debe aplicar el sano concepto de la separación de poderes... : Parlamento y Consejo tienen que ejercer paralelamente la función legislativa, y la Comisión tiene que asumir plenamente el papel de g

obierno de la Unión, liberándose de todo ese complejo sistema de pesos y contrapesos que actualmente la condiciona a nivel de los Estados miembros, y reduce su poder de iniciativa y de ejecución.

En este marco, el Tribunal de Justicia, que había sido uno de los factores más destacados de la consolidación de la ordenación comunitaria, tendrá que asumir nuevas responsabilidades, no limitándose al control de la correcta aplicación del derecho comunitario. En una unión política democrática, provista de instituciones separadas y autónomas de las de los Estados miembros, en la que normas y decisiones producen efectos directos en la vida y en las actividades de todos aquellos que viven y actúan en el territorio, en la que el significado de una ciudadanía europea tiene que definirse y ampliarse mejor, es necesario que el Tribunal de justicia se convierta en un verdadero Tribunal de constitucional, que tenga por tarea garantizar que los derechos y los deberes de las instituciones, ciudadanos, regiones y Estados miembros sean respetados y que las actos realizados por la Unión no violen los principios fundamentales sobre los que se basa la Unión.

3. Carácter único de las medidas decisionales y de las instituciones

Coherentemente con el punto anterior, la Conferencia Intergubernamental de 1996 debe conducir a la "comunitarización" del segundo y del tercer pilar de la Unión, la política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y de los Asuntos Internos y de Justicia (AIJ).

Paralelamente, tiene que dictaminar la supresión de los vínculos que obstaculizan la actividad de la Comisión (la llamada "comitología") que interponen los gobiernos de los países miembros para impedir que se consolide un auténtico "gobierno europeo" a pesar de limitarse a las materias de pertenencia comunitaria; tiene que simplificar drásticamente los procedimientos decisionales, decidiendo la publicidad de las reuniones del Consejo cuando actúa en cuanto legislador, reformando de la misma manera la jerarquía de las normas comunitarias para llegar, también en este caso, a una racionalización de los instrumentos operativos de la Unión.

4. Un presidente para Europa

El carácter opaco, la falta de eficacia, de visibilidad y de coherencia del "liderazgo" de la Unión, es decir del Consejo (y en especial de su Presidencia, en rotación cada seis meses) y de la mismísima Comisión, son uno de los motivos principales por los que la opinión pública le tiene poco apego a la Unión, al ser percibida como una entidad poderosa pero inaferrable, sin nombre ni rostro, perdida entre las nieblas de Bruselas. Si entre los objetivos de la reforma de 1996 tiene que figurar, a parte de la democratización de la Unión y el reequilibrio de los poderes de las instituciones, incluso el de garantizar una visibilidad y representatividad para la Unión y conferirle credibilidad tanto a nivel interno como internacional, entonces es necesario plantearse el problema de cómo hacer que sea más explícito el vínculo entre los pueblos europeos y el liderazgo de la Unión; un liderazgo por supuesto controlado y democráticamente responsable, pero manteniendo sus características de líder.

A partir de este principio, se podría entablar un amplio debate sobre el papel del "Presidente de la Unión".

Se puede tomar en consideración la hipótesis de una presidencia de la Unión que corresponda al ejecutivo (es decir a la Comisión), electo por sufragio universal: un Presidente que pueda escoger a los miembros del gobierno entre los candidatos presentados por los gobiernos nacionales y se someta al control de Parlamento y Consejo, en el marco de la radical reforma democrática de la Unión delineada anteriormente, y de una más explícita repartición de competencias entre Estados, regiones y la mismísima Unión.

Por el contrario, se puede pensar en un "Presidente de la Unión" cargo autónomo y distinto de los demás órganos existentes, electo por un Congreso compuesto en su mitad por representantes de los parlamentos nacionales y la otra mitad por parlamentarios europeos - y tal vez, en una segunda fase, por sufragio universal - y encargado de algunas tareas concretas y puntuales, como la presidencia "superpartes" del Consejo europeo, la presidencia de la actividad de la Unión en el campo de la política de seguridad, la designación del candidato a la Presidencia de la Comisión, el nombramiento de los jueces del Tribunal de justicia y la representación de la unión en instancias internacionales.

5. Uniformización del sistema de elección del PE

Una de las críticas más corrientes contra el PE es su escasa representatividad, debido a leyes electorales distintas y disparadas entre Estado y Estado, complejas, y a menudo con una concepción radicalmente distinta de las leyes electorales en vigor para el parlamento nacional, en resumidas cuentas escasamente motivadoras para el ciudadano europeo. Al mismo tiempo, se exalta en el Tratado de Maastricht la función de los "partidos políticos organizados a nivel europeo", se adoptan disposiciones que permiten el voto y la candidatura a las elecciones europeas fuera del territorio del propio Estado, salvo oponerse posteriormente a cualquier intento de obtener, por último, una ley electoral europea única y uniforme para la Unión.

Es por lo tanto fundamental que en 1966 se logre llegar por lo menos a una "agenda" del proceso decisional necesario para hacer de manera que las próximas elecciones europeas se celebren bajo una única ley electoral, independientemente del modelo proporcional o mayoritario que se desee privilegiar, y para que será menester en tiempo útil poner en marcha un debate que permita en particular la consolidación de auténticos "partidos europeos", que ocupen el lugar de las rituales, y un poco inútiles, "internacionales" de los partidos actualmente existentes.

6. Democracia lingüística

Son muchas las personas que insisten en que el problema central de la construcción europea estriba en la comunicación, tanto entre ciudadanos de la Unión como en el seno de las instituciones. También Giscard d'Estaing, por ejemplo, afirma que "los negociadores tendrán que poner en entredicho de nuevo el número de lenguas utilizadas en las instancias comunitarias" y que "la capacidad de reformar este sistema, y reducir a cuatro o cinco el número de lenguas de trabajo, constituirá una primera prueba de la voluntad de renovación de las prácticas comunitarias". pero cuando el ministro francés, Lamassoure, propuso, a pesar de que lo hiciese de forma informal y posteriormente fuese desmentido, reducir el numero de lenguas a las de los 5 grandes países (alemán, francés, inglés, italiano y español) el resto de los países miembros se indignaron.

La cuestión no estriba, de ninguna manera en reimpulsar una "búsqueda cualquiera de la lengua perfecta" sino afrontar un problema, muy real, tanto de comunicación y de democracia lingüística no sólo en el seno de las instituciones europeas sino entre los ciudadanos europeos, es un problema financiero y de presupuestos (las implicaciones en términos financieros de los distintos servicios de traducción e interpretación de una Unión a 9 lenguas representa más del 1% del presupuesto global).

El primer problema es de carácter institucional. En efecto, según el principio de subsidiariedad, por el que todo problema es tratado a nivel más pertinente según su naturaleza y dimensión, el sector "de la educación y de la enseñanza" se ha quedado casi exclusivamente (salvo, por ejemplo, las medidas de equivalencia de los diplomas) en asunto de competencia nacional. Para 1966 un primer objetivo podría ser el de atribuir a las instituciones europeas las competencias relativas a la definición de una política europea de comunicación lingüística, dejando a los Estados y a las regiones su ejecución.

El segundo problema por afrontar, políticamente mucho más difícil, está relacionado con la naturaleza de esta nueva política europea. A pesar de que las propuestas actuales demuestran no estar la altura de dar un respuesta convincente, cabe constatar como la única propuesta alternativa, la dirigida a la enseñanza generalizada de una lengua "artificial" en todas las redes europeas de enseñanza, sufre un perjuicio en la actualidad ampliamente - y es un eufemismo - negativo. Un prejuicio que los principales sostenedores de esta opción, los esperantistas, contribuyen, voluntaria o involuntariamente, a mantener por cultivar equívocos de tipo utópico.

Todo ello conduce a afrontar el tercer problema, tal vez el más delicado, el del papel de esta lengua artificial. Conviene ser sumamente claros. Esta lengua tiene que ser una lengua de comunicación, por lo tanto una lengua auxiliar. No debe sustituir a las lenguas nacionales, ni ocupar el lugar de tal o cual lengua extranjera conocida. Es el instrumento de comunicación común a todo el mundo, la segunda lengua de todo el mundo. Estudiada como tal por todo el mundo, crearía las condiciones necesarias para una igualdad de oportunidades en la comunicación (lo cual es sumamente raro cuando una lengua empleada es lengua nativa para una parte de los interlocutores, lengua extranjera para otros). Múltiples estudios demuestran entre otras cosas que su aprendizaje favorece el aprendizaje posterior de otras lenguas.

Por último, la estructura sumamente lógica de dicha lengua hace que sea muy propicia para ser utilizada como lengua de referencia jurídica. Ello evitaría interpretaciones divergentes tal y como a menudo sucede con las organizaciones internacionales, que utilizan varias lenguas de referencia jurídica (el caso más conocido es el de una resolución de la ONU sobre los territorios ocupados, cuyos textos en inglés y en francés dan lugar a interpretaciones totalmente distintas).

7. Cómo llegar a 1996?

Tras haber delineado, a grandes rasgos, el tipo de Europa que debería salir de la reforma de 1996, no es posible concluir ignorando que, tal y como están las cosas, las posibilidades de que la Conferencia intergubernamental se clausure con un acuerdo unánime sobre una Europa fuerte, federal y democrática son totalmente remotas. Las crecientes divisiones entre los Estados miembros con respecto al futuro de la Unión lo demuestran ampliamente: qué hacer si la Conferencia acaba concluyendo en nada porque no se puede alcanzar un consenso con respecto a las modificaciones a introducir?

Es necesario desde ahora plantear el problema sobre el método a adoptar para la revisión del Tratado. No se puede seguir dejando que las suertes de la Unión - tal y como demuestran las experiencias del Acta Unica y de Maastricht - estén en manos de una conferencia exclusivamente de diplomáticos obligados a llegar a un acuerdo, tal vez de bajo perfil y lleno de ambigüedades y contradicciones, tal y como sucedió en Maastricht. Será necesario ir más allá del estricto marco jurídico definido para esta reforma por el Tratado de Maastricht con el artículo N. Las negociaciones entre los Estados tienen que estar abiertas y tienen que realizarse con claridad; el PE, expresión de la legitimidad democrática a nivel europeo, tiene que asociarse, a través de un procedimiento que podríamos definir como "decisión conjunta constitucional"; por último, desde ahora, los Estados miembros tienen que iniciar el debate, considerando el acuerdo de forma más adecuada para evitar que la unanimidad solicitada por el artículo N obligu

e a todo el mundo a uniformarse a partir de compromisos mediocres que conduzcan a un impasse.

Sólo de esta manera, con un compromiso "político" - anterior a la fase conclusiva del negociado - a querer seguir en cualquier caso este camino, sometiendo posteriormente los resultados a un referéndum europeo de ratificación, es posible hacer realmente de la Unión europea un asunto de todos los ciudadanos, proyecto capaz de afrontar, armados de razonabilidad, el siglo XXI.

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III parte

Roma, 14 de enero de 1995

Queridas compañeras, queridos compañeros

lamento profundamente no poder inaugurar personalmente, tal y como hubiese debido y querido hacer, el 37 Congreso del Partido radical. A partir de mañana, de hecho, me traslado a la sede europea en donde desempeñaré formalmente el cargo que me ha sido confiado por parte del gobierno italiano. Así pues, envío un cálido saludo al congreso así como mis mejores deseos para que los trabajos del mismo discurran de forma fructífera. Congreso que he preparado y convocado, y del que dependen decisiones básicas para el que sigue siendo, puedo decirlo, mi partido, el Partido radical transnacional y transpartido de las esperanzas no sólo italianas para el crecimiento del derecho y de la no violencia por encima de las fronteras y en el corazón de la comunidad de los pueblos.

Este informe no está completo, pues faltan todas aquellas partes correspondientes al periodo de tiempo que va desde el día de hoy hasta el de la inauguración del congreso. Es decir, desde el 14 de enero hasta el 7 de abril. Tres meses que van a aportar algún que otro elemento nuevo, pero que no creo pueda incidir en el quid de la cuestión, de los problemas que el partido tiene que afrontar. Y por lo tanto, a partir de este momento, permitidme olvidar y no seguir teniendo en cuenta el periodo de tiempo que efectivamente nos separa, y de dirigirme a vosotros congresistas en tiempo presente, como si me hallase ante vosotros leyendo este puñado de páginas.

Este 37 congreso ha sido convocado en dos plazos. En un momento determinado, decidimos de hecho posticiparlo al 7 de abril, para compaginar el desarrollo del mismo con la marcha del domingo de ramos, el domingo 9 de abril. Sabíamos que la coincidencia iba a crear un problema más, puesto que íbamos a tener que reducir más todavía los tiempos del congreso, pero estamos convencidos de que ambos acontecimientos, ambos dirigidos a un único proyecto político, estarán reforzados por la contigüidad. Tenemos que hacer de manera que dicha decisión resulte funcional, trabajando en resultados congresales positivos y haciendo de manera que la marcha incida en la opinión pública y en el diálogo con sus interlocutores. Los dos acontecimientos deberán ser momentos de crecimiento.

Mientras tanto, podemos iniciar nuestro debate totalmente conscientes de que a lo largo de los últimos años hemos realizado un trabajo que, sin excesivo pero con tranquilo orgullo, puedo definir de gran relieve. Hoy por hoy, el derecho, la vida del derecho, puede contar con un válido instrumento jurisdiccional a nivel mundial. El Tribunal penal ha sido engranado, ampliando las perspectivas abiertas por el Tribunal especial para la Antigua Yugoslavia. Todavía no podemos cantar victoria, y a lo mejor no logra superar los obstáculos interpuestos par su funcionamiento, pero existe, y constituye de por sí el punto de partida para una posterior - posible, necesaria - iniciativa nuestra. En la ONU, sobre la pena de muerte, ha iniciado, finalmente, una gran confrontación, de valor histórico, y los Estados, trágicas divinidades absolutas de nuestro siglo, han sido conducidos a poner en entredicho el mito de una soberanía colocada por encima de los derechos civiles y del derecho a la vida.

Este trabajo lo hemos realizado todos juntos, tanto en Roma como en Moscú o en Zagreb, en Sofía o allá en donde se encuentren núcleos, ciudadanos que, en su aparente soledad están unidos por una trama común y profunda de convicciones y de esperanzas, han apoyado el esfuerzo común: adquiriendo un carnet desde luego caro, enviando un fax, difundiendo nuestras hojas, nuestros comunicados, nuestra pobre, esencial información, organizando y participando en las distintas iniciativas y manifestaciones militantes y no violentas, escribiendo cartas, siempre presentes y activos en contextos difíciles, hostiles, lejanos. Tanto en Roma como en cualquier ciudad en donde los conflictos, los odios étnicos, las incomprensiones raciales, culturales, religiosas, excavan abismos entre ciudadano y ciudadano, entre hombre y hombre, entre hombre y mujer, negando en su raíz ese "irreductible humain" a partir del cual, tal y como ha dicho Boutros-Ghali, se edifican los valores, las esperanzas, que nos constituyen como comunidad de

diálogo.

Y si además, tenemos que tener siempre en cuenta, para evitar peligrosos errores de valoración, que el logro de los dos objetivos ha sido posible gracias a la eficaz intervención de un sujeto político "nacional", la Lista Pannella-Reformadores (a la que, en un momento electoral difícil y controvertido tiene que dirigirse hoy nuestro cálido saludo y nuestros mejores deseos) y por la atención prestada por el parlamento y por el gobierno italiano a estos temas, tenemos motivos para estar satisfechos, conscientes de que la ideación, al igual que la iniciativa y todo el diario, agotador y necesario trabajo ha sido efectuado por ese puñado de militantes que constituye la única clase dirigente conscientemente transnacional de nuestra época.

Sin embargo, nuestra satisfacción no puede ser total y nítida. Se halla ofuscada y herida, en lo más hondo, por el vacío dejado por la desaparición inesperada, repentina, dolorosa y violenta de tres compañeros nuestros: Alberto Torzuoli, Andrea Tamburi y Mariateresa Di Lascia. Compañeros valiosos, amigos entrañables: Alberto en su generosidad de militante siempre dispuesto a lo que se terciase cuando el partido le llamaba, insustituible en el momento de remediar los contratiempos más variopintos y delicados sin pedir nada para sí mismo. Andrea, por la manera en la que, sin vacilar, había sabido abandonar una existencia tranquila y concreta para abrazar con entusiasmo el trabajo, lleno de incertidumbres y a menudo ingrato, del militante proyectado en realidades distintas y lejanas. Mariateresa por lo mucho que durante tantos años de militancia nos ha dado con su palabra áspera e incitante, con su inteligencia humana y política de las relaciones y de los valores que necesariamente deben presidir una empresa co

mo la nuestra. Partes esenciales, estos tres compañeros, cada uno de ellos a su manera, del cuerpo de nuestro partido, que se ha ido construyendo y viviendo a lo largo de los años, de las décadas, gracias a la aportación de tan distintas experiencias, incomparables y todas ellas necesarias. A ellos, a Alberto, a Andrea y a Mariateresa nuestro recuerdo y nuestro saludo.

Los últimos dos años, los transcurridos desde la Asamblea de Sofía hasta el día de hoy han sido - repito - intensos y productivos. El balance que se saca es de una importancia que todavía, probablemente, no podemos valorar plenamente. Una exposición puntual y detallada, una cronología concreta que englobe dichos acontecimientos han sido distribuidas ya, como primera y segunda parte (más los distintos apéndices) de este mi informe introductivo. He escogido este sistema para ahorra un poco del escaso tiempo a disposición (como sabéis hemos tenido que reducir este congreso al mínimo, obligados por la exigüidad de los recursos financieros disponibles). Por lo tanto sin recorrer minuciosamente las etapas que han marcado estos años, me limitaré a un rápido bosquejo de evaluación y de síntesis, que tiene por objeto sacar inmediatamente algunas bases de discusión para vuestras decisiones congresales. Decisiones, anticipo desde ahora, que considero tienen que girar alrededor de una sola, concreta e inequívoca decisió

n: que se puede resumir - tal y como hago - consciente de que tengo que considerar cerrado un ciclo de la vida del partido y tengo que realizar una vez más, como en otras ocasiones aunque con formas distintas y soluciones distintas (os acordaréis, estoy segura, de un consejo federal que se celebró en Bohinj, en la por aquel entonces Yugoslavia) una drástica ruptura de continuidad con nuestro ayer.

Precisamente nuestros indiscutibles éxitos nos aconsejan tomar una decisión como esta, por dolorosa que pueda parecer y que en el fondo objetivamente es. Ni que decir tiene, hemos cometido errores, pero nada que nos pueda conducir a un cambio de rumbo esencial. Y el primer elemento fuerte y positivo sigue hallándose en la decisión inicial. Ante toda nuestra experiencia, es cada vez más evidente que la decisión política a partir de la cual se diseña el Partido transnacional, proyectado y, en parte, realizado por el Congreso de Budapest de 1989, era y es acertada, previdente, y con perspectivas de futuro. No me arrepiento, ni nos tenemos que arrepentir, no tenemos que pensar en que vamos a resolver los problemas actuales a través de la reducción, de la renuncia con respecto a lo que hemos sido y a lo que somos. Yo no lo permitiría. Nunca como hoy advertimos, en el desorden que nos circunda en todas partes del globo, que el desafío de organizar como partido la política del derecho y de la no violencia era, y si

gue siendo válida, necesaria y urgente. Y, mientras que no creemos en los proyectos que intentan imponer un "orden nuevo" al mundo a través de acuerdos multilaterales de los Estados, o a través del ejercicio monopolista de la fuerza de policía por parte de un sólo Estado (cosa a veces necesaria pero no satisfactoria y sobre todo no resolutiva) sí creemos que es fundamental seguir comprometiéndonos para que - tal y como estaba escrito en nuestro documento de Budapest de 1980 - "a la misma hora, de la misma manera, en varios parlamentos se presenten proyectos de ley análogos o idénticos" para promover, en una dimensión transnacional, el derecho y la justicia. En estrecho y positivo contacto con esta es nuestra otra característica, de ser una internacional de adhesión directa, no mediada por las burocracias de los partidos "nacionales", capaz de implicar a ciudadanos de todos los países a partir de iniciativas políticas de carácter no violento promovidas o sostenidas en los distintos parlamentos nacionales por

los parlamentarios inscritos también al partido radical.

Manteniendo fijas estas indicaciones, hemos luchado con éxito en la ONU las batallas para el tribunal penal permanente y para la abolición de la pena de muerte.

En las dos partes anteriores de mi informe, hallaréis la crónica y una evaluación asimismo de otras iniciativas que han absorbido nuestras energías y las de las asociaciones con las que hemos trabajado, encuadrándolas siempre, a nivel de método, bajo un denominador común de ese antiprohibicionismo radical que intenta, a través de la definición y de la conquista de leyes positivas, desarrollar en primer lugar la libre responsabilidad de la gente, de los ciudadanos. En la variedad de los temas afrontados, son nuestro patrimonio unitario, del que no hay nada que rechazar ni arrinconar.

Si nos limitásemos a echar cuentas de lo que hemos hecho, parecería natural que el congreso se plantease como objetivo el COMO desarrollar más a fondo las iniciativas. Y es precisamente lo que empezamos a hacer cuando convocamos el congreso, formulándonos una serie de preguntas, todas ellas básicas, e intentando dar una respuesta.

Por lo tanto, resumiendo: A qué proyectos, a qué iniciativas tiene que dar prioridad el partido? Qué dimensión, qué estructuras serían necesarias, a partir de mañana, para comprometernos en los distintos frentes que acabamos de recordar, para abrir nuevas sedes, para afrontar nuevos temas? Es el partido, con el grupo militante y dirigente de los últimos años, capaz de garantizar la iniciativa política a los niveles necesarios y adecuados?

Dicho de otra manera: qué inversiones financieras serían necesarias, tal vez para mantener los niveles actuales o incuso para imaginar una dimensión más amplia y adecuada a las nuevas exigencias? Podemos detectar posibles aportaciones nuevas, de individuos y de "otras" organizaciones políticas? Existen, en occidente o en Europa central y del este personas, parlamentarios o ciudadanos capaces de asumir responsabilidades de dirigentes del partido?

Y además, por "obvio" que sea: cómo hacer que crezca la comunicación de un sujeto político que ha tenido y sigue teniendo como interlocutores a las Naciones Unidas y a los parlamentarios pero quiere llegar hasta los ciudadanos de a pie, para implicarlos directamente en iniciativas militantes? Podrá,por ejemplo, el Partido radical, ante la inminencia de una revolución tecnológica destinada a cambiar el futuro del mundo, ignorar, no servirse de los nuevos instrumentos telemáticos? Pero, de nuevo qué inversiones llevar a cabo, qué conocimientos y competencias son necesarios, cuánto tiempo hace falta para eso?

Hemos llegado a la conclusión de que para garantizar el nivel actual de presencia es necesario que exista un flujo anual - constante y estable, de inscritos (o de contribuyentes no-inscritos) - con una dimensión equivalente a la lograda con la campaña 1992-1993, es decir cerca de 30000 inscripciones de "cuota italiana". Pero acaso existen otras situaciones capaces de garantizar una aportación parecida, que reduzca la hipoteca y la espera que hoy grava sobre el que se ha dado en llamar "depósito italiano"?

Por último: la acción del Partido radical tiene que privilegiar algunas zonas, ya conocidas y experimentadas, o bien intentar abrirse a otras, como Africa, que no aportan recursos económicos pero que sin embargo han demostrado poder acoger el mensaje?

Ante tantas preguntas - a las cuales no se puede, responsablemente, dar una respuesta evasiva ni ambigua si se desea que el Partido radical transnacional no se limite a ser un mero hecho de testimonio sino un sujeto político de acuerdo a sus objetivos y sobre todo a las necesidades de nuestro tiempo - tenemos que tener presente, con franqueza, sin miedo a la realidad, sin esconderla sobre todo ante nosotros mismos, un dato concreto y puntual: el partido actual, en su clase dirigente y militante, en sus fuerzas efectivas - las que no se utilizan a jornada completa en el trabajo oscuro, agotador y básico para desarrollar con iniciativas diarias, paso a paso, cada una de las iniciativas, desde Nueva York hasta Roma pasando por Moscú etc.... o las que dan al partido el recurso, limitado pero importante y valioso de su "tiempo libre" entendido como momento de dedicación, de inteligencia, de participación etc.. - no puede contar globalmente con más de cerca de 200 personas.

Intentar contestar a las preguntas, intentar disolver los verdaderos problemas, sin tener presente, eliminando este ineliminable dato en su punto de partida, sería irresponsable, una falacia y peligrosa. A esta básica realidad tenemos que mantenernos anclados, si queremos que todos nuestros proyectos tengan un sentido concreto y no se conviertan en una aspiración ilusoria, para nosotros y sobre todo para aquellos, sabiendo de nuestra presencia, descargan sobre nosotros, sobre el partido, esperanzas o sueños, desgravándose de esta manera de la responsabilidad de ofrecer una contribución para que se realicen.

Nosotros no podemos, no tenemos que permitir, en absoluto, que se convierta en una justificación, ante los ojos de nadie: ni tan siquiera los nuestros.

Pero otras consideraciones se suman a esta primera, no menos urgentes, impostergables, ante las cuales no podemos escapar, ignorándolas o infravalorándolas, o tal vez, quitándonoslas de encima. yo he intentado hacerme cargo de ellas, llegando a la conclusión de que condicionan de forma determinante las decisiones que se hallan ante el congreso, salvo que se pretenda huir hacia adelante.

Las cifras del informe financiero que os ha presentado el tesorero hablan por sí solas: este partido para vivir al mínimo de las actividades necesita una media de 330/350 millones de liras al mes, cerca de 4 mil millones al año. Como podréis comprobar con los apéndices, dicha cifra media mensual comprende lo mínimamente indispensable para mantener abiertas - sólo "abiertas" - las sedes de via di Torre Argentina (en Roma), Budapest, Bucarest, Tirana, Varsovia, Zagreb, Moscú, Kiev, Baku, Tblisi, Erevan, San Petersburgo, Vilnius, Minsk, Almá Atá, Tashkent, Praga, Sofía y ahora, si queremos, Nueva York, correspondiendo a un mínimo de rembolso de los gastos de los compañeros que trabajan, así como para permitir a las asociaciones que albergamos en la sede de Roma que tengan una estructura de base y los servicios indispensables.

Pero 350 millones al mes son sólo suficientes para sobrevivir diariamente, no para apoyar con eficacia, para reimpulsar una sola campaña política de la envergadura de las llevadas a cabo con respecto a la ONU sobre la pena de muerte o sobre el tribunal especial. Y muchísimo menos para afrontar con realismo los demás objetivos indicados por documentos y mociones, con la cantidad de problemas, necesidades, que imponen o impondrían.

350 millones al mes, cuatro mil millones al año de liras son, en resumidas cuentas, demasiado poco para las ideas y los proyectos que el partido de la no violencia, del derecho, produce a diario. Ni, por otra parte, queremos abandonarnos a la mera supervivencia. Yo lo rechazo con decisión, y confío en que el congreso tenga análoga sensibilidad a la mía, y perspectiva semejante. El problema es otro: cómo crecer, cómo ser adecuados para reimpulsar nuestros objetivos?

Se nos presenta, en resumidas cuentas, una situación financiera que por enésima vez pone a riesgo el proyecto radical. Intentamos afrontarla inmediatamente, en cuanto empezó a presentarse claramente en toda su gravedad, retrasando el ritmo o incluso impidiendo las actividades en el semestre anterior al congreso. No hemos hallado soluciones aceptables. Que nadie se llame a engaños (lo digo antes de que alguien intente proponerla de nuevo en el congreso): una repetición de la campaña de inscripciones de 1993 en Italia, cuando se asociaron al partido cerca de 33.000 personas dándonos un margen de respiro y algo más, es irrepetible. La coyuntura política italiana ha cambiado muchísimo y no se ve una hipótesis de salida favorable para nosotros tal y como se produjo - en 1992/1993. Desde luego, si tuviesen que presentarse imprevistos excepcionales, tales que cambiasen el panorama e hiciesen posible agredir de nuevo el llamado "depósito italiano" estaríamos, ni que decir tiene, al quite para aprovechar la ocasión.

Pero es absurdo contar con ello hoy por hoy. Y, por otra parte, un Partido radical que cada año tenga que dedicar la mayor parte de sus energías para alcanzar ese número mínimo de inscripciones o subscripciones indispensable para sobrevivir pura y simplemente, es algo impensable. Sería una estructura antieconómica e improductiva, o productiva sólo de su propia perpetuación. Este es el destino de otros muchos que de esta manera no han hecho más que agotar sus mismísimas razones de ser y de vivir. Nosotros no queremos que se produzca eso.

El hecho de que se hayan superpuesto varios problemas y dificultades financieras con los problemas y las dificultades de carácter estrictamente político es, como podéis comprobar, tal que plantea obstáculos insuperables e impone decisiones drástica y resolutivas.

No propongo al congreso, por lo tanto, más que lo siguiente: tenemos que ser conscientes de que se acaba un ciclo, un ciclo en el que hemos pensado, realizado, hecho trabajar - y bien - a un cierto modelo de partido, con ciertas estructuras y un cierto modelo de organización, de arraigo, y por consiguiente ciertas necesidades irreprimibles en lo que a recursos humanos se refiere, así como económicos y estructurales. Cabe considerar este ciclo - que globalmente ha durado 6 años - cerrado. Cabe cerrar, repito, un periodo, lo que no cabe es disolver el partido, ni amenazar, tal y como hicimos en 1992-93 con que lo vamos a disolver. Entonces, lo que sí podemos hacer razonablemente, es afrontar un periodo que creo debe ser de carácter "extraordinario", de "interrupción", es decir de reflexión para reflexionar a nivel general sobre lo que hemos hecho y sobre cómo, si y cuándo será posible reimpulsar de nuevo, anclado en el pasado pero, con instrumentos y estructuras, recursos y modalidades radicalmente distintos.

No es un escamotage, ni un llamamiento para la última prueba, para la última apuesta. No es una repetición de 1989 en Budapest, cuando las estructuras del partido se redujeron a cero y la gestión del mismo fue confiada a un "cuadriumvirato", que reimpulsó el partido en 1992/93. No es una repetición del desafío del congreso de 1992, en sus dos sesiones, cuando lanzamos el desafío de los 30.000 nuevos inscritos del "depósito italiano". tal y como he dicho, no nos hallamos ante ninguna de ambas hipótesis, por sugerentes que puedan resultar.

La situación en la que nos hallamos tiene un carácter concreto. Presenta, asimismo, ta y como he dicho, problemas y limitaciones económicas. Pero, en primer lugar, tiene que hacer frente a un problema que es político: el problema de una clase militante y dirigente insuficiente, no cierto por calidad sino por tamaño, para sostener una hipótesis de crecimiento de partido.

Problema de clase dirigente. Lo repito: una clase dirigente que, en su dúplice composición - aquellos que trabajan con dedicación completa, y los que por el contrario trabajan parcialmente, a pesar de que moralmente sea un trabajo intenso y consistente - no superan como mucho (si lo superan) el número de doscientas personas, ha podido llevar a cabo, realizar, lo que ha realizado a lo largo de estos años (y el congreso lo confirma). Pero e día de mañana, que es ya hoy, tendremos que constatar que en esta dimensión ya no podemos seguir trabajando con una perspectiva válida. Nos lo advirtió en la Asamblea de Sofía el por aquel entonces tesorero Paolo Vigevano, en su informe. La situación no ha cambiado.

Desde luego, podemos preguntarnos qué hubiese sucedido si en otros lugares, en otros países, aun de forma mínima, se hubiese producido lo que ha caracterizado durante los últimos años - en recursos y militancia - el llamado depósito italiano. Pero una aportación semejante, o comparable, no se ha producido. Y el congreso tiene que tomar nota de ello, tiene que reflexionar, y dar una respuesta. Si bien es cierto que se han inscrito más de cuatrocientos diputados y parlamentarios de distintos países, y si bien en algunos momentos ha sido un elemento valiosísimo para lograr que el partido obtuviese alguno de sus éxitos, tenemos que denunciar, con fuerza, que sólo en casos contados estos nuestros (repito, nuestros) parlamentarios han advertido la importancia de una contribución más consistente tanto en lo que a presencia como a colaboración se refiere - y no con dedicación completa, sino sencillamente en su "tiempo libre", tal y como nosotros concebimos ese "valor añadido" sobre el que hacer hincapié para darle a

l partido la dimensión y la fuerza necesaria.

Hoy se encuentran presentes en el congreso algunos, muchos parlamentarios, sobre todo procedentes de la Europa del Este. Ante este informe, y todavía más a partir del desarrollo del congreso, podrían sentirse inclinados a pensar: qué hacemos aquí, en donde se hablará poquísimo de Bosnia, de Macedonia, de Chechenia o de Rusia, y en cambio se hablará de otras cosas tan lejanas a nuestros problemas? A estas dudas yo contesto inmediatamente que el primer objetivo, si no queremos limitarnos a "hablar" sino a actuar de forma eficaz sobre la cuestión Bosnia etc., es cómo hacer que viva, que crezca y se refortalezca el Partido radical. Nosotros, en definitiva, no les echamos en cara a estos compañeros que no hayan "dado" al partido, sino que no se lo hayan "tomado", que no lo hayan ocupado, que no lo hayan convertido en algo propio, que no hayan sabido o tal vez podido sacar fuerzas de esta pertenencia, de esta militancia, para reforzar su "presencia" nacional. Queridos amigos, diputados de la "Duma", o del parlame

nto bosnio, o búlgaro: os toca a vosotros cambiar los términos de la cuestión, y hacer de este partido transnacional una bandera o un arma para vuestras batallas "nacionales". Por ello el partido radical «no sólo es transnacional sino que es también transpartido« A lo largo de las últimas semanas, en Vojvodina, toda una clase dirigente y política se inscribió al partido. Confío en que estos nuevos amigos sepan conducir, izando la bandera de Gandhi, gran número de batallas por Voividina, utilizando el apoyo del partido y de sus militantes italianos o franceses o de otra parte del mundo. El de Voivodina es un ejemplo que hay que imitar y multiplicar, en términos activos, no de mera presencia formal..

Si este es uno de los mayores nudos por deshacer, es evidente que yo no puedo dar una respuesta, no puedo dar soluciones. Sólo puedo esperar que madure algo que no está en mi poder. He ahí por qué no tengo ninguna otra indicación que darle al congreso salvo el permitirle a todo el partido una pausa de reflexión global. No disolución, ni simulación, nada de amenazas, nada de llamamientos a la buena voluntad, o a los sentimientos de culpa de alguien.

No sabría decir en estos momentos de qué manera hay que articular esta "pausa" ni con qué instrumentos. Todo ello debe formar parte del debate del congreso. Sin embargo, estoy convencida de que una gestión extraordinaria como la que os sugiero requerirá estructuras y formas extraordinarias, un auténtico "comisario". Un comisario que sería de "liquidación" si a partir de este momento estuviese orientado, por mandato, de esa manera. Pero no se trata de eso, evidentemente: el organismo extraordinario de gestión, el "comisario" en resumidas cuentas, tiene que tener pleno y libre mandato de explorar, incluso en un tiempo determinado, los caminos posibles para reimpulsar, en formas nuevas, el partido, como Voivodina "con perspectivas de futuro", proyectado hacia lo positivo, no encerrado en sí mismo, ni anquilosándose. Sólo en caso extremo, tras haber realizado todas las comprobaciones necesarias, tras haber explorado todas las posibilidades, se podría configurar la necesidad de disolver esta experiencia política

definitivamente. Desde luego, se trata de una grave responsabilidad para una sola persona, pero asimismo una forma de afrontar el problema en sintonía con nuestra tradición institucional, tendencialmente "monocrática", responsabilizadora. Se podría, entre oras cosas, pensar que el "comisario" se sirva de los pareceres - libremente sin vínculo alguno - de un grupo de inscritos a los que dirigirse en tiempos y modalidades más convenientes, y por lo tanto, escogido de manera que se consulten efectivamente (tendría que ser un grupo restringido, y no pletórico como el actual Consejo general cuyas reuniones vienen a costarle al partido más o menos cuanto un congreso).

Este periodo, de carácter extraordinario, de suspensión, de comisariado (o cómo queramos llamarlo) no tendrá que ser un periodo de inercia para ninguno de los compañeros. Al contrario. Las preguntas que he planteado al principio siguen manteniéndose en pie, y exigen respuestas que no pueden ser dadas sólo por el comisario ni por otro órgano que queramos nombrar. Es tarea de todos y cada uno de los inscritos, y será importante ordenar los canales a través de los cuales se pueda desarrollar efectivamente. Y la suspensión va a afectar a las asociaciones, federadas o en cualquier caso cercanas, que tendrán que replantearse sus actividades, para comprender de qué manera pueden reforzarse, ser más autónomas del partido y gravar menos sobre él.

Si nosotros observamos el trabajo desarrollado por las asociaciones podemos considerarnos satisfechos. Algunas han demostrado capacidad de iniciativa y una cierta fuerza de organización. No puede existir federación sino ente sujetos auténticos, que al federarse ponen en común una parte de sus proyectos y de sus mismísimas estructuras pero autónomamente pueden expresar otros aspectos de su iniciativa. Otras, por el contrario, no han alcanzado la "masa crítica" necesaria para dar lugar a su autonomía y a una verdadera federación, tal y como nosotros la entendemos. A veces, incluso en un pasado no lejano, se han producido momentos de confrontación crítica, entre el partido y una u otra asociación, al reivindicar esta su total autonomía mientras que no se podía observar que en el fondo no podía sobrevivir si no la sustentaba el partido y sus instrumentos financieros y operativos. Esta dialéctica se ha repetido muchas veces, en los más de treinta años de la vida del Partido radical: desde la Liga Italiana para el

Divorcio en adelante, ha habido siempre una confrontación abierta entre los polos constitutivos del asociacionismo radical, cosa que no se ha resuelto nunca adoptando una solución neta, automática, a la problemática en juego. Así pues, partido de asociaciones? Pero, cómo negar que el partido ha tenido siempre una función prioritaria, arrastrante, indispensable incluso a nivel organizativo y de la responsabilidad financiera, con respecto a las asociaciones? Así pues, ninguna solución neta ni definitiva, sino soluciones "políticas" conscientes de que esta pluralidad de presencias no tiene que dar lugar a una fragmentación, a una "especialización" técnico-burocrática de tareas.

Cuando convocamos el congreso, creíamos que era necesario, o en cualquier caso oportuno, prever, o empezar a pensar, en modificar el estatuto. Habíamos experimentado incongruencias, dificultades, auténticos errores en la forma estatutaria de Sofía. La celebración bienal del congreso, por ejemplo, así como la convocatoria periódica del Consejo general son elementos irreales, si consideramos nuestras posibilidades financieras reales. Por lo tanto creímos conveniente proponer modificaciones que aligerasen el funcionamiento, más eficaz, de las estructuras, tal vez utilizando instrumentos telemáticos - los que están ya revolucionando los mercados, la información, los métodos de organización, y precisamente en un sentido trans-nacional («con el guión!); hasta imaginar una hipótesis de auténtico partido "telemático" (cosa muy distinta de un partido que utiliza la telemática...).

Casi inmediatamente, nos dimos cuenta de que el problema del estatuto pasaba a un segundo plano, incluso distraía del nudo central. Por lo tanto, no tendremos que realizar una reforma estatutaria para realizar nuestra "interrupción". El estatuto, por el momento, que se quede como está. Aunque no por ello deja de ser un problema que cabe afrontar en el periodo de interrupción.

Los problemas que os he planteado en esta tercera parte del informe son sólo sugerencias, propuestas. Pero, creedme, evaluad y ponderadlas con suma atención. Son sugerencias y propuestas positivas a mi juicio, proyectadas hacia una reconversión estructural del partido para reimpulsarlo, para que crezca. Por ello, sería necesario que el congreso asumiese valientemente la responsabilidad de "ratificarlas" en su globalidad, para poderse concentrar en las formas adecuadas para "gobernar" la transición, sin huir hacia adelante y sin retirarse en la conservación estática y poco fructífera del pasado, en sus formas muertas, que pueden acabar dispersando hasta la sustancia, por puro amor de autoconservación. Yo confío en que este sentido de responsabilidad predomine, tanto si se acogen mis propuestas como otras que se presenten.

Y si bien (tal y como yo creo) puede reconfortarnos en nuestra decisión porque nos dice que no somos los únicos que combatimos estas batallas transnacionales, quisiera recordar dos eventos significativos, recientes: por una parte el hecho de que, en su primer congreso, los Reformadores de la Lista Pannella han adoptado casi íntegramente, en el documento conclusivo, los temas en los que se basa nuestra iniciativa. Por otra el hecho de que en el Parlamento europeo se ha constituido un grupo, en el que han confluido fuerzas de distintos horizontes ideales y nacionales, que tiene un carácter fuertemente federalista-europeo y transnacional y por lo tanto podrá aportar en dicha instancia iniciativas nuestras o en las que podremos reconocernos sin reticencias. No se trata de contribuciones de poca monta. Sabemos perfectamente por lo que se refiere a los compañeros Reformadores y de la Lista Pannella, y lo deseamos por lo que se refiere al grupo parlamentario de Estrasburgo.

Queridas compañeras y compañeros, queridos amigos,

confío en que vuestro debate esté, a pesar de los límites impuestos por la escasez de tiempo, atento y abierto a los escenarios que tenemos a nuestro alrededor y a los que son previsibles. En el mundo, en Europa, en Italia las cosas están cambiando mucho y rápidamente, los problemas abiertos son distintos a los que teníamos en Budapest o en Sofía. Basta un ejemplo significativo. A las sedes que teníamos en distintos países, hemos añadido este año la de Nueva York. La hemos abierto un poco provisionalmente para poder seguir más de cerca los trabajos de la Asamblea de las Naciones Unidas, su debate. Pero ha sido una experiencia sumamente importante. Sobre todo porque, precisamente, nos ha puesto en contacto diario con la Comunidad internacional de los pueblos, es decir con un interlocutor nuestro no ocasional, y en particular con Boutros Boutros-Ghali, al que envío desde aquí un cordial saludo y mis mejores deseos. Es muy importante asimismo porque nos ha revelado, nos ha hecho tocar la evidencia de un país co

mo Estados Unidos, cómo vamos a poder pensar en una dimensión realmente transnacional y "mundial" sin confrontarnos con este país? He ahí como de un hecho ocasional, hemos aprovechado la ocasión para reflexionar sobre una problemática de amplia envergadura sobre la necesidad, la urgencia, la dimensión que tiene que afrontar un partido que quiera de veras actuar como sujeto transnacional en el tiempo y en las condiciones políticas en que vivimos, y no quiera encerrarse en una dimensión en cualquier caso provinciana e insuficiente. Puedo incluso añadir que este paso ulterior hacia la necesaria mundialización ha sido causa importante de las decisiones graves, resolutivas, incluso dolorosas que os he pedido que adoptéis con vuestra responsabilidad de congresistas.

Una reflexión en particular quiero someter a vuestra atención por lo que se refiere a Europa, y no sólo por el hecho de que a lo largo de los próximos cuatro años yo voy a estar trabajando como comisaria de la UE para ayudas humanitarias, pesca y defensa de los consumidores. Desde luego, a estas actividades llevaré la fuerza de mis convicciones y la determinación de mi militancia radical, una vez más cumpliendo el compromiso que adopté cuando llegué al parlamento italiano: modificar las instituciones, aunque sólo sea un milímetro o un paso, en vez de dejar que me modifiquen.

En cualquier caso, creo que vuestra atención tiene que centrarse en Europa, sin que ello signifique olvidar otros sectores (recuerdo, a modo de inciso, que por ejemplo la presencia que teníamos en Africa, por pequeña que fuese, se ha disuelto, y creo es necesario intentarlo de nuevo en aquella dirección, como en la dirección de los países musulmanes más "laicos", como lo son - por mencionarlos - los países del Cáucaso que formaban parte del Imperio soviético). Europa se halla ante un plazo dificilísimo, la conferencia de 1996. De dicha cita, la Unión podrá incluso salir definitivamente hecha añicos. El desastre sería incolmable, para nosotros europeos, para el mundo, para los países del este que ahora aspiran a entrar en ella. Es evidente, así pues, que si hasta ayer teníamos como interlocutores a Italia y a las Naciones Unidas, a estos polos tenemos que añadir Europa, en posición si no privilegiada, por supuesto prioritaria. En nuestras discusiones precongresales hemos pensado que, para indicar con fuerza e

l paso, hubiese sido útil cambiar el epicentro político del partido más cerca a la sede del parlamento y de las instituciones europeas: en Bruselas, utilizando las estructuras a disposición de los europarlamentarios radicales (actualmente más conspicuas que ayer). Una respuesta concreta en términos organizativo/operativos no hemos sido capaces de dar. Pero esta tarea debería correr por cuenta del "comisario", del grupo de compañeros que le ayuden, o incluso a los compañeros a nivel individual, según sus posibilidades y oportunidades.

Como podréis observar, el periodo con carácter extraordinario que tenemos delante no va a ser vacío. Si trabajamos bien, será tal vez un tiempo breve, aunque no creo que tengamos que establecer inmediatamente plazos concretos. Si trabajamos bien, es decir, si somos capaces de prever, en términos no vagos sino estrictamente operativos, un auténtico y verdadero salto de calidad, si somos capaces de dar una respuesta a la pregunta clave: como tendrá - o tendría - que configurarse el partido transnacional y transpartido capaz de superar las actuales dificultades y convertirlas en puntos de fuerza para afrontar los problemas del día de mañana?

Indicar vías, medios, tiempos para llegar es tarea vuestra, tarea del congreso. Aunque creo poder recomendarle vivamente una cosa: el tiempo que tenéis a disposición, los mismísimos instrumentos de trabajo, son reducidos y tal vez insuficientes. Por ello es necesario no perder ni un instante, no abandonarnos a mirar hacia el pasado, ni para complacernos de lo que hemos hecho, ni para recriminarnos entre nosotros. No tenemos que perder el tiempo hablando por los codos. Las dos primeras partes de mi informe han sido concebidas para establecer, cronológicamente y como documento, todo lo que no es más que material de trabajo. Perder tiempo con ello es inútil.

Por lo tanto, junto a mis deseos de que sean fructíferos los trabajos del congreso, quisiera darles las gracias, en primer lugar a aquellos que a lo largo de estos años han brindado su trabajo militante en la sede de Via di Torre Argentina, en la secretaría, por pequeña o grande que fuese, con sus reuniones fatigosas, a diario, con las responsabilidades adoptadas por cada uno de ellos; en tal o cual ámbito han sacado adelante con enorme disponibilidad y responsabilidad, su trabajo, aunque no siempre, lo sé perfectamente, gratificantes; sin su presencia diaria nada de lo que he narrado hubiese sido posible. Quisiera dar las gracias muy en especial a Marco Pannella, por su constante disponibilidad y búsqueda en el diálogo, su brindar continuamente ideales y fuerza propulsiva. Y por último a los parlamentarios italianos y europeos, a los militantes de muchas sedes en Italia, en Europa y en el mundo, militantes de una batalla difícil cuanto esencial. A todos aquellos que sencillamente en calidad de inscritos o

contribuidores han permitido que el partido viviese, aunque sólo fuese un día o una hora.

Doy las gracias a los que han trabajado y están trabajando para que el congreso se desarrolle con máxima eficacia, serenidad y espíritu de colaboración. Son condiciones sin las cuales, las próximas horas podrían perderse o infravalorarse. Si ello no sucede, se lo deberemos a todos aquellos que durante meses han tenido paciencia ante las que eran en primer lugar mis responsabilidades, mis ansias, mis problemas.

Con esto ha llegado el momento de mi despedida de todos vosotros. Despedida formal, no sustancial. Es más, confío que en la diversidad de nuestras tareas y nuestras responsabilidades, puedan nacer ocasiones de estrecha confrontación, de iniciativas conjuntas o paralelas, de luchas no violentas que tengan por objeto idénticos objetivos, capaces de implicarnos no sólo a nosotros sino a todos aquellos que, en Europa y en el mundo, actúan en nombre de ideales y proyectos comunes. Por mi parte intentaré comunicar y hacer entender este mensaje a todos los interlocutores de mi trabajo, radicales o como quieran llamarse. Pero esto es tarea vuestra también. Y por lo tanto, una vez más: Viva el Partido radical, transnacional y transpartido, el partido del derecho a la vida y de la vida del derecho, el partido de la no violencia.

 
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