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Conferenza droga
Partito Radicale Belgique - 19 luglio 1995
ANTIPROHIBICIONISTAS DEL MUNDO ENTERO...

AGENCIA BIMENSUAL DE ACCION RADICAL ANTIPROHIBICIONISTA - 1

El antiprohibicionismo radical en Europa

El prohibicionismo sobre drogas es un conjunto de convenciones sociales, de moralismos éticos o religiosos, que ha tenido que doblegar a la ciencia para poder primero auto-engendrarse, y autoconservarse luego. La confusión semántica que encontramos en las convenciones de la ONU o en los documentos de la OMS y de centenares de organizaciones internacionales (documentos cuyo costo es desgraciadamente muy difícilmente evaluable) traiciona la pobreza, la miseria, la locura, el precio que los prohibicionistas están obligados a pagar.

Que el prohibicionismo sobre drogas es una locura lo dicen las cifras, su medida la dan las inaccesibles estadísticas, que demuestran su impotencia y su fracaso: es el número de muertos a causa del uso incontrolado de ciertas sustancias en cuanto se convierten en ilegales y por tanto no están sometidas a ningún control cualitativo y cuantitativo; es el número de muertos entre las bandas criminales que han recibido gratuitamente del Estado la gestión monopolística del mercado de sustancias ilegales; son los millones de robos, de tirones, de atracos a mano armada, realizados para procurarse sustancias cuya producción es en realidad barata, pero cuya tasa de ilegalidad las coloca fuera de precio; es la policía y la magistratura, son millares de personas que golpean el agua con la espada, abandonando los trabajos que les son propios; son, en consecuencia, ciudades abandonadas a sí mismas; es una justicia que cambia inevitablemente de sentido y de significado.

Todo está trastornado: desde el derecho a la estadística, pasando por la medicina que ya no sirve para aliviar los sufrimientos, sino, a veces, para multiplicarlos. En todas partes no son más que mentiras sobre una guerra imposible de ganar, una guerra que cuesta fortunas y que causa enormes desastres, humanos, sociales, sanitarios.

No queremos escribir hoy lo que la historia escribirá inevitablemente mañana, como ha escrito sobre el prohibicionismo americano sobre el alcohol, y como cada vez que se prohibe alguna cosa.

Nos hemos organizado políticamente para combatir una locura, para recordar a los gobiernos de nuestros países, de nuestro planeta, a no rendirse sino a asumir las responsabilidades que deberían hacer suyas: afrontar los problemas de su época, encontrar soluciones. Y para ello debe estar claro que el azote de las drogas no son las sustancias en sí mismas sino la desinformación, el uso deformado que se hace de ellas y que saca provecho de una publicidad negativa, en vez de de una información rigurosa que permita al individuo el ejercicio pleno de sus responsabilidades, una facultad que es, en definitiva, siempre personal. Nos hemos organizado políticamente porque sabemos que únicamente una nueva ley nos permitirá cambiar el signo del fracaso cotidiano, cada vez más trágico, que obliga a los prohibicionistas a cometer error sobre error, a obstinarse en un camino que ha demostrado su inutilidad.

Nos hemos organizado políticamente para cambiar las leyes de nuestros países, para que nuestros gobernantes hagan aquello para lo que han presentado su candidatura y para lo que han sido elegidos. Es preciso que conquistemos leyes que impidan la difusión del Sida, leyes que devuelvan al médico el derecho/deber de obrar según su ciencia y su conciencia, utilizando los medicamentos que considere más adecuados, leyes que impidan la utilización de la cárcel como método de desintoxicación, leyes, en definitiva, más humanas, más respetuosas con el individuo, con el derecho, con la ciencia. No nos detendremos en la despenalización de hecho del consumo (es decir, un consumo no regido por la ley) porque es cuanto menos paradójico el poder consumir un producto que no se puede ni producir ni vender. Más aún, la mera despenalización del consumo mantendría intactos los fundamentos del régimen prohibicionista con todas sus consecuencias sociales y económicas, en términos de justicia y de negación de la libertad y de la re

sponsabilidad personal.

Nos hemos organizado políticamente para dar nuevas leyes, para crear una nueva hipótesis de gobierno que pase por la puesta en discusión de las convenciones internacionales que están en la base de las políticas prohibicionistas en los diferentes países.

Entre unos cuantos hemos decidido de promover desde Bruselas para Europa, la CORA - Coordinación Radical Antiprohibicionista. Una asociación ya presente y bien organizada en Italia, donde ha promovido y ganado un referendum popular en contra del encarcelamiento de los consumidores de sustancias ilegales (hace apenas dos años, en Italia se iba a la cárcel por tenencia de algunos gramos de marihuana); una organización que ha impuesto a la Cámara de los Diputados la discusión, actualmente en trámite, de un proyecto de legalización de las drogas blandas y de distribución de heroína; que ha conseguido presentar un documento parlamentario para la denuncia de las convenciones internacionales. Este asociación está en proceso de constitución en Francia, Bélgica, España y Ucrania. Una asociación del Partido Radical (transnacional y transpartítico) a la que pueden inscribirse o contribuir todos aquellos que creen en este proyecto, por encima de carnets de partido o de cualquier otro sectarismo. En los próximos seis mes

es tendrá lugar nuestro Congreso constitutivo (que será anual) en el que participarán todos los inscritos y los contribuyentes, un Congreso que decidirá nuestras futuras iniciativas y elegirá a los órganos de dirección. Nuestra ambición (o nuestra locura) es la de crear un movimiento internacional militante que consiga hacer llegar un poco de sentido común a los poderosos de la tierra.

Esperamos poder contar con vuestra atención, con vuestra disponibilidad, os pedimos que os convirtáis en militantes de las batallas antiprohibicionistas, que asumaís responsabilidades directas para que juntos cambiemos estas leyes nocivas, para cada uno de nosotros, y para todos.

Maurizio TURCO (I)

Michel AUDIBERT (F)

Michel HANCISE (B)

Begoña RODRIGUEZ-ANTIGÜEDAD (E)

Alexander KOSTRISKY (U)

 
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