Bonino celebró, a su regreso de Argentina, una reunión con sus colaboradores para conocer los detalles de las negociaciones, que durante cinco días han mantenido las delegaciones marroquí y comunitaria, en las que sólo se han logrado avances en puntos técnicos menores.

Las delegaciones no celebraron hoy una reunión conjunta y los marroquíes insisten en que están a la espera de recibir nuevas propuestas que desbloqueen el proceso negociador.

La comisaria europea de Pesca no descartó un contacto político de alto nivel con Rabat para acelerar el ritmo de las conversaciones y aseguró que "haremos todos los esfuerzos posibles" para que los buques puedan faenar el primero de septiembre, "aunque no sé si lo vamos a lograr".

Las principales divergencias entre comunitarios y marroquíes se centran en el nivel de capturas de cafalópodos (pulpo y calamar) y en arrastre norte (merluza y gamba), para lo que los marroquíes exigen reducciones del 65 por ciento y del 50 por ciento respectivamente.

La Comisión Europea acepta el principio de la reducción, pero en proporciones mucho menores, aún sin cuantificar oficialmente.

Los otros puntos importantes de diferencias son la exigencia marroquí de que la pesca se descargue en sus puertos y de que un 35 por ciento de la tripulación de los barcos que faenan en sus aguas sea marroquí, condiciones también rechazadas por los comunitarios.

Sin embargo, Bonino estimó que estas últimas condiciones con la necesaria flexibilización se podrían resolver sin demasiadas dificultades de forma progresiva.

La llegada a la comisaria a Bruselas puede cambiar sustancialmente la marcha de la negociación, para pasar a un nivel más político, ya que hasta ahora se desarrollaron a nivel muy técnico y evitando entrar al fondo de los puntos más conflictivos.