Radicali.it - sito ufficiale di Radicali Italiani
Notizie Radicali, il giornale telematico di Radicali Italiani
cerca [dal 1999]


i testi dal 1955 al 1998

  RSS
mer 19 feb. 2025
[ cerca in archivio ] ARCHIVIO STORICO RADICALE
Conferenza Emma Bonino
Partito Radicale Maurizio - 19 novembre 1995
LA COMISARIA RADICAL Pescada en Bruselas

Bonino arranca a Marruecos un acuerdo que solivianta a los pescadores españoles

EL MUNDO, pag.12, 3 photo Bonino

Carlos Segovia. Bruselas

Un cocodrilo de plástico con un lazo rosa en el cuello trepa en la mesa de su despacho. Es un regalo del Gobierno cubano que no refleja "para nada mi personalidad", bromea Emma Bonino, responsable de Pesca, Ayuda Humanitaria y Política de Consumidores en la cuna de la burocracia de Bruselas, la Comisión Europea.

Esta mujer adicta a la política se ha convertido en la primera cara reconocible para los ciudadanos de la lejana y cada vez más poderosa Bruselas. La razón, haber negociado los acuerdos más importantes para la flota pesquera de la Unión Europea. El último con Marruecos. Durante los seis últimos meses, en las reuniones de los veinte comisarios del Ejecutivo, el "punto Bonino" del orden del día ha sido el de las negociaciones con el vecino africano.

Meses de intensas negociaciones han permitido a la comisaria respirar tranquila. O casi. Ha logrado de Marruecos el ansiado acuerdo pesquero pero se ha ganado la enemistad de los pescadores españoles, pese a que a partir de este lunes puedan volver a faenar.

Quienes no la critican son sus compañeros. Para el responsable de relaciones con Iberoamérica, Manuel Marín, "Manolo" dice Bonino, la italiana está haciendo "un trabajo espléndido" en Pesca. Un trabajo, para el que no ha tenido reparos en colgarse de un helicóptero o coquetear con Manuel Fraga, en una búsqueda permanente del éxito.

Ya no está en la cárcel ni en un quirófano para practicar un aborto, y, en su nuevo puesto aprovecha sus estudios de filología en la Universidad Bocconi de Milán y sus conocimientos de inglés, francés, alemán y castellano. A sus 47 años, esta activista "liberal de izquierdas", como se define, disfruta por primera vez de un cargo con verdadero poder. Atrás quedan las llamadas a la Policía para advertir que en tal sitio se va a practicar un aborto y aquellas campañas contra el ejército, la energía nuclear, el hambre o la pena de muerte.

Ahora vuela en aviones de las Fuerzas Aéreas de Marruecos, visita a "cascos azules" en Bosnia y tiene que aguantar que en la UE no se haga nada por detener los ensayos nucleares de Francia. "No he cambiado, pero reconozco que antes era un poco demagoga, porque no estaba bien informada".

Algunos admiradores de su partido, el Radical, no perdonan que apoyara a Berlusconi. Ella niega cambios de chaqueta y explica que querer reformar la maltrecha política italiana. El entonces primer ministro fue el que designó a Bonino, en octubre del pasado año, comisaria europea por Italia. "Su nombramiento es lo único bueno que ha hecho Berlusconi", ironiza uno de sus colaboradores.

Su reputación es excelente en el Edificio Breydel, sede de la Comisión Europea. "Trabajar con esa mujer debe ser apasionante", afirma un español del departamento del comisario Manuel Marín.

Buena reputación.

"Eh, buon giorno". Son las nueve y cuarto de la mañana y Bonino se ve obligada a invitar a despertarse a Andrea, uno de los miembros de su gabinete, el equipo de ocho hombres y una mujer, en que se apoya en su labor diaria en la Comisión Europea y con el que se reúne todos los días a la misma hora. Allí caben bromas y alguna palabrota incluso en los labios de la jefa. El único pecado es confesarse cansado y abúlico, porque Bonino no descansa, se lleva informes a casa y sólo ve películas "en los aviones". El poco tiempo que le queda lo dedica a la vela, las plantas y a bucear en el Mar Rojo.

En esta reunión con su gabinete, la italiana se muestra de buen humor aunque madrugar no es lo suyo. Saca un paquete de cigarrillos del bolso y sus colaboradores se temen una hora y media de humo constante. Bonino hace las delicias de su gente cuando imita a otros comisarios europeos o cuando invita a cenar spaghetti en su apartamento de Bruselas, donde vive sola. Nunca se casó.

Bonino dice que la política es su pasión, pero eso no quiere decir renunciar al amor o la familia. "En la Comisión Europea no somos monjes", dice. Y advierte que en su trabajo también puede encontrar romances. Por su corazón han desfilado varios amores, y entre ellos aquel ingeniero con el que no creyó que quedaría embarazada, porque el médico le dijo que era estéril. Se equivocó y le ofreció practicar un aborto ilegal por un millón de liras. Bonino se buscó otro más barato, y decidió entonces saltar a la política y acabar con la hipocresía de que sólo las ricas pudieran abortar en Londres.

Era la época de implorar a los medios de comunicación un poco de atención a sus ideas. Ahora no lo necesita. Solicitan entrevistas desde la Canadian Broadcasting Corporation hasta Canal Sur de Andalucía. "Está obsesionada por la Prensa", afirma otro eurofuncionario. Narcisismo? "No, eso no va conmigo. Pero es muy importante que lo que hacemos llegue a la opinión pública", afirma.

Su ansia por hacer públicas sus ideas le lleva a roces con otros comisarios. Por ejemplo, cuando quiso que la Comisión Europea felicitara a Fidel Castro por liberar a unos detenidos. "Eso no se hace en un comunicado oficial", corrigió Marín. Hace 16 años que tiene un sueldo más que decente, puesto que ya en 1979 fue elegida diputada del Parlamento Europeo, uno de los cargos electos mejor remunerados del mundo. En la Comisión Europea gana 3 millones de pesetas al mes; pero de ellos dona el 60% al Partido Radical. "Como antigua secretaria del partido, sé que siempre hace falta dinero".

Para uno de sus colaboradores, ser "radical" es también un estilo de vida. Reformador, no transgresor. Y también inquieto. Pocos apuestan por que Bonino aguantará los cuatro años que tiene por delante ocupándose del reajuste de la flota comunitaria. "Mi objetivo es la creación de una Europa federal", el sueño de una generación de políticos europeístas. Pero su verdadero reto es que, por primera vez en su vida, la tomen en serio.

 
Argomenti correlati:
stampa questo documento invia questa pagina per mail