LOS TALIBANES RETIENEN DURANTE CUATRO HORAS A EMMA BONINO Y A SU EQUIPO EN KABUL

Las fotografías realizadas en un hospital de mujeres, prohibidas por las normas integristas, motivo del incidente

RAFAEL POCH - Corresponsal

MOSCU. -- Emma Bonino, la popular comisaria europea encargada de la ayuda humanitaria, fue detenida ayer durante casi cuatro horas en la capital afgana, Kabul, tras visitar un hospital de mujeres acompañada de periodistas que fotografiaron y filmaron el establecimiento, violando una de las estrictas prohibiciones del régimen integrista talibán.

El grupo de 19 personas, que incluía a la periodista norteamericana más cotizada del mundo, Christiane Amanpour de la CNN, y al español Alberto Navarro, director de la oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea, fue conducido a gritos y golpes con la culata de los fusiles a la central de policía de la ciudad por un grupo de guardias armados. El ministro de AA.EE. talibán lamentó lo ocurrido ante la comisaria europea.

"Es un ejemplo de cómo vive aquí la gente, en una situación que raya en el terror", dijo Bonino, que, a diferencia de alguno de sus compañeros, no llegó a ser golpeada, aunque si apuntada con un subfusil kalashnikov. "Han fotografiado y filmado mujeres, violando nuestras leyes", explicó un responsable de la policía.

Bonino es la autoridad occidental de mayor rango que ha visitado Kabul desde la llegada al poder de los talibanes, una orden militar religiosa que ha estabilizado la situación en las dos terceras partes del país que controla, con una estricta desmilitarización y una rigurosa aplicación de la "sharia", o ley coránica. La Unión Europea ha destinado en el último año unos 4.500 millones de pesetas a la ayuda humanitaria a Afganistán, sumido en una guerra civil de 20 años, en parte responsabilidad del conflicto Este-Oeste.

Bonino es la autoridad europea encargada de la administración de tal ayuda. Su visita de 24 horas a Kabul pretendía inspeccionar proyectos de ayuda hacia los grupos más vulnerables: por ello dirigió su atención a la mujer, objeto de discriminaciones por los talibanes, como la prohibición de trabajar fuera de casa. En Kabul hay más de 45.000 viudas de guerra condenadas a la miseria por tal prohibición.

Desde que los talibanes tomaron Kabul, en septiembre de 1996, se ha puesto fin al caos, la violencia y el bandidismo. Antes de su llegada, las tropas del presidente Rabbani luchaban contra las del primer ministro, Hekmatiar, mientras que las del ministro de Defensa, Masud, combatían contra ambos. En Kabul, sembrada de ruinas por los combates, las bandas armadas saqueaban a la población. Actualmente, apenas se ven civiles armados, las carreteras se han abierto y el comercio ha dejado de ser peligroso. Muchos afganos ven en los talibanes, mayoritariamente pushtunes, la fuerza capaz de estabilizar el país. A diferencia de sus enemigos, una caótica coalición de minorías étnicas y religiosas en el norte de Afganistán, los talibanes muestran una gran cohesión en el laberinto afgano.