LOS TALIBANES DETUVIERON DURANTE CASI CUATRO HORAS A LA COMISARIA EUROPEA Y A SUS ACOMPAÑANTES

TIM JOHNSTON REUTERS/EL MUNDO

KABUL

Durante casi cuatro horas, Emma Bonino tuvo la oportunidad de comprobar en su propia carne cómo se las gastan los talibanes. La comisaria europea para la ayuda humanitaria fue detenida ayer junto al equipo que la acompañaba en una visita de dos días a Afganistán.

El grupo, integrado por 18 personas entre funcionarios de la Comisión Europea y periodistas, además de la comisaria, fue arrestado por haber tomado fotografías e imágenes en un hospital de mujeres de Kabul sin autorización, violando así el estricto código islámico que las milicias talibanas han impuesto en el territorio que controlan.

Al parecer, el incidente degeneró cuando el equipo de la televisión norteamericana CNN que iba en el grupo entregó una cinta virgen en lugar de la que habían utilizado en la filmación, cuando fueron conminados a dar el material. "Todo el mundo conoce cuáles son las reglas aquí", señaló un miembro de una organización humanitaria.

Detenidos en su hotel

Tras ser liberados sin cargos, Bonino señaló que su detención "es un ejemplo de cómo vive la gente aquí, bajo un régimen de terror".

La comisaria y su delegación, entre los que se encuentra el español Alberto Navarro, director general de la Oficina Europea de Ayuda Humanitaria (ECHO), fueron detenidos en su hotel y trasladados a la comisaría central de policía de Kabul hacia las nueve de la mañana, hora local. Tras pasar tres horas y 49 minutos en un patio polvoriento y muy caluroso de la comisaría, fueron puestos en libertad y les devolvieron sus pertenencias sin más explicaciones.

En declaraciones a la CNN, Bonino indicó que algunos de sus acompañantes fueron golpeados en la espalda con los kalashnikov que portaban los talibanes, y que ella misma fue amenazada. "Intentaba conservar mi bolso y (los talibanes) me amenazaban con un kalashnikov. Tuve la sensación de que no había nadie al mando y estaba aterrada, nadie conoce las leyes aquí". "Esos policías religiosos que hacen sus rondas también hacen sus propias leyes", añadió.

Poco después, la comisaria se reunió con funcionarios afganos de Relaciones Exteriores. "Me transmitieron sus excusas por el incidente y yo dije también que lo sentía", relató poco antes de abandonar Afganistán rumbo a Pakistán. La delegación llegó el domingo a Kabul para evaluar las necesidades de la capital afgana, devastada por la guerra, así como la situación de los derechos humanos y las condiciones de la mujer, en particular.